tag:blogger.com,1999:blog-13411142973097196022024-03-18T15:50:28.545-07:00LA MÚSICA ES MI AMANTEManu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.comBlogger73125tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-58876827287719941812015-12-22T18:43:00.000-08:002015-12-23T03:05:28.091-08:00El regalo de Navidad de Dave Davies<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDF4m7XRJ5beGKhabqAVBwRVQV3a5AJm7tnVGVoTUbe7pHTP8hf2epOnvHqtecn2Y2f-PC3039-lcvXmjGQDgYVguLcePjxgMJjS_XiQI1AU3W4qrK5cOsInMawdO-P5GtjmvQPjvfm54/s1600/Ray+y+Dave+Londres.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDF4m7XRJ5beGKhabqAVBwRVQV3a5AJm7tnVGVoTUbe7pHTP8hf2epOnvHqtecn2Y2f-PC3039-lcvXmjGQDgYVguLcePjxgMJjS_XiQI1AU3W4qrK5cOsInMawdO-P5GtjmvQPjvfm54/s400/Ray+y+Dave+Londres.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: center;">
<i>"Strangers on this road we are on</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>We are not two we are one"</i></div>
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"Dentro de poco es Navidad y este es mi regalo de Navidad para vosotros". Había transcurrido algo más de hora y media desde que <b>Dave Davies</b> iniciara su show en el <b>Islington Assembly Hall</b> de Londres. Nadie imaginaba lo que iba a pasar. Ni siquiera el más optimista de los fans. Tal vez por inesperado fue tan mágico. </div>
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<br /></div>
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De repente de la parte derecha del escenario, en la penumbra, surgió una silueta. Era <b>Ray Davies</b>. Todos gritamos de emoción, atónitos y excitados. Vestía con camisa de cuadros roja, chaqueta negra, gorra y pantalones vaqueros con vuelta. En la mano portaba una botella de agua. Su aspecto era inmejorable. Los gritos del público iban <i>in crescendo</i>. Un tanto desubicado -como si todo se hubiera improvisado en el último momento-, Ray se dirigió pausado al micrófono de los coros e hizo su habitual comentario jocoso: "por favor un fuerte aplauso para Dave 'Death Of Clown' Davies". Era la frase que todos estábamos esperando, con la que presentaba siempre en los conciertos a su hermano (a pesar de que a Dave no le hacía mucha gracia). Pero esta vez no hubo rencillas.</div>
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<br /></div>
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La ovación fue ensordecedora. Dave sonrió mientras le hacía un gesto para que cantara en el micro principal, como en los viejos tiempos, como si fueran los Kinks. Y allí fue Ray. Después sonaron los primeros acordes de <b>'You Really Got Me'</b>, el Riff, con mayúsculas, la canción que catapultó a los Kinks a la fama en 1964 y que aún seguía sonando fresca y rabiosa. Fue la perfecta cuadratura del círculo. La sensación de vivirlo allí en directo jamás podrá ser descrita con palabras o imágenes.</div>
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<br />
<a name='more'></a></div>
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Hacía 19 años que Ray y Dave no se subían juntos a un escenario. Durante los últimos años se habían intensificado los rumores de una posible vuelta de los Kinks, pero nunca llegaron a producirse. Por eso los allí presentes, privilegiados repentinos, sabíamos del momento histórico y excepcional al que estábamos asistiendo. Eran los Kinks, aunque no fueran los Kinks propiamente dichos. Sacamos nuestros móviles, nos miramos incrédulos, nos pellizcamos, nos abrazamos, nos emocionamos y por supuesto disfrutamos de uno de esos instantes únicos que te regala la vida. </div>
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<br /></div>
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No llegó a los tres minutos. Antes de acabar el último acorde de la canción, Ray tendió la mano a Dave, ambos sonrieron, y Ray salió del escenario con la misma elegancia y discreción con la que había entrado. No era su noche, era la de su hermano y no quería robarle protagonismo. Dave pegó un salto para cerrar el tema y fue al micro: "muchas gracias y que tengáis una Feliz Navidad". Fue apoteósico. Sin saberlo -o tal vez sí- nos había hecho el mejor de los regalos musicales que posiblemente experimentaremos en nuestras vidas. </div>
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<br /></div>
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<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/byUXCZ4XMsg/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/byUXCZ4XMsg?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
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<br /></div>
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<b>"When I arrive in Euston"</b></div>
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Iñaki, mi hermano Álvaro y yo llevábamos tiempo planificando ese viaje a Londres. Dave Davies, que vive en Nueva York, no se prodiga mucho por Europa por lo que el concierto en el Islington Assembly Hall en la fecha (ya histórica) del 18 de diciembre de 2015 estaba marcado desde hace meses en nuestro calendario. Ni trabajos, ni Elecciones Generales (me tocó presidente de mesa electoral), ni lectura de tesis (mi hermano se hizo Doctor en Lingüística unos días antes) podrían interponerse en nuestro camino. Costó cuadrar agendas, apelar a la Junta Electoral pero al final se consiguió. Llegamos a Londres un día antes con la intención de hacer la consabida ruta por el <a href="http://elviajero.elpais.com/elviajero/2014/01/27/actualidad/1390836142_667990.html" target="_blank">Londres de los Kinks</a> y descubrir otros nuevos puntos de interés. Ya de paso aprovechamos para asistir al multipremiado musical <b>Sunny Afternoon </b>en el West End, que <a href="http://www.efeeme.com/una-tarde-soleada-en-londres-con-el-musical-de-los-kinks/" target="_blank">ya habíamos visto</a>, pero estrenaba nuevo casting y cualquier excusa siempre es buena.</div>
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<br /></div>
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La mañana del concierto de Dave salimos pronto, a pie, desde nuestro Bed&Breakfast (pero sin breakfast) de King's Cross, muy cerca de Euston, rumbo a <b>Muswell Hill</b>. La prisión femenina de <b>Her Majesty Holloway</b> que inspiró <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Pz6vndd0qTM" target="_blank">Holloway Jail</a>, la antigua <b>Escuela de Arte de Hornsey</b> (hoy la Escuela Primaria de Coleridge) donde estudió arte Ray Davies o el <b>Hornsey Town Hall </b>donde el Ray Davies Quartet (primer embrión de los Kinks) dio su primer concierto fueron algunos de nuestros objetivos. Después de una largísima caminata por las cuestas de Holloway, Hornsey y el Crouch End -con paradas en otros escenarios no Kinks como el estadio Emirates del Arsenal- y respirar ese aire genuino del norte de Londres, nos plantamos en Muswell Hill, la zona cero Kinks. Tras la comida en un repleto <a href="http://clissoldarms.co.uk/" target="_blank">Clissold Arms</a>, el auténtico museo Kinks, y un breve paseo semi nocturno por la trasera de Fortis Green (en invierno en Londres anochece a las 15.30) cogimos un autobús dirección a Islington.</div>
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<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4CMGLDAoBJ62V5q2vM9fwnPFcQHhw6306TCVpLsY0zdXLfvYCo0VqyqQxhTs7j2XPY1lIsKmI3Ip6HFRptK3I3e8q_hHmuVQIjZk5kyM4TCWaarpMq_yarSLVq7EfXI82-1F5co1AsPc/s1600/DSC_1976.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4CMGLDAoBJ62V5q2vM9fwnPFcQHhw6306TCVpLsY0zdXLfvYCo0VqyqQxhTs7j2XPY1lIsKmI3Ip6HFRptK3I3e8q_hHmuVQIjZk5kyM4TCWaarpMq_yarSLVq7EfXI82-1F5co1AsPc/s320/DSC_1976.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hornsey Town Hall</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF1LWV6NmPTx8oqUCpdGIn6EOSDHHtv_90w16VkxU9oAPF3KHCRh4iWQs_kX-3nBt9k0hrGETULS4uyBdmkYG45Azq_yeiG-agmm04rn4tHrgu2j76zNth2gAg_-XUHdR_JpDBiCZUVN4/s1600/DSC_1971.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF1LWV6NmPTx8oqUCpdGIn6EOSDHHtv_90w16VkxU9oAPF3KHCRh4iWQs_kX-3nBt9k0hrGETULS4uyBdmkYG45Azq_yeiG-agmm04rn4tHrgu2j76zNth2gAg_-XUHdR_JpDBiCZUVN4/s320/DSC_1971.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Escuela de Arte de Hornsey</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIavZ0YnwI0lDPS4cH8X_y6G-cbmWAX1sC42XmWTDXIa2irDUAVvowwKeZxzBllG9w2o5QebMxDkPRpuxY8hNit1FudLtpCkNrOpT734wIDs0a2dsx9u32muChkwIOpCY5PlWgXi4pHGQ/s1600/DSC_1962.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIavZ0YnwI0lDPS4cH8X_y6G-cbmWAX1sC42XmWTDXIa2irDUAVvowwKeZxzBllG9w2o5QebMxDkPRpuxY8hNit1FudLtpCkNrOpT734wIDs0a2dsx9u32muChkwIOpCY5PlWgXi4pHGQ/s320/DSC_1962.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Holloway Jail</td></tr>
</tbody></table>
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<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
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Unos 40 minutos antes de que se abrieran las puertas, en el exterior del Islington Assembly Hall apenas se podían ver una veintena de fans. Entre ellos, David Quaife, el hermano de Pete Quaife, bajista original de los Kinks, algunos fans venidos de Holanda y la reina de los fans ingleses Olga Ruocco. El ambiente se parecía a una reunión familiar donde todos nos poníamos cara. La sensación era que el concierto de Dave no despertaba el mismo interés que, por ejemplo, uno de Ray. Aún sí, poco a poco fue llegando la gente, en una media de edad que superaba los 50 años. </div>
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<br /></div>
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El Islington Assembly Hall es un coqueto y acogedor recinto con capacidad para unas 800 personas que recuerda a esos salones de baile del siglo pasado o a un antiguo gran cine. En el cartel de conciertos del mes se podía ver como casi todos los artistas tenían 'sold out', menos Dave, que consiguió llenar unas tres cuartas partes del recinto, sobre todo el palco de arriba, donde las butacas sentadas congregaron a un mayor número de público, quizás por la edad del respetable. Parece que Dave no sería profeta en su tierra. Antes del concierto dos fans españoles, los hermanos Calle, que reconocieron a Iñaki se unieron a nosotros. No éramos los únicos frikinks que habíamos venido desde lejos.</div>
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<br /></div>
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Tras una actuación de un telonero, correcto aunque prescindible, salieron los músicos de Dave. El sonido era bastante potente, el riff de 'Rippin' Up Time', tema del último disco en solitario de Dave 'Rippin' Up New York City', abrió el concierto. Cuando Dave apareció, brazos en alto, el público le recibió con una sonora ovación. El estado de forma de Dave, que en 2004 sufrió una embolia, era envidiable, mucho mejor de lo esperado, quizá porque, en un exceso de benevolencia, nos temíamos lo peor. Pero no, Dave se mostró lleno de energía, seguro de sí mismo y juguetón con la audiencia aunque no podía (ni pretendía) emular las capacidades de antaño. Los riffs de 'All Day And All Of The Night', 'Tired Of Waiting For You' o 'Where Have All The Good Times Gone', tocados por su creador original, seguían desplegando esa brillantez mágica y evocadora de los Kinks. En los solos y en la parte vocal Dave, por el contrario, no arriesgaba demasiado, aunque nos regaló algunas interpretaciones memorables y altamente emotivas. </div>
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<br /></div>
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La determinación de un músico que es historia viva del rock, por seguir encima de un escenario ya solo merecería la pena para justificar su presencia en Londres, pero es que además Dave supo conjugar con maestría grandes clásicos de los Kinks como 'Dead End Street' o 'I'm Not Like Everybody Else' con algunas de las gemas en solitario más preciadas de su carrera. Especialmente emotivas sonaron en su acústica 'Strangers', 'This Man He Weeps Tonight' y 'Death Of Clown'. Con uno de sus más grandes hits, 'Living On A Thin Line', se explayó y para 'Young And Innocent Days', tras un lapsus en la letra inicial, se arriesgó a recuperar una canción menos conocida del repertorio Kinks, lo cual siempre es de agradecer.</div>
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<br /></div>
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En ocasiones se podía apreciar como tenía dificultades para coger la púa (secuelas de la embolia), algunos acordes no sonaban con la fluidez necesaria o como se veía obligado a salir del escenario porque el cansancio hacía mella en él. Pero desde un punto de vista meramente musical, Dave ofreció un espectáculo muy notable mezcla de nostalgia y actualidad, demostrando que puede soportar el solo todo el peso de un concierto con bastante dignidad.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La sorpresa final fue el mejor colofón posible. Algunos se preguntarán si eso implica una vuelta de los Kinks. Quizá no tenga ya sentido, o quizá sí. No es lo mismo un concierto de Ray o Dave en solitario con una banda de <i>jovencitos </i>de apoyo, que 4 septuagenarios defendiendo un repertorio rockero. Esto no es jazz. Lo que está claro es que nadie mejor que ellos están autorizados y legitimados para recuperar su extensísimo legado y cantar eso de "dónde se fueron los buenos tiempos". </div>
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmooQp3wwbss4gYGgscg20miHRbTJ_IJSSz3s6XwD7dJ3Be1r8HzagciIUw8KqEfiEgTZx0ePYHCWZNEuOTS0hyphenhyphenRTnaIk0ZYnttT_l3jrAEvktQTjOAoNO33dsV0sle_qEgJFo2UQ_mbA/s1600/DSC_2063.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmooQp3wwbss4gYGgscg20miHRbTJ_IJSSz3s6XwD7dJ3Be1r8HzagciIUw8KqEfiEgTZx0ePYHCWZNEuOTS0hyphenhyphenRTnaIk0ZYnttT_l3jrAEvktQTjOAoNO33dsV0sle_qEgJFo2UQ_mbA/s320/DSC_2063.JPG" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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(Fotos y vídeo: Manuel Recio)</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com43tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-8356768850484181462015-05-31T06:00:00.000-07:002015-06-01T08:20:47.082-07:00Un grito en la plantación<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUzqUApmy8fRE-XIxeW6zj3OBeEmFLTM7ZFKS2fjFc9-f7-DYwk-EhyzkESmjKgPfS2gMNiXDOluJJ9PIQuncOw17YRgIKX_iXa7SCKuABIijCFH9UaMOwwmpgc_T5s6UOMjUVohZs-jI/s1600/Campamento+Yazoo+City.+Inundaci%25C3%25B3n+Mississippi+1927.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUzqUApmy8fRE-XIxeW6zj3OBeEmFLTM7ZFKS2fjFc9-f7-DYwk-EhyzkESmjKgPfS2gMNiXDOluJJ9PIQuncOw17YRgIKX_iXa7SCKuABIijCFH9UaMOwwmpgc_T5s6UOMjUVohZs-jI/s320/Campamento+Yazoo+City.+Inundaci%25C3%25B3n+Mississippi+1927.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
[[Texto publicado el el <a href="http://badmusictv.com/anuario-del-blues-2014/" target="_blank">Anuario del Blues 2014</a> editado por la <a href="http://societatbluesbarcelona.org/" target="_blank">Societat del Blues de Barcelona</a> y dirigido por Manuel López Poy]]</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 16.0pt;">Del nacimiento de blues a los primeros discos de raza<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al principio todo estaba en
silencio. Silencio que tan solo se interrumpía por el renqueante sonido de los
trenes de vapor que cruzaban el país de este a oeste, de norte a sur. Pensemos
en una plantación de algodón de Mississippi. Pobreza, marginación y desarraigo
juntos en un mismo escenario. A veces la historia nos lo ha vendido como un
lugar idílico, pero no lo es. Imaginemos un día de verano, bajo un sol
abrasador, unos hombres, negros, agrupados en cuadrillas y ataviados con unos
trajes de faena austeros: sombrero, mono y pañuelo para secar el sudor. Se
preparan para la jornada. Los aperos de trabajo están dispersos por el suelo. Se
alinean, cogen un hacha, la levantan de tal forma que la hoja de la azada mira
al cielo como parte de un ritual divino. La golpean con fuerza contra la
superficie. La hendidura de la tierra se resquebraja al mismo ritmo que se
carcomen sus almas. Repiten esta operación una y otra vez, en una monotonía
exhausta que acabar por minar el poco ánimo que les queda, si es que les
quedaba algo. Olvidaron su pasado, no conciben el futuro. Solo tienen el
presente.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al otro lado de la zanja, otros
negros, esta vez hombres y mujeres, encorvan su silueta en el horizonte para
recoger el fruto de la tierra. Las hilachas de la planta del algodón se
extienden por todo el terreno, caprichosas, desordenadas, dando al paisaje un
color blanquecino que contrasta con el tono seco y anaranjado del astro rey.
Aunque aquí no hay noblezas que valgan. La única jerarquía es la del capataz
que, a golpe de látigo, reclama <i>más leña
al fuego</i> como si del averno se tratase. Y en el fondo, esa plantación no
dista mucho del infierno. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
De repente, en la lejanía, se oye
un eco, un quejido en forma de llamada de auxilio. Un hombre se lamenta por su
destino y entona una breve frase. Imprecisa, titubeante, temerosa, sincera. Al
instante el resto de hombres le responden en un unísono arrebatador. El primer
hombre vuelve a emitir la misma frase. Y la comitiva responde de nuevo. Cada
vez son más los hombres que se unen. Acompasan sus fraseos con el golpe de las
hachas y con el movimiento de sus cuerpos. Melódicamente, las notas fluctúan
levemente la escala del pentagrama, no son afinaciones puras, podrían parecer
desafines en los oídos de un europeo formado en la tradición occidental. Esa
célula inicial básica y rudimentaria, en formato de llamada/respuesta,
constituye la base de un nuevo estilo que en unos años llegará a todos los
confines del mundo. Esas notas bemolizadas son las características <i>blue notes</i>, o lo que es lo mismo, una
forma tosca de adaptación de la escala pentatónica africana, a la escala
diatónica europea. En esa plantación y en otras muchas idénticas del sur de los
Estados Unidos surgió una expresión poética para canalizar el dolor. Pasado un
tiempo se dio en llamar blues.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMhseEc6U_L9Vf2zcUCLofEuMxubVKvLG7k2jrYO7MTRsTM_9p5Izcj3GZbAu8aHLkENzQTUoa_cGuilApDQH8yWYjXY8u_-HksbHBCB94ZguRM5mp_PjPdZdJL2Z8pFXs4AnUD3twZho/s1600/Campo+de+refugiados.+Greenville.+1897.+JC+Coovert.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMhseEc6U_L9Vf2zcUCLofEuMxubVKvLG7k2jrYO7MTRsTM_9p5Izcj3GZbAu8aHLkENzQTUoa_cGuilApDQH8yWYjXY8u_-HksbHBCB94ZguRM5mp_PjPdZdJL2Z8pFXs4AnUD3twZho/s320/Campo+de+refugiados.+Greenville.+1897.+JC+Coovert.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta manifestación salvadora y
espontánea se fue fraguando a lo largo de los años de esclavitud negra y
explotó a principios del siglo pasado, sobre todo en ambientes rurales. En la
ciudad, los tiros iban por otro lado. En 1877, Thomas Alva Edison ultimaba unas
pruebas para almacenar y reproducir automáticamente la voz humana. Diez años
más tarde, en 1887, Emile Berliner inventó el gramófono. Las primeras
grabaciones de músicos negros documentadas datan de 1901 cuando la compañía
Victor Talking Machine registró a los cantantes populares Bert Williams y
George Walker. Ese mismo año se grabó también al cantante de blues Gus Cannon
acompañado de su banjo, aunque no se conserva nada de la sesión. Mientras en
Mississippi los aparceros seguían recolectando algodón y viviendo en chozas de
madera, en la gran ciudad se estaba desarrollando una importante y fructífera
industria fonográfica. Muy lejos aún de ser comercial, pero empezaba a tomar
cierta forma. Por ejemplo en 1917 la Victor Talking Machine, de nuevo, lanzaba
una de las grandes sensaciones de la época. La Original Dixieland Jazz Band
tiene el honor de ser la primera banda en grabar un disco de jazz. Unos chicos
blancos de Nueva Orleans que se autoproclamaron como <i>creadores del jazz</i>. Y es en este punto donde se da una de las
grandes paradojas de la historia. Cabría suponer que el mismo honor en lo
relativo al blues recayera en alguno de sus músicos pioneros. Sin embargo los
Charlie Patton, Son House, Blind Lemon Jefferson o Skip James era auténticos
desconocidos para los directivos de esas compañías que iniciaron todo, por lo
que tendrían que esperar algunos años aún…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nueva York, 14 de febrero de
1920. La distinguida y refinada cantante de origen ucraniano Sophie Tucker
sintió una indisposición que le impidió acudir a la sesión de grabación que
había reservado para ella un productor de la compañía Okeh Records en un estudio
de la ciudad. El alquiler del estudio salía caro y la compañía no estaba
dispuesta a desperdiciarlo por una enfermedad de la cantante. Por allí se
encontraba el director de orquesta y compositor Perry Bradford, que casualmente
contaba entre sus filas con una cantante afroamericana acostumbrada a
interpretar vodeviles y cabaret. La decisión fue rápida: se grabarían algunos
temas de Bradford —<i>That Thing Called Love </i>y<b> </b><i>You Can't Keep A Good Man Down</i>—
para aprovechar la sesión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAxjMoL1qWgpMfsUwEzKsNH65P2A0cc0bIETD9AAUv9RoUcRejXPPe_ehoJAE1R-mzGN0bfWbvsMeOhIYtzy6gVQ4xQdSlezp8GCJ39DOvhrSwOzsoygrKQY-3_TFR37gPU6guMtoV6tU/s1600/race-records-okeh.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAxjMoL1qWgpMfsUwEzKsNH65P2A0cc0bIETD9AAUv9RoUcRejXPPe_ehoJAE1R-mzGN0bfWbvsMeOhIYtzy6gVQ4xQdSlezp8GCJ39DOvhrSwOzsoygrKQY-3_TFR37gPU6guMtoV6tU/s1600/race-records-okeh.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Todos quedaron tan contentos que
el 10 de agosto de ese año, esa misma cantante volvió a entrar en el estudio
para grabar otros dos temas. Lo que ni los protagonistas ni la propia compañía
sabían es que estaban escribiendo para siempre su nombre en la historia. <i>Crazy
blues</i>, composición también de Bradford, convirtió a su intérprete,
la desconocida Mamie Smith, en la primera cantante negra de la historia en
grabar un disco de blues. En solo un mes vendió 75.000 copias. Consiguió
asimismo ser el disco más vendido del año. El éxito comercial fue tal que las
compañías de discos empezaron a utilizar a cantantes afroamericanos para sus
grabaciones. Según Gérard Herzhaft en su <i>Gran
Enciclopedia del Blues</i> el blues había de ser «una música negra, femenina,
cercana al vodevil y recreada en los cabarets de Harlem». Las discográficas se
dieron cuenta de que existía un mercado virgen por explotar. Habían nacido los <b><i>discos
de raza</i></b>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Después de unos momentos
iniciales de titubeo en los que se llamaron <i>negro
series</i>, <i>música de color</i> o incluso
<i>música negroide</i> finalmente se adopta
el término de “race record”. En 1921 Okeh Records estrenó su serie “Original
Race Records” y contrató como director musical negro al pianista Clarence
Williams. En 1922 el periódico afroamericano <i>Chicago Defender</i> publica un anuncio de un disco en el que se
utiliza la denominación "race series of records". Rápidamente se
crearon otras compañías que serían claves en la difusión del primer jazz y
blues. Nombres como Columbia, Paramount, Genett, Vocalion están íntimamente
asociadas a la evolución de dichos sonidos. Por aquel entonces la industria
discográfica se situaba en el norte, principalmente Chicago y Nueva York, y los
<i>race
records</i> servían para diferenciar a la música sureña negra en
contraposición a la sureña blanca o <i>hilbilly </i>(paleto). <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al mismo tiempo, con los race
records nació el negro como consumidor, toda una revolución económico-social
que supuso un filón muy lucrativo para la industria discográfica. Además
modificó el paisaje sociológico de los grandes centros urbanos y las <i>nuevas
ciudades negras</i> como Harlem en Nueva York o el barrio sur de Chicago.
Después de la jornada laboral, se formaban largas colas de negros frente a las
tiendas de discos con la intención de adquirir las últimas novedades blues. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En el aspecto musical, los race
records tuvieron una influencia decisiva en la difusión del blues. Ciertos
estilos pasaron a convertirse en modelos para los jóvenes aspirantes a
cantantes. Hasta entonces, la forma de cantar blues estaba determinada por las
tradiciones locales, fundamentalmente la tradición rural del Delta, la región
de Mississippi donde brotó el blues. Pero, como ya hemos apuntado, da la
casualidad de que los primeros cantantes en grabar discos de blues fueron
urbanos, por razones obvias: los estudios se ubicaban allí. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Casi paralelamente a este
desarrollo empezaron también a surgir las primeras estrellas, conocidas en todo
el ámbito nacional. En una entrevista, Mamie Smith reconocía que su público
cada vez la quería ver más elegante y no podía defraudarle. Dedicó parte de sus
ingresos a pagar el lujoso vestuario que llevaban en sus actuaciones y a vivir
como una diva del blues. Estos símbolos de éxito y refinamiento hacen
cuestionar a algunos estudiosos puristas del género sobre la <i>autenticidad </i>de
los blues comerciales vinculados a la gran ciudad, tan distintos a la variedad
rural. No en vano las canciones mostraban sobre todo la habilidad de los
compositores profesionales que eran quienes escribían la mayor parte del
material, sin tener en cuenta las raíces más <i>bluseras</i>. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los largos pasajes improvisados
del primer blues tuvieron que ceñirse a las limitaciones temporales que la
propia naturaleza de la grabación exigía. Se estandarizó la estructura clásica
de doce compases, se eliminaron los pulsos sueltos y las armonías difusas de
los cantantes rurales sin formación y se introdujeron arreglos orquestales.
Atrás quedaba la única instrumentación de una guitarra. Los intérpretes de este
tipo de blues eran sobre todo vocalistas y se hacían acompañar de los mejores
instrumentistas, siendo habitual que músicos de jazz colaboraran en estas
grabaciones. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero hay un aspecto definitivo
que tiene que ver más con lo psicológico que con lo musical. Como apunta Ted
Gioia en <i>Blues: la música del Delta del Mississippi,</i> aún en los
momentos más melancólicos el blues de los race records conserva «un tono de
confianza y descaro». Se cantaba en voz muy alta para que se escuchara bien
hasta en la última fila, era una arte puramente interpretativo. En diferencia
al predominio masculino del Delta, son las mujeres quienes toman las riendas en
los blues de los race records. Mamie Smith inició el camino que luego
continuarían excelentes voces como Ma Rainey, Ethel Waters y Bessie Smith,<b> </b>la <i>emperatriz
del blues</i>. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipOyM4-BeCvJyTqcRKpZYeo8UCCVRI-mDNK3nDKtWmbQOGPHTj8eOuYkFQ8jfoV-AfmDnp-lgmnjQMEFPzuJawOSnJ84FnpJIVGJdzpPA1buFlG-pfixfmRP6njUUrjU0FvvnOEiNOh7k/s1600/Ma+Rainey.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipOyM4-BeCvJyTqcRKpZYeo8UCCVRI-mDNK3nDKtWmbQOGPHTj8eOuYkFQ8jfoV-AfmDnp-lgmnjQMEFPzuJawOSnJ84FnpJIVGJdzpPA1buFlG-pfixfmRP6njUUrjU0FvvnOEiNOh7k/s200/Ma+Rainey.jpg" width="117" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ma Rainey</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hacia 1924 las compañías
comenzaron a interesarse por un tipo de blues más rural. Cuando los productores
discográficos se dieron cuenta de que la mayoría del público comprador de
discos de blues, así como los mejores músicos, se encontraba en los estados
sureños empezaron las expediciones itinerantes con estudios de grabación
portátiles para buscar a futuros artistas. Se les convocaba en la emisora de
radio local, en las tiendas de muebles o en la propia plantación. El mercado
miró por fin a la tierra que dio origen a todo. Con un poco de retraso se hizo,
en cierto modo, justicia poética. Por fin les tocaba el turno a los verdaderos
creadores del blues. Y desde luego no defraudarían. En 1929 se registra una de
las piedras angulares del blues, la honda voz de Charlie Patton canta con
vehemencia a la tradición del trabajo en el campo «engancha mi pony al carro y
ensilla mi yegua negra». <i>Pony Blues</i>
fue el inicio de otra era: el reinado de los bluesmen del Delta, luego vendrían
los de Texas, los de Piedmont, los de Chicago. Casi un siglo después, en 2014
en España se han editado un buen puñado de discos de blues: unos más
eléctricos, otros más clásicos, algunos más mestizos. Todos, en el fondo, les
deben mucho a esas remotas plantaciones de Mississisppi y a los gritos de los
hombres negros que las habitaron.<o:p></o:p></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-65796088806642899672015-04-29T14:25:00.001-07:002015-04-29T14:31:45.188-07:00El alma negra de Chicago<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/dkftesK2dck" width="420"></iframe>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Venga, nena, vuelve. Vuelve conmigo. No me digas que no quieres
ir. Ven. Ven conmigo. Vuelve de California y vayámonos a Chicago. <br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Puede que <b>Robert Johnson</b> no pisara Chicago en su vida, o
puede que sí. ¿Quién sabe? Giran tantos mitos en torno a su leyenda que
cualquier opción parece posible. Lo que está claro es que su famoso <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Sweet_Home_Chicago">Sweet Home Chicago </a> más que una oda urbana, es una suplica a una
mujer, a la que trata de convencer para que se vaya con él a <st1:personname productid="la Tierra Prometida." w:st="on"><st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> Prometida.</st1:personname> Ese <i>dulce hogar</i> del que habla la canción estaba,
cómo no, en Chicago.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y es que en los años 20 del pasado siglo, cuando se compuso
el tema, Chicago era lo más parecido al paraíso, un lugar de peregrinaje, final
de trayecto, gran nudo ferroviario y de comunicaciones. Allí todo estaba por
hacer: oportunidades laborales, esperanzas infinitas, empezar de cero. Los
incipientes rascacielos de su imponente arquitectura simbolizaban los anhelos
de miles de personas. Los negros que huyeron del sur de Estados Unidos en busca
de una vida mejor vieron en Chicago esa especie de Tierra Prometida. Lo único
que el sueño pronto se convertiría en pesadilla. La ciudad les recibió
confinándoles a enormes guetos de infraviviendas donde se hacinaban como
sardinas y apenas gozaban de unas condiciones básicas de salubridad.
Desigualdad, pobreza, explotación o racismo son tan solo algunos de los daños
colaterales de ese gran <i>sueño americano</i>.
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXAKHJgR2cSE9myDqBMr843epKZ2hnxkdQHYGpTv3yCtuqPONctQ7Jb7qjsXC-Cg-hT8ww11wqWTRjh1fisq5qj3nbJWi3UAx8-byg6c3nldeWAWUtP3rR80hVyHzWoHI2OCTYHzPdwRs/s1600/Chicago_Race_Riot.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXAKHJgR2cSE9myDqBMr843epKZ2hnxkdQHYGpTv3yCtuqPONctQ7Jb7qjsXC-Cg-hT8ww11wqWTRjh1fisq5qj3nbJWi3UAx8-byg6c3nldeWAWUtP3rR80hVyHzWoHI2OCTYHzPdwRs/s1600/Chicago_Race_Riot.jpg" height="140" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Disturbios raciales en Chicago, años 30</td></tr>
</tbody></table>
La población negra creció exponencialmente. En los treinta
primeros años del siglo XX, casi 2 millones de afroamericanos se desplazaron
del sur al norte en un fenómeno conocido como <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Migraci%C3%B3n_Negra"><b>Gran Migración</b></a>.
Tennessee, Arkansas, Alabama y especialmente Misisipi fueron los estados de
origen. Las ciudades del norte demandaban mano de obra abundante y barata. En
los años 40 había un 8% de afroamericanos en Chicago; en los 60 la cifra
ascendió a un 23%. El South Side o Barrio Sur se convirtió en el vecindario
negro más grande del país (<i>título</i> que
aún ostenta).</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal">
Los negros sufrieron, una vez más, los envites de un país
gobernado y pensado para blancos. Sin embargo, lograron sobreponerse
—entiéndase la metáfora—, al igual que sobrevivieron los esclavos traídos de
África en contra de su voluntad, o los aparceros que trabajaron de sol a sol en
los inmensos campos de algodón de Misisipi. Los emigrantes que fueron llegando
en distintas oleadas a Chicago sobrevivieron como solo el pueblo afroamericano
sabía hacer, gracias a su música. Pero en este contexto la música, más que un
arte contemplativa, era sobre todo una cuestión de necesidad, de instinto de
supervivencia. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los rudos y primitivos sonidos del blues rural se
electrificaron, el hot jazz vibrante, alborotado y sin depurar de Nueva Orleans
se dulcificó, <i>partiturizó</i>, se
orquestó y —lo más esencial— se registró en una serie de sesiones que han
pasado a la leyenda del género (véase las históricas grabaciones de los <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2012/12/el-blues-del-final-del-oeste.html">Hot
Seven de Louis Armstrong</a>). Los cantos de las iglesias negras se fundieron
con el blues para dar forma al rhythm’n’blues, un ritmo más bailable y festivo.
En algún lugar indeterminado, camino de Chicago, el country de los colonos
blancos de ascendencia europea se topó con el blues de los negros de las
plantaciones y dio lugar –mágica mezcla– al <b>rock’n’roll</b>. Ya lo dijo <b>Muddy Waters</b>; “el blues tuvo un hijo y lo
llamaron rock and roll”. Chicago, aún sin ser plenamente consciente de ello,
aglutinó todos esos estilos, les dio forma o sirvió como testigo de su
nacimiento y posterior evolución.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_AtUzpGfXfKXEPFtWWvX8cZ-UxvGLS0oXEOR710FFLucA-vhubUA8cE9RLXkmOelsUFzEtDqVS9XjWJVbAcDU7yfIZpLTHJqg2ZxE5GEG9nrpntrcvRRSgAAMQzpjMvm3ev-AiZwQHAw/s1600/black-boys_car_illinois_575.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_AtUzpGfXfKXEPFtWWvX8cZ-UxvGLS0oXEOR710FFLucA-vhubUA8cE9RLXkmOelsUFzEtDqVS9XjWJVbAcDU7yfIZpLTHJqg2ZxE5GEG9nrpntrcvRRSgAAMQzpjMvm3ev-AiZwQHAw/s1600/black-boys_car_illinois_575.jpg" height="197" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8000001907349px;">El South Side de Chicago en los años 40. Foto: Russell Lee</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
Pero además, en Chicago no solo estaba la industria pesada (siderurgias,
metalurgias o mataderos), una potente industria del entretenimiento se forjó
casi al mismo tiempo, en muchos casos auspiciada por la mafia (la principal
industria de la ciudad). Teatros, cabarets, salas de baile, emisoras de radio y
por supuesto las discográficas que se diseminaron por toda la geografía. <b>Brunswick</b>, <b>OKeh</b> o <b>Paramount</b>
desplegaron sus estudios itinerantes donde grabaron a todos esos músicos
sureños que se habían apoderado ahora del sonido de la ciudad. Chicago, junto
con Nueva York, se erigió como el principal centro de atracción de la industria
discográfica. Los <b><i><a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2011/10/race-records-el-blues-conquista-el.html">race
records</a></i></b> fueron la respuesta de esa industria a una creciente
audiencia, negra fundamentalmente, que demandaba evasión y pasatiempo al salir
de las fábricas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGXb_ZjsHTtvNiuOxjWFnwpEhwgKmdXlyLQDwbhZ1CW0RAixfI8Y9KozYrMsLZJkx61YHIXuH5zra4X_-X93Zj1eOlsIU09l4oKi0oBUWHylKBzke88Z4Bfy9UpddPoXzZ-2sA2Fymgc8/s1600/Chess+Records.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGXb_ZjsHTtvNiuOxjWFnwpEhwgKmdXlyLQDwbhZ1CW0RAixfI8Y9KozYrMsLZJkx61YHIXuH5zra4X_-X93Zj1eOlsIU09l4oKi0oBUWHylKBzke88Z4Bfy9UpddPoXzZ-2sA2Fymgc8/s1600/Chess+Records.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Entrada de Chess Records en Michigan Avenue</td></tr>
</tbody></table>
A mediados de los años 40, los contoneos del rythm’n’ blues,
un fenómeno mucho más urbano, sustituyeron a los anticuados discos raciales y
sembraron el terreno para lo que estaba por venir. Al mismo tiempo, multitud de
compañías surgieron en el tramo sur de Michigan Avenue, rebautizado como <i>Record Row</i>. Los viejos talleres de
reparación de coches que poblaron la zona a principios de siglo se
transformaron en una ebullición de sellos, discográficas, distribuidoras y
periódicos. En apenas unas manzanas una serie de compañías empezaron a tomar la
iniciativa. <span lang="EN-GB">King, Chance,
Parrot, Capitol Distributors, Constellation, Mercury… o las principales Vee Jay
y Chess Records. </span>El soul tomaba el testigo del blues.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No obstante, el gran foco del soul de los Estados Unidos
estaba al otro lado del Lago Michigan, en Detroit. <b>Motown</b>, <i>el sonido de la joven
América</i>, mostraba su artillería: The Supremes, Marvin Gaye, The
Temptations, Martha & The Vandellas... Cada lanzamiento discográfico iba
directo al número uno. <b>Berry Gordy</b>,
fundador de Motown, concebía las canciones como una cadena de montaje donde
había que cuidar cada detalle al máximo: desde la composición y la
interpretación hasta la coreografía y puesta en escena. Nadie pudo rivalizar
con Motown, que aplicaba un estricto control de calidad a todos los engranajes
de su cadena para fabricar un éxito tras otro. La única que pudo hacerle frente
(con permiso de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Stax_Records">Stax</a>),
y en algún caso ganarle la batalla, fue <b>Chess
Records</b> en Chicago.</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
A diferencia del marcado contenido rítmico de los discos de
Motown, en Chicago optaron por un sonido mucho más relajado, con arreglos de
viento de inspiración más jazz y predominio de las guitarras. Motown quería
conquistar a los adolescentes americanos, Chicago se conformaba con un público
mayor y más sofisticado. Tal vez, el único caso en el que se intentaron parecer
a sus vecinos de Detroit fue con <b>Fontella
Bass</b>, quien en 1965 grabó para Chess Records, <i>Rescue Me</i>, surgida en un ensayo improvisado en el estudio y que
otorgó a la compañía —y al soul de Chicago— uno de sus mayores éxitos de
ventas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/QXSocE_M1G4" width="420"></iframe>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Leonard y Phil Chess eran dos emigrantes judíos que habían
llegado a Chicago en 1928 procedentes de Polonia. En 1950 en un almacén del
2120 de South Michigan Avenue fundaron la imprescindible <b>Chess Records</b>. <b><span lang="EN-GB">Muddy Waters</span></b><span lang="EN-GB">, <b>Howlin’ Wolf</b>, <b>Little Walter</b>,
<b>Willie Dixon</b>… lo más nutrido <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place> blues de Chicago
pasó por Chess. </span>Hasta un díscolo Chuck Berry hizo sus pinitos en el
estudio de los hermanos Chess. A principios de los 60, cinco adolescentes
melenudos ingleses, en busca de sus raíces, también grabaron en Chess. Rendían
pleitesía al maestro Waters hasta tal punto que tomaron su nombre de una
canción suya. En efecto, eran los Rolling Stones.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgt7p2mep5z1vVb1F5n7PUp9GJAkVY7BFdlwlcRoSp9gGotMpGxK0hxnDPiTdlOfHDlKQ8HERSNn11uWgm92Vt8NWVg8FxycgGTmaqRjx04YMO-K6d8BJg-DlfHBH0_qzGO2gXTVANxQ88/s1600/20james-span-articleLarge.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgt7p2mep5z1vVb1F5n7PUp9GJAkVY7BFdlwlcRoSp9gGotMpGxK0hxnDPiTdlOfHDlKQ8HERSNn11uWgm92Vt8NWVg8FxycgGTmaqRjx04YMO-K6d8BJg-DlfHBH0_qzGO2gXTVANxQ88/s1600/20james-span-articleLarge.jpg" height="195" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Phil Chess, Etta James y el productor Ralph Bass</td></tr>
</tbody></table>
Leonard y Phil no solo eran hombres de negocios, sino que se
mimetizaron con su compañía: respiraban, sentían, vivían y amaban la música que
grabaron. Tanto la amaron que cuando en 1959 una menuda, convulsa y
temperamental cantante de Los Ángeles llamó a sus puertas, Leonard traspasó las
fronteras musicales. Etta James fue la primera y más importante <i>soul star</i> de Chess. Durante las sesiones,
los ojos de Leonard no se apartaban del otro lado de la cristalera. Cada gesto,
cada inflexión, cada interpretación de Etta James definió como nadie la esencia
del soul de Chicago: elegancia, carácter y emoción.<br />
<br />
En 1967 grabó para Chess en
los estudios sureños de <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/FAME_Studios">Muscle
Shoals</a> el disco cumbre de su carrera <i>Tell
Mama</i>, donde se incluye la desgarradora <i>I’d
rather go blind</i>. Poco después el corazón de Leonard Chess se paró para
siempre por un infarto. Comenzaba el declive de Chess y en cierto modo del soul
de Chicago. Nada volvería a ser igual. Dicen que las ciudades son como organismos
vivos, pero ciegas e insensibles. Si tuvieran alma, la de Chicago, sin duda,
sería negra, como el soul.<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Oph377VI36w" width="420"></iframe></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
[[Texto publicado el número 2 de la revista digital <b>Nevermind </b>que se puede adquirir <a href="http://mediazin.es/nevermind/" target="_blank">aquí</a>]]</div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-15209774317488781632015-03-31T02:00:00.000-07:002015-04-01T04:17:31.911-07:00Nueva Orleans, la cocina del jazz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwc9QkyYgQNj9UoBVsr9ygV25pSzt5VAjG4RUNWjdc9aX526jcaKt8neJj2fMEMDoRY3L0O56HQranPwHSOkZDM_Q1_e4K0EG8UleD63nP_vxQrSbEJe66bhp5-ta68taCx7efpjDAsFA/s1600/Louis+Armstrong+eating.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwc9QkyYgQNj9UoBVsr9ygV25pSzt5VAjG4RUNWjdc9aX526jcaKt8neJj2fMEMDoRY3L0O56HQranPwHSOkZDM_Q1_e4K0EG8UleD63nP_vxQrSbEJe66bhp5-ta68taCx7efpjDAsFA/s1600/Louis+Armstrong+eating.jpg" height="320" width="297" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<i>¿Sabes lo que
significa echar de menos Nueva Orleans, añorarla día y noche?<o:p></o:p></i></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hay algo en la mitología del jazz que nos conecta
directamente con lugares idílicos y remotos. Un territorio oculto en nuestro
inconsciente, imaginario y profundamente evocador que nos transporta y nos
mece, nos arropa entre sutilezas de melodías y caricias en forma de acorde. Ese
eterno retorno de sensaciones tiene un claro punto de partida: Nueva Orleans,
la “tierra de los sueños” de la que habla el famoso estándar <i><a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Basin_Street_Blues">Basin Street Blues</a></i>
. La mera posibilidad de viajar hasta allí para conocerlo nos fascina y al
mismo tiempo nos sublima. Luego la realidad es otra cosa…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La historia del jazz se muestra profusa en alusiones casi
míticas a la ciudad sureña americana. Las canciones y los recuerdos de los
músicos no se quedan atrás. “Brillaban luces de todos los colores, la música
que se oía en la calle provenía de todas partes", recordaba el pianista <b><a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2011/10/yo-invente-el-jazz.html">Jelly
Roll Morton</a></b>. “Solía dormirme con el sonido mecánico del piano ragtime y
cuando me despertaba aún seguía sonando”, confesaba el compositor <b><a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Spencer_Williams">Spencer Williams</a></b>, creador,
entre otras muchas, del mencionado <i>Basin
Street Blues</i>. “Durante el Mardi Gras, tío, nos lo pasábamos en grande:
había bandas día y noche tocando por las calles”, explicaba el trombonista
pionero <b><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Kid_Ory">Kid Ory</a></b>. “Storyville [el
barrio de prostitución] tenía todo tipo de personajes, gente de todo el mundo
venía para ver lo que se cocía aquí, había diversión para todos”, evocaba un
siempre sonriente <b>Louis Armstrong</b>. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal">
Los historiadores, con cierta unanimidad, sitúan a Nueva
Orleans como la ciudad de nacimiento del jazz. Alguna voz discordante, como la
del activista negro y escritor Amiri Baraka, considera en su libro <i><a href="http://www.editorialnortesur.com/libros/Blues-people-Musica-negra-en-la-America-blanca.html">Blues
People: música negra en la América blanca</a></i> que es un tanto reduccionista
tal afirmación. Sin embargo, a diferencia de otros estilos como el blues o los
espirituales, el jazz es una música eminentemente urbana, y surgió debido a una
serie de elementos y mezcla de factores que a finales del siglo XIX principios
del XX —momento de ebullición del jazz— solo podían darse en una ciudad como
Nueva Orleans. ¿Cuáles son esas características que hicieron de Nueva Orleans
el caldo de cultivo necesario para el nacimiento del jazz?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La respuesta es compleja. Resumiéndolo mucho, en primer
lugar hay que señalar que Nueva Orleans gozaba de una <b>situación geográfica privilegiada</b> en el Golfo de México: era uno de
los principales puertos de entrada de esclavos a Estados Unidos. Cuando se
abolió la esclavitud, las poblaciones negras que trabajaban en las inmensas
plantaciones de Lousiana tuvieron que buscarse la vida en Nueva Orleans, amén
de los esclavos que ya se reunían desde el siglo XVIII en <b>Congo Square</b>, único lugar donde se les permitía cantar y bailar un
día a la semana. En esos ritmos primitivos y tribales de raigambre africana
tenemos un antecedente claro del jazz. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Además, la propia historia de la ciudad hizo que fuera una
especie de <b>crisol de diferentes culturas</b>:
en 1718 fue fundada por los franceses como <st1:personname productid="la Nouvelle Orleans" w:st="on"><st1:personname productid="la Nouvelle" w:st="on">la Nouvelle</st1:personname> Orleans</st1:personname>,
luego estuvo ochenta años bajo dominio español que dejó una notable impronta en
costumbres e infraestructuras (alcantarillado, alumbrado, prensa local) antes
de pasar a manos norteamericanas. La influencia francesa se manifestó
principalmente en los <b>criollos</b>, descendientes
de europeos y sus amantes negras, una clase social privilegiada en la ciudad,
que habían sido educados en la tradición del viejo continente, tocaban
instrumentos clásicos como el piano o el violín, asistían a la ópera y hablaban
su propio dialecto, el <i>patois</i>, una suerte
de francés con toques autóctonos. Músicos pioneros como Jelly Roll Morton o
Sidney Bechet pertenecían a esta privilegiada estirpe que influyó decisivamente
en el nacimiento del jazz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf_mVTAILFmHHdPBOPRMcUaHehjI7hgH3G1nrTk_gM6sL9VFGR3Qbmm8U7pfsAaKj0PoZL0migaq-ige6Kq1bx8A9NvFzGFRF1vI4E2XdHuX2LPPbDJnR_AmUjpxz3V0CmpN8ke1w12Pw/s1600/Calle+de+San+Pedro-Manuel+Recio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf_mVTAILFmHHdPBOPRMcUaHehjI7hgH3G1nrTk_gM6sL9VFGR3Qbmm8U7pfsAaKj0PoZL0migaq-ige6Kq1bx8A9NvFzGFRF1vI4E2XdHuX2LPPbDJnR_AmUjpxz3V0CmpN8ke1w12Pw/s1600/Calle+de+San+Pedro-Manuel+Recio.jpg" height="150" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Asimismo Nueva Orleans miraba al Caribe. Existían fuertes
vínculos comerciales y culturales con <st1:personname productid="La Habana" w:st="on">La Habana</st1:personname> a través de la industria cigarrera y por
tanto músicos llegados de Cuba añadieron un <b><a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2012/07/el-matiz-espanol-en-los-inicios-del.html">Spanish
Tinge</a></b> (matiz español) al incipiente jazz. Por si fuera poco, Nueva
Orleans acogió a muchos refugiados caribeños, principalmente haitianos, que
huyeron del país durante las <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_haitiana">revueltas sociales</a>
del siglo XIX. A ellos se debe ritos como el vudú o la magia negra, tan
presentes en la imaginería del primer jazz. La convivencia espacio temporal
entre negros, europeos y caribeños era única en todo Estados Unidos y se podría
decir que en el mundo entero.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Estos condicionantes sociales se vieron reflejados en las
músicas que se oían en la ciudad en ese indeterminado y mágico instante en el
que surgió el jazz. Ya hemos hablado de los ritmos africanos y danzas tribales
de Congo Square. Más importante aún —la base del jazz para algunos— es el <b>blues</b>, estilo surgido en las
plantaciones del sur de Estados Unidos y que se escuchaba en la ciudad en boca
de cantantes callejeros itinerantes. Las síncopas pianísticas del <b>ragtime</b>, llegadas desde el Medio Oeste,
se oían como música de fondo en hoteles, cafés y por supuesto prostíbulos. El
blues y el ragtime son los dos ingredientes principales de la receta del jazz
pero no los únicos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“<i>Hay una manía en esta
ciudad de tocar trompas y trompetas</i>" escribía el periódico local New
Orleans Picayune en los años 30. En efecto, las bandas de metales o <b><i>brass
bands</i></b> son fundamentales para entender el nacimiento del jazz ya que
dotaron al estilo de instrumentación y, lo que es más importante, repertorio.
Estas bandas datan de la época francesa, asociadas a los desfiles militares,
aunque fueron evolucionando hacia actividades lúdicas (Mardi Gras,
celebraciones, barcos de vapor que surcaban el Mississippi) y hacia marchas funerarias.
No había entierro en la ciudad que no contara con su correspondiente brass
bands, que solían acompañar a la comitiva fúnebre hasta el cementerio, detrás
del féretro. De ahí el origen del <b>second
line</b>. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero falta el toque final, la guinda del pastel y para ello
volvemos a recurrir a Jelly Roll Morton quien dijo: “<i>si no consigues poner aderezos españoles en las melodías, nunca tendrás
lo que yo llamo el aliño adecuado para el jazz</i>”. Esos aderezos españoles,
es decir el célebre <b>Spanish tinge</b>, consistían en los ritmos traídos del Caribe,
principalmente el patrón de la habanera cubana, que dotó al jazz de un sabroso
matiz español. Es más, para muchos historiadores lo que separa y diferencia el
ragtime síncopado del jazz es ese toque español que puede apreciarse en el <i>New Orleans Blues</i> de Morton. <o:p></o:p><br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/4CtyQXFtu2U" width="420"></iframe>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Fuera de lo estrictamente musical, aunque relacionado,
tenemos los shows de <b>minstrel </b>—<i>juglares</i> en su traducción literal—,
donde cómicos blancos con la cara tiznada de negro imitaban y se burlaban de
las costumbres de los negros. Estos espectáculos racistas fueron muy populares
en Estados Unidos hasta bien entrado el siglo XX. Gran parte del humor
nacional, los chistes, las parodias, los bailes como el cakewalk y las
canciocillas que todo norteamericano medio tiene en su acervo cultural
provienen de los minstrel. En lo referente al jazz y a Nueva Orleans,
paradójicamente, muchos de los músicos negros pioneros empezaron tocando y
viajaron por todo el país gracias a las compañías de minstrel. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¿Y cuándo surgió el jazz? Tenemos los antecedentes y los
ingredientes de la receta, nos falta saber en qué lugares se cocinó y quiénes fueron
sus principales cocineros. Y no estamos hablando de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Gumbo">gumbo</a>, precisamente.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Xhkxy3ei8os" width="420"></iframe>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
[[Texto publicado en el número 1 de la <b><a href="https://twitter.com/NevermindMDZ" target="_blank">Revista Nevermind</a></b>, correspondiente a enero, que se puede descargar <a href="http://mediazin.es/" target="_blank">aquí</a> y <a href="https://itunes.apple.com/es/app/mediazines-quiosco-revistas/id941210424?mt=8" target="_blank">aquí</a>]]</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2UvTlBOONxP5Is-UbALE1IaCD-VpZyGwrcB5Tc_thMOcFlNsLeYP7nT4vyI2OVMceFptm8dZBHTVX4SKOonwYRglfYx3848GoBEAWUliy8bcOlSOpC-flW6MaFPB-wQCa2aI3OB61ctE/s1600/Nueva+Orleans+Nevermind.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2UvTlBOONxP5Is-UbALE1IaCD-VpZyGwrcB5Tc_thMOcFlNsLeYP7nT4vyI2OVMceFptm8dZBHTVX4SKOonwYRglfYx3848GoBEAWUliy8bcOlSOpC-flW6MaFPB-wQCa2aI3OB61ctE/s1600/Nueva+Orleans+Nevermind.jpg" height="320" width="240" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-49593438149843278152015-02-28T03:14:00.000-08:002015-02-28T03:39:53.362-08:00La noche definitiva de la bossanova<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPYTxChz9AaS7YzayNaEuA59cpKS_VVIlhuLr0QIUI_yFLshx0ZgN1RX5JK6K0J9tnzB432LHIqPsfG80I1uDw-84-JjIC-p7TtaHV5h_EFADj6AX1SgZUs6SGEA9F9fvQkKvaVl0jXlg/s1600/Bon+Gourmet.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPYTxChz9AaS7YzayNaEuA59cpKS_VVIlhuLr0QIUI_yFLshx0ZgN1RX5JK6K0J9tnzB432LHIqPsfG80I1uDw-84-JjIC-p7TtaHV5h_EFADj6AX1SgZUs6SGEA9F9fvQkKvaVl0jXlg/s1600/Bon+Gourmet.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Bon Gourmet con lo más nutrido de la bossanova</td></tr>
</tbody></table>
<br />
José Fernandes, conocido empresario y promotor de la noche de Río de Janeiro, se trasladaba a Brasilia y vendía a precio de saldo su restaurante <b>Au Bon Gourmet,</b> situado nada más y nada menos que en la legendaria avenida de Copacabana. Otro empresario, Flávio Ramos, dueño de varios restaurantes, boîtes de poca monta y algún que otro nightclub decadente decidió comprarlo. Lo primero que hizo fue cambiar la vieja decoración de terciopelo rojo por una más acorde a la ocasión: renovó el sistema de luces, adquirió una hilera de focos nuevos, e invirtió en microfonía Shure.<br />
<br />
En poco tiempo, el anquilosado Au Bon Gourmet se había transformado en un flamante local de espectáculos con capacidad para trescientas personas. Para la inauguración, el amigo Flávio quiso tirar la casa por la ventana. Quería programar un espectáculo único en Río de Janeiro, de esos que marcaran época y vaya si lo logró. Consiguió reunir -nadie sabe todavía muy bien cómo- a <b>Antonio Carlos Jobim</b>, <b>Joâo Gilberto</b> y <b>Vinicius de Moraes</b>, el tridente más antológico de la música brasileña, en la primera vez que se subirían juntos a un escenario. Por si fuera poco, el programa se completaba con la participación especial del conjunto <b>Os Cariocas</b>, donde ya deslumbraba un joven Baden Powell.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<br />
<a name='more'></a><br />
- ¿Pero ya es la hora, Flavinho? espera que me doy un bañito rápido y salgo para allá.<br />
- ¡No, no vengas! Tú no te muevas de ahí, báñate y quédate donde estás que ya te mando yo un coche.</blockquote>
<br />
Flávio no tardó en darse cuenta de que con Joâo Gilberto no había disciplina que valiese. Las primeras noches llegaba tarde, cuando el espectáculo ya había comenzado. Tuvo que contraatacar: empezó a enviarle un Cadillac negro que salía de Ipanema directo a la casa de Joâo Gilberto. La cortesía se convirtió en costumbre y el Cadillac hacía parada en la casa de Jobim y en la Clínica Sâo Vicente, donde Vinicius intentaba olvidar los sortilegios del alcohol. Aunque la mayoría de las veces sucumbía y le tenían que recoger en el bar de al lado, donde estaba testando un nuevo whisky nacional llamado Maison House.<br />
<br />
De hecho, gracias a un permiso oficial extraordinario, Vinicius pudo participar, ya que el Ministerio de Asuntos Exteriores, para el que trabajaba como diplomático, no le hacía ninguna gracia que uno de sus viceconsules se subiera a un escenario, vaso de whisky en mano a cantar bossanovas. El acuerdo consistió en que Vinicius renunciaba a sus honorarios a cambio de que Flávio dejara que sus invitados asistieran gratis al espectáculo. No tuvo en cuenta que los amigotes de Vinicius bebían más que él y comían como si no hubiera mañana. Al final de temporada Vinicius quedó debiendo dinero. <br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpDR5tspIQ-tllUZevYsgOWjc8N8KdVnsVpfYJ57vTb5yDvQ9EgVWWQcYnY7PDFkHncDhMluvElGnHtmu6qpgCcqbHo02FI6kykWQzwlG94100XRnspVz-IYAAb4izjyLq79kkORbooOw/s1600/Vinicius.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpDR5tspIQ-tllUZevYsgOWjc8N8KdVnsVpfYJ57vTb5yDvQ9EgVWWQcYnY7PDFkHncDhMluvElGnHtmu6qpgCcqbHo02FI6kykWQzwlG94100XRnspVz-IYAAb4izjyLq79kkORbooOw/s1600/Vinicius.jpg" height="178" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vinicius en su salsa con Jobim en primer plano</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Era un 2 de agosto de 1962, el público que abarrotaba el Bon Gourmet apuraba las ostras y el filete en salsa tártara, especialidad de la casa. El movimiento de la bossanova se encontraba en una encrucijada: habían pasado 4 años desde <i><a href="http://www.jotdown.es/2014/01/basta-de-nostalgia-asi-surgio-la-bossanova/" target="_blank">Chega de Saudade</a></i>, la fórmula de éxito inicial estaba sobre explotada, y el género se debatía entre seguir la senda de lo comercial o buscar nuevos caminos. Además ese 1962 fue el año en que estalló la beatlemanía, fenómeno del que Brasil no sería ajeno. Esa noche, el espectáculo del Bon Gourmet estaba llegando a su fin.<br />
<br />
Paradójicamente, muchos de los clásicos de la bossanova se estrenaron allí. <i>Só danço samb</i>a, de Jobim y Vinicius, <i>Samba do aviâo</i>, de Jobim o <i>Samba da bènçao</i> y <i>O Astronauta</i>, de Baden Powell y Vinicius. Canciones que hoy forman parte de la historia del género. Pero la noche aún iba a deparar una sorpresa más. Pocos sabían lo que estaba por llegar. De repente Jobim introdujo unas notas al piano, mientras que Joâo, haciéndose el sorprendido, canturreaba:<br />
<br />
- Tom, ¿por que no nos haces ahora una canción que nos pueda decir, que nos pueda contar lo que es el amor...<br />
<br />
Tom Jobim respondió:<br />
<br />
- Vaya, Joâozinho, yo no sabría, si Vinicius nos hiciera la poesía...<br />
<br />
Vinicius dejó el vaso de whisky:<br />
<br />
- Para que esa canción se realizara, haría falta que Joâo la cantara...<br />
<br />
Joâo, en un alarde de insospechada modestia, añadió:<br />
<br />
- Oh, ¿pero quién soy yo? Sin vosotros, no sabría, mejor la cantamos los tres...<br />
<br />
Y los tres juntos empezaron a cantar:<br />
<blockquote class="tr_bq">
"Olha que coisa mais linda,<br />
mais cheia de graça,<br />
é ela menina que vem que passa<br />
num doce balanço caminho do mar".</blockquote>
Tal vez sea uno de los inicios más famosos de canción, ya no solo de la bossanova, sino de toda la música del siglo XX. <i><b>Garota de Ipanema</b> </i>se estrenó esa noche en el Bon Gourmet. Fue un momento único para todos los presentes. A partir de entonces, durante 45 días seguidos, se repitió ese diálogo simpático entre Jobim, Joâo y Vinicius. Todas las noches el local se abarrotaba. Pronto llegaría el éxito mundial, la canción se tradujo a varios idiomas y hoy por hoy sigue siendo uno de los emblemas del género y de Brasil.<br />
<br />
El espectáculo del Bon Gourmet puso fin a la relación entre Vinicius y Jobim. El primero fue destinado a París en su labor diplomática y Tom, a finales de ese año, daría el salto a Nueva York y apenas regresaría a Brasil. Aunque siguieron siendo grandes amigos, ya no volvieron a componer juntos nunca más. Esa noche en el Bon Gourmet el público asistió a uno de esos instantes mágicos e irrepetibles que hacen del arte algo tan misterioso como fascinante. Esa noche en el Bon Gourmet se produjo uno de los momentos más decisivos en la historia de la bossanova.<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/vbhYxhV1YrA" width="420"></iframe>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
Disco <i>O Encontro en el Bon Gourmet</i></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowtransparency="true" frameborder="0" height="380" src="https://embed.spotify.com/?uri=spotify:album:2ysc4ggMWIQrT93sOUjbEv" width="300"></iframe>
</div>
<br />
[<b><u>Fuente</u></b>: <i>Bossa Nova, la historia y las historias</i>. Ruy Castro, Turner. 1990.]Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-66651522368878263832015-01-27T16:59:00.001-08:002015-01-28T01:17:15.138-08:00Un encuentro inesperado con el rey<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMKsMpCTyYr6hXhf5-Xihzef4ExnNvhJHkGPXhJxPbtCS7nEAX88qyxPxsvqegN5DFq7JRlxKHXfZJqARZ4m2NoT0AAi1Pm7bp79B4FggbgWcjfqt3Qa4SKHy-FCYliJyuNjVuxNyXgjQ/s1600/Canal+Street+New+Orleans.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMKsMpCTyYr6hXhf5-Xihzef4ExnNvhJHkGPXhJxPbtCS7nEAX88qyxPxsvqegN5DFq7JRlxKHXfZJqARZ4m2NoT0AAi1Pm7bp79B4FggbgWcjfqt3Qa4SKHy-FCYliJyuNjVuxNyXgjQ/s1600/Canal+Street+New+Orleans.jpg" height="190" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Canal Street, cerca de 1900</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Centenares de carretas y coches de caballos llenaban las calles. Los postes con las líneas eléctricas parecían como una extensa tela de araña. La gente iba de un lado a otro, con prisa, sin pararse demasiado a las contemplaciones. Los comercios y los mercadillos le impresionaban. El bullicio que se respiraba en el ambiente le producía una estimulante sensación de novedad. Ya desde lo lejos se veían los edificios de varias alturas. El tren entraba por Carrollton Avenue para cruzar después el canal de New Basin. Las casas <i>shotgun</i>, tan modestas como características, las granjas criollas, el pantano rodeado de cipreses, el gran lago. Todo era una novedad para él. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Corría el año 1905 y era la primera vez que Dutt -así es como le llamaba todo el mundo- pisaba Nueva Orleans.
En la plantación Woodland, donde vivía, los días se pasaban entre las ferias del condado, pescar en el río, tirar
piedras en la vieja vía del tren o jugar a las cartas. Y bueno, trabajar
en el molino, donde se procesaba la caña de azúcar, en una árdua y laboriosa tarea. El padre de Dutt era blanco y sus antepasados provenían de la región francesa de Alsacia. Llegaron a Lousiana tras las migraciones acadianas desde Canadá. Las tardes en la plantación, después de la jornada de trabajo, la gente se sentaba en los porches de las casas a cantar viejas canciones francesas hasta el anochecer. Sus primeros recuerdos musicales, sin embargo, vienen de la naturaleza: el croar de las ranas, el silbido de las serpientes, el correteo de las ratas. También de los procesos industriales de transformación del azúcar: el rugido de las calderas en la cristalización de la caña, el incesante sellado de los barriles o el sonido metálico de las carretillas que transportaban el producto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y por supuesto, las <b>bandas de metales</b>, que desfilaban por las iglesias del condado siempre que había un funeral. Precisamente uno de ellos, James Brown Humphrey, de la Onward Brass Band fue uno de los primeros maestros musicales de Dutt. Pronto comenzó a cantar en grupos vocales y a fabricar sus propios instrumentos. El banjo, moldeado a través de una caja de cigarros, era todo un clásico, pero también guitarras y contrabajos. De alguna manera llegó a sus manos un carcomido trombón de segunda mano lleno de agujeros. Más que sonido, de ese ajado trozo de metal salían burbujas de saliva. Su viaje a Nueva Orleans tenía relación con eso.</div>
<br />
<a name='more'></a><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2r9X8uKbsVUb376V9uw-_pPUvrUTLaCPSyg4r4kbLKm-jr224S54iOPWcWQ5hatg5PVgGBvQ73_ptZpAOCYrpY7UCeUBRPyI9algdVMAAsf-vK_f0hs6woi1LDYVF9MSC797NqvzWcJY/s1600/Werleins+music+store.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2r9X8uKbsVUb376V9uw-_pPUvrUTLaCPSyg4r4kbLKm-jr224S54iOPWcWQ5hatg5PVgGBvQ73_ptZpAOCYrpY7UCeUBRPyI9algdVMAAsf-vK_f0hs6woi1LDYVF9MSC797NqvzWcJY/s1600/Werleins+music+store.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Werlein's en los años 40</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Dutt se bajó en la calle Poydras, justo en la esquina con Villere. Su hermana Lena vivía cerca, pero antes de visitarla tenía algo mucho más importante que hacer. No se lo pensó mucho y cogió el tranvía que iba a Canal Street donde estaba <b>Werlein's Music Store</b>: quería comprar un nuevo trombón, el principal motivo por el que había ido a la ciudad. La tienda de música más grande de todo Nueva Orleans, fundada en 1834, había visto a distintas generaciones de músicos locales pasar por ella para comprar sus partituras e instrumentos. Werlein's era territorio sagrado. </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Nada más entrar, Dutt se quedó ensimismado por el intenso brillo de los instrumentos de viento: los refulgentes dorados de las cornetas, la majestuosidad de los saxofones, la elegancia innata de los clarinetes. En la sección de cuerdas, le llamó la atención las retorcidas formas de los violines y contrabajos. Después de un iniciático y reposado paseo por la tienda volvió a la sección de los vientos. Allí estaba, listo para él: un imponente <b>trombón de válvulas</b> de marca York, a 67$ de precio. Afortunadamente había estado ahorrando y con lo que sacaba del azúcar y un dinerillo extra que se había ganando trabajando de guitarrista en una taberna pudo pagárselo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se fue corriendo a casa de su hermana. Estaba tan excitado que no pudo reprimir las ganas de tocar su nuevo instrumento por la calle. Quería probar su sonido, su ataque, la embocadura...todo. Le gustaba lo que oía. Ese York de válvulas convertía el aire en música de una forma endemoniadamente bella. Llegó a casa de su hermana, en la calle Jackson. Siguió tocando. No podía parar de tocar. De repente alguien llamó a la puerta.</div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
- "Jovencito, ¿eres tú el que está tocando ese trombón?", preguntó con voz arenosa un tipo negro, robusto, de más de 1,80 de altura, vestido con camisa blanca y chaqueta.<br />
- "Sí", dijo Dutt.<br />
- "Bien. ¿Sabes quién soy?"<br />
- "No", respondió sorprendido Dutt.<br />
- "¿Seguro que no sabes quién soy?"<br />
- "No, la verdad".<br />
- "¡Soy el rey!", espetó con orgullo el hombre negro.<br />
- "¿El rey?, ¿qué rey?", Dutt estaba totalmente perdido. No sabía que intenciones tenía ese extraño tipo.<br />
- "¡King Bolden!".<br />
- "Pues encantado de conocerle, señor Bolden", la ingenuidad de Dutt no acertó a decir otra cosa.<br />
- "¿Vives aquí?".<br />
- "No exactamente, es la casa de mi hermana, yo vivo en el campo"<br />
- "Me gusta como suenas, ¿te gustaría trabajar conmigo?", el hombre llevaba un buen rato fuera, en la calle, escuchando el trombón de Dutt.<br />
- "...espere un momento", Dutt estaba tan emocionado por tocar con King Bolden, aunque no supiera muy bien quién era, que fue a llamar a su hermana. Se dirigió hacia Bolden. "Señor Bolden, le importaría explicarle a mi hermana lo que quiere".<br />
<br />
La hermana tomó las riendas y cortó de raíz la situación:<br />
- "No, no, no. Tiene que volver a casa ahora mismo. No va a ir a ningún sitio hasta que por lo menos tenga 12 años".</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Dutt no era más que un niño de 9 años que apuntaba maneras. Aunque no pudiera tocar con él, su encuentro con el rey le dio fuerzas y volvió a la plantación pleno de confianza. King Bolden, el legendario Buddy Bolden, el primer músico de la historia en tocar jazz, sin embargo, estaba en el ocaso de su carrera. Los excesos con el alcohol y ciertos delirios mentales le habían llevado a tener una conducta excéntrica y aislada. Cada vez era menos habitual verle tocar en desfiles. Años más tarde Dutt recordaría cómo Bolden iba a las iglesias de Nueva Orleans a sacar ideas para su música. O como ensayaba en la puerta de su casa, en plena calle, con el sonido más potente que jamás había escuchado. Años más tarde, Dutt, rememoraría su primer encuentro con Buddy Bolden como su gran revelación musical. No obstante, después de esa epifanía, Dutt no tardaría mucho tiempo en ser asiduo de los bailes y picnics de Nueva Orleans y labrarse una reputación como uno de los mejores músicos de la ciudad. No tardaría en marcharse a California con su propia orquesta, después a Chicago, donde grabaría nada más y nada menos que con Louis Armstrong y sus Hot Seven. Años más tarde, el jovencito Dutt se convertiría en <b>Kid Ory</b>, el trombonista criollo más influyente y famoso del primer jazz. </div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7WlZ0ccorgUcbwL_tayFAPgKqXrhgrN3BjxFMGvS53Y5W61YV-jfeD1A0ZhBYE_95iwdPjdudxnl-kWro3Ujtjn2C505Vnt8YitFP8geRc2oR9aRQhvOJpRjpWAk8TC5W_ETDIvJJaso/s1600/kid-ory-and-louis-armstrong-young.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7WlZ0ccorgUcbwL_tayFAPgKqXrhgrN3BjxFMGvS53Y5W61YV-jfeD1A0ZhBYE_95iwdPjdudxnl-kWro3Ujtjn2C505Vnt8YitFP8geRc2oR9aRQhvOJpRjpWAk8TC5W_ETDIvJJaso/s1600/kid-ory-and-louis-armstrong-young.jpg" height="400" width="261" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dos jóvenes Kid Ory y Louis Armstrong</td></tr>
</tbody></table>
<blockquote class="tr_bq">
<u><b>Fuente: </b></u><i>Creole trombone: Kid Ory an the early years of jazz</i>, John McCusker, University Press of Mississippi, 2012.</blockquote>
<br />Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-25735151596254497612014-12-28T06:00:00.001-08:002015-01-05T04:00:51.687-08:00El blues de la Meseta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmxniKaJDNg1DZtuRs9bvFDMh_Lv3M73u1Vb_Wt40gFqGZvYcIRc8JUKb4-dRA9v-DvmKzl8s11ECpT_Gp2csJOWTB412zG9gCUrM-IY4632Lthu2bCH24pA8g6nxateVgdNQ4GEXn8dw/s1600/peter+pan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmxniKaJDNg1DZtuRs9bvFDMh_Lv3M73u1Vb_Wt40gFqGZvYcIRc8JUKb4-dRA9v-DvmKzl8s11ECpT_Gp2csJOWTB412zG9gCUrM-IY4632Lthu2bCH24pA8g6nxateVgdNQ4GEXn8dw/s1600/peter+pan.jpg" height="237" width="320" /></a></div>
<div dir="ltr">
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div dir="ltr">
"<i>En el interior de esta pampa enorme, los pueblos medio en ruinas, a los que de lejos, su color de barro hace que se asemejen a un montón de excrementos de pájaro resecos, pueden sugerir descripciones subyugadoras y pinturas dramáticas</i>", <b>Miguel de Unamuno</b>.</div>
</blockquote>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
Si existe algún lugar a este lado del Atlántico similar al Delta del Mississippi ese es la Meseta.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
La Meseta es nostalgia, soledad y cierta decrepitud.
También reflexión, introspección y calma, tan necesaria para estos
tiempos vertiginosos. Un decadente aire de aislamiento impregna el
ambiente. Los escasos núcleos urbanos, dispersos y cada vez más
despoblados, apenas albergan a los más viejos del lugar. En muchos pueblos las escuelas
cerraron por falta de alumnos. Al igual que hospitales y centros de
salud. Los jóvenes emigraron, cansados de la falta de oportunidades, de
las inclemencias meteorológicas, de la rudeza del terreno, de puro
aburrimiento o de un compendio de ambas, cualquiera sabe...</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
Algunas ciudades crecen en población, las mínimas. También
en impersonales centros comerciales y urbanizaciones a las afueras
sacrificando los edificios históricos, los pequeños cines y los comercios
y oficios tradicionales. La mayoría pierden no solo habitantes, también confianza. Se quedan estancadas en un clima de derrota y desesperación,
contemplándose el ombligo por un pasado de esplendor y gloria. El
pesimismo se apodera de todo, principalmente del futuro, aunque también
del presente. <i>Cualquier tiempo pasado fue mejor</i> parece erigirse como el
único lema posible.<br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="more"></a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRZHMcCWd9K5fNLHZ7QaYuHWRhEEhg5AKvybimIECd-TznWVPy9NoLMOp-Vq0bD_Bw3KOcoX7d9Ktj66xTM0oOAkF_PENxzms-G57ehPI8leMEiVcRwbiudZyEF9PIybev4eAuVxEl73A/s1600/En+el+abismo+del+olvido,+solos+t%C3%BA+y+yo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRZHMcCWd9K5fNLHZ7QaYuHWRhEEhg5AKvybimIECd-TznWVPy9NoLMOp-Vq0bD_Bw3KOcoX7d9Ktj66xTM0oOAkF_PENxzms-G57ehPI8leMEiVcRwbiudZyEF9PIybev4eAuVxEl73A/s1600/En+el+abismo+del+olvido,+solos+t%C3%BA+y+yo.jpg" height="320" width="212" /></a></div>
</div>
<div dir="ltr">
<br />
En las zonas rurales de la Meseta, aparte de labrar el campo o cuidar el ganado,
no hay mucho más que hacer. Ir al bar, a lo sumo, o sentarse a ver el tiempo pasar. Contemplar el atardecer, en un sublime
cromatismo de rojizos y ocres, es el momento culmen del día. En invierno
cae sobre los helados campos de escarcha, en un cielo ligero y límpido;
en verano la atmósfera se torna más pesada aunque se contrarresta con
el suave rumor del río y el frescor continental de las noches estivales.
El invierno huele a leña, sopa castellana y chuletón de ternera morucha;
el verano a barbacoa a la intemperie, a vino de Toro y a tierra húmeda.<br />
<a name='more'></a></div>
<div dir="ltr">
Los recuerdos se han quedado condesados en un imperceptible
instante fugaz, en un indeterminado punto de nuestro inconsciente, tan
luminoso como evocador. Los ritos iniciaticos adquieren en la Meseta una
dimensión mística casi mágica y no solo se asocian a nuestra mente sino
también a un lugar geográfico concreto: el primer beso en el camino de
la charca, la primera vez en el pajar abandonado, la primera borrachera
en la fiesta de los quintos... Las fiestas en los pueblos con la música de verbena como telón de fondo. Pasodobles y rancheras, mezclados con Los Suaves y Extremoduro.</div>
<div dir="ltr">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi789ZER3_RbJTK03R3S42pnENghX2O7ojL2rSE1nG2K4FRix3HAZpzssmGlaL99jEVrLJ3WZuKHqkeFSCCbNp1bOCZRjdEXmGjPOZQIkaHZKJz694qx9_W2XRczwVJROPBFthyUuKnze8/s1600/Sentada+en+el+quicio+de+la+puerta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi789ZER3_RbJTK03R3S42pnENghX2O7ojL2rSE1nG2K4FRix3HAZpzssmGlaL99jEVrLJ3WZuKHqkeFSCCbNp1bOCZRjdEXmGjPOZQIkaHZKJz694qx9_W2XRczwVJROPBFthyUuKnze8/s1600/Sentada+en+el+quicio+de+la+puerta.jpg" height="208" width="320" /></a></div>
</div>
<div dir="ltr">
<br />
En la Meseta el mar es una quimera lejana. Pero bañarse en
el río no es un consuelo menor: el roce del cuerpo desnudo con las
gélidas aguas en una furtiva noche de verano se convierte en una de las sensaciones
más chocantes y a la vez más placenteras. Lo que viene después no se
puede contar. </div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
La línea del horizonte se funde con los rectilíneos terrenos de siembra. El cielo llameante parece querer engullir a la tierra. Lo que en Mississippi son inmensos campos de algodón y maíz, aquí son de trigo y
cebada.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
Yo vengo de la Meseta y me siento orgulloso de ello. Conocer y entender sus claroscuros me sirve para admirar sus virtudes. </div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
La Meseta puede parecer una región geográfica pero es en realidad un estado emocional: un blues.<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
"<i>Esta tierra tiene una magia, que es la magia de las líneas. Se tiene la sensación de que debajo de las finísimas, las dulces ondulaciones de la tierra está el vacío</i>", <b>Josep Pla.</b></blockquote>
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="260" src="//www.youtube.com/embed/MZ2AlQYaJio" width="500"></iframe>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
[[Fotos de mi gran amigo <b>Jorge Manjón</b> extraídas de su blog <a href="http://jota80.blogspot.com.es/" target="_blank">RealidaZ</a>, las imágenes a veces hablan por sí solas. Música de otro amigo, <b>Xavi Martín</b> que con su grupo,<a href="http://www.losroutiers.com/" target="_blank"> Los Routiers</a>, ha ideado un maravilloso proyecto llamado 'El Blues de la Meseta', una suerte de road-movie que pretende encontrar la canción que describe esta tierra. En breve saldrá a la luz. En nuestro último encuentro en Barcelona, Xavi y yo hablamos de hacer cosas grandes con este proyecto. Sirva este texto de aperitivo]]</blockquote>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRyz7PMoA7uzjLBioxbIesibSE2ki6mV0HaNSl5cEvkwOXggb-hGrNgcFdr25rtigO5dCAML_9wKLmPATqTU2VeemO2uiSrJ5KF2Fj6EVNQhK68obYtVoThM9aG_and5E5e1A5ctTQiI0/s1600/ribera9f.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRyz7PMoA7uzjLBioxbIesibSE2ki6mV0HaNSl5cEvkwOXggb-hGrNgcFdr25rtigO5dCAML_9wKLmPATqTU2VeemO2uiSrJ5KF2Fj6EVNQhK68obYtVoThM9aG_and5E5e1A5ctTQiI0/s1600/ribera9f.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-25053803143393883792014-11-30T19:47:00.000-08:002014-12-01T11:25:57.946-08:00Conversaciones con O Sister!: echar de menos Nueva Orleans<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU5tgw3uc1K6CMQvuPFi81ra3Qg-3BWhvpswT6IdX7yWZeuTx86LlYytlBjSAnckz1rMzahkZwxM0ifkSgSfIFa9brmvOcVh9-uVyXAKssYB34HrOj-no_dRecZrHGl6yUMchrDsS08ts/s1600/Riverside+Hotel+O+Sister.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyy0CFioiTgqWJfT_04gcT0VUW2wmCP23oo2qYBHfGbPhgf87AROZuo0KqlGVPmvP8BdIgZmFRKBlKTPBMn-unO64sVeDZ6xf3Nr7bhs6qVshImY28U4yLkc0ThvXOAUSUS1NTdBvH9UQ/s1600/O+Sister+Mississippi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyy0CFioiTgqWJfT_04gcT0VUW2wmCP23oo2qYBHfGbPhgf87AROZuo0KqlGVPmvP8BdIgZmFRKBlKTPBMn-unO64sVeDZ6xf3Nr7bhs6qVshImY28U4yLkc0ThvXOAUSUS1NTdBvH9UQ/s1600/O+Sister+Mississippi.jpg" height="320" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">O Sister! en campos de algodón de Mississippi</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Estaba a punto de acabar el concierto. De repente, sin previo aviso, sonaron los primeros compases de <b>Raskayú</b>, esa enigmática composición del mallorquín Bonet de San Pedro, prohibida por el franquismo, de ritmo trepidante y letra escabrosa "<i>Raskayú cuando mueras que harás tú, tú serás un cadáver nada más</i>". El hombre que estaba delante de mí, de unos 70 años, empezó a mover tímidamente los pies, chasquear los dedos y agitar la cabeza de arriba a abajo. Luego se acercó a su mujer, de edad parecida, y le susurró algo al oído. "¡Esta es de mi época!", es lo que yo imaginé que le pudo haber dicho sin tener, obviamente, certeza alguna de ello. A medida que avanzaba el tema el hombre se venía arriba: intensificaba los chasquidos, seguía el ritmo con un entusiasmo enérgico, con precisión de metrónomo. Al acabar rompió en una sonora ovación, como el resto del auditorio. Su mujer le dio beso en mejilla y él esbozó una ligera sonrisa llena de plenitud. Es la metáfora misma de la música de <b>O Sister!</b> y por extensión del propio jazz, una corriente transformadora de estados de ánimo, generadora de la felicidad más mínima y a la vez más enorme.<br />
<br />
Pero que nadie se equivoque, las apariencias pueden resultar engañosas. No es una cuestión de <i>antiguallas, </i>de música muerta o de vacíos ejercicios de nostalgia. Los sevillanos O Sister! están muy vivos y tienen una visión artística reveladora y clara. Son unos treintañeros que se inspiran en los años 30 del siglo pasado para revitalizarlos, captar su espíritu y recordarnos el carácter popular, simpático y esperanzador de los inicios del jazz (como el objetivo de este blog por cierto). Mensaje parecido es el que se escuchó en la voz en off que hizo la presentación de la banda con motivo de su participación en <a href="http://www.festivaldejazzmadrid.com/" target="_blank">Festival de Jazz de Madrid JAZZMADRID'14, </a>celebrado a lo largo del mes de noviembre en el auditorio de Conde Duque. El concierto de O Sister! precedía en un día al cierre final del festival con la suprema vocalista de Memphis <b>Dee Dee Bridgewater.</b> Casi todos los conciertos de JazzMadrid'14 habían agotado las entradas en lo que ha sido un éxito de público.O Sister! no fue una excepción. No me lo quería perder, aunque mi intención iba más allá: hablar con ellos de <a href="http://www.verkami.com/projects/9313-ayudanos-a-acudir-al-homenaje-a-the-boswell-sisters-en-nueva-orleans" target="_blank">su experiencia en Nueva Orleans</a> en el homenaje a sus adoradas Boswell Sisters, viaje que consiguieron gracias al crowdfunding.<br />
<br />
<a name='more'></a>La tarde-noche del martes 25 de noviembre en Madrid se presentaba desapacible, lluviosa y fría. Era mi segunda experiencia en el festival después de una desoladora charla a la que asistí semanas previas y que dio el periodista <b>Chema García Martínez</b> ante poco más de 25 personas en un auditorio de 200 butacas. Lástima que un tema tan sugerente como la prehistoria del jazz en España despertará tan poco interés. Puede que los horarios programados (18 horas para las charlas y 20 horas para los conciertos) no ayudaran mucho. De hecho, ese había sido el principal motivo por el que no pude acercarme a más actividades, horas incompatibles con mi horario laboral. Con O Sister! había que echar el resto, aunque a punto estuve de quedarme con las ganas. A las entradas agotadas hay que añadir que la organización hasta el último momento no confirmó acreditaciones, (imposibles para otros conciertos del festival). Por suerte los miembros de la banda se preocuparon de facilitarme invitaciones para disfrutar del espectáculo acompañado.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXLkYi6F6c3ktjnqMbbHpZFgPEOagRpzmapXgp6GjtLL-OfZFrsUpWm-ziWgsbEoI6c9h0IAZ4Xg8L1n4FhxFraUZtAz2iYp1qFbX7_HuYPwLdqa3lYmvh28uUqqDJ4bAntXacJ6Okaqo/s1600/O+Sister!%2BJazzMadrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXLkYi6F6c3ktjnqMbbHpZFgPEOagRpzmapXgp6GjtLL-OfZFrsUpWm-ziWgsbEoI6c9h0IAZ4Xg8L1n4FhxFraUZtAz2iYp1qFbX7_HuYPwLdqa3lYmvh28uUqqDJ4bAntXacJ6Okaqo/s1600/O+Sister!%2BJazzMadrid.jpg" height="320" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Actuación en JazzMadrid'14</td></tr>
</tbody></table>
<br />
El concierto fue por los derroteros previstos, es decir, la sublimidad. Ya había tenido oportunidad de verlos en <a href="http://www.musicnewstelevision.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1587:cronica-o-sister-el-jazz-puede-ser-divertido&catid=45:cronicas&Itemid=55" target="_blank">varias ocasiones anteriores</a>, incluso <a href="http://www.musicnewstelevision.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1921:o-sister-shout-sister-rebobinando-el-reloj&catid=40:nacional&Itemid=64" target="_blank">reseñar </a>sus discos. O Sister! nunca defrauda. Apoyados en una fórmula <i>revival</i>, donde la ambientación, el vestuario, los efectos sonoros y el sentido del humor se unen a la principal característica del combo: unas excelsas armonías vocales y una sección rítmica más engrasada que el <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Illinois_Central_Railroad" target="_blank">Illonis Central Railroad</a>. La primera imagen en el escenario son <b>Matías Comino</b> (guitarra) y <b>Camilo Bosso</b> (contrabajo) a los que se une <b>Pablo Cabra</b> (batería) con una escoba que utiliza para marcar el ritmo. Poca ortodoxia. Desde el primer momento uno sabe que la cosa va de sorpresas. La bajada a escena del trío vocal, <b>Helena Amado</b>, <b>Marcos Padilla</b> y <b>Paula Padilla</b> es tan elegante como apoteósica porque cuando unen sus voces a la banda se produce una especie de conjunción mágica que trasciende toda definición. Van sonando los temas de sus tres discos con más atención en el último, <i>Spooky Session</i> (2014), grabado en directo en los estudios Sputnik de Sevilla. El rebosante auditorio disfruta con cada lección de historia, con cada comentario jocoso de Helena y Paula que tienen una especial habilidad para conectar con el público. Para JazzMadrid'14 O Sister! se hacen acompañar de un músico extra, <b>Ángel Andrés Muñoz</b> al piano, que saca más brillo aún al repertorio de la banda.<br />
<br />
No solo interpretan con brío los temas musicales sino que también los explican con ímpetu didáctico. En lo histórico está tal vez su seña de identidad. O Sister! es una apuesta única y original y el público de Conde Duque supo apreciarlo. Muestra de ello es que, acabado el concierto, los miembros de la banda firman, incansables, los discos recién vendidos y se hacen fotos con el personal. Todo el mundo quiere un disco de O Sister!. Todo el mundo quiere una foto con O Sister!. La expectación es tal que hasta los propios empleados del Centro Cultural Conde Duque parecen sorprendidos. Paula, la última en aparecer, está rebosante de felicidad. Hablamos brevemente, interrumpidos contínuamente por las peticiones del respetable para fotografiarse con ella, y quedamos en avisarnos cuando hayan recogido todo. "Tardamos bastante", me dice Paula entre el ruido de la muchedumbre. No hay problema. Intuyo que la espera va a merecer la pena.<br />
<br />
Un martes de otoño no hay muchos sitios donde ir en Conde Duque. Las terrazas tan características de la zona están hibernando y debido a las horas tampoco hay muchos bares abiertos. Esperamos en uno de los pocos que ponían raciones. La espera se hace más llevadera con unos huevos rotos y una parrillada de verduras. Tras una hora aproximadamente suena el teléfono. Es Paula. Ya han terminado. Me pregunta dónde estamos. "Justo en frente a mano derecha terminando de picar algo". Nos recoge junto con Helena. "Verás, hay un pequeño problema, los de la banda han cargado el equipo en la furgoneta y ha tirado para Lavapiés para aparcarla, si no os importa venir...", el tono de Paula es de tanteo. Es un poco tarde y el día siguiente es laboral, pero, una oportunidad así no se tiene todos los días. "¿Cómo vais a ir?", les pregunto. "En metro", responde Helena. "Vamos hasta el metro y decidimos...", comento yo, aunque la decisión ya está tomada. Antes de abandonar el bar, dos mujeres las reconocen y se paran a hablar con ellas. Me voy acostumbrado: ¡estoy con dos cantantes famosas!. De camino a la estación de metro de Plaza España hablamos del Festival de Jazz de Madrid, de cómo se han sentido tocando en un auditorio tan <i>frío</i>, donde no hay posibilidad de lanzarse a bailar. "Estamos acostumbrados a todo tipo de recintos, cada uno tiene su encanto", admite Paula. "Una de las programadoras de Conde Duque nos vio en Clamores y decidieron meternos en el festival", confiesa Helena. Programadoras culturales que van a conciertos en busca de propuestas... Casi me emociono. El paraíso no debe ser muy distinto a eso. Entramos en la estación de metro de Plaza España. Hay que tomar ya la decisión: o despedirnos allí o poner rumbo a Lavapiés. Soy un tipo fácil.<b> </b><br />
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<b>Lavapiés, </b><b>Mississippi, raciones de pulpo y t</b><b>amales</b><br />
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En el trayecto del suburbano varias sopresas. La primera es que Helena vive en Madrid, concretamente en Lavapiés (de ahí que aparquen la furgoneta cerca de su casa). Se está sacando el grado superior de canto en el conservatorio de San Bernardo. La segunda es que todos los miembros de O Sister! están plenamente volcados con el grupo. "Intentamos vivir de ello, -suspira Paula - yo soy diseñadora pero ahora mismo todos los diseños que hago son para el grupo". De ahí la siguiente revelación, la más impactante, tocan en bodas y en fiestas privadas para empresas. No solo de clubs de jazz se puede subsistir. "Lo peor, la sensación de hilo musical de fondo y sentir que tu música no importa a nadie", espeta Paula. Aunque también tienen buenas experiencias. "Hay que sobrevivir y este tipo de trabajos solo los hacemos cuando están bien pagados y te compensan económicamente" añade Helena. "Bueno, tampoco pasa nada, los pioneros de Nueva Orleans tenían que tocar en entierros, desfiles, picnics y otro tipo de eventos", aporto yo en tono jocoso. Entre tanta confesión el viaje se nos hace cortísimo. Parada en Lavapiés. El bar donde nos espera el resto de la banda está nada más salir de la estación de metro, frente al Teatro Valle Inclán. Somos de los primeros, solo Fabián, técnico de sonido de la banda y un par de amigos esperan. Uno de ellos es Miguel, cantante del grupo sevillano <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Maga_%28banda%29" target="_blank">Maga </a>en el que también toca Pablo, batería de O Sister!.<br />
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No tardan en llegar el resto. Paula me los va presentando uno a uno. Encantadores y cercanos. Marcos es de los más efusivos: "muchas gracias por tu artículo, fue nuestra guía en el viaje a Nueva Orleans". En ese momento el orgullo no me cabía en el pecho. En efecto, mi artículo <a href="http://elviajero.elpais.com/elviajero/2012/11/02/actualidad/1351874434_515497.html" target="_blank">'La Ruta del Blues'</a> publicado en El País sirvió de referencia para los chicos de O Sister! También los e-mails que Paula y yo nos habíamos intercambiado días antes de su viaje. En ellos, les detallaba alojamientos, lugares que no debían perderse así como sugerencias y recomendaciones de todo tipo para aprovechar la experiencia al máximo. A la vista de los acontecimientos, acerté, o acertaron. No solo por mis consejos, claro. Pero me impliqué tanto con su viaje que fue, en cierto modo, como si lo estuviera haciendo yo otra vez. Aparece el camarero, nervioso, eléctrico: la cocina cierra en unos minutos y hay que pedir rápido. Me siento al lado de Paula y Marcos, en frente de Camilo y Matías, en diagonal con Pablo que queda un poco más apartado. Helena preside uno de los lados de la mesa. "¿Qué son los chopitos?", pregunta Matías. "Calamares pequeños, parecido a las chipirones", replican desde el otro lado de la mesa. La explicación convence a Matías que se apresura a elegir: "venga pues chopitos y una ración de pulpo... bueno, mejor dos, que somos muchos". "Matías es muy de pulpo", apostilla Camilo. En lo que nos sirven las bebidas y traen las raciones entramos, por fin, en materia.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBF92FxEEqaPdJbVKg9w9nlUkrlTGJOQrB_pDkeHOlGQSIvDATuOgjOA3vrYoChuGE0GWzmkVJ65hDZyz2KsmwmxuiBTH-5GcDtli8mNxWGuJPk4_-IBdKPXOoS0dwThaiwdyudiHP2Pg/s1600/O+Sister+Snug+Harbor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBF92FxEEqaPdJbVKg9w9nlUkrlTGJOQrB_pDkeHOlGQSIvDATuOgjOA3vrYoChuGE0GWzmkVJ65hDZyz2KsmwmxuiBTH-5GcDtli8mNxWGuJPk4_-IBdKPXOoS0dwThaiwdyudiHP2Pg/s1600/O+Sister+Snug+Harbor.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Actuación en el mítico Snug Harbor</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIcL2nH765XbOHddczfeRL7oQo50qutI9CMxRzzohdwnJDPwCkcokbyfZyjSw-c4PJS24KAKTuZ3EPSjlC4qGDWSpdehmyJVgMYuzX4zwVfWWAv4H_GZUfja72A5wZ5CPO83-i1mxI4TY/s1600/O+Sister+Preservation+Hall.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIcL2nH765XbOHddczfeRL7oQo50qutI9CMxRzzohdwnJDPwCkcokbyfZyjSw-c4PJS24KAKTuZ3EPSjlC4qGDWSpdehmyJVgMYuzX4zwVfWWAv4H_GZUfja72A5wZ5CPO83-i1mxI4TY/s1600/O+Sister+Preservation+Hall.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">A la entrada del Preservation Hall</td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU5tgw3uc1K6CMQvuPFi81ra3Qg-3BWhvpswT6IdX7yWZeuTx86LlYytlBjSAnckz1rMzahkZwxM0ifkSgSfIFa9brmvOcVh9-uVyXAKssYB34HrOj-no_dRecZrHGl6yUMchrDsS08ts/s1600/Riverside+Hotel+O+Sister.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU5tgw3uc1K6CMQvuPFi81ra3Qg-3BWhvpswT6IdX7yWZeuTx86LlYytlBjSAnckz1rMzahkZwxM0ifkSgSfIFa9brmvOcVh9-uVyXAKssYB34HrOj-no_dRecZrHGl6yUMchrDsS08ts/s1600/Riverside+Hotel+O+Sister.jpg" height="320" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hotel Riverside, Clarksdale, Mississippi</td></tr>
</tbody></table>
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¿Qué sensación se llevan de Nueva Orleans? El "uff" es unánime y denota que aún no lo han digerido del todo. "La vuelta fue muy dura, estuvimos semanas con <i>jet lag</i>", "no queríamos volver", "ha sido la experiencia de nuestra vida", aseguran Paula, Marcos y Matías respectivamente. El 9, 10 y 11 de de octubre, invitados por la nieta de<b> Vet Boswell</b>, una de las Boswell Sisters, participaron en un homenaje internacional al famoso conjunto vocal, oriundo de Nueva Orleans. Charlas, conferencias, visitas guiadas y, cómo no, conciertos formaron parte del menú. O Sister! fue la única banda europea. Abrieron un crowdfunding donde pedían 9.800 euros para costear los gastos del viaje. Consiguieron 12.190, por lo que se animaron a ampliarlo y subir hasta Mississippi. "Había fans muy felices de ser nuestros padrinos 'es como comprar un disco por adelantado', les decía yo, pero ellos se sentían mecenas, algo más importante", bromea Marcos. "Imagino que fuisteis a la Plaza España de Nueva Orleans, inspirada en la de Sevilla", introduzco. "Nooooooo", lamenta Marcos. "Tampoco a los lugares históricos del jazz tipo <b>Storyville </b>o <b>Basin Street</b>, ¿no?", contrataco. "Estuvimos en Congo Square pero tampoco es gran cosa", apunta Camilo. "Si te digo la verdad, no tuvimos mucho tiempo de ver Nueva Orleans, entre el evento Boswell y Frenchmen Street se nos fue el tiempo", explica Paula. "No fuimos a Bourbon Street, todo el mundo nos dijistéis que no tenía ningún interés", remarca Matías. Se alojaron en una casa colonial del Garden District, una de las zonas más apacibles de Nueva Orleans y barrio donde crecieron las hermanas Boswell. Nada que ver con los tugurios de negros donde nació el jazz. Dieron dos conciertos en la ciudad, uno en The Mint, dentro del festival.<br />
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Todas las mañanas cogían el tranvía (streetcar) de <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/St._Charles_Streetcar_Line" target="_blank">St Charles</a> que les llevaba al French Quarter, zona turística que pisaron poco, solo para ir al <a href="http://www.preservationhall.com/" target="_blank">Preservation Hall</a>, uno de los templos del jazz tradicional de Nueva Orleans. <b>Frenchmen Street</b>, por el contrario, fue la calle. "Íbamos a las dos de la tarde y estábamos allí hasta la madrugada", comenta Paula. "Estuvimos en una fiesta en Frenchmen Street con vistas a todos los bares de conciertos", añade Marcos. Conciertos de todos los tipos y a todas horas. El <b>Spotted Cat </b>o el <b>Snug Harbor,</b> donde consiguieron tocar, eran su favoritos. <b>Delfeayo Marsalis</b>, hermano del hijo pródigo de la ciudad Wynton Marsalis se acercó a saludarlos tras su actuación. Asimilado el subidón musical de Nueva Orleans alquilaron un par de coches y se adentraron en el pantanoso Mississippi. "Nos llamó la atención la cantidad de pobreza y soledad, había pueblos donde no se veía a nadie", confiesa Paula. Aún hoy el estado de Mississippi es uno de los de los más pobres y abandonados de Estados Unidos. Parece que el tiempo no ha pasado. No cuesta creer que el blues surgiera allí. Los chicos de O Sister! se quedaron prendados del encanto intemporal de la <b>Plantación Dockery</b>, el lugar de nacimiento del blues. Disfrutaron del ambiente musical de <b>Clarksdale </b>y se pusieron ciegos de tamales y cerveza local en <b>Cleveland</b>. De vuelta a Nueva Orleans, pararon en <b>Natchez</b>, donde se deleitaron con los barcos de vapor que cruzaban el Mississippi y en una plantación de Lousiana. "Fue duro ver cómo vivían los esclavos negros", reconoce Paula. En la vida miserable de esos esclavos está el origen mismo del blues y el motivo último por el que a todos los amantes del jazz nos fascina el sur de Estados Unidos... La doble ración de pulpo se terminó. La charla estaba siendo muy agradable, se podía haber prolongado durante varias horas más, pero el cansancio empezaba hacer mella. Los chicos de O Sister! habían llegado esa misma mañana desde Sevilla y al día siguiente tenían que regresar. Salimos del bar de Lavapiés, satisfechos, como si saliéramos de un garito de Frenchmen St. El cielo amenazaba lluvia de nuevo. Tras despedirnos todos tuvimos una sensación amarga: la de echar de menos Nueva Orleans.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<blockquote class="tr_bq">
[Con este <i>Conversaciones con.</i>.. se inaugura una sección en el blog en la que iré hablando con distintos protagonistas relacionados con la historia del jazz para que puedan aportar una visión en primera persona de su experiencia]</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<blockquote class="tr_bq">
Fotos y vídeos cortersía de <a href="http://osister.bandcamp.com/" target="_blank"><b>O Sister!</b></a>, excepto JazzMadrid'14 por Manu Grooveman</blockquote>
</div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-70159954471496550522014-10-27T18:44:00.000-07:002014-10-28T03:10:55.910-07:00Blue Note Records: la expresión sin concesiones del jazz <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpEfwOs0VVWO4juI6df-Hy6uuM4mJ89jgudPWuKZrdqt8ajiHbSfutJS-vWZyq8GoLk_RVrzcsOQrgFnQxrpLKveHUT22m_s-q3eZqAum7a0g2AgScL7L5RNDEPP8H4b0oSKfiWWHf9tA/s1600/blue-note-large.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpEfwOs0VVWO4juI6df-Hy6uuM4mJ89jgudPWuKZrdqt8ajiHbSfutJS-vWZyq8GoLk_RVrzcsOQrgFnQxrpLKveHUT22m_s-q3eZqAum7a0g2AgScL7L5RNDEPP8H4b0oSKfiWWHf9tA/s1600/blue-note-large.jpg" /></a></div>
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Afuera hacía frío. La noche del 23 de diciembre de 1938, previa a Nochebuena, el ambiente era gélido en las calles de Nueva York. Sin embargo en el interior del Carnegie Hall los ritmos del hot, del swing, del blues y de los espirituales intentaban contrarrestar la temperatura exterior. El promotor y cazatalentos <b>John Hammond</b>, ambicioso, había reunido un plantel de lujo con lo mejor de la música afroamericana en un concierto histórico que se dio en llamar '<a href="http://en.wikipedia.org/wiki/From_Spirituals_to_Swing" target="_blank">From Spirituals to Swing'</a>. Helen Humes, Benny Goodman, Big Bill Broonzy, Sister Rosetta Tharpe... incluso la flamante orquesta de Count Basie. En aquellos años el swing llenaba las pistas de baile, era la música popular de la época y el jazz se encontraba en pleno apogeo.<br />
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Entre el público, un joven alemán de origen judío, estaba a punto de experimentar una revelación. Los sonidos del jazz resultaban familiares para <b>Alfred Lion</b>, quien ya había escuchado en su Berlín natal a la orquesta de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Sam_Wooding" target="_blank">Sam Wooding </a>y su musical <i>Chocolate Kiddies</i>. Ragtime y síncopas eran banda sonora habitual en la capital alemana durante los años 20, uno de los primeros focos europeos de atracción del jazz. Lion acababa de trasladarse a Nueva York apenas hacía un año, procedente de Chile, donde se había mudado su familia tras dejar Alemania en 1933. De todo el elenco de artistas, curiosamente, lo que más llamó su atención fue la destreza y rapidez de unos pianistas de <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2012/01/el-blues-de-las-fiestas-de-aquiler.html" target="_blank">boogie woogie</a>: <b>Pete Johnson</b>, <b>Albert Ammons</b> y <b>Meade "Lux" Lewis</b>. La magia se produjo. Alfred Lion tuvo su particular epifanía. Era europeo y, como tal, veía en el jazz una forma sublime de expresión artística. Esa visión romántica de la que carecían los norteamericanos.<br />
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No perdió el tiempo. Apenas una semana después, el 6 de enero de 1939, en una soleada mañana de invierno alquiló un pequeño estudio durante un día y logró convencer a esos pianistas de boogie woogie para realizar una sesión de grabación. No tenía ni idea de por dónde empezar. Era un fan, no un hombre de negocios. Su gran acierto, decisivo, fue proveer a los músicos de varias botellas de whisky. Regados con bourbon, los dedos bien engrasados de los pianistas improvisaron largos e inspirados solos. Lion no les puso límites, a pesar de que los discos de 10 pulgadas de 78rpm no permitían más de tres minutos de duración. Le dio igual. Grabó material suficiente para dos discos. Imprimió 50 copias de cada uno y se dirigió a la tienda de discos de <b>Commodore </b>en Manhattan, propiedad de <b>Milton Gabler</b>.<br />
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<a name='more'></a><br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTFLCTcX_pVL5YzVzp6yI6y8xBCio0cd3hFrOYgQSoZVWwNHpml6BvsVnhyphenhyphenUZRgSf4YjNnPZxl6gO3lPj9dThX2i_hwMw1MJga3eA42b5EVBr2bxW2MAByPKOAmrPQMmwVds5kBFsG1Q8/s1600/commodore-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTFLCTcX_pVL5YzVzp6yI6y8xBCio0cd3hFrOYgQSoZVWwNHpml6BvsVnhyphenhyphenUZRgSf4YjNnPZxl6gO3lPj9dThX2i_hwMw1MJga3eA42b5EVBr2bxW2MAByPKOAmrPQMmwVds5kBFsG1Q8/s1600/commodore-2.jpg" height="255" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Commodore con Milton Gabler al fondo con corbata</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Gabler era otro mitómano del jazz. En su tienda, aparte de vender discos y gramófonos, organizaba jam sessions y editaba grabaciones bajo la marca Commodore. En un momento en el que las grandes discográficas como Decca, RCA, Columbia o Victor solo se preocupaban por lanzar a las big bands de swing, Commodore allanó el terreno para sellos más pequeños e independientes. Otro tipo de jazz llamaba a la puerta. Además contaba con una fiel legión de seguidores. Como era de esperar, los discos de Alfred Lion triunfaron entre los compradores de Commodore. Por si fuera poco también los vendía por correo, a 1.50$ la unidad. No se hizo rico pero ganó lo suficiente para seguir programando sesiones.<br />
<br />
Poco a poco, fue ganando confianza. Y eso que las producciones aún seguían siendo <i>low cost</i>. Otro de los grandes aciertos iniciales de Alfred Lion tiene que ver con la hora de las grabaciones. Tal vez debido a que los alquileres de estudio eran más baratos, empezó a programar sesiones de madrugada, alrededor de las 4:30, hora ideal para que los músicos que salían de tocar de los clubs de la calle 52, se pasaran por allí a hacer de las suyas. Nuevamente dio en el clavo. Se corrió la voz y rara era la noche (perdón, madrugada) que no surgía algo interesante. Años más tarde Lion confesó que en una de esas sesiones golfas apareció <b>Billie Holiday</b> con todos los miembros de su banda, pero estaba tan nervioso que no consiguió grabar nada. ¿Cuál era su objetivo? Muy simple: grabar la música que le gustaba. Desde luego hacerlo a su manera. Ese emigrante alemán judío, blanco, entusiasta y novato estaba iniciando, quizá sin saberlo, uno de los capítulos más importantes de la historia de la música negra.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNIKLid1KE4AusX0xiy-FFktrXQjXtotKHGdbtqcMP6mYojd01_id6XdKW-VgOUvJhTdl1l6C91qnVbGLxYoc2_MFnEj7_KsRWjG-CCw-NHdYr3RSlqJFWtHGOTgTMFa7IXqy2mJfTw8w/s1600/blue__note__lion__wolffpropertygale2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNIKLid1KE4AusX0xiy-FFktrXQjXtotKHGdbtqcMP6mYojd01_id6XdKW-VgOUvJhTdl1l6C91qnVbGLxYoc2_MFnEj7_KsRWjG-CCw-NHdYr3RSlqJFWtHGOTgTMFa7IXqy2mJfTw8w/s1600/blue__note__lion__wolffpropertygale2.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alfred Lion y Francis Wolff</td></tr>
</tbody></table>
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Pero no lo iba a hacer solo. Junto con el escritor <b>Max Margulis</b>
pusieron el capital inicial para fundar Blue Note Records y lanzar las primeras referencias. El primer disco del nuevo sello, BN1, son unos solos de piano de Meade "Lux" Lewis de inspiración blues. Nada que ver con lo vendría después. Pronto se unió otro alemán, blanco y judío, uno de los pilares
fundamentales del proyecto Blue Note:
<b>Francis Wolff</b>, un viejo amigo de Lion, llegó a Nueva York a finales de 1939, según dicen, huyendo del nazismo, en
el último barco que salió de Alemania antes de estallar la 2ªGM. Era fotógrafo y compartía con Lion su admiración por el jazz. Alquilaron una pequeña oficina y compaginaban su pasión musical con otros trabajos de supervivencia.<br />
<br />
Wolff sería el responsable de inmortalizar con su cámara todas las sesiones de Blue Note.Supo captar la atmósfera. Sus fotografías, en blanco y negro, transmiten un oasis de calma, recogen la esencia de la música de sus intérpretes y algunas se han convertido en auténticas imágenes icónicas del jazz. Muchas de ellas están en las portadas de los discos de Blue Note: músicos negros captados en el instante posterior a grabar un solo antológico, o en un momento de relax entre sesiones, escuchando o sonriendo. Parece que sus figuras emergen de la oscuridad.<br />
<br />
Lion y Wolff formaron un equipo artístico único: mientras que el primero se ocupaba de las producciones musicales, el otro se encargaba de la producción gráfica y la publicidad. Su filosofía estaba clara: grabar jazz de calidad y que tuviera <i>feeling</i>. En mayo de 1939 con la ayuda de Max Margulis redactaron su ya antológico <b>manifiesto </b>inicial. Sidney Bechet, Thelonius Monk, Bud Powell, Sonny Rollins, John Coltrane, Miles Davis, Art Blakey, Horace Silver, Dexter Gordon, Herbie Hancock, Joe Lovano, Eric Dolphy, Wayne Shorter, Wynton Marsalis, Norah Jones... la lista de artistas que han grabado (y siguen) para Blue Note da vértigo. Pasaron del hot jazz al hardbop, del swing al free jazz, del bebop al nu soul, al hip hop. Es sin duda el sello más importante de la historia del jazz. Algo que tal vez jamás pretendieron sus fundadores, unos simples aficionados cuya única misión fue registrar la <i>expresión sin concesiones del jazz y del swing en general</i>. <br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8CaRr8ajQU-FnrOc-_oMBn1gw6MLO3Tu6W9e-81qZ3zvFkDJAw2Ev3WQXZEZ7CeKLBWVcPfufpXO9HEObAKJCA55QKC2Yuu9O-UijDtMwb-DxZGrrBH3hr2bkMLvlx4X1SuNJJqmOpOo/s1600/blue_note_sm.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8CaRr8ajQU-FnrOc-_oMBn1gw6MLO3Tu6W9e-81qZ3zvFkDJAw2Ev3WQXZEZ7CeKLBWVcPfufpXO9HEObAKJCA55QKC2Yuu9O-UijDtMwb-DxZGrrBH3hr2bkMLvlx4X1SuNJJqmOpOo/s1600/blue_note_sm.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<blockquote class="tr_bq">
<br />
<div style="text-align: center;">
“Los discos de Blue Note Records están concebidos exclusivamente para servir sin concesiones a la expresión del hot jazz y del swing en general. Cualquier estilo interpretativo particular que represente una auténtica sensación musical es una expresión genuina. En virtud de su importancia con relación al lugar, la época y las circunstancias, posee una tradición, unas normas artísticas y un público propios, que hace que siga vivo. El hot jazz es expresión y comunicación, manifestación musical y social, y los discos de Blue Note identifican su impulso, no los ornamentos sensacionalistas y comerciales”, <b>manifiesto Blue Note Records</b>.
</div>
</blockquote>
<blockquote>
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
“La gente solía decir: ‘Alfred y Frank graban solo lo que les gusta’. Y era cierto, pero yo añadía tres palabras, intenarmos grabar jazz ‘with a feeling'", <b>Francis Wolff</b>.</div>
</blockquote>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/ghFV-FmRUA8?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
PD: esta entrada esta basada en la charla '<b>75 años de Blue Note Records</b>' que he realizado en Barcelona, en la <a href="http://w110.bcn.cat/portal/site/Biblioteques/menuitem.95987d47df85c50972e072e0a2ef8a0c/?vgnextoid=509cbdebc5291410VgnVCM1000001947900aRCRD&vgnextchannel=509cbdebc5291410VgnVCM1000001947900aRCRD&lang=ca_ES" target="_blank">Biblioteca de Vallcarca i els Penitents M.Antonieta Cot</a>, dentro del <a href="http://www.theproject.es/es/c-1933/JAZZ-A-LA-BIBLIOTECA" target="_blank">46 Festival de Jazz de Barcelona</a>. Aquí adjunto la presentación completa. </div>
<br />
<br />
<div class="issuuembed" data-configid="12111124/9889257" style="height: 300px; width: 515px;">
</div>
<script async="true" src="//e.issuu.com/embed.js" type="text/javascript"></script>Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-61415086916361553942014-09-26T04:49:00.000-07:002014-09-26T04:49:05.136-07:00Malasaña en formato físico<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5V82bbEMVSWYBHubX5Scam3GTQf4ECGenmIVkRZiK0xfS29bhtUPfXoSo_1vi1aSS7BU-xjpvlF18AdcOxiqvy4vyJC6Jz_hmLjeHmnVv17xzdWfaAleqeQ_Bl0GzTc4l5LKXWT23R4k/s1600/9248561087_f1302434de_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5V82bbEMVSWYBHubX5Scam3GTQf4ECGenmIVkRZiK0xfS29bhtUPfXoSo_1vi1aSS7BU-xjpvlF18AdcOxiqvy4vyJC6Jz_hmLjeHmnVv17xzdWfaAleqeQ_Bl0GzTc4l5LKXWT23R4k/s1600/9248561087_f1302434de_o.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<i>[[Texto publicado en el número 4 de Jot Down - Rutas. Más información <a href="http://www.jotdown.es/store#!/Jot-Down-Magazine-N%C2%BA-4-RUTAS/p/24278487/category=2470174" target="_blank">aquí</a>. Fotos: <a href="http://www.picaraphotography.es/" target="_blank">Patricia Cano</a>]]</i></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Un paseo emocional
por algunos lugares de Madrid para aprender, debatir<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y entender sobre música: las tiendas de
discos. Extemporáneas, desfasadas, museos vivientes de una forma particular de
aproximarse a la experiencia sonora: el formato físico.</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCW6Wj2SNAKNopE-10cSBd1-S8PP10siaBM7UynhvQDrEWRBlWg6f-lU_a_S1tIoW0BqTjp-h2npJM4FF77MgDQE2kzXQuCSTeA__U_xnxalrLGGVd3VrNw_fgCpdTe8ubX2KV23mtzAM/s1600/9248561785_4204fdddda_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCW6Wj2SNAKNopE-10cSBd1-S8PP10siaBM7UynhvQDrEWRBlWg6f-lU_a_S1tIoW0BqTjp-h2npJM4FF77MgDQE2kzXQuCSTeA__U_xnxalrLGGVd3VrNw_fgCpdTe8ubX2KV23mtzAM/s1600/9248561785_4204fdddda_o.jpg" height="200" width="132" /></a>El inconfundible olor a acetato, esas superficies de
plástico manoseadas por miles de dedos anónimos, el polvo acumulado en los
estantes, los pósteres que evocan ídolos ancestrales, bagatelas mitómanas que
ornamentan las paredes, la ambientación musical por encima de los decibelios
permitidos por ley... Todo amontonado (a veces apiñado) en pequeños espacios,
no aptos para consumidores metódicos y excesivamente organizados. Por
(des)orden alfabético, por género, época, nacionales o internacionales. Aquí se
premia la paciencia, la reflexión, la búsqueda incansable, aunque a veces
también la impulsividad y la intuición. En tiempos vertiginosos, en constante
cambio, de tiranía de lo digital, de lo intangible y del almacenamiento en
ceros y unos, del comercio electrónico, de las transacciones <i style="mso-bidi-font-style: normal;">online</i>, de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">nube</i> que no deja ver el sol, de relaciones personales en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">redes sociales</i>… todavía quedan reductos
contracorriente, batalladores, románticos, quizá anacrónicos, donde uno puede
adquirir unos extravagantes objetos físicos. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Remansos de paz e ilusión que han vivido épocas mejores,
beligerantes con el devenir de los tiempos, se resisten a desaparecer. Para
algunos, los más jóvenes del lugar, no son más que unos polímeros con forma de
circunferencia repletos de surcos o unos policarbonatos de plástico insuflados
por un láser. Para otros, son el motivo último de la felicidad. No se trata del
continente, sino del contenido. Cientos de historias se encierran entre sus
límites circulares: la primera vez, los primeros besos, los primeros
desengaños… pero también los últimos. Cada uno tiene la propia banda sonora de
su vida.<br />
<br />
Y esos ecos envueltos en ondas imperceptibles nos han llegado a través
de los <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">discos</b> que comprábamos en
unos lugares llamados <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">tiendas de discos</b>.
Cuando todavía se pagaba (masivamente) por ellos. Da igual el formato o la
forma, lo importante es lo formidable, por ejemplo, de un ritual cada vez menos
habitual: sacar el vinilo de su funda, agitarlo levemente, acariciarlo con un
paño especial para librarlo de posibles motas de polvo antes de depositarlo con
suavidad sobre el plato del gramófono, levantar expectantes la aguja y llevarla
hasta el punto exacto donde todo adquiere una nueva dimensión. Y accionar la
palanca. Suspirar ante los primeros acordes. Estremecerse. Es como el origen
mismo del universo, un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Big Bang</i> de
sensaciones indescifrables que nos hacen levitar, alegrarnos cuando estamos
eufóricos, deprimirnos cuando estamos tristes o transportarnos siempre lejos, muy
lejos…<br />
<a name='more'></a><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy5YUu0ng3lyCAuxAw-MbHc0-ebym3GKLs9tDsfe0ov0qHeopzUwt9K5ZQb1Rj4-NFdpSfh2p3wQ9pxYZIlSHPxD9sRodxtOzPCrQWR0bnZPibNH1yb_754Ku1yHRcc07248LMltbpbBA/s1600/9248568439_f8f310a0e3_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy5YUu0ng3lyCAuxAw-MbHc0-ebym3GKLs9tDsfe0ov0qHeopzUwt9K5ZQb1Rj4-NFdpSfh2p3wQ9pxYZIlSHPxD9sRodxtOzPCrQWR0bnZPibNH1yb_754Ku1yHRcc07248LMltbpbBA/s1600/9248568439_f8f310a0e3_o.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br /></div>
No hace falta irse al otro lado del mundo y recorrerse la Ruta 66 de Las Vegas a Los
Ángeles para vivir emociones fuertes. Bueno, se puede intentar, pero es más
caro. Aquí al lado podemos experimentar sensaciones parecidas. Algunos piensan
(pensamos) que <b>Malasaña</b> es el centro
de la galaxia. El madrileño barrio en honor a la heroína —sí, a esa también— de nombre Manuela, no
sale en ningún callejero de la ciudad (la denominación oficial es <i>Universidad</i>), pero está en todas las
guías de tendencias del globo. Se podría decir que es una de las zonas que
identifica culturalmente a Madrid, no solo por la archinombrada <i>Movida</i> —más utilizada por los viejos
modernos que el “espíritu de la
Transición” por los viejos demócratas—, sino también
por su efervescencia callejera, por su ímpetu transgresor y sobre todo
por ser una de las áreas de la capital que están en continua reformulación.
Cada día se inventa un nuevo Malasaña. Se abren nuevas boutiques de diseño,
creperías, hamburgueserías, cafeterías donde degustar los dulces más <i>trendies</i>, puestos <i>hot dog</i> de estilo americano, locales de comida para llevar,
pizzerías (esa simbiótica relación del barrio con la comida italiana),
restaurantes de todo tipo, bares de copas, librerías, espacios de <i>coworking</i>… y —ahí es donde queríamos llegar— <b>tiendas de discos</b>. Puede que pasen
desapercibidas para el ciudadano medio, desde luego no resultan un reclamo
turístico para los millones de visitantes que inmortalizan la Puerta del Sol cada año. El
caminante de mirada invidente posiblemente haya pasado de largo por ellas sin
percatarse de los tesoros que en su interior se esconden. El habitante del
barrio tal vez sepa de su existencia, pero quizá no haya profundizado mucho
más. Los asiduos las consideran su segunda casa. Por eso desde aquí queremos
proponer un paseo sosegado y estimulante por algunas de las tiendas de discos
que quedan en Madrid.<br />
<br />
Podríamos tirar de clásicos como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Metralleta</b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">,</b> en el pasaje comercial de Tahona de
las Descalzas, el paraíso del vinilo, donde se puede comprar la edición
original del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">With the Beatles </i>siempre
que se tengan seiscientos euros a mano. O <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Gramola</b>,
con su doble sede en Callao y en la calle San Bernardo, repleta de turistas y
coleccionistas. En la calle la
Salud, Eduardo de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Discos
Melocotón</b> imparte lecciones gratuitas de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>historia del rock, de filosofía musical y de fundamentos de la mitomanía
tan solo con preguntarle por algún vinilo. Algo muy recomendable, ya que
encarna la figura del “viejo rockero nunca muere” elevada a la máxima potencia,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">One of the survivors</i> que diría Ray
Davies. Edu Melocotón suelta perlas como “el rock tiene que ser para molestar
al vecino”. Sus ahora escasos pelos, ya canosos, han sido testigos en primera
persona de los acontecimientos más relevantes del mundillo en los últimos
treinta años. Hablando de dinosaurios del rock, Edu y todos los anteriores
visitaban en su juventud la pionera <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Toni
Discos</b> en Martín de los Heros —en activo desde 1976—, una tienda donde se
respira una atmósfera especial: el auténtico espíritu del rock and roll. Hay
muchas más, quién lo diría, concentradas por el centro de Madrid que dan para
rutas musicales individuales. Sin embargo vamos a focalizar el paseo en un área
más localizada para transitar por el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">moderneo
malasañil</i> con una perspectiva musical diferente. Son más de las que
hubiéramos imaginado y además no están todas las que son. En el lugar más
inesperado puede surgir una nueva…<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimRyu2sHzcYgcva6saEDtBUF4x3QbLV6p01hOIKXFg-D4Rw9DSnAJChVAqjljr96IGMxkik8Jf0Rwn6dCm7Za6thnUlRvU4NArvFTNxqmu28DXMDLYuKXsA6a3pJVy-4aC-TiiLlYgX3M/s1600/9248563143_98fa115d5c_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimRyu2sHzcYgcva6saEDtBUF4x3QbLV6p01hOIKXFg-D4Rw9DSnAJChVAqjljr96IGMxkik8Jf0Rwn6dCm7Za6thnUlRvU4NArvFTNxqmu28DXMDLYuKXsA6a3pJVy-4aC-TiiLlYgX3M/s1600/9248563143_98fa115d5c_o.jpg" height="320" width="215" /></a></div>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Radio City: la última
en llegar</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Nos han educado en el
formato”</i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Empezamos nuestro recorrido a la inversa, en la que con
total seguridad sea la tienda de discos en activo más reciente que ha abierto
en Madrid, y eso que lleva más de ocho años (otras abrieron pero tuvieron que
cerrar). En el número 14 de la calle <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Conde
Duque</b>, casi en frente del cuartel, nos encontramos con Jesús, el amable
dueño de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Radio City, </b>un lugar donde
declaran sin complejos: “nos gustan los discos”. Anteriormente se ubicaba en la
cercana Plaza de los Guardias del Corps, pero contra todo pronóstico
encontraron un local más barato y más amplio en la demarcación actual. Radio
City es un clásico de la zona, a pesar de su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">juventud</i>. Decorada con gusto, acogedora, con la música en su punto
de intensidad, invita a pasar la tarde sin excesivas prisas. Tiene hasta algún
sofá que otro. Por allí pasan clientes de todo tipo, pero predominan de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">treintañeros</i> para arriba. “El que viene
a comprar es militante”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No cree del
todo en el fin del CD, “nos han educado en el formato”, aunque reconoce que el
vinilo le ha ganado la batalla actualmente. “El formato físico se va a
mantener”. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En el catálogo de Radio City se pueden encontrar vinilos y
cedés de “rock and roll y satélites”, según define él mismo. Artistas conocidos
y menos conocidos, gemas ocultas, discos de portadas llamativas y con un cierto
aire <i style="mso-bidi-font-style: normal;">independiente</i>, si es que se
puede no considerar independiente a alguien hoy en día dentro del negocio
musical. Una mezcla ecléctica en la que conviven en armonía una diva Motown, la
última sensación folk americana o la colección de todas las grabaciones de Louis
Armstrong y los Hot Five, por marcar algunos extremos del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">satélite </i>del que habla Jesús. Para él, uno de los valores añadidos
de las tiendas pequeñas es el trato cercano con el cliente. “Nuestra misión es
asesorar y también hacer de filtro”. Y efectivamente eso hace Jesús, en una
charla distendida mientras coloca algunos discos o responde al correo
electrónico. Se muestra optimista con respecto al negocio musical: “ya hemos
tocado fondo, peor no puede ir”. Aun así piensa que hoy por hoy Barcelona está
mejor que Madrid en lo que se refiere a tiendas de discos. ¿Está el Malasaña
musical en declive?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9Lj0bfFtuHB76JVeR81NE0kSM3bJ4pmXQ0LgwT247RIhrglwl5y6Im0EQk4uhpv9xrA0eOQvct12R1DCt1lDDnWCxxQ9ofQGhbqlffAAlyJjsm3jNfWiarV0dZm_6HTiVBrGLoqlV-BM/s1600/9248559659_15cd293730_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9Lj0bfFtuHB76JVeR81NE0kSM3bJ4pmXQ0LgwT247RIhrglwl5y6Im0EQk4uhpv9xrA0eOQvct12R1DCt1lDDnWCxxQ9ofQGhbqlffAAlyJjsm3jNfWiarV0dZm_6HTiVBrGLoqlV-BM/s1600/9248559659_15cd293730_o.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Up Beat Records: ska
en la calle más moderna de Malasaña</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La piratería afecta
menos al vinilo”</i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Declive o no, lo que sí está claro es que hay una calle de
moda en el ‘vecindario de Manuela’: ese será nuestro siguiente destino. Pasamos
de Conde Duque al centro del meollo en apenas unos minutos de paseo entre
terracitas, parques infantiles, iglesias y tiendas de chinos. Avanzamos por las
angostas y sucias aceras del barrio de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Universidad</i>.
Ahora puede parecer raro, pero hace unos años la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">calle Espíritu Santo</b> no estaba repleta de los establecimientos más <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cool</i> de Malasaña, ni siquiera de
comercios, a lo sumo alguna pollería o tienda de ultramarinos. Uno de los
primeros en establecerse fue Alberto con su <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Up Beat Records</b>, situada en el número 8. “En realidad, para hacer
justicia, los primeros fueron los de ‘El Templo del Susu’ y después nosotros”,
Alberto no quiere apuntarse tantos que no le corresponden. Habla pausado, en un
tono sereno, pedagógico. En los tiempos muertos, “que no son tantos”, suele
leer o actualizar el catalogo de discos de la web. Para los aficionados al
reggae y al ska, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Up Beat</b> supone más
que una referencia: tiene el honor de ser la única tienda especializada<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de todo Madrid. “Vendemos exclusivamente soul,
jazz, reggae y derivados como funk, ska, dub... de los años 60 y 70, o artistas
actuales que se mueven en esas líneas”. Lleva desde 2002 con el proyecto. Al
principio no fue fácil pero han conseguido consolidarse. Bueno, hasta que llegó
la crisis. “De dos años o así para acá, los efectos de la crisis nos han
afectado como a todo el mundo y ha bajado el nivel de ventas, aunque seguimos
al pie del cañón y esperamos que por mucho tiempo”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La tienda es amplia y luminosa, está perfectamente dispuesta
para encontrar lo que buscas o dejarte encontrar. Vinilos nuevos, reediciones y
originales de Bob Marley o Theloniuos Monk como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">joyas de la corona</i>. “Tenemos también libros, revistas y algo de
ropa orientada al público que compra esta música”, comenta Alberto. Debido a la
exclusividad de su producto, no considera competencia a las grandes
superficies, ni a las tiendas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">online</i>.
Ni siquiera la piratería, ya que venden un tipo de música muy determinada, a un
público fiel al que le gusta tener el original en sus manos. “Hemos trabajado
siempre vinilo que también va por un derrotero al que le afecta menos el
pirateo”. Lo que a Alberto le sorprende (no será el único) es que la gente
joven ya no escucha música en un equipo de sonido, sino que se conforma con el
móvil o con el ordenador. “Los tiempos han cambiado y a menudo rebobinamos el
reloj”. Ya lo cantaba Cole Porter allá por los años 30 en “Anything goes” (Todo
vale). ¿Premonición? O acaso la historia es cíclica… ¿Quién compra discos? La
pregunta del millón. Se la hacemos a Alberto. “Desde luego los músicos no, por
aquí no he visto muchos”. Esto es una constante que observaremos más veces.
Alberto tiene más éxito entre los guiris turistas que entre los músicos que viven
por el moderno y bohemio Malasaña…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhogLlMYIyutJDJK-AShYmQqfyvV57N5Exm1Sd0qOABjSfV-ipTbQTUsZxSr-3wR_pjTWX0REAdevzGOyKOiFsPL07HaJd6dhkGwjVXzreWuxYAvzF6dSByVoVAPxWjiWHobEWYi8XTiuA/s1600/9251344088_8faa122f82_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhogLlMYIyutJDJK-AShYmQqfyvV57N5Exm1Sd0qOABjSfV-ipTbQTUsZxSr-3wR_pjTWX0REAdevzGOyKOiFsPL07HaJd6dhkGwjVXzreWuxYAvzF6dSByVoVAPxWjiWHobEWYi8XTiuA/s1600/9251344088_8faa122f82_o.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="EN-US" style="mso-ansi-language: EN-US;">Jazz y más: and all that Jazz!</span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">“He vendido discos a Wayne
Shorter”</i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Nos desplazamos un par de calles más abajo, hasta el número
33 de La Palma,
casi al lado de la Plaza
del Dos de Mayo. Hay que ir con atención porque si no es fácil saltársela. La
pequeña y coqueta <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Jazz y Más</b>, la
única especializada en jazz de Madrid, está justo en el portal de al lado de la Escuela de Música
Creativa. Eso en principio podría beneficiarla. Así lo pensó Montse, la madre
de la criatura, cuando la puso en funcionamiento en la década pasada. Pero no
es así. “Los músicos apenas compran discos y los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">jazzistas</i>, menos”. Montse habla con una claridad meridiana, no es
de andarse con rodeos. Locuaz e hiperactiva, sabe del negocio musical más que un
directivo de discográfica (vale, tampoco es difícil). Y en concreto domina los
entresijos del jazz con la misma verborrea con la que destila todo tipo de
anécdotas sobre sus personajes. Anécdotas que ha vivido en primera persona.
Durante mucho tiempo, hasta que Fnac lanzara una OPA hostil, fue la tienda
oficial del Festival de Jazz de San Sebastián. Todos los veranos, junto con
Álex, su marido, montaba el chiringuito en el norte, cenaba con las estrellas
del festival —sabe secretos de Pat Metheny que ni su propia guitarra— y vendía
discos a grandes del jazz como Wayne Shorter,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Ornette Coleman<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o Brad Melhdau
con idéntica naturalidad con la que habla con sus <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amigos</i>. Porque en Jazz y Más compran amigos, no clientes. De hecho,
los que van entrando la saludan con dos besos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La conversación con ella es como un solo de John Coltrane,
no sabes a dónde va a llevarte. Tan pronto saca pecho por ser una de las
pioneras en vender partituras de jazz (los famosos Real Book) en Madrid, como
despotrica contra Amazon por hacerle la competencia desleal. “Dan un precio más
bajo que mi precio de coste”. Aconseja con mimo, conoce los gustos de sus
amistades. “A algunos les digo ‘no te compres este disco que no te va a gustar’
y luego vienen y me dicen ‘pues me ha gustado’”. Tampoco es infalible, sí
honesta. En la tienda ofrece sobre todo cedés de todas las épocas del jazz,
cajas recopilatorias, DVD, algo de música clásica, vinilos selectos y muchos
libros y material didáctico. También atiende su tienda <i style="mso-bidi-font-style: normal;">online</i> y actualiza su Facebook, donde da buena cuenta de todas las
novedades que le van llegando. Cada vez se está introduciendo más el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">souvenir jazz</i>, la típica figurita del
saxofonista negro. En una feria vio papel higiénico con cifrado de partitura.
Espera no tener que venderlo nunca. Lo jura y lo perjura, pero “nunca se sabe”.
Le encantaría que su calle estuviera repleta de más tiendas de discos. “Eso me
haría ser más competitiva”. El jazz siempre ha estado en crisis. Por eso ahora
no es especialmente pesimista. La clave: adaptarse a las circunstancias. “Soy
flexible porque soy pequeña”. Después de una frase tan lapidaria llega el
momento de partir, aunque uno podría estar hablando con Montse toda la vida. Ya
en la puerta, en la despedida, suelta su último bombazo: “¿sabes que Universal
ha comprado todo el catálogo de Blue Note Records? Bueno, creo que aún no es
oficial…” Demasiado tarde.</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br /></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDQ_VDp8U5BdHG8A2YiNZeVCTleIebYDS2PhE6hfJA6_HPcnSurhbLK0PqQbhwhmWvGeAlKSLQ8uuo-5V2nQzOrjLMJzK9hoXxsTkVn23I_nLPvD36OzWL607Z-bKrGiaPZXILJp2Hcso/s1600/9251346892_db198c6709_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDQ_VDp8U5BdHG8A2YiNZeVCTleIebYDS2PhE6hfJA6_HPcnSurhbLK0PqQbhwhmWvGeAlKSLQ8uuo-5V2nQzOrjLMJzK9hoXxsTkVn23I_nLPvD36OzWL607Z-bKrGiaPZXILJp2Hcso/s1600/9251346892_db198c6709_o.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Big Mamma: un cuadro
de Dalí retro soul</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tengo la tienda por
tenerla</i>”</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
De camino hacia al último destino, te topas casi sin
quererlo con el mercadillo del Dos de Mayo, donde, entre otras cosas, hay unos
puestos con vinilos interesantes a un precio asequible. Superada la tentación
de sentarte en alguna de las terrazas o meterte en una pizzería, llegamos a la
calle <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Divino Pastor, 22</b>. Con total
probabilidad la parada más alocada de toda la ruta. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Big Mamma</b> abrió en 2006 y ya desde entonces Diego, su dueño, sabía
que la supervivencia no iba a ser fácil. Pero de momento ahí siguen, aunque el
mercado no sea muy grande. Su especialidad es el soul, el funk, la música negra
de los años 60, y también el pop-rock, el blues y el jazz. Siempre con un aire
retro. “Mirándolo fríamente hay motivos para cerrar, tengo la tienda por
tenerla”. Y porque el local es de su familia y no tiene que hacer frente al
alquiler, pero está claro que no se va a hacer rico con esto. Uno de los
motivos que achaca Diego es que no está situado en un lugar de paso o
turístico. “Como máximo vienen unas 10 personas al día”. Aunque a tenor del
movimiento de gente durante la estancia allí cualquiera lo diría. No venderán
mucho, pero hablan con todo el que pasa por allí. En menos de media hora entra
el electricista (le deben cuatro euros de una chapuza), un fotógrafo amigo,
otra vez el electricista, la señora de la tienda de ropa de al lado, el tercer
intento del electricista (se está poniendo pesado y se queda sin cobrar) e
incluso un cliente. La sensación de camarote de los Hermanos Marx le da un
atractivo toque surrealista a la experiencia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La decoración de Big Mamma parece un cuadro de Dalí llevado
a la época de la
Blaxploitation: pósteres de las Supremes al lado de un
grandes éxitos de Rocío Jurado, vinilos de “Barrelhouse blues” junto a una
maleta de revistas antiguas con Raphael en<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>portada. Iconoclastas y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">horror
vacui</i>. Pero si algo define la puesta en escena de la tienda es el socio de
Diego, un búlgaro llamado Krasimir, y su entrañable perro Charly, amigo de
todos los niños del barrio, ya que la puerta de la tienda siempre está abierta.
Ambos son muy diferentes. En teoría, el socio se encarga de los discos hip-hop
y Diego se centra más en la música blanca, como el rock, folk, country, beat o
garage. El impredecible y divertido Krasimir siempre está sentado al otro lado
del mostrador con su Facebook abierto en el portátil, en una mano la cerveza
del chino y en otra un cigarro (la Ley Antitabaco no llegó a Bulgaria). Interrumpe
bruscamente la conversación para dejar claro que no son una tienda para
disc-jockeys, a pesar de tener bastantes vinilos de segunda mano. Charly
custodia la puerta como el guardián que es, se echa la siesta en las escaleras
sin inmutarse. De vez en cuando entra en la tienda y se te sube encima. De
repente llega Krasimir con un disco de Pata Negra y pincha “Ratitas Divinas” a
toda mecha. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Flamenquea</i> como si fuera
del Puerto de Santamaría de toda la vida. Luego te explica que con los discos
hay que arriesgar y trae vinilos de esos que no se encuentran en Spotify:
“Jeros”, “María Vargas”, un LP con la portada de una foto de Franco y un texto
que reza “25 años de paz”. La visita culmina con una discusión (sana) entre
todos los allí presentes sobre qué etapa de Aretha Franklin es mejor. Al
cliente le gusta la de Columbia, Diego prefiere la de Atlantic, Krasimir sigue
pinchando flamenco. Charly no se pronuncia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPFXYQqHXLG5cfKT3gRCe94yGDqJv5a7oGW53xgbi89Qg3FC99nLpIpG42Jaka9ILgmYqG2PDYG_EOCZtlva-9aEgiaeaA4pzOAb5Meg_Am3luXHadOREVgzfGJCJKMBA5JbvaRx0xVb8/s1600/9248567923_76f0a773eb_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPFXYQqHXLG5cfKT3gRCe94yGDqJv5a7oGW53xgbi89Qg3FC99nLpIpG42Jaka9ILgmYqG2PDYG_EOCZtlva-9aEgiaeaA4pzOAb5Meg_Am3luXHadOREVgzfGJCJKMBA5JbvaRx0xVb8/s1600/9248567923_76f0a773eb_o.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyJH0RNUkgKqAKtQeCW6qRyKklX_2X8fi4KfPsmhS9kFS5QusJAmejOIJtrthN1faCmvllcyzTUdbK6S_Wnp5vwTxExdcRvFzvzkNcxcDIxDiyWLhgFY2T2ZVZS5Jk25qVO-YytAY6WwE/s1600/9251346392_9a47fa9c5e_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyJH0RNUkgKqAKtQeCW6qRyKklX_2X8fi4KfPsmhS9kFS5QusJAmejOIJtrthN1faCmvllcyzTUdbK6S_Wnp5vwTxExdcRvFzvzkNcxcDIxDiyWLhgFY2T2ZVZS5Jk25qVO-YytAY6WwE/s1600/9251346392_9a47fa9c5e_o.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Más fotos del reportaje en: <a href="https://www.flickr.com/photos/patriciacano-picara/">https://www.flickr.com/photos/patriciacano-picara/</a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
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</div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-6889817716434391112014-08-15T11:21:00.000-07:002014-08-15T12:49:41.654-07:00Un hombre imaginario: mi entrevista frustrada con Ray Davies<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjApuVLcr66MKGVmHSUKW6CF44e-dC07WkNnAwusNPYx3MxZ1ZtbGoPq1IMBgWqTBrHBeWOA-8d60H35mptu5ga6Or3SZaR51qTnGMZxC-rcbSmYQVpqE31T80zHd0Tml-qC2pIp0SZuZ8/s1600/IMG_2984.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjApuVLcr66MKGVmHSUKW6CF44e-dC07WkNnAwusNPYx3MxZ1ZtbGoPq1IMBgWqTBrHBeWOA-8d60H35mptu5ga6Or3SZaR51qTnGMZxC-rcbSmYQVpqE31T80zHd0Tml-qC2pIp0SZuZ8/s1600/IMG_2984.JPG" height="320" width="240" /></a></div>
<br />
No iba a ser fácil. Lo tenía asumido. Entrevistar a Ray Davies, mi ídolo musical de todos los tiempos, y conseguir colocar esa entrevista en algún medio de alcance era una osadía, un reto demasiado grande que tal vez se me escapara de las manos. Pero había que poner toda la carne en asador. Quién sabe si era la última visita de Ray a España. Solo dos fechas: 20 de julio en <b>La Mar de Músicas</b> en Cartagena (Murcia) y el día 23 en el <b>Jazzaldia</b> de San Sebastián. Me había reservado una semana de vacaciones en función de esas citas. El objetivo estaba claro. Tenía una espinita clavada de su última visita a Madrid, en mayo de 2006, cuando sí que estaba acreditado para entrevistarle en un reducido encuentro con prensa (solo tres medios) en un hotel de Madrid, pero coincidió con un concierto de mi grupo de entonces en Salamanca y no llegué a tiempo. Mi hermano se hizo pasar por mí. Esos momentos de la vida que jamás se olvidan.<br />
<br />
Ya las ofertas previas no fueron muy prometedoras. Nadie, ningún medio con los que contacté, pareció muy receptivo a mi propuesta de una posible entrevista "exclusiva" con Ray Davies. Los hubo que ni siquiera contestaron. Suele pasar, nada nuevo. La hermética maquinaria de la prensa musical/cultural de este país... En general la visita de Ray Davies, leyenda viviente de la historia del rock, no parecía despertar especial interés en los medios. Tan solo <b>El Periódico de Cataluña</b> publicó esos días <a href="http://www.elperiodico.com/es/noticias/dominical/ray-davies-ser-tiroteado-fue-accidente-horrible-pero-poetico-3401937" target="_blank">una entrevista </a>que uno de sus periodistas debió hacerle tiempo antes en Londres. Aún así, me guardaba un as en la manga: como iba a seguirle en sus dos fechas en España, propuse un diario de ruta, una crónica de viaje más allá de la meramente musical... algo diferente a medio camino entre lo periodístico, lo emotivo y lo literario. Tampoco sirvió. Afortunadamente <b>María Antonia</b>, responsable de <b>Cuadernos de Jazz</b>, me ayudó desde el primer momento intermediando con la organización del Jazzaldia, facilitándome información y con algo tan simple --quién lo diría-- como mostrar interés. Y por supuesto mis compañeros de <b>Europa Press</b>, pero eso era jugar en casa.<br />
<br />
<a name='more'></a>Con estos antecedentes intenté concertar una entrevista con Ray a través de las oficinas de prensa de los festivales para tener algo medio asegurado. Las noticias no eran muy alentadoras, en ambas me dijeron lo mismo: Ray no venía con muchas ganas de hacer ruedas de prensa y menos entrevistas. Visité a mi amiga Montse de la tienda <a href="http://www.jazzymas.com/" target="_blank">Jazz y Más</a> (tienda oficial del Festival de Jazz de San Sebastián durante muchos años) quien me dijo que pasara de las oficinas de los festivales y fuera directametne al manager del artista. Removí Roma con Santiago para encontrar un contacto previo con la oficina de Ray Davies en Londres. Lo conseguí y, lo que es más asombroso, conseguí que su jefe de prensa me contestara (algo que según supe después no es nada habitual): "<i>We still may do a conference and I should know soon. Who would the interview be for?</i>". Ese "soon", como veremos, aún resuena en mi subconsciente.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqMC9_SVHMzN_E7mVoUmGn3fg4t8yHOvU4RxQz5UTaupINslhTvSsck5-gq-hvSJMZK4pnDWTyrALTK1AuLvyogVO11kJeMLvF8OZFrsIR_74I7j3nfErG1vN4dfjPoJ-rvqoGf5y9lL0/s1600/IMG_3002.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqMC9_SVHMzN_E7mVoUmGn3fg4t8yHOvU4RxQz5UTaupINslhTvSsck5-gq-hvSJMZK4pnDWTyrALTK1AuLvyogVO11kJeMLvF8OZFrsIR_74I7j3nfErG1vN4dfjPoJ-rvqoGf5y9lL0/s1600/IMG_3002.JPG" height="240" width="320" /></a></div>
<br />
Bien, la cosa no había empezado mal. Por supuesto le respondí, le conté mi vida, le dije que llevaba meses de documentación revisando entrevistas previas, bibliografía, volviendo a ver todo el material documental que tengo de los Kinks para no hacer la entrevista típica. Manejaba información que nadie más tenía, al margen de fans, claro. Esa estrategia no surtió efecto. No volví a saber nada más de él. Aún así preparé casi cuatro folios con preguntas de todo tipo. Estuve una semana volviendo a ver todos los documentales de Ray y los Kinks que tengo y otros muchos que hay en Youtube. No solo buscaba documentarme, también familiarizarme con su acento <i>cockney</i> previendo que en esa hipotética entrevista iba a tener serias dificultades para entenderle. Pero no podía echarme atrás.<br />
<br />
Para la primera cita en Cartagena, llegué un día antes a la ciudad con <a href="http://cancionesdebuenrollo.blogspot.com.es/" target="_blank">IsaJMoya</a>, en su primera experiencia <i>kink</i>. Mi amigo Iñaki, a well respected fan, también estaba ya allí. El mismo día del concierto, mientras todo el mundo estaba en la playa, Iñaki y yo, junto a otro fan llegado de Barcelona, estuvimos desde por la mañana en la puerta del hotel NH Cartagena, lugar donde se supone se quedaba Ray. Vimos desfilar a turistas, aficionados que iban llegando pero no apareció nuestro <i>hombre imaginario</i>. No buscaba ningún autográfo ni foto (ya las tengo), mi prioridad era intercambiar unas breves palabras con él para intentar cerrar una entrevista posterior en Cartagena, San Sebastián o donde fuera. Otro kinkfan, Paco Romero, me dio un gran consejo: "si le ves, háblale de fútbol, Ray es un gran aficionado y puede ser una buena manera de entrarle". No hubo ocasión, estábamos en el hotel equivocado. Solo hay dos hoteles de cuatro estrellas en Cartagena y Ray se alojaba en el otro...<br />
<br />
El concierto empezaba a las 23 horas, el día no había sido muy fructífero en relación a los objetivos marcados, pero la reunión con fans de los Kinks, ya amigos, venidos de todos los puntos de España y el concierto de Ray lo compensaron todo. Al acabar fuimos rápido hacia el Hotel Husa Cartagonova. Iñaki y Alfredo, el chico de Barcelona, ya estaban allí. Era una madrugada de domingo, no había nadie por la calle. Estuvimos unos 40 minutos en la puerta del hotel. Otro kinkfan, <b>Luis Lapuente</b> de <a href="http://www.rtve.es/alacarta/audios/sonideros/" target="_blank">Sonideros</a> (Radio 3), se cansó de esperar -tenía la suerte de alojarse en el mismo hotel que Ray- y se subió a la habitación con su mujer Ana, no sin antes pedirnos que si sabíamos algo de él le avisáramos para que bajara. Pero Ray seguía sin llegar. Lo que sí nos llegaban, via Whatsapp, son fotos de otros fans que estaban con Ray en el backstage. "No puede ser", pensé. Un tanto desalentado decidí marcharme. Solo quedábamos cuatro gatos (literal) así que fuimos a tomar algo. Al doblar la calle del hotel había un tipo recogiendo una terraza. Era ya muy tarde, no teníamos muchos esperanzas de que estuviera abierto. Luis Aguirre le preguntó si se podía tomar algo aún. Nos dijo que sí. Yo me senté en un lugar estratégico en la esquina de ambas calles desde donde podía ver la puerta del hotel. Estuvimos charlando de la experiencia, Luis, Gemma, Isabel y yo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnMfP_NfX7mQ6_zqFBp9qVAMMxUt0rIAA0SvuUelUQa9qJ4GzrXFJq7RhHeXqK2Stw15Kw2wNY_n0BBOXgzCBzHqM_p8waySQY2FCM7EyoIGb7NFA1a12QEArQFNq_OwJ83EaQYWVUTsM/s1600/IMG_3025.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnMfP_NfX7mQ6_zqFBp9qVAMMxUt0rIAA0SvuUelUQa9qJ4GzrXFJq7RhHeXqK2Stw15Kw2wNY_n0BBOXgzCBzHqM_p8waySQY2FCM7EyoIGb7NFA1a12QEArQFNq_OwJ83EaQYWVUTsM/s1600/IMG_3025.JPG" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Iñaki, Ray y yo (borroso)</td></tr>
</tbody></table>
<br />
De repente, pasados unos 20 minutos, llegó un coche. Los cuatro salimos como balas hacia el hotel, el tipo del bar pensó que no queríamos pagar. ¡¡Era Ray Davies!!<span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; display: inline !important; float: none; font-family: Verdana; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; orphans: auto; text-align: start; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: auto; word-spacing: 0px;"></span> Pero lejos de esa imagen de estrella del rock que uno pudiera imaginar lo que vimos fue a un anciano de 70 años exhausto, tembloroso, casi sin fuerzas para hablar. Eso sí profundamente amable y cercano, que no escatimó en hacerse fotos con los allí congregados, firmar autográfos e incluso tuvo tiempo para bromear. Iñaki le dijo que si venía a tomar algo con nosotros: "ahora no, estoy un poco cansado, lo dejamos para San Sebastián...". En medio del lío no me pareció oportuno comentarle nada a Ray de mi entrevista, estaba fuera de lugar, ni siquiera quise pedirle una foto. Le vi tan cansado que pensé que no era momento, pero animado por Isabel me puse junto a él e Iñaki para inmortalizar el instante. Fui el único que salió borroso. Dave, el road manager, nos sugirió que ya se había acabado el tiempo de fotos, Ray necesitaba descansar. Todos lo entendimos.<br />
<br />
Volvimos al bar, a pagar nuestras deudas y comentar la jugada. La emoción era indescriptible. A los 5 minutos apareció Dave, el road manager, luego Bill y Dick, guitarrista y bajista de la banda de Ray Davies. Obviamente nos fuimos a hablar con ellos. Bill es un guitarrista excelente que lleva acompañando a Ray desde hace años. Le hice un comentario musical sobre el cambio de tono que había notado en <i>Waterloo Sunset</i> y el arreglo de guitarra. Enseguida cambió el gesto y me miró sorprendido como diciendo "este tío controla". Hablamos durante un buen rato, una amena conversación sobre los Kinks, lo que supone tocar con una estrella como Ray Davies y mil cuestiones más de las que yo entendí la mitad, ya que mi nivel de inglés oral se encuentra un tanto oxidado. Alcanzada la confianza me vi con fuerzas de pedirle opinión sobre mi entrevista con Ray. Me dijo que lo mejor era contactar con su oficina en Londres. Que todo el tema de prensa lo llevan allí y que intentarlo como fan podría ser contraproducente. El road manager Dave me confirmó lo mismo. Es más dijo algo así como que si tenía la suerte de que Chris, su jefe de prensa, me respondiera, "algo que no ocurre muy a menudo", tenía mucho ganado. No le dije que Chris ya me había respondido, pero solo una vez, sin confirmarme nada más...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wy5CeiIJ1GZ5uLsNMikPeQ_v7wpZgVyRas2K4a-iS6GmSn5hYU0NL5DkvVCP5RUlUGO9NTU4xWNJq_ePvtb8h4jViWs1OqJg4ruMyevdW4yPsrOLo-BOlVQkFZbpHdd6OdDiPA8UhTs/s1600/10502119_10152585811564287_9169832143076278419_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wy5CeiIJ1GZ5uLsNMikPeQ_v7wpZgVyRas2K4a-iS6GmSn5hYU0NL5DkvVCP5RUlUGO9NTU4xWNJq_ePvtb8h4jViWs1OqJg4ruMyevdW4yPsrOLo-BOlVQkFZbpHdd6OdDiPA8UhTs/s1600/10502119_10152585811564287_9169832143076278419_n.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Luis, Dick, Gemma, Bill, yo, Isabel e Iñaki</td></tr>
</tbody></table>
<br />
A la mañana siguiente quedamos todos los fans para desayunar. Luis Lapuente nos comentó que había visto a Ray en el check out del hotel. Ya más descansado, había estado hablando con él y por supuesto se habían hecho fotos y les había firmado el libro <b>X-Ray</b>, su autobiografía. Yo ni siquera había conseguido eso. Además había coincido con <b>Omara Portuondo</b> y <b>Santiago Auserón</b>. Por un momento me vi a mísmo en mitad de una foto con Ray y Santiago. Basta de fabulaciones. Mi próximo objetivo era San Sebastián, pero como estaba a la otra punta del país y teníamos dos días de margen habíamos previsto una parada técnica a mitad de camino, para tomárnoslo con calma. Albarracín, "el pueblo más bonito de España"según las guías, fue el lugar elegido. La noche del lunes, María Antonia de Cuadernos de Jazz, con la que estaba en contacto permanente, me mandó las previsiones de ruedas de prensa del día siguiente del Jazzaldia. Ray no aparecía. Según le dijo la organización lo había intentando hasta el último momento pero Ray Davies no estaba por la labor. Esta información fue confirmada por <a href="http://www.culturamas.es/blog/tag/kepa-arbizu/" target="_blank"><b>Kepa Arbizu</b></a>, compañero periodista de Bilbao, al que día antes le había escrito por la misma cuestión. Estaba claro que uno de mis últimos cartuchos, es decir, hacerle algunas preguntas en rueda de prensa tampoco iba a funcionar.<br />
<br />
El martes 22 de julio, un día antes del concierto de Ray en San Sebastián, decidimos levantarnos tranquilamente y dar una vuelta por Albarracín antes de salir. No teníamos prisa, con llegar a San Sebastián por la tarde era suficiente. A media mañana, sobre las 13 horas, cuando estaba sentado en el asiento del conductor a punto de encender la llave de contacto, me llega un mail urgente de María Antonia con el siguiente asunto: "AZKEN ORDUA / ÚLTIMA HORA : Ray Davies, Costa Vasca, 15:00". Casi simultaneamente Kepa, vía Facebook, me envía la misma información. Al final sí había rueda de prensa con Ray. Estuve unos segundos paralizado, sin reaccionar, no me lo podía creer. Si lo hubiera sabido la noche antes ya estaría en San Sebastián con la grabadora preparada, pero me encontraba a cuatro horas y media de distancia. Era imposible que llegara a tiempo a esa rueda de prensa. IMPOSIBLE. Le pregunté a Kepa si él iba a ir, pero estaba en Bilbao. No conocía a ningún periodista de San Sebastián para que, por lo menos, me hiciera el favor de hacerle un par de preguntas en las que estaba muy interesado. El destino es así de caprichoso a veces. Releí el mail de María Antonia esta vez con mayor capacidad de comprensión, me decía que preguntara por el jefe de prensa y que dijera que iba de su parte para que me tratara bien. Ella había hecho todo lo posible por conseguir que estuviera en esa rueda de prensa. Pero ya no valían las lamentaciones. No iba a poder ser.<br />
<br />
Condujo Isabel, estuve todo el viaje pendiente del Twitter para ver qué decían los periodistas asistentes. Por un lado no quería saber nada del tema, por otro no podía evitar sentir curiosidad por imaginarme allí. Parece que Ray estuvo bastante simpático y dio <a href="http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2014-07-22/ray-davies-todavia-hay-muchas-canciones-ineditas-de-the-kinks_320747/" target="_blank">varios titulares</a>. El ambiente fue muy distendido. Tal vez --pensé- incluso hubiera sido posible hacer mi ansiada entrevista después de la rueda de prensa. Llevaba meses detrás de ese momento, tenía incluso escrito el saludo inicial, la despedida, los comentarios improvisados, las referencias, todo... Ahora solo me quedaba disfrutar del concierto, como un fan más. Quizá mi obsesión por entrevistar a Ray se había vuelto en mi contra y el destino me había jugado una mala pasada. O quizá simplemente, Ray no es real, o solo es real en su canciones. <a href="http://www.lyricsfreak.com/k/kinks/unreal+reality_10158825.html" target="_blank">Unreal reality</a> . No podía hacer nada más. Aprendí la lección, nunca conseguiré entrevistar a un hombre imaginario...<br />
<br />
<a href="http://www.cuadernosdejazz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=3081%3Aen-concierto-ray-davies&catid=9%3Ageneral&Itemid=8" target="_blank">Ray Davies, eterno superviviente </a>- Crónica en <b>Cuadernos de Jazz</b>. <br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<blockquote class="tr_bq">
"Is this really it?<br />
Is this the final station?<br />
It's really been quite a trip<br />
<br />
I am, I am imaginary<br />
I am, I am imaginary<br />
I'm the imaginary man, imaginary man"<span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; color: black; font-family: proxnov-reg, arial, sans-serif; font-size: small; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 16px; orphans: auto; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: auto; word-spacing: 0px;"></span></blockquote>
<b>Imaginary Man</b>, <i>Working's Man Cafe </i>(2007) - Ray Davies </div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/StAvRDRzB8Q?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-40048614331685492512014-06-27T07:53:00.000-07:002014-07-02T02:03:47.010-07:00Highway 61, la Ruta del Blues: de Nueva Orleans a Chicago<div class="MsoNormal">
[[En noviembre de 2012 el suplemento El Viajero de El País publicó mi '<a href="http://elviajero.elpais.com/elviajero/2012/11/02/actualidad/1351874434_515497.html">Ruta del Blues</a>', un viaje del que ya he hablado en otras ocasiones. Razones comprensibles de extensión y ajuste a la sección hicieron que el texto se redujera casi a la mitad. Algunos me habéis pedido el original. Por si alguno se plantea hacerla o por el mero disfrute de imaginarla, he decidido publicarlo íntegro aquí, con comentarios personales, sugerencias y reflexiones. Espero que os sirva de estímulo para hacer el que es sin duda el MEJOR viaje posible para conocer las raíces de la música estadounidense. </div>
<br />
Sigo tirando de textos de archivo -disculpas por ello- ya que estoy inmerso en el proceso, nada sencillo, de documentación, redacción y adaptación de lo que será el libro de LA MÚSICA ES MI AMANTE. Os mantendré informados. Gracias por la comprensión]]<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-------------------------------------------------------------------------------------</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHm1Nm9UURKmYoxAGv7lbDRDpxrt8gsmmsEllt0wwUHISiJT9PNfvF6JMMu-PptCjkkSjdbse-m3oMksDGYjlmNGpxA39X5MtPFr2trqjMmsXDjvguth_vyfh1fLsTH34LaFOtx3AIizk/s1600/Highway+61+a+la+altura+de+Memphis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHm1Nm9UURKmYoxAGv7lbDRDpxrt8gsmmsEllt0wwUHISiJT9PNfvF6JMMu-PptCjkkSjdbse-m3oMksDGYjlmNGpxA39X5MtPFr2trqjMmsXDjvguth_vyfh1fLsTH34LaFOtx3AIizk/s1600/Highway+61+a+la+altura+de+Memphis.jpg" height="225" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Highway 61 a la altura de Memphis</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En el imaginario colectivo de todos, <st1:personname productid="la Ruta" w:st="on">la Ruta</st1:personname> 66, la carretera Madre
de Norteamericana, no tiene rival alguno como icono popular internacional. Sin
embargo su “hermana pequeña”, la Highway 61 o Ruta del Blues, no tan conocida —disco
de Dylan aparte—, plantea un recorrido
mucho más iniciático. Profundiza en las entrañas de Estados Unidos: en su historia,
en su sociedad, en su idiosincrasia y, cómo no, en su música, para explicar mejor
que nadie su maravilloso legado cultural. En su trazado está la respuesta a
muchas preguntas que aún hoy nos planteamos. Las raíces del blues, del jazz,
del soul o del rock se esconden entre su asfalto. Imposible adivinar a dónde
vamos sin saber de dónde venimos. Transitar <st1:personname productid="la Ruta" w:st="on">la Ruta</st1:personname> 61 es algo más que un viaje…</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Louis Armstrong, Martin Luther King, Elvis Presley o Muddy
Waters son tan solo algunos de los personajes legendarios que deambularon por
estas carreteras para escribir su leyenda. El comercio de esclavos, los
derechos civiles, la segregación racial, el éxito o el fracaso… el gran sueño
(o pesadilla) americano en definitiva. <st1:personname productid="la Ruta" w:st="on">La Ruta</st1:personname> 61 sigue el curso
inverso del no menos emblemático río Mississippi. Desde el Sur al Medio Oeste.
Aunque geográficamente empieza en Nueva Orleans para acabar en Minnesota, tras más de <st1:metricconverter productid="2.300 kilmetros" w:st="on">2.300 kilómetros</st1:metricconverter>,
la ruta emotivo-musical se desvía unas millas para finalizar irremediablemente
en Chicago.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El 8 de agosto de 1922 un mozalbete llamado Louis Armstrong
abandonaba su Nueva Orleans natal a bordo del Illinois Center Railroad con rumbo
a Chicago. Allí se convertiría en una estrella. La historia del jazz cambió
para siempre. En el mismo mes de agosto, pero 90 años después, quise emular ese
viaje y experimentar en carne propia todas las sensaciones de aquellos músicos
pioneros. Porque no solo fue Armstrong, muchos otros afroamericanos se vieron
obligados a dejar su hogar en el Sur para buscarse un mejor porvenir en el Norte.
Es un fenómeno conocido como <st1:personname productid="la Gran Migracin." w:st="on"><st1:personname productid="la Gran" w:st="on">la Gran</st1:personname>
Migración.</st1:personname> Afortunadamente, mis circunstancias personales
nada tenían que ver con esa dramática situación, así que después de meses
ahorrando y preparándolo, la última semana de agosto, junto a mi pareja,
me embarqué hacia la primera parada: Nueva Orleans. Aparte de la banda sonora,
como compañero inseparable, el fantástico libro <a href="http://www.amazon.com/The-Blues-Highway-Orleans-Chicago/dp/1873756666">The
Blues Highway</a> de Richard Knight.<o:p></o:p></div>
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<br /></div>
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<b></b></div>
<a href="https://www.blogger.com/null" name="more"></a><br />
<a name='more'></a><br /><br />
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<b>Jazz y el huracán<o:p></o:p></b></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Inevitable hacerse una imagen previa, pero es peligroso
idealizar ciertos lugares. Yo tenía idealizado Nueva Orleans. Muchos libros,
películas, series y canciones invitaban a pensar en una ciudad donde la música
suena por todas partes. Y en cierto modo es así. Tal vez no la música auténtica
que yo estaba buscando, pero música al fin y al cabo. Me alojé al lado del
French Quarter, centro turístico por excelencia. Solo había que atravesar Canal
Street, con sus tranvías, palmeras y grandes cadenas de hoteles, para llegar a <b>Bourbon Street</b>. Los seguidores de la
serie de <st1:personname productid="la HBO" w:st="on">la HBO</st1:personname>,
Treme —una magnífica radiografía del Nueva Orleans post-Katrina— habrán visto
cómo personajes como DJ Davies denostan sistemáticamente el ambiente hedonista
de Bourbon Street por su artificialidad. Estando allí, uno lo entiende todo. La
calle es un desfile continuo de turistas borrachos, artistas callejeros, <i>vendedores</i> de ofertas 3x1, coches de
policía y todo tipo de personajes curiosos... Debe de ser la única vía pública
en todo Estados Unidos donde se puede consumir alcohol sin problema. Ahora bien, el olor etílico, los restos de
basura y otras fragancias más escatológicas producen una sensación de mareo. No hace falta entrar dentro para oír a las
bandas. Desde fuera las trompetas del
jazz se funden con las guitarras eléctricas del rock. Versiones de los Rolling
Stones y Bon Jovi a la vez que clásicos como <i>When the Saints go marchin’ in</i>. Locales de comida basura junto a restaurantes de especialidades sureñas
criollas. Sporthouses (puticlubs) al lado de tiendas de souvenirs. Una mezcla
extraña, pero pintoresca. En un contexto no muy diferente a este nació el jazz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero el jazz <i>verdadero</i>
en el French Quarter, salvo excepciones, es algo residual y sirve tan solo como
reclamo turístico. Hay algunos sitios recomendables en <b>Decatur Street</b>, pero los clubes más auténticos están dispersos por
la ciudad. <b>Frenchmen Street</b>, al lado
del Quarter, ofrece un buen puñado de ellos, como el Spotted Cat donde se
juntan bohemios, hippies y residentes. Lo que yo vi fueron bandas y público
blancos, apenas negros. <i>Hangin’ on Treme</i>
encuentras algunos criollos, pero también blancos de clase media-alta que se
han mudado al barrio tras el éxito de la serie. ¿Dónde están los negros en
Nueva Orleans? En la rutina del día a día no hay clubes, ni <i>parades</i>, ni entierros, ni animación
callejera. En la misa dominical de St Augustine’s Church más de la mitad de los
asistentes son turistas, eso sí, la banda del reverendo anima el cotarro como nadie.
Así da gusto ir a misa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYZANflxfyXjYuJSnnAfbi2EEOzzAkRW27eqOCynaWLIxO5Jqi2Q3eoIBx6pJces5IqaL5nec6eVpCxyiUx9_qhndFOxqyHJc5CjQY0H1LoHG_KRfPkFHApLzwtflJkW3QZiQCxhJV2KU/s1600/Marching+Band+-+Nueva+Orleans.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYZANflxfyXjYuJSnnAfbi2EEOzzAkRW27eqOCynaWLIxO5Jqi2Q3eoIBx6pJces5IqaL5nec6eVpCxyiUx9_qhndFOxqyHJc5CjQY0H1LoHG_KRfPkFHApLzwtflJkW3QZiQCxhJV2KU/s1600/Marching+Band+-+Nueva+Orleans.jpg" height="180" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Parque Louis Armstrong</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Quedarse en lo turístico es llevarse una imagen incompleta,
pero cuando uno quiere visitar los lugares históricos del jazz, la ciudad se lo
pone difícil. Parece que a Nueva Orleans no le gusta regodearse en su pasado y
eso que posiblemente tenga una de las herencias musicales más prolíficas del
país. El famoso Storyville, o el barrio
donde nacieron y crecieron los pioneros del jazz, el eje Perdido Street- South
Rampart Street en Uptown, están deliberadamente borrados del mapa. Un par de
placas de recuerdo y poco más. Ni rastro de los escenarios donde se engendró el
jazz. Los intereses especulativos o la dejadez política pueden ser el motivo,
aunque el Katrina suele servir como excusa para todo. De lo poco que se conserva
es <b>Congo Square</b>, ubicada en el Louis
Armstrong Park. Antaño era el único lugar de la ciudad donde los esclavos
africanos podían bailar y cantar libremente. Ya no se oyen esos ritmos y
melodías que están en la base del jazz, pero por lo menos la plaza se mantiene intacta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No obstante, nada puede plantar cara en Nueva Orleans a otra
sinfonía mucho más atroz: las tormentas tropicales. Viajar a Nueva Orleans de
agosto a octubre es hacerlo en época de huracanes. El precio de los billetes de
avión se reduce a la mitad —ahora entiendo la razón— pero te expones a los
caprichos del tiempo. Y, en efecto, Isaac, el huracán más potente que ha visto
la ciudad tras el Katrina, quiso unirse a la ruta en el segundo día de nuestra
estancia allí. Población evacuada, toque de queda, inundaciones y dos días de
encierro forzoso en el hotel. Para algunos, una <i>experiencia</i>; para mí, una faena. Cambio brusco de planes. La música
se apagó, literalmente, porque media ciudad se quedó sin luz. Una semana <i>extra </i>sin poder hacer apenas nada. Aeropuerto,
trenes, buses, tranvías, riverboats, museos y por supuesto clubes “cerrados por
huracán”. Los turistas se seguían tajando igual en el Quarter pero yo me quedé
sin descubrir el jazz de los pioneros, los “apóstoles del soul”, el funk, el
hip-hop y el resto de sonidos actuales que, se supone, Nueva Orleans tiene…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/Rt4U5VCqB5k?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>La tierra donde nació
el blues<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Entrar en Mississippi, sobre todo después de la experiencia
Isaac, fue todo un alivio. Es como si el tiempo se detuviera. Nada importa más
que el hoy y el ahora. <st1:personname productid="la Ruta" w:st="on">La Ruta</st1:personname>
61 atraviesa el estado de sur a norte: carreteras rectas por donde apenas
transitan coches, inmensos campos de algodón, aldeas recónditas, cabañas de
madera, cruces de caminos y plantaciones. El paisaje no debe de ser muy
distinto del que vieron los primeros bluesmen. Dejando atrás Woodville, Natchez
y Vicksburg llegamos a <b>Greenville</b>, a
orillas del río, en la región del Delta, primera parada. A pesar de ser la
ciudad más poblada de la zona, su aspecto era de pueblecito tranquilo, no se
veía a nadie por la calle, circunstancia que durante la noche resultaba algo
amenazante. El atardecer con el Mississippi de fondo nos regala una estampa
idílica. En Walnut Street, una especie de paseo de la fama con los grandes del
blues, desemboca en el <a href="http://www.deltablues.net/bait.html">Blues Bar</a>,
un juke-joint (garitos para negros) donde vemos a la primera banda negra <i>real</i> del viaje. Todo el mundo fuma
dentro (en el Sur rigen otras reglas). Negras culonas, negros culones, jóvenes
lugareños buscando ligar, un par de tipos con sombrero tejano. Todos se lanzan
a bailar. A excepción de una pareja de japoneses y nosotros, el ambiente es de
lo más auténtico y amigable. La camarera nos regala souvenirs, el dueño
(blanco) habla locuazmente y nos invita a que recomendemos visitar Greenville a
nuestros amigos de España. La hospitalidad sureña en todo su esplendor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Mn4x6PGNc6Zus4HVm56fwh3W7GcbrQXF4xLad9lc9f4s65YcAPtS9p9YUIJY8HX4nivYTqzMdym0cJkW3ZCV-wkyubGmWU6q6Hn4Hk8bQoJkOPGs32dpZr3p178CYZoKGnTgjA11iJA/s1600/Charley+Patton+Grave.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Mn4x6PGNc6Zus4HVm56fwh3W7GcbrQXF4xLad9lc9f4s65YcAPtS9p9YUIJY8HX4nivYTqzMdym0cJkW3ZCV-wkyubGmWU6q6Hn4Hk8bQoJkOPGs32dpZr3p178CYZoKGnTgjA11iJA/s1600/Charley+Patton+Grave.jpg" height="162" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tumba de Charley Patton</td></tr>
</tbody></table>
</o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hospitalidad que también sentimos en <b>Holly Ridge</b>, un poblado casi abandonado al que se llega por un
camino de tierra. Nadie iría hasta un lugar así —de hecho, poca gente va— si no
fuera porque está enterrado <b>Charley
Patton</b>, el fundador del Blues del Delta, una de las figuras clave de la
historia del blues. Un hombre negro desde el tractor nos va indicando
amablemente cómo encontrar la tumba, tarea difícil porque las lápidas están
diseminadas por el campo. Mucho me temo que somos las únicas personas que verá
en el día. En <b>Moorhead</b> otra
simpática mujer, en este caso blanca, nos explica la historia ‘<a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2011/05/y-el-sureno-se-cruzo-con-el-perro.html">donde
el sureño se cruza con el perro</a>’, intersección de ferrocarriles a la que se
dirigía W.C Handy, ‘The Father of Blues’, antes de tener su famoso encuentro
con el blues en la estación de <b>Tutwiler</b>,
que también visitamos. La epifanía del blues está grabada en la tierra. Los
lugares del Delta son tranquilos y solitarios. Gracias al <a href="http://msbluestrail.org/">Mississippi Blues Trail </a>están todos
señalizados, lo cual facilita mucho la visita al turista arqueológico (cosa que
no pasa en Nueva Orleans, por ejemplo). Sus habitantes se sienten orgullosos de
su pasado y no tienen problema en pararse a hablar contigo y contarte mil historias. Nos desviamos de la Ruta
61 para coger la Carretera 49. Pasamos por Indianola, ciudad de nacimiento de
B.B King y cerca de Morgan City, uno de los tres lugares donde parece estar
enterrado Robert Johnson.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La 49 lleva hasta Ruleville, donde se toma un desvío en dirección
a Cleveland. A medio camino entre ambas poblaciones está uno de los santuarios
del blues: <st1:personname productid="la Plantacin Dockery." w:st="on"><st1:personname productid="la Plantacin" w:st="on">la <b>Plantación</b></st1:personname><b> Dockery</b>.</st1:personname> Una mística
soledad se deja sentir en cada una de las cabañas que aún se mantienen en pie,
pero al mismo tiempo, en sus carcomidas maderas parecen resonar ecos del
pasado, gemidos de guitarra de sus antiguos e ilustres pobladores (el citado
Charley Patton entre muchos otros). Allí nació el blues. Muy cerca, otro de los
puntos calientes, <st1:personname productid="la Prisin" w:st="on">la <b>Prisión</b></st1:personname><b> de Parchman</b>, por donde pasaron —muy a
su pesar— bluesmen como Son House. Tiro algunas fotos y al instante viene el
coche del sheriff del que se baja un imponente negro que me sugiere amablemente
que me vaya de allí. <st1:personname productid="La Mississippi State" w:st="on">La
Mississippi State</st1:personname> Penitentiary aún es la cárcel estatal y no
está permitido fotografiarla. Salimos pitando. Siguiendo hacia el norte por la
49, nos acercamos al centro neurálgico del Blues del Delta, su capital
histórica: <b>Clarksdale</b>. Antes de
entrar, el cruce entre la 49 y la 61 es donde la mitología sitúa el lugar donde
Robert Johnson vendió su alma al diablo. Clarksdale tampoco tiene mucha
animación callejera; además el día que lo visitamos, domingo, parecía un poco
muerto: hasta restaurantes y clubes permanecían cerrados. Sin embargo está
lleno de símbolos del blues: varios museos, juke-joints, las primeras emisoras
que radiaron blues rural. Dos destacan por encima del resto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4awvH6alpY-wy36u-8msr2UQsxaQIdkh-1HWcj9whmh1rkastDse6cayMQva40o4bKTsSdcCkl0fvF2BRpYQ2QFF2lORSoJ0NibV7Ka_2V8Wnr-bHwXfNH9g1-aAO05gMuzDt_88kWlk/s1600/Shack+Up+Inn+-+Clarksdale.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4awvH6alpY-wy36u-8msr2UQsxaQIdkh-1HWcj9whmh1rkastDse6cayMQva40o4bKTsSdcCkl0fvF2BRpYQ2QFF2lORSoJ0NibV7Ka_2V8Wnr-bHwXfNH9g1-aAO05gMuzDt_88kWlk/s1600/Shack+Up+Inn+-+Clarksdale.jpg" height="320" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cabaña del Shack Up Inn</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
El <b>Hotel Riverside</b>,
un antiguo hospital para negros donde murió Bessie Smith en 1937. Sirvió de
casa para muchos bluesmen de la zona y era el alojamiento favorito de las
estrellas que tocaban en la ciudad, Duke
Ellington entre ellas. Frank Ratliff, el hijo del dueño original, historia viva
del blues, nos lo cuenta mientras se fuma un cigarrillo con la mirada perdida
en el infinito. Una mirada que encierra en cierto modo esa tristeza y añoranza
característica del Blues del Delta. Otro de los hitos es la <b>Plantación Hopson</b>, a las afueras, la
primera que empezó a utilizar maquinaria en lugar de mano de obra para recoger
algodón. Hoy es el <a href="http://www.shackupinn.com/">Shack Up Inn</a>, una
especie de <i>casa rural</i> donde las
habitaciones son las antiguas cabañas de los aparceros. La decoración es de
época —sencilla y austera— pero tienen todas las comodidades. De hecho,
algunas ofrecen piano y/o guitarra. Menos
mal que en la mía había guitarra porque no sé tocar el piano. La recepción es
la antigua fábrica reconvertida también en juke-joint. Si tu cuerpo resiste las
picaduras de mosquitos, es una de las experiencias más recomendables de la Ruta
61. Debido a la mecanización de los campos muchos bluesmen tuvieron que emigrar
al norte. Y en dirección al norte fuimos, no sin antes pasar por la Plantación
Stovall, donde vivió Muddy Waters hasta que fue descubierto por Alan Lomax.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/JZ1zOarIoEA?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Memphis train<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Dos de las figuras
musicales más asociadas a Memphis, Elvis Presley y B.B King, nacieron en
Mississippi. En concreto, Elvis vino al mundo en la localidad de Tupelo, pero de
adolescente se mudó a Memphis. En 1957 compró una mansión que hoy en día
constituye el mayor reclamo turístico de Estados Unidos, solo superado por <st1:personname productid="la Casa Blanca." w:st="on"><st1:personname productid="la Casa" w:st="on">la Casa</st1:personname> Blanca.</st1:personname> Ir a <b>Graceland</b> —primer <i>museo</i> que vistamos en todo el viaje— es como entrar en un parque de
atracciones. Turistas por doquier, largas colas, autobús interno, once tiendas
de recuerdos (confirmado por una dependienta), restaurantes y hoteles
temáticos… El mito en toda su plenitud. Reconozco que en un principio me mostré
un poco reacio, ya que después del Delta, solo buscaba autenticidad, pero hay
que admitir que es una visita obligada que no decepciona. Más allá del lugar de
peregrinaje para fans, de las excentricidades como techos de vinilo, de sus
ponis, de su colección de Cadillacs o de sus dos aviones privados, Graceland es
un templo del rock, indispensable para entender la figura de Elvis. Especialmente
interesante, <b>Meditation Garden</b>, el
jardín mortuorio donde está enterrado junto a su padre, su madre y su abuela
(que por cierto vivió más que todos ellos). <i>Trámite</i>
cumplido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero la autenticidad en Memphis tiene un nombre: <b>Stax Records</b>. En el barrio sur,
Soulville, en el cruce entre McLemore y College, se encuentra el único Museo
Nacional del Soul que existe en Estados Unidos. Tomando como punto de partida
el gospel, los espirituales, el blues y el rythm’n’ blues, el museo explica la
evolución de la música negra hasta convertirse en soul. Louis Jordan lo sintetiza en una frase: “los
músicos de jazz tocan para ellos mismos, yo toco para la gente”. Los artistas,
los primeros sellos, los discos. Si por algo se caracteriza el sonido Stax es
por sus arreglos de viento, The Memphis Horns, una agrupación blanca que dio
carácter y personalidad al sonido de los músicos negros. Cuando alguien
traspasaba la puerta de Stax las diferencias raciales se olvidaban. En ese
clima de creatividad se gestaron algunos de los hits más universales del
género. Los primeros compases resuenan en mi cabeza durante toda la visita… <span lang="EN-GB">“<i>Sittin’
in the morning sun I’ll be sittin’ when the evening comes…”</i> </span>La carne
de gallina al entrar en la sala de grabación donde Otis Redding inmortalizó la
canción. Uno de los momentos álgidos del viaje, sin duda. Pero allí se
registraron otros muchos éxitos de gente como Rufus Thomas, Ike and Tina Turner
o Sam and Dave. Entre las curiosidades, se exhibe el único oscar concedido a un
músico de color, Isaac Hayes por <st1:personname productid="la BSO" w:st="on">la
BSO</st1:personname> de Shaft.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbWBOi6-gWlBtPgR5KcFQEWIEO72b9TumwT_gfY9YyugJ-tprpYsLCKtTuMfgZO7HQeAMBOQqqvE2vKMQfcHqL61rXk4D0tQva2DSvouPVjjMKHHdSsQYsZXBl0Uu1C7lNnxndZrDPlRU/s1600/Memphis+-+Beale+Street+detalle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbWBOi6-gWlBtPgR5KcFQEWIEO72b9TumwT_gfY9YyugJ-tprpYsLCKtTuMfgZO7HQeAMBOQqqvE2vKMQfcHqL61rXk4D0tQva2DSvouPVjjMKHHdSsQYsZXBl0Uu1C7lNnxndZrDPlRU/s1600/Memphis+-+Beale+Street+detalle.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Letreros en Beale Street</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si hablamos de éxitos, los que salieron de <b>Sun Studios</b>, cerca del Downtown, ‘el
lugar de nacimiento del rock’n’roll’ según ellos mismos dicen. La visita es
bastante más pobre que Stax, sobre todo porque solo se puede entrar en la sala
principal del estudio, pero el componente mitómano supera cualquier expectativa.
Hacerse una foto con el micro con el que grababa Elvis no tiene precio. Por lo
demás, recuerdos y fotos personales de los músicos que pasaron por allí. <span lang="EN-GB">Carl Perkins, Jerry Lee Lewis,
Johnny Cash y cómo no, Elvis. </span>Tras el <b>Orpheum Theatre</b>, y otra estatua, también de Elvis, comienza una de las
calles más famosas de Memphis, <b>Beale
Street</b>, en su día centro neurálgico del blues. Aquí vivió W.C Handy, una
plaza con su estatua lo recuerda. Actualmente está plagado de garitos más o
menos interesantes. Uno de los más visitados es el de B.B King justo en la
esquina con Second Street. Esa noche coincidió una banda de chicos blancos
rockeros. La acústica es una de las más perfectas que he oído en mi vida. Personalmente
me llamaron la atención las tiendas de regalos, bastante originales más allá
del souvenir hortera. En una de ellas, tras comprar varias postales de viejos
bluesmen, me quedé charlando con el dependiente hasta la hora del cierre. Le sorprendía
ver turistas españoles, decía que no solía haber muchos por la zona. El tipo de
turista que suele llenar los juke-joints de Beale Street es norteamericano. En
uno de ellos, descubrimos a <a href="http://www.reverbnation.com/davidbowen">David
Bowen</a>, un poliinstrumentista con voz de terciopelo que nos regala un
emotivo <i>Sittin’ on the dock of the bay</i>
en la última noche allí. Dos detalles curiosos de Memphis: Main St, con sus
tranvías, comercios y cafeterías, debe de ser de las pocas calles peatonales
que hay en Estados Unidos. En lo extramusical, la ciudad pasó a la historia de
las luchas raciales porque en el <b>Morraine
Motel</b> fue asesinado Martin Luther King en 1968. Hoy es el Museo de los
Derechos Civiles. Dejamos el coche. El último tramo de la Ruta 61 lo haremos
sobre raíles: Memphis night train to Chicago.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/hYlSisv-VRU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Sweet Home Chicago<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“<i>Desde las tierras de
California a mi dulce hogar, Chicago</i>”, cantaba Robert Johnson en uno de los
blues que define la ciudad. Después de una noche entera de viaje en un vagón
cama, con las experiencias (y el cansancio) acumulados, llegar a Chicago es
como entrar en la tierra prometida. Eso debieron de pensar todos los músicos
sureños que hasta allí fueron. Chicago es una ciudad excitante, con uno de los
skylines más espectaculares del mundo. En lo arquitectónico fue la “inventora
de los rascacielos” y desde hace décadas es la que marca tendencias en las
nuevas corrientes de diseño y construcción. Tiene tantas referencias culturales
que es imposible abarcarlas todas. Harían falta meses. Musicalmente, Chicago,
como gran urbe, ofrece una variedad apabullante. Pocos saben, por ejemplo, que
el house proviene de allí. Sin embargo los dos estilos más característicos son el
blues y el jazz. Casi todo el jazz de Nueva Orleans se grabó en Chicago, donde
desde los años 20 se instauró una potente industria discográfica, así como una
amplia red de clubes al amparo, en muchos casos, de la mafia. Músicos como
Benny Goodman o Bix Beiderbecke fundaron el llamado ‘estilo Chicago’, donde el
ímpetu sonoro de los pioneros de Nueva Orleans se encamina hacia un tipo de
jazz más arreglado y sutil. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El <b>Green Mill</b>, en
la zona norte, ejemplifica a la perfección el ambiente humeante de los <i>speakeasys</i> de época. De hecho, un altar
recuerda a Al Capone como uno de sus ilustres clientes. Una big band, varios
cantantes, un locutor de radio a modo de presentador, parejas de bailarines…
Todos recuerdan que hubo una época en la que el jazz se podía bailar. En el
Near North, cerca de la Magnificent Mile está <b>Jazz Record Mart</b>, la tienda especializada más grande del mundo.
Vinilos polvorientos, CDs y DVDs de todas las categorías, libros, pósteres,
hasta gramolas para escuchar los antiguos 78 rpm. Pasear por las avenidas de
Chicago es sentirse parte del famoso musical que toma su nombre de la ciudad, o
de una película de los Blues Brothers. Casi todos los afroamericanos que llegaron
a Chicago se asentaron en la zona sur, uno de los mayores guetos negros del
país. No es aconsejable entrar a ciertas horas si eres blanco. Hay visitas en
autobús pero solo se realizan 3 ó 4 veces al año. A nosotros no nos coincidió. Una
parte de la zona negra es Bronzeville, donde
se ubicaban todos los clubes y teatros negros. Allí vivieron Louis Armstrong, Muddy
Waters o Howlin Wolf. Precisamente Muddy Waters se pasaba habitualmente por <b>Maxwell Street</b>, la calle en la que el
blues rural se transformó en el blues eléctrico. Hoy está integrada en el
campus de la University of Illinois at Chicago y solo queda una placa que
rememora aquel momento. Y del blues eléctrico al rock’n’roll tan solo hay un
paso. Y ese paso se dio en Chess
Records. (Aconsejable la película Cadillac Records para entender mejor todo lo
que significó Chess.)<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitDdCyhlPqvqd3q-7A82ZHKjooyTZzlDH0VAuoRHNoYQlHLNpLkZKoZQpnCD7Zwh2v8yctC_-hIpEmTGj1Yh8iyo9TmDZReh-_v_zmPuJcibg2X2hXCi8aT_vgFv0J0HAtDclNDKkeOnc/s1600/Maxwell+St+-+Chicago.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitDdCyhlPqvqd3q-7A82ZHKjooyTZzlDH0VAuoRHNoYQlHLNpLkZKoZQpnCD7Zwh2v8yctC_-hIpEmTGj1Yh8iyo9TmDZReh-_v_zmPuJcibg2X2hXCi8aT_vgFv0J0HAtDclNDKkeOnc/s1600/Maxwell+St+-+Chicago.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Placa de recuerdo en Maxwell Street</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
De todos los lugares históricos del blues de Chicago, quizá
South Michigan Avenue 2120, es decir, <a href="http://blogs.elpais.com/ruta-norteamericana/2009/02/la-apasionante-historia-de-chess-records.html">Chess
Records</a>, represente el punto álgido. Rebautizado como el Willie Dixon’s
Blues Heaven Foundation —en honor al compositor, contrabajista y arreglista de
Muddy Waters— esas cuatro paredes fueron testigo de sesiones antológicas. Para
entrar no hay que hacer grandes colas como en Graceland. Es más, primero tienes
que llamar al timbre. Nos recibe un chico como de unos veintitantos años, con
una gorra de Nueva York y camiseta de Chess Records. Nos lleva a la parte de
arriba, a una sala donde se proyecta un vídeo ya comenzado. Ocho personas en
total. Al acabar el vídeo (en VHS por cierto) empieza a hablar. Nos cuenta la
historia de la discográfica, de las fotos que se exhiben en las paredes. Nos
lleva a la cabina de control. Se le escapa constantemente un “mi abuelo”. Al
final alguien le pregunta. Efectivamente, es el nieto de Willie Dixon, y Chess
Records es una especie de negocio familiar. La visita adquiere otra dimensión. Las
viejas máquinas, las fotografías y las anécdotas son mucho más que un simple
material informativo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhKNYEXCtv4o0p6rUrshWJJDUhCcHHAoP20gHwoaWajDUx1JUmah1f_kWFlV576J_et55_jndglEKj-quZ-DZN_GnAHSZwVe1L-YOaTy0QhNli5icXL8vnkazDsYFguuh4n84ljsuk2y8/s1600/Fernando+Jones+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhKNYEXCtv4o0p6rUrshWJJDUhCcHHAoP20gHwoaWajDUx1JUmah1f_kWFlV576J_et55_jndglEKj-quZ-DZN_GnAHSZwVe1L-YOaTy0QhNli5icXL8vnkazDsYFguuh4n84ljsuk2y8/s1600/Fernando+Jones+2.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fernando Jones en el almacén de Chess Records</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Los Rolling Stones fueron a grabar allí en el 64. Hay
bastantes referencias a ellos en su música. Llega <a href="http://www.fernandojones.com/bio.html">Fernando Jones</a>, otro miembro
de la familia Dixon, tío de nuestro ilustre guía. Tiene una academia donde se
dedica a difundir el blues entre los más pequeños. No estaba previsto que
estuviera allí. Al ver que somos pocos nos invita al almacén de abajo, nos va a
dar una sorpresa. Bajamos, aparece la niña de tres años hija del guía, ya
amigo, bisnieta de Willie Dixon. Fernando coge una guitarra firmada por los
Rolling y se pone a tocar blues. Y de repente allí estoy, asistiendo a un
concierto privado en Chess Records con los descendientes de Willie Dixon, con
el espíritu de Muddy Waters flotando en el ambiente. Esto supera cualquier
expectativa mitómana. Fernando explica la historia del blues de Chicago, de los
hollers que llegaron de Mississippi, su propia historia en definitiva. Al
acabar la sesión nos regala sus púas, y nos deja la guitarra para que la
toquemos. Se pone a hablar con nosotros como si estuviéramos en un bar. La niña nos quita la cámara de fotos. Bromeo
con su padre, le ofrezco cambiársela por la guitarra. Casi acepta. Todo por una
hija. Han pasado ya muchas horas. Llega la madre de la criatura. Es hora de
comer. En ninguna guía se habla de esto. Mejor. El viaje por la Ruta 61 no
podía tener un mejor colofón. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/dkftesK2dck?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Fotos:</b> Manu Grooveman / IsaJMoya</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-67728897258411158222014-05-21T13:44:00.001-07:002014-05-21T13:44:27.696-07:00El jazz en el franquismo: paradojas y contradicciones<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy0RgPpmCZ59XmgyczO8z2EJ7qp6cCnvNbzAxJAKDDCZvAnDDh0i8E5cQ1TaKC9Qp_iFscEJIXDAqs4Qcc1tZZOIX9fLlvnl91XY1Npj1ihRfC2vSlNqRs3jmhXRGQeAtgntT-UCQe_qQ/s1600/General+Franco.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy0RgPpmCZ59XmgyczO8z2EJ7qp6cCnvNbzAxJAKDDCZvAnDDh0i8E5cQ1TaKC9Qp_iFscEJIXDAqs4Qcc1tZZOIX9fLlvnl91XY1Npj1ihRfC2vSlNqRs3jmhXRGQeAtgntT-UCQe_qQ/s1600/General+Franco.jpeg" height="320" width="320" /></a></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>Adjunto este texto publicado en <a href="http://www.yorokobu.es/" target="_blank">YOROKOBU</a> -tras una investigación que me llevó meses- sobre cómo se desarrolló el jazz en el franquismo. Para adentrarse en el tema recomiendo la bibliografía y enlaces que incluyo abajo. Como veréis, en esta ocasión, me centró principalmente en los primeros años, la llamada 'fase fascista'. Habrá más entregas...</i></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<a href="http://hemeroteca.lavanguardia.com/search.html?q=%22%22+Los+actos+organizados+por+la+Obra+Sindical+Educaci%C3%B3n+y+Descanso&bd=28&bm=02&by=1941&ed=28&em=02&ey=1941&__checkbox_home=true&edition=&exclude=&x=0&y=0">El
28 de febrero de 1941</a> <st1:personname productid="La Vanguardia Espaola" w:st="on"><st1:personname productid="La Vanguardia" w:st="on"><b>La Vanguardia</b></st1:personname><b> Española</b></st1:personname> —así se
denominaba entonces— anuncia en Barcelona “un magno festival de Jazz Hot”
organizado por <st1:personname productid="la Obra Sindical" w:st="on"><st1:personname productid="la Obra" w:st="on">la Obra</st1:personname> Sindical</st1:personname>
‘Educación y Descanso’ donde forman parte, entre otros, el Quinteto Hot Club de
Barcelona y la cantante Rina Celi. El evento tuvo lugar en el Palacio del Jazz,
antiguo Circo Olimpia, y asistieron máximas autoridades franquistas como
Gobernador Civil, el Delegado de Educación además de “una numerosa concurrencia
que aplaudió largamente”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Unos meses más tarde del mismo año, el 26 de noviembre, el
diario <b>ABC</b>, en un artículo titulado <a href="http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1941/11/26/010.html">“El
homenaje de toda España a la Gloriosa División Azul” </a>se hace eco del “gran
festival artístico de esta noche en el Price”, iniciativa del Departamento de
Prensa y Propaganda de <st1:personname productid="la Delegacin Nacional" w:st="on"><st1:personname productid="la Delegacin" w:st="on">la Delegación</st1:personname>
Nacional</st1:personname> de Sindicatos, “a beneficio del aguinaldo para la
gloriosa División Azul”. En este “grandioso programa” del Circo Price madrileño
actuaron emblemas nacionales como Estrellita Castro, Imperio Argentina,
Conchita Piquer y de nuevo Rina Celi, anunciada como “la primera actuación en
España de esta extraordinaria vocalista de Jazz, que adelanta su debut a fin de
contribuir al homenaje a los gloriosos voluntarios españoles”. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La artista catalana <b>Rina
Celi</b> era todo un fenómeno de masas entonces. Descrita como “la cantante hot
por antonomasia” o “la primera cantante moderna del país” fue también la
primera en utilizar el micrófono en escena. “Dotada de un físico aéreo y
estilizado, su estilo carente de afectación la convirtió en un ídolo para los
adolescentes barceloneses”, escribe José María García Martínez en <i>Del
fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España 1919-1996</i>, único libro
generalista publicado hasta la fecha sobre la historia del jazz ibérico. Llama
la atención un detalle: ¿qué hacía la prensa del régimen echando flores a una
cantante de jazz, música contra la que, en teoría, estaba en contra?</div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/jnM6Nd6VbU4?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El caso de Rina Celi es paradigmático, pero hubo más. En
plena fase fascista del régimen de Franco y en medio de una campaña mediática
contra las manifestaciones artísticas extranjeras, hemos comprobado como dos de
los principales periódicos del país difunden sin tapujos actuaciones de jazz,
esa <i>música negroide </i>yanqui supuestamente
contraria a los valores de la patria, en eventos promovidos además por las más
altas esferas franquistas. El culmen de lo esperpéntico es una orquesta de
músicos de jazz recaudando fondos para sufragar la “gloriosa División Azul”,
unidad militar que lucha junto a los nazis para acabar con el enemigo
comunista. ¿Qué está pasando?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aparentemente, franquismo y jazz pueden parecer, en esencia,
dos términos contrapuestos y antagónicos (lo español frente a lo extranjero, lo
puro frente a la mezcolanza, lo estético frente lo aberrante), sin ningún punto
común más que el odio del primero hacia el segundo. Pero, como veremos, las
fronteras no están tan claras y la actitud de Franco hacia el jazz es, cuanto
menos, contradictoria y, en ocasiones, hasta benévola.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
[Para seguir leyendo pinchar <a href="http://www.yorokobu.es/el-jazz-en-el-franquismo-paradojas-y-contradicciones/" target="_blank">aquí</a>]</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtF__esOITu3GIjbRVikhMf9SOM1fZHKm1Z9s_qgfQIsYncdd5486wxLisfU07gmupsJif2tnzyAu0oaq7nH-cmDtQO0WXB5ziYdHR2totvzdhcHVsL4Cjmc50ECDwd0b_GVeNJrMCbig/s1600/Futbol+Jazz+Band.+Biblioteca+Nacional.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtF__esOITu3GIjbRVikhMf9SOM1fZHKm1Z9s_qgfQIsYncdd5486wxLisfU07gmupsJif2tnzyAu0oaq7nH-cmDtQO0WXB5ziYdHR2totvzdhcHVsL4Cjmc50ECDwd0b_GVeNJrMCbig/s1600/Futbol+Jazz+Band.+Biblioteca+Nacional.JPG" height="320" width="227" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><u>Fuentes:<o:p></o:p></u></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
- Artículo <i><a href="http://historia-actual.org/Publicaciones/index.php/haol/article/viewArticle/503">(Re)Construyendo
la identidad musical española<span style="font-style: normal;">,</span></a></i>
Iván Iglesias, Universidad de Valladolid. Historial Actual Online, número 23,
otoño de 2010. </div>
<div class="MsoNormal">
-<i> <a href="http://www.bne.es/es/Micrositios/Exposiciones/Jazz/resources/img/estudio1.pdf" target="_blank">El trazo del jazz en España</a></i>. Jorge García, comisario de
la exposición <i>El Ruido Alegre</i> sobre la historia del jazz en España. BNE.
2013.</div>
<div class="MsoNormal">
- <i>Jazz en Barcelona 1920-1965</i>, Jordi Pujol Baulenas.
Almendra Music. 2005.</div>
<div class="MsoNormal">
- <i>Del fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España
1919-1996</i>. José María García Martínez. Alianza Editorial. 1996.</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt;">- Hemerotecas digitales de <a href="http://hemeroteca.abc.es/">ABC</a> y
<a href="http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/index.html">La Vanguardia</a>.</span></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-61173772589223449702014-04-27T06:55:00.000-07:002014-04-27T06:55:59.291-07:00Cuando las putas vuelven a la ciudad<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhI-lWRPUtLq8qTEV40zmdM8DR_IiCU8W6qO4657pSlAsqm1C1orJLcSB0i-qRIDDiY0KqMwgb0ZmP75RNDgAntwTsKiTq6T_IWzD9j4AeB75R-Y3dau2YcH-PvdatTvH2nvu408Kho88c/s1600/gajates.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhI-lWRPUtLq8qTEV40zmdM8DR_IiCU8W6qO4657pSlAsqm1C1orJLcSB0i-qRIDDiY0KqMwgb0ZmP75RNDgAntwTsKiTq6T_IWzD9j4AeB75R-Y3dau2YcH-PvdatTvH2nvu408Kho88c/s1600/gajates.jpg" height="178" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Lunes de Aguas en Gajates / La Gaceta de Salamanca</td></tr>
</tbody></table>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="color: #741b47;">[[Hacemos un pequeño alto en el camino en las historias del blues y jazz con este texto publicado en el número 6 de la revista <b>Jot Down</b> 'Políticamente incorrecto' sobre la tradición del Lunes de Aguas, el Padre Putas y la celebración popular en Salamanca. El número está a la venta online <a href="http://www.jotdown.es/store/#!/~/category/id=2470174&inview=product24278487&offset=0&sort=normal">aquí </a>así como en kioscos y librerías de toda España que se pueden consultar <a href="http://www.jotdown.es/librerias-jd/">aquí</a>.]]</span> </blockquote>
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<![endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Una ciudad que rinde
homenaje a sus putas es una ciudad que pervive en la memoria colectiva: al fin
y al cabo, estamos hablando de la profesión más antigua y duradera de la
humanidad. Por algo será. Nos adentraremos en la historia del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Padre Putas</b>, guardián de la Casa de Mancebía y remero
ocasional, del jolgorio estudiantil, del desenfreno báquico y pernicioso, del
pícaro buscón y de las alegres meretrices que dieron origen a una de las
fiestas populares más peculiares e indecorosas que aún hoy pervive: el Lunes de
Aguas, en Salamanca. Tal vez la única efeméride ‘oficial’ que rememora el
regreso de las prostitutas a la urbe para el disfrute poblacional. Casi nada.</i>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Putas en sobrado, galápagos en charco y agujas en costal no se pueden
disimular</i>”</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Puta ventanera no está ociosa por buena</i>”. Refranero popular.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
Una garganta desnuda, que precede a un pecho escotado y
voluptuoso, se contonea insinuante desde lo alto del balcón al paso de unos
desprevenidos estudiantes que, carpeta en mano, deambulan ajenos a cualquier
estímulo externo. Discusiones presocráticas, socráticas, platónicas o
aristotélicas se ven interrumpidas. Cuando se percatan de la elevada presencia
femenina se vuelven todos epicúreos y olvidan sin reparo la reciente lección
aprendida en el aula para dejarse hipnotizar por los encantos mundanos de la
poderosa Afrodita. Bueno, más que de diosa griega, se podría hablar de deidad
andrajosa: las mejillas y los ojos pintarrajeados de mala manera apenas
consiguen disimular la falta de benevolencia del creador que no puso en ella
especial esmero para obsequiarla con el don de la belleza. Ya se sabe el dicho
latino <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Quod natura non dat, Salmantica
non praestat </i>(‘Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta’). Y, a
ese respecto, la Salamanca
medieval podía prestar efímeros placeres terrenales en correteos nocturnos a
cambio de unos maravedíes, pero poco más…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
“…<i style="mso-bidi-font-style: normal;">porque los maestros que muestren sus saberes, é los escolares que los
aprendan, vivan sanos en él, é puedan folgar é rescibir placer en la tarde
cuando se levanten cansados del estudio</i>” <b>Alfonso X el Sabio</b>.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
Cuando el rey Alfonso X el Sabio en 1254 dicta las normas
para conceder el título de Universidad al <b>Estudio General de Salamanca</b>—fundado
en 1218 por su abuelo Alfonso IX de León— establece que el lugar ha de ser “de
buen ayre y fermosas salidas”. En las estribaciones occidentales de la Meseta central, casi
lindando con el reino de Portugal, Salamanca se alza con la condecoración,
usurpando el ya existente Estudio General de Palencia. Se convierte, por tanto,
en la primera universidad peninsular (por aquel entonces España era aún un
constructo lejano) y una de las primeras de Europa, tras Bolonia, París y
Oxford. Título de ‘ciudad universitaria’ que llevará como una losa a sus
espaldas desde entonces. Difícil dilucidar a qué se refería exactamente el
monarca con ‘fermosas salidas’ o ‘rescibir placer en la tarde’ y el motivo
último por el que eligió Salamanca en detrimento de la capital palentina. ¿Acaso
era el rey sabio ya conocedor del dicho popular<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">En Salamanca la que no es puta es
manca</i> y eso le influyó a la hora de tomar su decisión? Los legajos
conservados no dejan claro este punto. El caso es que Salamanca se transformó
por completo y unió su historia para siempre a la de su universidad, tanto para
los magnánimos acontecimientos trascendentales del hombre como para erigirse en
cuna del saber y la sapiencia universal. Y de la fornicación: donde hay
estudiantes y juventud abundan, cómo no, las mujeres de mal vivir…
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ya en el siglo XVI, uno de los de mayor apogeo de la
universidad, de los 25.000 habitantes con los que se cree contaba la ciudad,
alrededor de 8.000 eran bachilleres. Si lo comparamos con los 11.000 habitantes
de Madrid, uno puede imaginar sin problema el ambiente bullanguero que se
respiraba en las calles. Tabernas, tascas y mesones repletos de jóvenes
estudiantes y sopistas despreocupados, que no solo se instruían en los saberes
del intelecto, sino también en los de Baco. Además, se veían pícaros,
buscavidas, buhoneros, feriantes, lavanderas, alcahuetas y celestinas junto a
clérigos, nobles y rectores. Y, por supuesto, putiferio, mucho putiferio.
Estamos hablando de la
Salamanca literaria que inspiró obras de calado como el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Licenciado Vidriera</i> de Cervantes, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Celestina</i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>de
Fernando de Rojas, o el célebre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lazarillo
de Tormes.</i> La picaresca en todo su esplendor.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2KkJQjXdyWxGfe_Yt6HIlhSJq3UIJigoidH8M7W0lsJ9y_fUVtWAyEgqe0zrR3d8P0EhNqgN_VlDLKpHE7eAex2CqtCtNobaK0WEfUWa9xmXfzJcxcAmnrMqb-286VngtW20J2jiYLgA/s1600/Manceb%C3%ADa+Salamanca.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2KkJQjXdyWxGfe_Yt6HIlhSJq3UIJigoidH8M7W0lsJ9y_fUVtWAyEgqe0zrR3d8P0EhNqgN_VlDLKpHE7eAex2CqtCtNobaK0WEfUWa9xmXfzJcxcAmnrMqb-286VngtW20J2jiYLgA/s1600/Manceb%C3%ADa+Salamanca.jpg" height="62" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Situación de la Casa de Mancebía de Salamanca</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Como en otras muchas ciudades de la época, en Salamanca
existían burdeles públicos. Cuentan los cronistas que, junto con Valencia, la <b>Casa de Mancebía</b> charra era
uno de los mayores prostíbulos del reino. Por eso de guardar las formas, en
lugar de ubicarse en pleno centro se llevó allende el río Tormes, pasando el
solemne Puente Romano, en una zona conocida como el Arrabal (hoy en día aún se
llama así ese barrio). No se podía haber elegido mejor ubicación y nombre,
desde luego: “extramuros y alejada, en un extremo del arrabal del puente,
exenta de viviendas cuyos vecinos se escandalizasen por la presencia de mujeres
públicas o pudieran ser indiscretos testigos de la llegada de clientes”, cita
el historiador Vicente Martín Hernández en su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fragmentos de una historia sociourbanística de la ciudad de Salamanca.</i>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sin embargo, una de las características del lupanar
salmantino, que lo diferenciaba del resto, era que estaba custodiado por un
clérigo: el <b>Padre de Mancebía</b>. Nombrado por el Consistorio de la ciudad, en
cierto modo también para explotar los pingües beneficios de la carne, el páter
tenía como misión primordial rentar la casa a las mujeres, asegurarse de que
todas las candidatas gozaran de buena salud y de que no estuvieran casadas o
fueran mulatas. Asimismo, entre las funciones del eclesiástico estaba mantener
las instalaciones a punto: las estancias debían tener cama de dos colchones,
almohadas, manta, silla, candil, botica y estera. Entre las más curiosas, velar
por su vestimenta: nada de guantes, sombreros o mantos largos, solo mantillas
amarillas cortas. El color amarillo, junto con un cintillo pardo en el borde de
la falda, las distinguía del resto de féminas decentes. He ahí el origen mismo
de la expresión <i style="mso-bidi-font-style: normal;">irse de</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">picos pardos</i>. En definitiva, en
Salamanca la madame del burdel —o ‘mesón del infierno’, según se decía en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Licenciado Vidriera</i>— llevaba sotana y
crucifijo, no era una elegante señorita, sino un hombre de Dios al que todo el
mundo conocía como Padre Lucas o Padre Putas. Pero aún no hemos hablado de la
más importante de sus encomiendas, independientemente de que en algún momento
dado el sacerdote quisiera probar en persona el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">producto</i> antes de ofrecérselo al cliente…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Semana Santa recojan a todos los poetas públicos y cantoneros y se les
aplique tal norma como a las malas mujeres</i>”, El Buscón, <b>Quevedo</b>.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Cuenta la leyenda que su majestad <b>Felipe II</b>, que a la sazón
sería rey del mayor Imperio Español, llegó a la docta y culta Salamanca, a
mediados del siglo XVI, esperando encontrar una ciudad recia y austera donde
desposarse con la princesa María Manuela de Portugal. Nada más lejos de la
realidad. En su lugar halló una urbe desenfadada y entregada por completo a los
placeres de la carne, a la algazara y al barullo, más que al estudio y al
recogimiento. A pesar de la juventud del monarca —apenas dieciséis años—, su
recta fe, su profunda religiosidad y su gusto por las buenas costumbres le
llevaron a tomar una medida drástica: prohibir la prostitución durante el
tiempo de Cuaresma. El Padre Putas pensó que podría tomarse unas vacaciones,
pero en realidad le iba a tocar hacer horas extra.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“En días de Fiesta, Cuaresma, cuatro témporas y vigilia, no
estén las mujeres ganando en la mancebía, bajo pena de dejarle el costillar
hecho trizas”: las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ordenanzas de la Casa de Mancebía,</i> que
Felipe II instauró en Castilla para el tiempo de Pascua, no se andaban con
chiquitas. Desde el Miércoles de Ceniza hasta el fin de la Semana Santa, las
meretrices debían abandonar la ciudad y era obligado el cese de toda actividad
en el prostíbulo. Para evitar tentaciones, toda carne fresca, mancebía o
fresquera era enviada lejos. No parecía de recibo practicar el milenario arte
de la fornicación en los días precedentes a la Pasión y Muerte de Cristo.
Como reza el refrán: “antruejo buen santo; Pascua, no tanto”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitxlvKPZyZtfbTRMVJrDcANexcdRodoODvQVeoLpc2e8NpLxsCZ4yDpxPhs80kCQIbPE8QLevWXqcrZMFMKNMLsiBoGe3_euX1PGVWXVRYJihSL4QUMnODb_8IAjwR7qyMNqjV5QVVLK4/s1600/Lunes+de+Aguas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitxlvKPZyZtfbTRMVJrDcANexcdRodoODvQVeoLpc2e8NpLxsCZ4yDpxPhs80kCQIbPE8QLevWXqcrZMFMKNMLsiBoGe3_euX1PGVWXVRYJihSL4QUMnODb_8IAjwR7qyMNqjV5QVVLK4/s1600/Lunes+de+Aguas.jpg" height="200" width="184" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
El <b>Padre Putas</b> adquirió, pues, una nueva misión divina,
nunca mejor dicho: debería acompañar a sus concubinas a las afueras de la
ciudad, en concreto al poblado de Tejares, a unos kilómetros de distancia
siguiendo el curso oeste del Tormes. Remos a punto, el Padre Putas atravesaba
las aguas tormesinas para emprender la excursión del exilio con coimas y
alcahuetas a bordo. No hay registros del número de viajes que tuvo que hacer el
buen hombre, pero seguro le quedaron fornidos brazos. Empezaba el periodo de
abstinencia Los desolados fornicarios y amancebados bajaban hasta la orilla
para despedirlas y augurarles un pronto regreso. Y ese regreso —convertido en
eternidad para algunos— se producía el Lunes de Quasimodo o, lo que es lo
mismo, el Lunes de Pascua que sigue al Domingo de Albillo, segundo lunes justo
al concluir la Semana Santa
con el Domingo de Resurrección.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Para celebrar la vuelta de las cantoneras, los
enfervorizados mozos vestían sus mejores galas, envueltos en danzas y cánticos,
y se dirigían hasta la ribera del río, bota de vino en mano. Sobraban los
motivos para el festejo. Manjares y licores hacían más llevadero el último
tramo de la espera. En lontananza se adivinaba el hábito del Padre Putas, rema
que rema, acompañado de sus fieles damiselas. Lo que es la vida: él, que había
hecho los votos para servir a Dios, y al final reducido a un díscolo—quién sabe
si también pecaminoso— proxeneta. Algunos aventurados estudiantes, presos de la
impaciencia, se embarcaban en esquifes engalanados para recibirlas en las
mismas aguas del río. Toda una flota de embarcaciones adornadas con ramas de
árboles, ramos y remos —la expresión de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ramera
</i>aparece por primera vez en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Celestina</i>— se
alienaban por el Tormes en señal de calurosa bienvenida. El cachondeo era
infinito, la juerga monumental y tremendísima la bacanal. Los duros tiempos de
Cuaresma habían concluido. Ya hay constancia de este hecho cuando un noble
estudiante florentino de nombre Girolamo da Sommaia recoge en su diario el “di
di passar las aguas” el 18 de abril de 1605. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Esa actividad tan salmantina de recibir rameras a pie de río
se convierte en tradición. Con el transcurrir del tiempo, el paso de las aguas
se da en llamar <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>Lunes de Aguas</b>.</i> De
origen profano o religioso —los historiadores no se ponen de acuerdo en este
aspecto— año tras año, durante el Lunes de Pascua, el ínclito Padre Putas de
turno devuelve la carne a la mancebía. A partir de ese momento, la fiesta del
Lunes de Aguas se recoge en citas y documentación de la historia de la ciudad.
Lo mismo aparece en un tratado sobre evolución urbanística salmantina que en
coplillas y canciones populares. También en la literatura. Por ejemplo, el
poeta y jurista Juan Meléndez Valdés, estudiante de Derecho en Salamanca,
escribe en siglo XVIII una carta a José Cadalso titulada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La gran fiesta del Lunes de Aguas: a la gran borrachera</i>.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“A la gran borrachera </div>
<div class="MsoNormal">
de Lunes de las Aguas</div>
<div class="MsoNormal">
primer fiesta de Baco</div>
<div class="MsoNormal">
de nuestra Salamanca</div>
<div class="MsoNormal">
y solemnidad ilustre</div>
<div class="MsoNormal">
que ella tan solo guarda</div>
<div class="MsoNormal">
en todas las aldeas</div>
<div class="MsoNormal">
que el claro Tormes baña</div>
<div class="MsoNormal">
donde salirse suele</div>
<div class="MsoNormal">
a la campestre estancia</div>
<div class="MsoNormal">
con opíparas mesas</div>
<div class="MsoNormal">
de corderos de Pascua</div>
<div class="MsoNormal">
y en espumantes copas</div>
<div class="MsoNormal">
del nieto de las parras</div>
<div class="MsoNormal">
dar a la primavera</div>
<div class="MsoNormal">
mil bacanales salvas</div>
<div class="MsoNormal">
brindome el capricho</div>
<div class="MsoNormal">
tras siesta abochornada</div>
<div class="MsoNormal">
y al punto a puto el postre</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT-BR" style="mso-ansi-language: PT-BR;">eché a
correr de casa.”</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="PT-BR" style="mso-ansi-language: PT-BR;">Pelanduscas,
prostitutas, hurgamanderas, coimas, damiselas, meretrices, cantoneras,
busconas, tusonas, gorronas, zorras, zurronas o rameras. </span>El diccionario
castellano es generoso en las denominaciones de las mujeres públicas. De ahí a
honrarlas en una fiesta oficial hay un trecho. En Salamanca se sigue haciendo,
hasta el punto de que el Lunes de Aguas, junto con la Semana Santa, están
considerados como Fiesta de Interés Turístico. Ya nadie sale en barca a recibir
al Padre Putas. La efeméride se ha convertido en una excursión campestre donde
se degusta un arma de destrucción masiva culinaria llamada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hornazo,</i> empanada hecha a base de lomo, chorizo y huevo. La carnaza
de ahora sustituye a la carne de otrora. La borrachera no difiere mucho. Se
juntan estudiantes y pensionistas, locales y foráneos, niños y abuelos vestidos
con el traje charro tradicional. Charangas, charradas, dulzainas, tamboriles,
bailes, vino y el susodicho hornazo ponen el resto.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“¡A por el Padre Lucas! ¡A por el Padre Lucas!” gritan hoy
los niños y jovenzuelos que corren, desaforados, por las callejuelas que van a
dar a la Plaza Mayor
los días de ferias y fiestas. Saltan, brincan, ríen y se burlan de un gigante
cabezudo al que siguen los pasos muy cerca. Este se da la vuelta y con fino
palo de madera propina algunos ingenuos golpes a la chiquillería. El Padre
Putas sigue presente entre los habitantes a través del Padre Lucas, personaje
estrella de los pasacalles de todas las fiestas patronales de la ciudad. Los
más ancianos del lugar incluso llaman <i style="mso-bidi-font-style: normal;">padrelucas</i>
a los cabezudos. Aunque todo el mundo conoce su origen, pocos hay realmente que
se atrevan a comentarlo en público. No vaya a ser que alguien se escandalice.
La verdad es políticamente incorrecta. El Lunes de Aguas queda como testigo
inerme y enmascarado de que en la
Meseta también sabemos pasárnoslo bien.</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Bibliografía:</u></b>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Lunes de Aguas (de fiesta y muy
salmantina)</i>; José Luis Yuste, Globalia Ediciones Anthema, 2004, Salamanca.</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDvtGMaBt0060pXf0FEGeUY2qNU5vbG_LGDQRfqA-YnfnzmgUeam51sjrVbXvV4_wg7iP9g5ajdc-efHL1hgqNix3TGnIXaflxZpX7mA5pihfJtaqkRyFO6P-8E1o-4xNHF5TpGnugIq8/s1600/Festejando+el+lunes+de+aguas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDvtGMaBt0060pXf0FEGeUY2qNU5vbG_LGDQRfqA-YnfnzmgUeam51sjrVbXvV4_wg7iP9g5ajdc-efHL1hgqNix3TGnIXaflxZpX7mA5pihfJtaqkRyFO6P-8E1o-4xNHF5TpGnugIq8/s1600/Festejando+el+lunes+de+aguas.jpg" height="270" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Celebración del Lunes de Aguas años 30 / Archivo Gombau</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
</div>
<br /><div class="MsoNormal">
<br /></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-29136262535753956132014-03-23T17:53:00.000-07:002015-01-28T03:43:10.566-08:00Las primeras grabaciones del jazz<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8CnMiITU5ucD5KL527LCctsx5t5plYTnxzx7pvHw2HEd5RNy2-mbSQbRLiWS4c7xeOpJajRxTKDErx5f_bVMihEQTcXt1OCxFjSMfHWsczmLQrU1mr2wQXAJJ9Wpap3G116GSm9s-L8k/s1600/livery-stable-blues_wide-4ea99d1cf9ab2ce572e5a165c6f0e30a23d8bd71.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8CnMiITU5ucD5KL527LCctsx5t5plYTnxzx7pvHw2HEd5RNy2-mbSQbRLiWS4c7xeOpJajRxTKDErx5f_bVMihEQTcXt1OCxFjSMfHWsczmLQrU1mr2wQXAJJ9Wpap3G116GSm9s-L8k/s1600/livery-stable-blues_wide-4ea99d1cf9ab2ce572e5a165c6f0e30a23d8bd71.jpg" height="179" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Si damos por válida la historia oficial, <b>el primer disco de jazz</b> fue <i>Dixie Jass Band One Step</i> y <i>Livery Stable Blues</i> de la <b>Original Dixieland Jazz Band,</b> publicado por la <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Victor_Records" target="_blank"><b>Victor Talking Machine</b></a> en mayo de 1917. La sesión de grabación tuvo lugar en Nueva York unos meses antes, el 26 febrero, y también se registaron otros temas como <i>Tiger Rag</i>, que se lanzaría más adelante. Parece ser que hubo una sesión previa con <b>Columbia </b>que nunca llegó a ver la luz porque la compañía no estaba del todo segura de que esa música alocada y poco convencional fuera del gusto del público. Como ya es sabido, fue un error de cálculo garrafal, ya que <i>Livery Stable Blues</i> se convirtió de inmediato en un enorme éxito comercial y expandió la semilla del jazz por todo el mundo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esa es, como decimos, la versión oficial, no implica que sea la verdadera. Ya hemos visto en más de una ocasión la facilidad con la que el jazz es capaz de inventar y crear <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/03/el-mito-de-storyville-como-cuna-del-jazz.html" target="_blank">mitos</a>, a veces basados en recuerdos borrosos, otras en hechos poco probados. Los nebulosos años de inicio del jazz, donde los registros de todo tipo escasean, son proclives a construir leyendas, más aún si tenemos en cuenta que el término "jazz" como tal, apenas se utilizaba y solía confundirse con <i>ragtime </i>o música <i>hot</i>. Por tanto, aunque es verificable que la Victor Talking Machine editó en 1917 el famoso disco de la Original Dixieland Jazz Band, no sabemos realmente si fue el primero. ¿Por qué iban a ser unos chicos blancos de Nueva Orleans los que grabaran en Nueva York el primer disco de jazz de la historia? ¿Si el jazz empezó a gestarse con el cambio de siglo XX, por qué hubo que esperar casi veinte años para escuchar un disco de jazz? ¿Cómo discriminar las grabaciones de jazz del resto de registros de música negra de la época? Muchos quisieron apuntarse el tanto de ser "el primero". La tarea no es fácil...<br />
<br />
<a name='more'></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Fonógrafos y gramófonos</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmud-wa0J172xWZBfavxPLExcEhfaxd33AKOY4J84IRcIRbueEk_grEE4ovNB37-efXGBhzOHRYVE_LHCdzTmZF8hoNd7uTDs1DCuDSFke-Y5xJomw2o6t4nrXjVyjbVEoXruUMOk0cYQ/s1600/Fonoautografo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmud-wa0J172xWZBfavxPLExcEhfaxd33AKOY4J84IRcIRbueEk_grEE4ovNB37-efXGBhzOHRYVE_LHCdzTmZF8hoNd7uTDs1DCuDSFke-Y5xJomw2o6t4nrXjVyjbVEoXruUMOk0cYQ/s1600/Fonoautografo.jpg" height="200" width="198" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fonógrafo de Edisson</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
En enero de 1877 <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Alva_Edison" target="_blank">Thomas Alva Edison</a> se planteó el reto de almacenar y reproducir la voz humana. El 18 de julio de ese mismo año realizó un experimento con un diafragma provisto de un punto de grabación en relieve, aplicado sobre un papel de parafina que se movía con rapidez. Aún era muy pronto para comprobar los resultados, pero esos hallazgos serían decisivos para el futuro. Edisson registró la patente para un <b>fonógrafo </b>cilíndrico de hoja de estaño. Fue en 1887 cuando el alemán <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Emile_Berliner" target="_blank">Emile Berliner</a> inventó una máquina de reproducción sonora que utilizaba discos de corte lateral en lugar de cilindros. Esa máquina se dio en llamar <b>gramófono</b>. Durante una época coexistieron ambos inventos, pero finalmente el gramófono ganó la batalla. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1901, la Victor Talking Machine registró las primeras grabaciones de músicos negros documentadas. Se trataba de unas canciones populares interpretadas por los artistas de vodevil <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Bert_Williams_%28c%C3%B3mico%29" target="_blank">Bert Williams</a> y <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/George_Walker_%28vaudeville%29" target="_blank">George Walker</a>. Había también unas grabaciones de la Victor al cantante de blues <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Gus_Cannon" target="_blank">Guss Cannon</a> acompañado solo con su banjo, pero no se han conservado. En 1902 otra pareja de cómicos <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Arthur_Collins_%28singer%29" target="_blank">Arthur Collins </a>y <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Byron_G._Harlan" target="_blank">Byron G.Harlan</a> grabaron unos discos que tuvieron mucho éxito por su mezcla de comedia, parodia de las canciones de los negros y toques de ragtime.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Precisamente, en 1903, uno de los ragtimes más populares del momento, <i>Maple Leaf Rag</i>, fue grabado por la banda del clarinetista <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Wilbur_Sweatman" target="_blank"><b>Wilbur Sweatman</b></a>, el primer grupo negro en realizar grabaciones. Sweatman desarrolló una prolífica carrera discográfica grabando rags, blues y canciones populares con distintos formaciones. En abril de 1917, un mes antes de la <i>fecha oficial</i>, grabó bajo el nombre de <b>Wilbur Sweatman's and his Jass Band</b>. A pesar de denominarse "jass" el repertorio estaba más cercano al ragtime. El primer disco que contiene tiene la palabra jazz ("jas" para ser exactos) en su nombre es un cilindro de cera lanzado por la <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Blue_Amberol_Records" target="_blank">Edison Blue Amberol </a>en noviembre de 1916, de la citada pareja de cómicos <b>Collins-Harlan</b>. En realidad a pesar de llamarse <b><i>That Funny Jas Band from Dixieland</i></b>, es más un número vodevilesco que una auténtica pieza de jazz.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://ytimg.googleusercontent.com/vi/7pKzVD0zfbw/0.jpg" src="http://www.youtube.com/embed/7pKzVD0zfbw?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Otra grabación destacada es la que hizo <b><a href="http://en.wikipedia.org/wiki/James_Reese_Europe" target="_blank">James Reese Europe</a></b> para la Victor Talking Machine en 1913, aunque tampoco se la puede etiquetar como jazz, ya que su banda, la Society Orchestra, interpretaba un variado repertorio de marchas y ragtimes. También la banda de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/W._C._Handy" target="_blank"><b>W.C Handy</b></a>, el llamado 'Padre del Blues', realizó grabaciones en el período de 1913-1919. Por ejemplo, su famoso <i>Memphis Blues</i> fue grabado por la Victor Military Band en julio de 1914. La Compañía <b>Quality Reigns Supreme</b> editó a partir de 1912 numerosos rollos de pianola que contenían rags, blues y canciones populares.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El año de las luces</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y con este recorrido por grabaciones que podríamos considerar de pre-jazz llegamos al año 1917, donde hemos visto que aunque eran habituales las referencias "jazz" en los títulos de las canciones, la música no se correspondía con el estilo. Esta confusión también viene determinada por la propia nomenclatura de la época, en la que "jazz" no constituía aún un término clarificador y a menudo se etiquetaban temas de ragtime, blues o vodévil como piezas de jazz. El artista de minstrel <a href="http://www.library.georgetown.edu/dept/speccoll/oconnrec.htm" target="_blank">George H. O'Connor</a> grababa en febrero de 1917 un tema titulado <i>Ephraham's Jazbo Band</i>. El compositor blanco <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Arthur_Fields" target="_blank">Arthur Fields</a> lanzaba en marzo una composición titulada <i>Everybody loves a 'Jass' Band</i>, en la que la propia compañía <b>Edison </b>anunciaba el lanzamiento como una pieza de jazz. Otros muchos artistas utilizaban el término jazz como reclamo publicitario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, nadie alcanzó tanta trascendencia como la <b>Original Dixieland Jazz Band</b> (ODJB, por sus siglas) con sus históricas grabaciones de 1917. Este impacto se debía a su enorme popularidad en Nueva York, ciudad que acogía la industria de grabación, donde actuaron asiduamente a principios de año. Además se habían labrado una reputación como showmans en los cafés de Chicago durante los años anteriores. <b>Nick LaRocca </b>a la corneta y <b>Larry Shields</b> al clarinete asimilaron la tradición musical de su Nueva Orleans natal y dotaron a este incipiente jazz de un toque desenfadado que conectó con las audiencias fundamentalmente blancas. "Pocas bandas de aquel período contribuyeron más a dar a conocer al gran público estadounidense y extrajero las virtudes de esta nueva música nacida en Nueva Orleans", explica Ted Gioia en su <i>Historia del jazz</i>. Honor que pudo haberse llevado <b>Freddie Keppard</b>, el cornetista criollo, que justo un año antes rechazó ser grabado por la mismísima Victor Talking Machine, por miedo a que alguien copiara su estilo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>El trombón criollo de Kid Ory</b></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Al éxito de la ODJB le siguieron una retahíla de imitadores, casi todos blancos, que se les podría considerar como one-hit wonders del jazz porque su carrera apenas obtuvo consistencia, la mayoría desapareció pasados un par de años. Los <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Louisiana_Five" target="_blank">Lousiana Five</a>, <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Six_Brown_Brothers" target="_blank">Six Brown Brothers</a>, <a href="http://www.redhotjazz.com/frisco.html" target="_blank">The Frisco Jass Band</a> o la <a href="http://www.redhotjazz.com/fuller.html" target="_blank">Earl Fuller's Famous Jazz Band</a> son tan solo algunas de las bandas que en ese mismo 1917 y posteriores grabaron temas etiquetados como música jazz.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los historiadores sitúan a la delicada vocalista blanca <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Marion_Harris" target="_blank">Marion Harris</a> como <b>la primera mujer en grabar un disco de jazz</b>. Ya en 1916 interpretó en los estudios de la Victor Talking Machine el repertorio del cancionero popular americano. En julio de 1918 registró <i>When I Hear That Jazz Band play</i> y obtuvo una carrera de éxito grabando clásicos como <i>I Ain't Got Nobody</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSXwr0CbfuLchGFkn5T1Y8Y8MsxamW36Op-0sYpH4bRoXtMolb8lUmwMt-8OW1eP8HfsaFRO3zjpipInOhtnnyVb8EFRjsQOW6LcrLdkHA1XhfUQU1Az4DLoGp2UWsQGWi6ltmCDIKUU4/s1600/ory.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSXwr0CbfuLchGFkn5T1Y8Y8MsxamW36Op-0sYpH4bRoXtMolb8lUmwMt-8OW1eP8HfsaFRO3zjpipInOhtnnyVb8EFRjsQOW6LcrLdkHA1XhfUQU1Az4DLoGp2UWsQGWi6ltmCDIKUU4/s1600/ory.jpg" height="320" width="227" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Kid Ory</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo habría que esperar hasta 1922, cinco años después, para que en la ciudad de Los Ángeles tuviera lugar <b>la primera grabación de jazz negro de Nueva Orleans</b>, el <i>auténtico</i>, según los puristas. En concreto el honor le corresponde al trombonista criollo <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Kid_Ory" target="_blank"><b>Kid Ory</b></a> que había emigrado a la Costa Oeste desde Nueva Orleans en 1919. Allí consiguió reunir un distinguido elenco de músicos <i>neworleaners </i>para dar forma un testimonio sonoro que pasaría a la historia. Con su emblemático <i><b>Ory's Creole Trombone</b></i> mostró al mundo por primera vez cómo sonaba realmente el jazz de Nueva Orleans, un año antes de las históricas grabaciones de <b>King Oliver</b> para <a href="http://www.discogs.com/King-Oliver-And-His-Creole-Jazz-Band-The-Okeh-Sessions-1923/release/3744003" target="_blank">Okeh</a> en Chicago con <b>Louis Armstrong</b> como segunda corneta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La Era del Jazz acababa de comenzar... A partir de ese momento el jazz, por lo menos en lo que a grabaciones comerciales se refiere, ya no será un privilegio exclusivo de blancos y progresivamente el público norteamericano escuchará en sus fonógrafos y en las radios musicales el verdadero jazz de los pioneros aunque con toda probabilidad muchos cilindros de cera con grabaciones históricas se quedaron por el camino. La leyenda dice que algún punto de Nueva Orleans están enterrados unos <a href="http://specialcollections.tulane.edu/archon/?p=digitallibrary/digitalcontent&id=614" target="_blank">cilindros</a> que pertenecen a <b>Buddy Bolden</b>, el primer músico de jazz. En el caso de que alguna vez aparecieran este relato, por supuesto, cambiaría por completo...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/5WojNaU4-kI?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/PWUkShQQwk4?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<u><b>Fuentes: </b></u></div>
<div style="text-align: justify;">
<u><b><br /></b></u></div>
<div style="text-align: justify;">
- <i>Historia de la música negra norteamericana</i>. Eileen Southern. Ediciones Akal. 2001.</div>
<div style="text-align: justify;">
- <i>Historia del Jazz</i>. Ted Gioia. Turner. Fondo de Cultura Económica. 1997. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Artículo "<a href="http://www.redhotjazz.com/jazz1917.html" target="_blank">The first jazz records</a>". Red Hot Jazz.</div>
<div style="text-align: justify;">
- <a href="http://www.violafair.com/music/birthjazz1early1.htm" target="_blank">First jazz records</a></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-48099747205907843642014-02-25T03:02:00.002-08:002014-02-25T03:02:58.521-08:00Jazz y nazismo en París ocupado<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKLhH5Pc-B4o9NRVaf2Mimg4tz-GacdQEB1y2IkSHOqEUBm_PSAl-uiB4RB3bPhANSwzqsmqjCXTrxPKCN4mdRWqzrmFfL8i4aMLtGw4NNS-U9ZqTO8MeMFcSlYzPg4Zt0i8N6IHNcVKM/s1600/Jazz+y+nazismo+-+refugiados+jud%C3%ADos+en+un+s%C3%B3tano+parisiense.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKLhH5Pc-B4o9NRVaf2Mimg4tz-GacdQEB1y2IkSHOqEUBm_PSAl-uiB4RB3bPhANSwzqsmqjCXTrxPKCN4mdRWqzrmFfL8i4aMLtGw4NNS-U9ZqTO8MeMFcSlYzPg4Zt0i8N6IHNcVKM/s1600/Jazz+y+nazismo+-+refugiados+jud%C3%ADos+en+un+s%C3%B3tano+parisiense.jpg" height="320" width="239" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
[[Recupero para los seguidores del blog este artículo publicado en<b> JOT DOWN</b> en abril de 2013, aunque inicialmente fue concebido para <b>CUADERNOS DE JAZZ</b>. Se trata de una investigación sobre la escena jazzística en el París ocupado por los nazis. Justo acabo de entregar otro artículo sobre las contradicciones del régimen de Franco hacia el jazz que se saldrá en breve, también en JOT DOWN. Espero que este os sirva de aperitivo.]]</blockquote>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La guerra introdujo el jazz en Europa. Esta afirmación que
puede resultar chocante es tan real como paradójica. Los soldados
norteamericanos que lucharon en <st1:personname productid="la Primera Guerra" w:st="on">la Primera Guerra</st1:personname> Mundial no solo portaron sus armas,
sino también su música al viejo continente. Las unidades militares a menudo se hacían acompañar de bandas,
generalmente formadas por negros, que interpretaban marchas<i> </i>y ragtimes. La del 369º Regimiento de Infantería, los
Hellfighters, destinados en Francia y dirigidos por el teniente <b>James Reese
Europe</b>, interpretaron en 1918 números
sincopados tanto para militares aliados como civiles galos. Gracias a grupos
como ellos, el jazz llegó con algunos años de retraso, pero de manera triunfal.
Es curioso cómo, a pesar de ser una música popular de origen afroamericano, enseguida
gozó de la admiración entre las clases más pudientes. Artistas e intelectuales vieron
en el jazz un signo de modernidad. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Fundamentalmente Inglaterra, Francia y Alemania fueron los
países donde más rápidamente se asentó. Durante los años 20, <b>Berlín </b>se erigió
como la capital europea del jazz debido a su intensa actividad nocturna en
cabarets y salas de baile. El Wild-West-Bar programaba hasta seis bandas de
jazz en una misma noche. En los 30, ese privilegio correspondió a París. Los músicos, escritores y pintores de
Montparnasse acudían al Club Bobino para ver cómo la afamada bailarina negra
Josephine Baker se desnudaba a ritmo de charlestón. <i>Music-halls</i>, tabernas, <i>bistrós</i>
o <i>nightclubs</i> de <st1:personname productid="la Ciudad" w:st="on">la Ciudad</st1:personname> de Luz, enloquecían
con los sonidos negros venidos del otro lado del Atlántico. El jazz se benefició de los movimientos
literarios y asimismo inspiró a poetas y bohemios. La locura era tal que el distrito
de Montmartre era conocido por entonces como el ‘Harlem de Europa’.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
Al mismo tiempo, en el período de Entreguerras, muchos músicos
norteamericanos y pequeñas orquestas se lanzaron a la conquista europea. La llegada
de <st1:personname productid="la Original Dixieland" w:st="on">la Original
Dixieland</st1:personname> Jazz Band causó furor en Londres de 1919. Ese mismo
año, <st1:personname productid="la Southern Syncopated" w:st="on">la Southern
Syncopated</st1:personname> Orchestra trajo por primera vez a <b>Sidney
Bechet</b> a París. Sería el inicio de una serie de constantes visitas a la
ciudad. Otros artistas, bien huyendo de <st1:personname productid="la Ley Seca" w:st="on">la Ley Seca</st1:personname> o atraídos por el dinero y la fama, se
ganaron el respeto del oyente europeo. Nombres como <b>Louis Armstrong</b> o la orquesta de <b>Duke Ellington</b> alcanzaron una inmensa popularidad en Europa durante
esa época, antes incluso que en Estados Unidos. Además, a medida que el jazz se
hacía más bailable – <st1:personname productid="la Era" w:st="on">la Era</st1:personname>
del Swing – los salones y hoteles de las grandes capitales se rindieron a los
encantos de un estilo que caló hondo entre la juventud europea. El jazz conectaba
con la gente, era diversión, pero también libertad. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Hot Club de France<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En 1931 nace en París el “Jazz Club Universitaire”, que más
adelante se transformaría el “Hot Club de France”, la primera sociedad de fans
creada en torno al jazz. A su amparo, los jóvenes franceses se reunían para
escuchar grabaciones americanas, hacer críticas y formar las incipientes orquestas.
Las primeras publicaciones periódicas de jazz surgieron en París. En 1934 el
crítico Hugues Panassié, presidente del Hot Club, fundó <i>Le Jazz Hot</i>, revista fundamental para la difusión del jazz en
Europa, que toma el testigo de la pionera <st1:personname productid="La Revue" w:st="on"><i>La Revue</i></st1:personname><i> du Jazz</i>, creada en 1929. Los textos y
reseñas publicados en sus páginas contribuyeron a aumentar el conocimiento de
los aficionados europeos al jazz.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero la importancia del Hot Club radica en que sirvió como
plataforma de difusión a unas jam sessions informales que se llevaban a cabo en
el Hotel Claridge parisino. Allí tocaban un violinista llamado Stephane
Grapelli y un guitarrista belga de origen gitano de nombre Django Reinhardt. La
asociación de ambos dio lugar en 1934 al “<b>Quintette du Hot Club de France</b>”, una combinación de swing y ritmos autóctonos
(gipsy-jazz), que muchos autores cifran como la mayor aportación europea a la
historia del jazz. La popularidad del quinteto trascendió fronteras francesas y
se extendió por toda Europa. Sin embargo su ascenso se vio interrumpido por el
estallido de <st1:personname productid="la Segunda Guerra" w:st="on"><st1:personname productid="la Segunda" w:st="on">la Segunda</st1:personname> Guerra</st1:personname>
Mundial. La banda tenía actuaciones en Inglaterra justo en el momento de
declararse la guerra en septiembre de 1939. Grappelli se quedó en Londres, pero
Reindhart, que no hablaba nada de inglés, volvió a la capital francesa. “Mejor
estar atemorizado en tu propio país que en cualquier otro”, confesó. El
14 de junio de 1940 los nazis ocuparon París. La ciudad oscureció, las enormes
luces rojas del famoso Moulin Rouge se apagaron. Los cabarets de Montmartre y
Montparnasse languidecieron. La actividad artística se <i>degeneró</i>…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
Seguir leyendo en <a href="http://www.jotdown.es/2013/04/jazz-y-nazismo-en-el-paris-ocupado/" target="_blank">JOT DOWN</a> </div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-18897454641287023292014-02-10T13:29:00.000-08:002014-02-10T13:29:15.131-08:00Nueva Orleans y el jazz 'perdido'<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="MsoNormal">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQMCZZAg7UrSFp9SQ18YOy_E0M24KVjrMu59CnBaYmRZ_dlF7Kyd71PR_2p-D0s4roTHqXycABRsnJeYl_OOZ5LGKOxj4V88XJLVOdxa3FDI5PCXXi7X61mbMwHdaruDUW_iWf_4rXAss/s1600/Cruce+South+Rampart+y+Perdido.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQMCZZAg7UrSFp9SQ18YOy_E0M24KVjrMu59CnBaYmRZ_dlF7Kyd71PR_2p-D0s4roTHqXycABRsnJeYl_OOZ5LGKOxj4V88XJLVOdxa3FDI5PCXXi7X61mbMwHdaruDUW_iWf_4rXAss/s1600/Cruce+South+Rampart+y+Perdido.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cruce entre Perdido y South Rampart</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: center;">
<blockquote class="tr_bq">
<div class="MsoNormal">
[[<i> En plena fase de documentación y revisión de la bibliografía de Nueva Orleans y los orígenes del jazz, recupero un antiguo texto publicado en <a href="http://www.cuadernosdejazz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2487" target="_blank">Cuadernos de Jazz </a>en octubre de 2012 sobre mis impresiones tras visitar por primera vez la ciudad; el mito caído</i> ]]</div>
</blockquote>
</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
La confluencia entre Perdido y South Rampart<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es mucho más que un simple cruce de calles. En
ese punto exacto se situaba el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Odd
Fellows Hall</b>, uno de los antros que encumbró a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Buddy Bolden</b> como primer rey del jazz. Justo en el piso de arriba
estaba el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Masonic Hall Ballroom</b>, detrás
el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Eagle Saloon</b>, a unos metros, el emblemático
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Funky Butt</b>, lugares donde el
primigenio jazz de Nueva Orleans tomó su forma. El propio Bolden nació y creció
a unas calles de distancia y frecuentaba las tiendas y tugurios de la zona. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El mismo bloque, en el número 427 de South Rampart, acogía
el domicilio de los <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Karnofsky</b>,
familia judía que apadrinó a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Louis
Armstrong</b><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y jugó un papel
fundamental en su desarrollo musical. Gracias al dinero ganado trabajando para
ellos, el pequeño Louis pudo adquirir su primera corneta. No era raro, además,
verle pasear con su carretilla para repartir carbón por los establecimientos
del barrio. De hecho, Armstrong pasó su infancia, en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el 1223 de la calle Perdido, a escasas
manzanas de allí.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En los difusos años que comprenden el cambio del siglo XIX
al XX, el área Perdido-South Rampart fue el vecindario –entre otros muchos- de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Jelly Roll Morton</b>, el ‘inventor’ del
jazz; de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Joe ‘King’ Oliver</b>, maestro
de Armstrong y fundador la reputada Creole Jazz Band, o de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Nick LaRocca</b>, de la Original
Dixieland Jazz Band, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>primera banda de jazz en grabar un disco. Lo
más laureado del jazz de Nueva Orleans. Algunos historiadores han llegado a bautizar
este vecindario como el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Storyville negro</b>.
Por ello, el cruce entre Perdido y South Rampart no es un punto más del
callejero de Nueva Orleans, sino que podríamos aventurarnos a describirlo como
el verdadero lugar donde surgió el jazz.<br />
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El blues de la calle
Perdido</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pues bien, esta zona ha sido literalmente borrada del mapa
en el Nueva Orleans del siglo XXI. Pude comprobarlo con mis propios ojos entre
lástima, decepción e impotencia durante un viaje realizado este verano en busca
de las raíces de la música afroamericana. Para cualquier amante del jazz, entre
los que obviamente me incluyo, Nueva Orleans representa un lugar de peregrinaje
obligado, una especie de meca musical en la que adentrarse y dejarse sorprender
por sus sonidos, sus gentes y su ambiente.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Pero al mismo tiempo, uno no era tan ingenuo como para pensar que todavía
pervivía ese Nueva Orleans mágico e idealizado que, en ocasiones, se describe
los libros o en las películas. Así que un punto intermedio entre ambas imágenes
–pensaba yo- podría ser el Nueva Orleans actual. Nada más lejos de la realidad…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El eje Perdido-South Rampart forma parte hoy de Central
Business District, un remodelado barrio apenas transitado por peatones que acoge
algunas sedes administrativas de la ciudad, como el Ayuntamiento o el Hospital
Universitario de Tulane, así como el mastodóntico Superdome de Louisana, el recinto
deportivo más grande de todo el estado. Un cuadro un tanto macabro donde
parcelas vírgenes se intercalan sin criterio con hoteles impersonales,
rascacielos y parkings vacíos. Tan solo tres históricos edificios,abandonados,
en mitad de la nada, totalmente desvencijados, quedan en pie. Si no fuera por
un panel informativo que recuerda vagamente los ilustres tiempos pasados del
barrio, pasarían inadvertidos para el osado caminante que se acerca hasta allí.
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No hay restos de las carnicerías, zapaterías o barberías que
dieron color al barrio tiempos atrás. Ni por supuesto de los salones, salas de
baile y clubs que sirvieron como banda sonora. Ni una mísera placa que recuerde
‘Aquí nació Buddy Bolden’ o ‘Aquí vivió Louis Armstrong’. El dibujo de un
clarinete gigante, ‘The Clarinet’, en uno de los muros de un Holiday Inn, es el
único <i style="mso-bidi-font-style: normal;">homenaje</i> que la ciudad hace a
su pasado. Parece estar escrito en su destino. Los españoles le dieron el
nombre de Perdido porque después de una gran tormenta la calle parecía
‘perdida’ entre el lodazal. En 2012 otro tipo de barro ha sepultado para
siempre aquellas notas que bullían de allí. Un panorama amargo, que
afortunadamente nunca podrá ser enterrado del todo gracias a canciones como el
eterno blues de Armstrong, Perdido Street blues.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWK_lgJsRc39Qaolbr4xSj80YAPmQHza5l8ztHpHIZDGKAbWPGNz8NSiQCQTc8V-H4BfaBWAnsZR72EEfi41Xw9XKA7FW2FNYPQlBZEPTlpdr6YGH8dRSMNKCejGKYy3ZhPBZcxHgtW-8/s1600/Estatua+Buddy+Bolden.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWK_lgJsRc39Qaolbr4xSj80YAPmQHza5l8ztHpHIZDGKAbWPGNz8NSiQCQTc8V-H4BfaBWAnsZR72EEfi41Xw9XKA7FW2FNYPQlBZEPTlpdr6YGH8dRSMNKCejGKYy3ZhPBZcxHgtW-8/s1600/Estatua+Buddy+Bolden.jpg" height="320" width="239" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Estatua a Buddy Bolden / Louis Armstrong Park</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Se lo llevó el
huracán</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es complejo y doloroso intuir los motivos de este abandono. Supongo
que una ciudad tan castigada por los fenómenos meteorológicos no puede
permitirse el lujo de regodearse excesivamente en sus tiempos gloriosos porque llega
el huracán y lo arrasa todo. Siete años después, la huella del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Katrina</b> todavía se deja sentir en la
ciudad. El efecto que produjo es incalculable. En el mismo Canal Street, la
arteria principal de la ciudad, a medida que uno se aleja de las lujosas
cadenas hoteleras que miran al Mississippi, pueden verse edificios a medio caer,
teatros desvalidos, señales rotas o aceras levantadas. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Yo mismo sentí la ‘experiencia Nueva Orleans plena’<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al verme recluido dos días en la habitación
del hotel por los efectos de huracán Isaac, el más fuerte en asolar la ciudad
después del Katrina. En Nueva Orleans las tormentas no son ninguna broma: toque
de queda, población evacuada, ciudad fantasma -tan solo ejército y periodistas
transitando por las calles-, inundaciones y cortes de luz. A pesar de la
cotidianeidad con la que sus habitantes las reciben, se nota el respeto que
tienen hacia toda corriente de aire que provenga del Golfo de México.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El jazz como cliché</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero el huracán no vale como excusa para todo. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una cosa es mirar al futuro y aferrarse al
‘carpe diem’ y otra muy distinta despreciar el pasado. Da la sensación de que
el jazz en Nueva Orleans ha quedado reducido a un simple cliché para atraer
turistas, más que a un orgulloso legado al que rendir homenaje y preservar. Todo
gira en torno al jazz. El aeropuerto internacional de la ciudad se llama Louis
Armstrong. En el hotel en el que me alojaba, las salas de banquetes recordaban
a Buddy Bolden, Jelly Roll Morton, Sidney Bechet o Louis Armstrong. En las <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tiendas de souvenirs, el jazz se utiliza como
reclamo para camisetas, pósters, imanes, postales o calendarios. Y por supuesto
en el French Quarter, distrito turístico, cientos de clubes tienen la palabra
jazz en su puerta aunque luego lo que se escuché allí dentro no tenga nada que
ver. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN2OYG3gYtCbJ1pcSwW5TewTFCU5e09y8OO8DBlg66E0r32jDtE_pyumnFmr1iJMBuMsUxTKRVhq9Fm4c5Fhf9ccz8BODMLBvtLDTjKCvE0PUJQYJ0XO5sm0sUKOrcAB-rwareZT-O68I/s1600/Casa+Jelly+Roll+Morton.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN2OYG3gYtCbJ1pcSwW5TewTFCU5e09y8OO8DBlg66E0r32jDtE_pyumnFmr1iJMBuMsUxTKRVhq9Fm4c5Fhf9ccz8BODMLBvtLDTjKCvE0PUJQYJ0XO5sm0sUKOrcAB-rwareZT-O68I/s1600/Casa+Jelly+Roll+Morton.jpg" height="320" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Casa natal de Jelly Roll Morton</td></tr>
</tbody></table>
Pero cuando se trata de profundizar en su herencia, la cosa
cambia. Por ejemplo, en Nueva Orleans están dos de los lugares del mundo con
mayor archivo documental sobre el origen del jazz. El <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">US Mint</b>, en una esquina del French Quarter custodia, entre otros
tesoros, la primera trompeta de Louis Armstrong. Por su parte, el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Hogan Jazz Archive</b> de la Universidad de Tulane es
un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>paraíso para investigadores y
estudiosos donde aparte de las colecciones itinerantes, alberga una réplica de
lo que fue Storyville, entrevistas con músicos pioneros, registros fonográficos
y fotografías de época. Cualquiera que quiera entender el jazz de Nueva Orleans
debe acudir a sus archivos. Pero lamentablemente en la semana que estuve allí no
coincidió ningún día que estuvieran abiertos, como si la ciudad guardara
recelosa su gran secreto. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El caso del Hogan
Jazz es más sangrante porque dos días después del huracán me desplacé hasta las
instalaciones de la Universidad de Tulane comprobando una vez más el manido
‘cerrado por huracán’. La cafetería, el comedor, los restaurantes y zonas de
esparcimiento de la universidad, sin embargo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estaban a pleno rendimiento.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En cualquier ciudad del mundo la tienda ultramarinos en la
que trabajó Louis Armstrong o el comentado Odd Fellows Hall serían museos. En
Nueva Orleans son edificios dilapidados, olvidados y en el mejor de los casos, clausurados.
No lo digo yo, lo dice el actor <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Wendell
Pierce</b>, oriundo de Nueva Orleans, famoso por dar vida al pendenciero
trombonista Antoine Batiste en la serie de la
HBO Treme. Y así es. El año pasado estuve
en Liverpool y pude apreciar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">in situ</i>
cómo cualquier rincón que tenga que ver los Beatles es ampliamente venerado (a
veces hasta la extenuación). En Estados Unidos, en este mismo viaje, fui
testigo de casos extremos como Graceland, en Memphis, mansión de Elvis Presley,
donde cualquier objeto del ‘Rey’ supone motivo de culto. O en el lado opuesto,
Mississippi, donde a pesar de la sensación de ‘rincón del fin del mundo’,
gracias a la altruista señalización de la organización ‘<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Mississippi Blues Trail</b>’ es posible visitar (sin perderse por carreteras
secundarias) la tumba de Charley Patton, el lugar de nacimiento de Robert
Johnson o la plantación Dockery. Un simple poste y unas líneas explicativas. No
es necesario más… En Nueva Orleans entidades como la Louisiana Landmarks
Society o el Registro Nacional de Lugares Históricos están intentando recuperar
todos estos lugares del jazz, pero de momento los intereses económicos o las
corruptelas políticas parecen haber ganado la partida.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¿Dónde está el jazz
de Nueva Orleans?</b>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces dónde situamos esa imagen archi-repetida de ciudad
musical y bulliciosa, en la que el jazz brota a la vuelta de la esquina. ¿Dónde
está el jazz de Nueva Orleans? ¿En los discos? ¿En los libros? ¿En las series?
¿En los clubs? ¿En la calle? Desde luego, la ciudad conserva un buen puñado de
librerías recomendables para perderse en su interior, músicos callejeros,
música en directo…etc. Pero, ¿y su esencia? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El Storyville histórico –situado al norte del
French Quarter- la zona que congregaba los lupanares y las casas de citas era,
antiguamente, el barrio donde creció y se expandió el jazz. Allí estaban el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Lulu White’s</b> y el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Frank Early’s</b>, dos salones que empleaban con frecuencia a pianistas
de jazz. Jelly Roll Morton era uno de los habituales. Hoy en día está <i style="mso-bidi-font-style: normal;">soterrado </i>por viviendas sociales
–eufemismo para hablar de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">barrio chungo</i>-,
una comisaría de policía y, como no, parkings. En ninguna guía turística viene,
nadie parece estar interesado en ir hasta allí. Los nuevos residentes
desconocen el jugoso pasado musical del terreno donde se asientan sus hogares.
Eso sí, se muestran amables y locuaces para alertar al visitante <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>arqueológico de los peligros que supone bucear
en el legado del legendario Distrito Rojo. Hasta en tres ocasiones fui
advertido para no entrar. Y por supuesto, no entré.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Justo al lado de lo que queda de Storyville (nada), tras
pasar el cementerio de San Luis, encontramos uno de los pocos espacios
históricos que sí se conservan: Louis Armstrong Park. Aparte de las excelentes
esculturas dedicadas a los grandes maestros como Louis Armstrong, Buddy Bolden
o Sidney Bechet <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y otras que rememoran el
acervo cultural de la ciudad (pobladores indios, bandas de metales, comercio de
esclavos) el parque es interesante porque alberga ‘<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Congo Square’</b>, el único sitio <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>donde los esclavos africanos podían bailar
libremente al ritmo de los tambores en la época de esclavitud. De esas
polirritmias, cantos y danzas bebió el jazz. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Siguiendo por la derecha a la salida del parque, de espaldas
al río, está el barrio criollo de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Treme</b>,
mitificando en cierto modo por la serie que lleva su nombre y en el que salvo
que coincida la fecha es difícil ver un desfile callejero. En mis múltiples
paseos por allí no vi ningún club de jazz. Algo que sí abunda en <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Frenchmen Street</b>, en el distrito de Marigny,
al este del French Quarter. En el número 1443 una mínima fotografía en una
ventana recuerda que Jelly Roll habitó esa casa. Pero no es hasta el tramo
inicial donde empieza la marcha. La calle posee alguno de los clubs más
auténticos de la ciudad: como el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Snug
Harbor</b> o el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Blue Nile</b>,
nuevamente cerrados por huracán. Otro lugar interesante –en este caso abierto-
es el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Spotted Cat</b>. Espléndidamente
decorado y con un ambiente bohemio sin apenas turistas de ‘jazz cliché’ ofrece
varios conciertos al día. Bailes espontáneos, cervezas locales, diversión y
buena música. Las dos veces que pasé por allí coincidieron músicos blancos como
el resto de la clientela. Lo más sorprendente es que, tras el huracán, con todo
el barrio sin luz, el dueño tiró de generador y con un par de focos y un
ventilador, el Spotted contrarrestó las inclemencias con una banda de gipsy a
la que poco importaron las limitaciones energéticas ya que tocaron y cantaron <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a pelo</i>, sin amplificación. Una bella
metáfora de lo que es Nueva Orleans. A pesar de las adversidades la música
nunca deja de sonar. Por fin.<span style="color: grey;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitp9XObcsCMvLjp4b82O6WpTPt7klzakYlfMLJ-QuGkrSMgtrbbE2UUuREwb8Rx_ZqeKPRbDB6KnhpxWYxI72jMHg1uBw1qNS0kURORUu-6TrQz5Q3Cis3jXq8wWN-vNlVJ74PjBmnVqE/s1600/Preservation+Hall.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitp9XObcsCMvLjp4b82O6WpTPt7klzakYlfMLJ-QuGkrSMgtrbbE2UUuREwb8Rx_ZqeKPRbDB6KnhpxWYxI72jMHg1uBw1qNS0kURORUu-6TrQz5Q3Cis3jXq8wWN-vNlVJ74PjBmnVqE/s1600/Preservation+Hall.jpg" height="150" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Preservation Jazz Hall</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">The Saints 20$</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La música tampoco deja de sonar en el French Quarter, tanto
en la calle como en los bares, aunque, por lo general, no hay muchos clubs que tengan
jazz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">verdadero</i>. Los más interesantes
se ubican en Decatur Street, en el límite sur del Quarter, paralela al río. De
los pocos sitios que merecen la pena en la atestada zona de Bourbon Street, está
el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Preservation Jazz Hall</b>, un viejo
local de madera, algo incómodo, que cuenta con su banda propia basada
estrictamente en los elementos del jazz tradicional. Loable labor que se hace
más llevadera –para ellos- con los 15 dólares que vale la entrada (de los pocos
que cobraban <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cover</i>). Llama la
atención la lista de precios para las peticiones: Tradicional (5 dólares),
Otras (10 dólares) When the saints go marchin’ in (20 dólares). Tan gráfico que
sobra cualquier comentario. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Aún así, los club más interesantes según todas las guías y
recomendaciones se situaban bastante alejados del centro turístico y era
aconsejable ir en taxi. Muchos de ellos, como el Funky Butt at Congo Square
tuvieron que cerrar tras el Katrina, pero otros como el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Tipitina’s</b>, el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Saturn Bar</b>
o el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Maple Leaf</b>, dispersos por la
ciudad, siguen en pie aunque como no era seguro que estuvieran abiertos debido
al huracán, no hubo manera de comprobar si merecían la pena. El mito se
transforma en frustración.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hay que decir, en su favor, que visitar una ciudad en el
transcurso de un inesperado huracán puede resultar una experiencia muy <i style="mso-bidi-font-style: normal;">propia</i> –sobre todo si se trata de Nueva
Orleans- pero merma irremediablemente cualquier aspiración cultural que uno
pudiera tener. A excepción del French Quarter, claro. La ciudad puede vivir en
un indefinido letargo pero Bourbon Street nunca ‘cierra por huracán’, es más,
lo reciben con los brazos abiertos. El cóctel de moda: el ‘hurricane’, como no
podía ser de otra manera, causó furor esos días. Todo por y para el turista;
sin perder el sentido del humor. El jazz suena, por supuesto, pero no ese jazz
auténtico que nació de la mezcla de negros, criollos y blancos. Para mezcla, el
intenso aroma etílico, los olores a comida basura y otro tipo de fragancias más
escatológicas que merodean por Bourbon Street y aledaños. Parece mentira que sea
el punto más turístico de la ciudad. Aún así, creo que a pesar de todo, Nueva
Orleans bien merece una segunda oportunidad. Aunque solo sea por desenterrar
ese jazz oculto por el huracán o para darlo, por el contrario, definitivamente
por perdido…</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/NqBgap8Kgms?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5sfy8WGTE1rINifkL06-L1RxsRE0rdHGf7ZELMD45QAcl_WhC0aibt-nnt4Ou4W1C7B5AM7mt6L4LBvwEyRfpj1BO7x0JZxQIzDnl_1g6qenDIUzzg66t9VRyHhhxgMmxexeX6h4aSvU/s1600/M%25C3%25BAsico+callejero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5sfy8WGTE1rINifkL06-L1RxsRE0rdHGf7ZELMD45QAcl_WhC0aibt-nnt4Ou4W1C7B5AM7mt6L4LBvwEyRfpj1BO7x0JZxQIzDnl_1g6qenDIUzzg66t9VRyHhhxgMmxexeX6h4aSvU/s1600/M%25C3%25BAsico+callejero.jpg" height="320" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Músico callejero</td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
[Fotos: @ManuGrooveman / <a href="http://cancionesdebuenrollo.blogspot.com.es/" target="_blank">@IsaJMoya</a>]</div>
</div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-25401661403534927412013-12-30T10:38:00.000-08:002014-01-13T04:59:41.469-08:00Resumen de 2013 y nuevos proyectos en 2014Tranquilos. Esto no es una de esas listas resumen (otra más) con 'lo mejor de 2013'. Simplemente pretendo hacer un breve compendio de los asuntos tratados durante el año, invitaros a leer algún tema si se os ha escapado y compartir con vosotros un proyecto relacionado con el blog que me ocupará buena parte de 2014.<br />
<br />
Pero antes de nada, debo pedir disculpas porque en los últimos meses no he podido cuidar LA MÚSICA ES MI AMANTE como se merece y apenas he emprendido nuevas investigaciones sobre jazz o blues. El motivo no es otro que en 2013 me ido surgiendo colaboraciones en otros medios y me he visto literalmente desbordado por las peticiones. Estoy encantado por ello y ha sido un honor porque muchas de ellas se han producido en buena medida gracias al trabajo en el blog, pero no me ha quedado otro remedio que priorizar el tiempo y las fuerzas. Por ello, como habréis podido observar, he recurrido a mostrar en el blog algunas de esas investigaciones para otros medios. Por ejemplo el artículo sobre <a href="http://www.cuadernosdejazz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2803:la-llegada-del-jazz-a-inglaterra&catid=10:general&Itemid=11" target="_blank">La llegada del jazz a Inglaterra,</a> publicado en septiembre en <b>Cuadernos de Jazz</b>, un trabajo que me llevó varios meses de documentación y elaboración.<br />
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
<a href="" name="more"></a><br />
Por el contrario, muchas de las investigaciones para el blog han sido la base para artículos publicados en el magazine cultural <b>Jot Down, </b>donde colaboro habitualmente. Por ejemplo <a href="http://www.jotdown.es/2013/05/un-blues-peligroso-en-la-prision-de-parchman/" target="_blank">Un blues peligroso en la prisión de Parchman</a>, <a href="http://www.jotdown.es/2013/09/la-nueva-orleans-del-mediterraneo/" target="_blank">La Nueva Orleans del Mediterráneo</a>, <a href="http://www.jotdown.es/2013/07/que-hace-que-el-jazz-sea-jazz-louis-armstrong-y-su-blues-del-final-del-oeste/" target="_blank">¿Qué hace que el jazz sea jazz?</a> o <a href="http://www.jotdown.es/2013/10/engancha-mi-pony-al-carro-o-como-charley-patton-fundo-el-blues-del-delta/" target="_blank">Engancha mi pony al carro</a> sobre la vida de Charley Patton. En estos casos, he ampliado bibliografía e información incial, modificado o documentado con otras fuentes esos temas que además han podido llegar a un público no especializado.<br />
<br />
Empezaba el año 2013 en LA MÚSICA ES MI AMANTE adentrándonos en los <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/01/cornetistas-ocultos-de-nueva-orleans.html" target="_blank">cornetistas ocultos de Nueva Orleans</a>, para inmediatamente pasar a los <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/01/los-bajos-fondos.html" target="_blank">bajos fondos de Chicago</a> de la mano del clarinetista Mezz Mezzrow. Febrero fue el mes de dos de las más grandes figuras de la historia del jazz <b>Billie Holiday</b> con <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/02/tengo-que-conseguir-ese-hombre.html" target="_blank">Tengo que conseguir a ese hombre</a> y<b> Lester Young</b>, <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/02/una-sirena-tocando-en-la-bruma.html" target="_blank">una sirena tocando en la bruma</a><br />
<br />
De la tradición de los <b>hollers</b>, los primeros hombres del blues, en <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/03/gritos-en-el-dique-del-mississippi.html" target="_blank">Gritos en el dique del Mississippi</a> pasamos a desmontar una de las leyendas <i>inamovibles </i>del jazz: <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/03/el-mito-de-storyville-como-cuna-del-jazz.html" target="_blank">el mito del Storyville como cuna del jazz</a>. En abril, mes de aniversario del blog, volvimos a homenajear a <b>Duke Ellington</b> en <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/04/una-fantasia-de-amor-criollo.html" target="_blank">Una fantasía de amor criollo</a> y rescatamos -una de las entradas más populares del año- los cantos de los esclavos afroamericanos en <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/04/las-canciones-secretas-del-ferrocarril.html" target="_blank">Las canciones secretas del ferrocarril subterráneo</a>.<br />
<br />
En mayo nos adentramos en las <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/05/historias-de-vudu-y-jazz.html" target="_blank">Historias de vudú y jazz</a> y profundizamos en la mitología del Delta con <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/05/el-fantasma-de-la-estacion-que-inspiro.html" target="_blank">El fantasma de la estación que inspiró el blues</a>. Las aventuras de <b>Jelly Roll Morton</b> tras huir de Nuevas Orleans inspiraron <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/06/en-la-frontera-de-alabama.html" target="_blank">En la frontera de Alabama</a>, temática relacionada con <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/06/jazz-rio-arriba.html" target="_blank">Jazz Río Arriba</a> (ojo a este título) sobre cómo fue llegando el jazz desde Nueva Orleans al resto de Estados Unidos.<br />
<br />
El verano fue el momento de realizar una metódica investigación -queda mucho aún por contar- para indagar en los <b>inicios del jazz en España</b>, primero con <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/07/inicios-del-jazz-en-espana-i-el-baile.html" target="_blank">El baile de los negritos</a> y después con la citada <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/08/inicios-del-jazz-en-espana-ii-la-nueva.html" target="_blank">Nueva Orleans del Meditarráneo</a>.<br />
<br />
En septiembre se publicó el también mencionado <b>La llegada del jazz a Inglaterra,</b> sobre la primera gira de una banda de jazz en Europa. También hubo lugar para hablar de <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/09/celos-peleas-y-una-pianista-de-boogie.html" target="_blank">Celos, peleas y una pianista de boogie woogie</a>, el lío de faldas en el que se metieron Charley Patton y Son House. Octubre fue para el origen de <i>God bless the child</i> en <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/10/dios-bendiga-al-nino.html" target="_blank">Dios bendiga al niño</a> y <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/10/la-intrahistoria-de-un-ingeniero-de.html" target="_blank">La intrahistoria del ingeniero de sonido </a>detrás de los Beatles (todos los años incluyo una entrada ajena al mundo del jazz). Noviembre fue el mes de recuperar el <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/11/expediente-armstrong-el-caso-little.html" target="_blank">Expediente Armstrong sobre los archivos ocultos del FBI</a>, tema publicado con anterioridad en Cuadernos de Jazz.<br />
<br />
<b>Jazz ilustrado</b><br />
<br />
Y bien, he aquí la exclusiva: llegados a este punto LA MÚSICA ES MI AMANTE hará una parada técnica en 2014 para repostar, ya que muchas de las historias que han salido en el blog y otras nuevas se convertirán en <b>un libro de jazz ilustrado </b>que pretende dar luz a una época donde escaseaban los documentos tanto sonoros como visuales. El proyecto, titulado '<b>Jazz Río Arriba</b>', surge como una colaboración entre servidor y el fantástico ilustrador <a href="http://www.malet.co/es/" target="_blank">Oriol Malet</a>, de quien parte la iniciativa.<br />
<br />
En un primer momento concebimos una obra mucho más amplia en lo estilístico y temporal, pero una vez redefinido el proyecto, hemos convenido que es mejor ir tratando las diferentes épocas de manera individual, recreando los ambientes con la minuciosidad y profusión que merecen. Así que la primera entrega de 'Jazz Río Arriba' estará dedicada al <b>jazz de Nueva Orleans</b>: los orígenes, los pioneros, los estilos... en una visión actualizada, rigurosa, con perspectiva didáctica y original tanto en lo temático como en lo visual. La maquinaria ya está en marcha, no nos hemos puesto plazos aún, preferimos que sea un viaje para disfrutar del trayecto.<br />
<br />
Poco a poco iremos dando noticias y por supuesto los lectores del blog seréis los primeros en conocer los detalles y avances. Muchas gracias de corazón por vuestra fidelidad y lectura. Las cientos de horas en bibliotecas y delante del ordenador han merecido la pena. Se abren nuevos y estimulantes caminos para las viejas historias del jazz. Oriol y yo aportaremos nuestro pequeño granito de arena. Os esperamos...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSxnHoOuqujPMvPR13jM4-X8AVEzrK8xEXp-znFaUOdcNsnC2VE_VgwOkDAnKKg9mgDjyDDJLeBuX1pISbJA4yD-NzCEENxqRMrebDfGhh0nXRVYfhf_GSR0LsIshHXfuxWUZ0Prv068E/s1600/Ray+Colom+-+Oriol+Malet.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSxnHoOuqujPMvPR13jM4-X8AVEzrK8xEXp-znFaUOdcNsnC2VE_VgwOkDAnKKg9mgDjyDDJLeBuX1pISbJA4yD-NzCEENxqRMrebDfGhh0nXRVYfhf_GSR0LsIshHXfuxWUZ0Prv068E/s400/Ray+Colom+-+Oriol+Malet.jpg" width="270" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Raynald Colom en Jamboree / Oriol Malet</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-82420286032300720302013-11-16T03:42:00.001-08:002013-11-16T03:42:35.298-08:00Expediente Armstrong: El caso ‘Little Rock’ y los archivos ocultos del FBI<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWGooK3fJTaxmFvuEBefqrLt0n1UScyO-AyW67ijfJu1xHhEkQiCDT8O9h8Mj3Kfb6xC8yPWwmJGIyCVy5JBWOP3wnPZvb30A4xu64W_RHvRxHM6K7IU9JTsuHH2GjyCPIMDB_AqJKE10/s1600/armstrong-1955.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="219" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWGooK3fJTaxmFvuEBefqrLt0n1UScyO-AyW67ijfJu1xHhEkQiCDT8O9h8Mj3Kfb6xC8yPWwmJGIyCVy5JBWOP3wnPZvb30A4xu64W_RHvRxHM6K7IU9JTsuHH2GjyCPIMDB_AqJKE10/s320/armstrong-1955.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<span lang="EN-GB">“<i>My only
sin is in my skin</i>”, <b>‘Black and blue’.</b></span></blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
((<b><u>NOTA:</u></b> <i>Recupero este artículo antiguo publicado en <b>julio de 2012</b> en <a href="http://www.cuadernosdejazz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2369:expediente-armstrong&catid=10:general&Itemid=11">Cuadernos de Jazz</a> después de una investigación que me sugirió su difunto director Raul Mao al que estaré siempre agradecido. Hay muchos más artículos en esta línea de Cuadernos de Jazz y otros medios que iré recuperando para compartirlo con los lectores del blog.</i>))</blockquote>
<br />
<span style="text-align: justify;">La década de los 50 trajo a <b>Louis
Armstrong</b> una merecida reputación. Más que la fama —que nunca buscó— lo que le
interesaba principalmente era el cariño del público. Durante los años
anteriores, la carrera de Pops (apodo cariñoso) había ido aumentando en
notoriedad. En los años 30 y 40 era habitual verle colaborar con las grandes
estrellas del jazz del momento, realizando multitudinarias giras por Europa o
participando en películas de Hollywood.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los lectores de la revista <i>Down Beat</i> le eligieron en 1952 como “la
figura musical más importante de todos los tiempos” por delante de Duke
Ellington, Glenn Miller o incluso Bach. En plena escalada de popularidad,
cuando ya había demostrado todo lo que tenía que demostrar desde un punto de
vista musical e innovador, Louis se vio envuelto en un asunto turbio relacionado
con unos sucesos raciales, en el conocido como ‘caso Little Rock’. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En 1954 <st1:personname productid="la Corte Suprema" w:st="on"><st1:personname productid="la Corte" w:st="on">la Corte</st1:personname> Suprema</st1:personname> estadounidense
prohibió la segregación racial en las escuelas; negros y blancos deberían
convivir pacíficamente en las aulas por imperativo legal. Pero en Little Rock,
Arkansas, no lo entendieron así. El gobernador Orville Faubus quiso mantener
las escuelas blancas. En un instituto, una muchedumbre blanca recibió a padres
y niños negros entre gritos, insultos y escupitajos. El suceso fue muy comentado
en todo el país y acaparó la atención de los medios de comunicación.</div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p>Por aquel entonces, Armstrong se
encontraba de gira por el oeste y siguió todos los acontecimientos por
televisión. El 18 de septiembre de 1957 el conflicto alcanzó su cota máxima.
Nueve alumnos negros se encerraron en aquel instituto como protesta. Armstrong
estaba en Grand Forks, Dakota del Norte, preparándose para un concierto, y
debido a la tensión del momento hizo unas declaraciones incendiarias sobre el
gobierno de Eisenhower a un periodista local. Reprochó al presidente su “falta
de agallas” y el hecho de tener “dos caras”. “Por la manera en la que están
tratando a mi gente en el sur, el gobierno puede irse al carajo”, exclamó. El
propio director del periódico local le llamó para confirmar las declaraciones
antes de publicarlas. Armstrong las ratificó.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>Críticas y conciertos cancelados<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al día siguiente sus palabras trascendieron
el ámbito local y llegaron a todo el país. <i>Down
Beat</i> dijo que “ese estallido verbal había resonado en todo el mundo”. A
Armstrong le cayó un aluvión de críticas de todas partes. Colegas de profesión
como Sammy Davis Jr. llegaron a asegurar que “no se puede expresar una opinión
sobre temas como la discriminación y la integración y luego presentarse frente
a audiencias segregacionistas”. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sin embargo, a la semana
siguiente el presidente Eisenhower envió las tropas federales a Little Rock
para forzar la integración. Esto fue interpretado como una victoria por parte
de la población negra y por el propio Armstrong que en cierto modo veía como
sus palabras habían acelerado una intervención gubernamental.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No obstante, la dinámica de
exabruptos hacia Armstrong no paró. El <i>New
York Herald Tribune</i> publicaba que el trompetista había decidido cancelar
una gira por <st1:personname productid="la Unin Sovi←tica" w:st="on"><st1:personname productid="la Unin" w:st="on">la Unión</st1:personname> Soviética</st1:personname>
patrocinada por el gobierno y en la que iba en calidad de embajador cultural de
los Estados Unidos. Este hecho no hizo sino complicar más las cosas, ya que le
valió los reproches de los sectores más conservadores al acusarlo de colaboracionista
con la propaganda rusa. Poco después <st1:personname productid="la Universidad" w:st="on">la Universidad</st1:personname> de Arkansas cancelaba otro concierto
que tenía programado con él.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>El FBI vigila<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y en este clima alterado, agentes
del FBI monitorizaron minuciosamente todas las acciones del músico desde los
primeros coletazos del caso Little Rock: de artículos de prensa hasta cartas
anónimas enviadas por ciudadanos de a pie. De hecho, según recoge <i>Jazz Times,</i> era relativamente habitual
que los servicios de inteligencia estadounidenses siguieran la pista de músicos
de jazz para controlar todos sus movimientos y asegurarse de que no incurrían
en prácticas <i>peligrosas</i>, sobre todo
teniendo en cuenta el contexto de <st1:personname productid="la Guerra Fr■a." w:st="on"><st1:personname productid="la Guerra" w:st="on">la Guerra</st1:personname>
Fría.</st1:personname> Duke Ellington, Nat King Cole, Charles Mingus o Max
Roach tuvieron el dudoso honor de ser <i>custodiados</i>
por los agentes federales.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En lo que respecta a Louis
Armstrong, estos informes reflejan desde acciones mundanas —una persona que
tenía su número de teléfono—, conexiones con la causa negra —un ciudadano
notifica que ha recibido una carta de <st1:personname productid="la Asociación" w:st="on">la Asociación</st1:personname> de Actores Negros, firmada por
Armstrong como vicepresidente—, hasta cuestiones más peligrosas. Por ejemplo,
se recoge como en 1957 en Knoxville, Tennesse, alguien hace explotar dinamita
cerca de donde estaba actuando Satchmo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
También hay experiencias de tinte
político. El 21 de septiembre de 1957 otro ciudadano asegura que Louis
Armstrong es comunista, al igual que otros conocidos músicos negros, y solicita
a los Servicios Federales que le retiren el pasaporte. La cancelación de la gira
por <st1:personname productid="la URSS" w:st="on">la URSS</st1:personname>
generó, a su vez, un buen número de documentos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estos <i>cables</i> eran totalmente confidenciales y para uso exclusivo del gobierno
de los Estados Unidos. En ellos aparece referenciado el nombre de Louis
Armstrong, pero también Satchmo, el apodo con el que era conocido popularmente.
Igualmente recogían documentos oficiales de <st1:personname productid="la Casa Blanca" w:st="on"><st1:personname productid="la Casa" w:st="on">la
Casa</st1:personname> Blanca</st1:personname>, invitaciones a eventos y hojas
de registro de hotel. Se informaba pormenorizadamente de todos sus movimientos.
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b>Embajador del jazz<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A pesar de estas investigaciones
y de los sucesos de Little Rock, el Departamento de Estado, a partir de 1960,
siguió contando con él como embajador de buena voluntad debido a la entusiasta
respuesta del público y a la creciente demanda de jazz en todo el mundo. Esas
giras, especialmente cuando actuaba en África, coparon las portadas de la
prensa y era bastante común ver a Armstrong fotografiado con funcionarios
africanos vestidos de manera exótica.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los incidentes raciales no parecieron
pasarle factura en lo relacionado con su popularidad. Armstrong siguió hablando
de temas raciales aunque tuvo que enfrentarse a una paradójica realidad: su
público mayoritario, el que compraba sus discos e iba a sus conciertos, era
blanco. De hecho, en 1959 declaró a una revista negra que no tenía intención de
volver a tocar en Nueva Orleans, ya que los blancos de su ciudad natal no le
aceptaban.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Según apunta James Lincoln
Collier en su biografía sobre el trompetista, Armstrong no fue un hombre
elaborado desde el punto de vista político. Aun así no era tan ingenuo como
para obviar que en cierto modo el Departamento de Estado le estaba utilizando
para ocultar un sistema racial que él mismo desaprobaba.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/gHLTI2cMCQk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p><br /></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><u>Bibliografía:<o:p></o:p></u></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="EN-GB">- ‘<a href="http://www.amazon.com/Louis-Armstrong-An-American-Genius/dp/0195037278">Louis
Armstrong: an American Genius</a>’. James Lincoln Collier. 1983. Javier Vergara
Editor (ed. 1987).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="EN-GB">- ‘<a href="http://www.history.com/this-day-in-history/louis-armstrong-cancels-trip-to-russia">Louis
Armstrong cancels trip to Rusia</a>’. 1957. History.com <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="EN-GB">- ‘<a href="http://jazztimes.com/articles/24396-jazz-and-the-fbi-guilty-until-proven-innocent">Jazz
and the FBI: Guilty Until Proven Innocent</a>’. </span>Jazztimes. Andrew W. Lehren.
2009.</div>
<div class="MsoNormal">
- <a href="http://www.africanafrican.com/negroartist/fbi%20files/armstrong_l.pdf">Archivos
completos del FBI</a>. Fuente: <a href="http://www.africanafrican.com/">www.africanafrican.com</a>
</div>
<span lang="EN-GB">- <a href="http://www.negroartist.com/writings/FBI%20files/fbi.htm">Federal Bureau
of Investigation</a>. Fuente: </span><a href="http://www.negroartist.com/"><span lang="EN-GB">www.negroartist.com</span></a>Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-61071152522417303012013-10-30T17:45:00.001-07:002013-10-31T05:22:06.427-07:00La (intra)historia de un ingeniero de sonido<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgat6541O7KMYKEIG73pPAYEDdD3dWB4-NFdu_2g4cJRbL8y_YN0-adSItzFOtdLq4is9Hk7jP6PlgDKx71USqdxMDi-lNFm-DFXPmjbIti1BdbOAdZEw0C21MHRU9K7o48G9bLgJUjPZo/s1600/Geoff+Emerick.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgat6541O7KMYKEIG73pPAYEDdD3dWB4-NFdu_2g4cJRbL8y_YN0-adSItzFOtdLq4is9Hk7jP6PlgDKx71USqdxMDi-lNFm-DFXPmjbIti1BdbOAdZEw0C21MHRU9K7o48G9bLgJUjPZo/s1600/Geoff+Emerick.jpg" /></a></div>
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Las grandes historias, en general, ocultan tras de sí un sinfín de pequeñas e irrelevantes intrahistorias que, en la mayoría de los casos, pasan desapercibidas pero sin las cuales esa historia en mayúsculas -esta en concreto, solemne y grandilocuente donde las haya- no tendría sentido. En esta ocasión damos un importante salto estilístico y temporal en LA MÚSICA ES MI AMANTE para introducir brevemente la intrahistoria de un personaje, que no por secundario resulta menos atractivo y revelador. </div>
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A finales de los años 50, Geoffrey era como cualquier adolescente inglés de su edad. Antes de que su vida cambiara para siempre, su mayor preocupación era asistir a la escuela y buscarse un trabajo para poder pagar sus caprichos. Bueno, como cualquiera no: a Geoffrey le gustaba la música clásica, los discos de vinilo antiguos y escuchar la radio por la noche. Era el hijo único de un carnicero y una ama de casa con aspiraciones de modista, que llegó a tejer vestidos para la familia real británica. Vivía en el norte de Londres, en el barrio del <b>Crouch End</b>, en un modesta pero feliz casa de clase media, de estilo eduardiano, que pertenecía a su abuela. En los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial su padre se las vio y se las deseó para sacar adelante a la familia a fuerza de trabajo y cartillas de racionamiento.</div>
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<b>La caja misteriosa </b></div>
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Geoffrey, ajeno a todas estas penurias, se mostraba como un chico tranquilo y responsable pero con tendencia a la fabulación. A los seis años en el sótano de casa de su abuela tuvo una de esas revelaciones infantiles que marcarían su devenir futuro. Estaba jugando con los objetos allí amontandos, desde recuerdos pasados a máscaras de gas de la época de los bombardeos, cuando tras unos cuadros viejos descubrió una caja misteriosa. En un primer momento pensó que se trataría de una delicada vasija llena de oro, o lo que es mejor: una polvorienta pila de tebeos. Enseguida llamó a su madre: "Mamá, ven a ver esto". Al no obtener respuesta se aventuró el mismo al quitar la tapa de la caja. </div>
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La sorpresa fue mayor al ver el contenido: docenas de antiguos discos de gramófono de ópera y música clásica. El primer deseo del inquieto muchacho tenía que ver más bien con el uso de esos discos que con la parte meramente lúdica. Con la ayuda de su padre consiguió subirlos hasta la planta de arriba. Por suerte contaba con un sencillo tocadiscos de juguete que era capaz de reproducir su recién adquirido tesoro. Su padre accedió encantado con tal de no volver a escuchar esas insulsas cancioncillas infantiles, por lo que cogió el primer disco de la pila, sopló levemente para retirar el polvo acumulado, lo depositó sobre el tapete verde e hizo bajar la aguja. Los vetustos y rayados sonidos que inundaron la habitación atraparon a Geoffrey inmediatamente. Se trataba de una de las arias más famosas de <b><i>Madame Butterfly</i></b>. En los meses siguientes el <i>Concierto de Brandenburgo</i> o el <i>Rapshody in Blue</i> se convirtieron en la inusitada banda sonora del pequeño Geoffrey.</div>
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<b>Los sonidos nocturnos desde la radio de galena</b></div>
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Coincidió en el tiempo la visita de un famoso oboísta al colegio de Geoffrey para dar una charla sobre música que acabó con una proyección de la <b>Orquesta Sinfónica de la BBC</b>. Por supuesto, la experiencia no pasó desapercibida para nuestro oído curioso, que dirigió su mirada al director de orquesta, la figura que más le llamó la atención. De vuelta a casa, empezó a escuchar su querida colección de discos con un lapiz en la mano a modo de batuta. Imitaba los movimientos que había visto al director pero la orquesta de la grabación no respondía a sus impulsos. La lógica frustración se convirtió en una especie de interés por los aspectos secundarios de la música: el papel de un director de orquesta, de un productor o de un ingeniero de sonido...</div>
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Su padre, viendo el interés del chico por la música, le regaló una pequeña radio de galena con un sencillo sintonizador y unos auriculares. La única emisora comercial que conseguía coger era <b>Radio Luxemburgo</b>, una radio pirata que emitía desde algún lugar del continente unos ritmos novedosos y excitantes para Geoffrey. Todos los domingos, alrededor de las once de la noche, se levantaba de la cama y escondía disimulabamente la radio de galena bajo la almohada para escuchar la lista de éxitos de la semana. Discos de <i>skiffle </i>y de <i>rock&roll</i> americano eran los más radiados por los Djs. Para los oídos clásicos de Geoffrey podían resultar un tanto estridentes, pero la capacidad de evocación de esos sonidos terminaron por conquistarle, sobre todo cuando radiaban el <i>Rock around the clock</i> de Bill Haley.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgnhQ5RDxxMH7wS6_N5I5qLl16vGj-cgKKMbzcYhC0GH__VrqROMuRmY2jhVtK2q-VqmZzkvw_uyKtbgL4JaFkpFSQYxEIZxMuz_HpTg7qW5kgP5xhfGx4iutF_RfldT9ceFYjV9EfhkI/s1600/BBC.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgnhQ5RDxxMH7wS6_N5I5qLl16vGj-cgKKMbzcYhC0GH__VrqROMuRmY2jhVtK2q-VqmZzkvw_uyKtbgL4JaFkpFSQYxEIZxMuz_HpTg7qW5kgP5xhfGx4iutF_RfldT9ceFYjV9EfhkI/s1600/BBC.jpg" /></a></div>
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<b>La Feria de la Radio y la Televisión</b></div>
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A medida que avanzaba el tiempo, Geoffrey debía plantearse qué hacer con su vida más allá de escuchar discos y sintonizar la radio por las noches. Su padre le consiguió un trabajó en un colmado del barrio, le hubiera encantado que el pequeño Geoffrey siguiera sus pasos, pero despedazar carne cruda no se encontraba entre sus actividades favoritas. Una calurosa tarde verano, cuando Geoffrey tenía ya quince años, se produjo otro de los momentos reveladores que le sirvió para descubrir su verdadera vocación. En un periódico local se anunciaba la celebración de la <b>Feria de la Radio y la Televisión</b> en el recinto ferial de Earl's Court, al sudoeste de Londres. Era un evento para profesionales donde se mostraban los últimos modelos en televisores, radios y tocadiscos, pero estaba abierto al público. Geoffrey sintió curiosidad por ver qué se cocía allí, intentó convencer a alguno de sus amigos para que le acompañara pero no lo logró.</div>
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Sin saber muy bien qué se iba a encontrar, se adentró él solo por el laberinto de stands hasta que se encontró con uno de los más impactantes, el de la BBC. Llegó justo a tiempo para presenciar la retransmisión en directo que la Bristish Broadcast Corporation iba a realizar de un concierto sinfónico. Una selva de micrófonos rodeaba a los músicos, los cables viajaban hasta una especie de consola llena de botones donde unos hombres de bata blanca, con unos aparatosos auriculares, manipulaban las misteriosas conexiones. En una señal luminosa podía leerse "On the air". Todo estaba preparado para capturar el sonido de la orquesta y retransmitirlo en directo hacia todo el país. Geoffrey asistió ensimismado a la actuación y se dio cuenta de que quería ser uno de esos hombres de bata blanca, un ingeniero de sonido.</div>
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<b>Carta de solicitud</b></div>
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Estaba en ese punto vital donde tenía que elegir entre aprender un oficio o entrar en la universidad. Para una persona de su rango social, la universidad suponía tener contactos y dinero, algo de lo que carecía, así que se decantó por el oficio. No sabía por donde empezar. ¿Cómo se llegaba a ser ingeniero de sonido? Preguntó en la tienda de discos del barrio. El dueño le explicó que aunque existían docenas de sellos discográficos, todos pertenecían a cuatro grandes compañías: <b>EMI, Philips, Decca y Pye</b>. Era difícil acceder a ellas, pero la buena noticia es que tenían su sede en Londres. En la escuela había un orientador profesional que le aconsejó escribir una carta de solicitud de posibles empleos. </div>
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"<i>Estimado señor, el próximo mes de julio me graduaré en la Escuela Secundaria de Crouch End y estoy interesado en trabajar para su empresa, tal vez en el estudio de grabación. Si tienen alguna vacante, le ruego me lo comuniquen. Sinceramente Geoffrey</i>". Con esa ingenuidad infantil se dirigió a los dueños de las compañías discográficas esperando obtener alguna contestación. Y la tuvo. Pasadas unas semanas llegaron cartas con una respuesta de cortesía diciendo que no estaban interesados. Un día, a punto de graduarse, el director de la escuela, anunció su nombre por megafonía. Geoffrey acudió rápido a su despacho. Estaba de enhorabuena, los estudios EMI tenían una plaza para un principiante. "El mes que viene tienes una entrevista allí, buena suerte y no nos hagas quedar mal", fueron las últimas palabras que escuchó Geoffrey del director de su colegio.</div>
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<b>En el estudio de grabación</b></div>
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La noche antes a la entrevista apenas pudo dormir. Su padre decidió tomarse el día libre en la carnicería para acompañarle. Sin duda se trataba de un acontecimiento importante en la familia. Geoffrey se puso su traje azul, se ajustó la cobarta y se dirigió en metro hacia el número 3 de <b>Abbey Road</b>, la sede de los estudios EMI. Tras recibirle un fornido conserje, subió las escaleras del estudio donde le esperaban Barry Waite y Bob Beckett, directores auxiliares del estudio. La primera pregunta que le hicieron es si le gustaba <b>Cliff Richard y los Shadows</b>. Geoffrey respondió que por supuesto aunque no entendía muy bien la intención de sus entrevistadores. El resto de la prueba fue por unos derroteros más habituales. Veinte minutos después, Beckett, le acompañó a la salida de la habitación para enseñarle las instalaciones y le dijo "aquí es donde trabajarás, hijo". Aunque aún no era oficial, inmediatamente, Geoffrey lo interpretó como una buena señal y la tensión del momento se transformó en un comedido entusiasmo.</div>
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Durante el recorrido por las instalaciones entraron en el estudio 2, donde se encontraba Cliff Richard con los Shadows alrededor de un piano. Geoffrey no se lo podía creer. Ahora entendía el motivo de esa primera pregunta desconcertante. Al salir le contó a su padre, que estaba esperando en un banco de la esquina, la experiencia. Dos semanas más tarde recibió una carta de EMI donde le indicaban que el siguiente lunes le esperaban en el estudio a las nueve en punto, sería ingeniero auxiliar de grabaciones. Había conseguido el empleo. El primer día de trabajo estaba en una nube. El propio Beckett, el hombre encargado de entrevistarle, le recibió y le fue presentando al personal. Geoffrey estaría al cargo de Richard Langham, un ingeniero auxiliar. Todo el mundo vestía con traje y corbata, en un estilo muy conservador, menos los hombres de batas blancas, que eran los ingenieros de mantenimiento. La misión del joven Geoffrey era pegarse como el pegamento al ingeniero Richard. Estaría unas semanas a prueba.</div>
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<b>La primera vez</b></div>
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El plan de trabajo del estudio se colgaba semanalmente en el tablón de anuncios. A Richard, y por tanto a Geoffrey, le habían asignado una sesión nocturna al día siguiente, aunque como no era remunerada Geoffrey no estaba en la obligación de acudir. Sin embargo decidió estar para ganarse la confianza de los hombres del estudio. No sabía que sería testigo de una de las sesiones de grabación más importantes de la historia de la música. "Son unos tipos desaliñados de Liverpool, con chaquetas de cuero y que se peinan hacia delante", decía uno de los ingenieros veteranos con cierto desdén. Por aquel entonces los grupos del norte no eran vistos con buenos ojos en Londres y menos en un estudio serio como el de EMI. Sin embargo en la audición que realizaron unos días antes habían despertado un gran revuelo, no solo por su actitud descarada sino, fundamentalmente, por sus habilidades musicales y sus armonías vocales. </div>
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<br /></div>
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El productor <b>George Martin</b> los había fichado. Geoffrey no pareció estar especialmente sorprendido cuando se topó en el estudio con Paul, John, George y Ringo, lo que más le llamó la atención fue su corte de pelo poco ortodoxo y que, a pesar de llevar chaquetas de cuero, iban con camisa y corbata perfectamente planchadas. Era la primera vez que los cuatro chicos de Liverpool entraban en un estudio. También la primera vez de Geoff, se iniciaba una relación que duraría años. Ese aprendiz de ingeniero auxiliar, años más tarde, sería responsable de discos icónicos como <i>Revolver </i>o el trascendente <b><i>Sgt Peppers Lonely Hearts Club Band</i></b>. Todavía no lo sabían pero los <b>Beatles</b>, sin <b>Geoff Emerick</b>, nunca jamás hubieran llegado al nivel de innovación sonora y experimentación que alcanzaron. Algo de culpa del éxito descomunal de los Fab Four también es debido, por tanto, a ese tranquilo ingeniero de sonido del Crouch End londinense y sus pequeñas intrahistorias tras la consola de mezclas...</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC4vTZZgRfPNt6b9JvZCEH2lOIigFDIYBqQ-TVjwBTkFubQi0tRaI0qIIC8KYGL2qh5UnnqD1o2eY48nVnh9bl3OapQMwgXFwkffethPcTK_RPZzKRxwj-n0NzMVDlgKiMa98nSiRo4wk/s1600/Beatles_05.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC4vTZZgRfPNt6b9JvZCEH2lOIigFDIYBqQ-TVjwBTkFubQi0tRaI0qIIC8KYGL2qh5UnnqD1o2eY48nVnh9bl3OapQMwgXFwkffethPcTK_RPZzKRxwj-n0NzMVDlgKiMa98nSiRo4wk/s320/Beatles_05.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<b>[Fuente]:</b> <i>El sonido de los Beatles, memorias de su ingeniero de grabación</i>; <b>Geoff Emerick</b> y <b>Howard Massey</b>. Indicios. 2011.</div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<b><u>Foto de inicio:</u> </b>sesión de grabación en Abbey Road (antiguos estudios EMI) con <b>George Martin</b> en un primer término, <b>Geoff Emerick </b>en segundo plano y <b>Brian Epstein</b> a su izquierda. </blockquote>
<br />
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<br /></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-59824420597029358512013-10-15T13:38:00.000-07:002013-10-16T01:47:55.296-07:00Dios bendiga al niño<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8umOAt1vInBr2AUGILV0AwsCGunIZO8NO3-h6CHsy18WyYEFW1Xzdrluh0YSQDWioKFd34qZli1fN8aR0E4wAHgptqwGQHO35EEQnGR3Ce-_RtKrfBNQSTeVkCYNat2_6KXAeWIFtVtM/s1600/Billie+Holiday.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8umOAt1vInBr2AUGILV0AwsCGunIZO8NO3-h6CHsy18WyYEFW1Xzdrluh0YSQDWioKFd34qZli1fN8aR0E4wAHgptqwGQHO35EEQnGR3Ce-_RtKrfBNQSTeVkCYNat2_6KXAeWIFtVtM/s320/Billie+Holiday.jpg" width="320" /></a></div>
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<br />
<div style="text-align: center;">
<i>Los que lo tienen, lo conseguirán,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Los que no, lo perderán</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Como dice la Biblia</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Y aún se dice hoy </i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mamá puede tenerlo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Papá puede tenerlo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Pero Dios bendice al niño que tiene el suyo propio</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Los fuertes conseguirán más</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mientras que los débiles se desvanecerán</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Los bolsillos vacíos nunca dan la talla</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mamá puede tenerlo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Papá puede tenerlo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Pero Dios bendice al niño que tiene el suyo propio</i></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Dinero, tienes cientos de amigos</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Amontonándose alrededor de tu puerta</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Pero cuando no queda más y el despilfarro finaliza</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Nunca jamás vuelven</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Las relaciones de riqueza, </i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Pan para hoy, hambre para mañana</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Puedes servirte tú mismo, pero no cojas demasiado</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Mamá puede tenerlo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Papá puede tenerlo</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Pero Dios bendice al niño que tiene el suyo propio</i></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un increíble dolor en el centro de su vida. Resultaba imposible separar las
tribulaciones personales y sus miserias de un destino tan amargo. Estaba predestinada a sufrir. Las angustias de una niña que tuvo que hacerse mayor muy pronto,
tal vez demasiado: un padre ausente, una madre adolescente,
violaciones, malos tratos, alcohol, tabaco y drogas la llevaron por el mal
camino. Nunca supo enderezarse, quizá nunca quiso. O no la ayudaron lo suficiente. Deambuló de hombre en hombre, buscando una felicidad tan efímera como inalcanzable. Pequeña doliente, frágil mariposa de alas rotas, escarbó los bajos fondos. Y aún así quiso sentirse grande. Lo consiguió. Saboreó las mieles del éxito y encontró la forma ideal de defenderse: cantando.<br />
<br />
Una noche de finales de 1940 el compositor <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Arthur_Herzog,_Jr."><b>Arthur Herzog Jr.</b></a> se encontró con <b>Billie Holiday</b> que acababa de salir de cantar en el Cafe Society de Nueva York. Ni corto ni perezoso la abordó: "mira tengo esta idea y quiero que me des una de esas expresiones sureñas anticuadas que podamos convertir en canción". Holiday se quedó pensativa. No se le ocurrió nada en un primer momento, pero transcurridos unos segundos soltó una anécdota de su infancia cuando solía pedir dinero prestado a su madre. Y de repente pronunció una expresión "<a href="http://www.jazzstandards.com/compositions-1/godblessthechild.htm">God bless the child</a>". Herzog le preguntó por el significado de esa frase a lo que Billie respondió: "es lo que siempre se decía cuando tu madre tenía dinero, tu padre tenía dinero, tu hermana y tu prima tenían dinero, pero tú no tenías ni un centavo: que Dios bendiga al niño que tenga su propio dinero".<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8KYp4CeQfXZj8xVbQ5f0Ss1eHdZIXuGuzE7IvnCtNRvVqmtnf9IIIwB6Ob9A5Meu0aBWR8QxWAO8DI25MxK3rJ0I1QdV161eNn7J4gc1LU45UEv8oe77AaHZ2pY3-615glJmnDPem2LI/s1600/God+bless+the+child.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8KYp4CeQfXZj8xVbQ5f0Ss1eHdZIXuGuzE7IvnCtNRvVqmtnf9IIIwB6Ob9A5Meu0aBWR8QxWAO8DI25MxK3rJ0I1QdV161eNn7J4gc1LU45UEv8oe77AaHZ2pY3-615glJmnDPem2LI/s320/God+bless+the+child.jpg" width="320" /></a></div>
</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Exceptuando el título, la música y letra pertenecen a Herzog sin embargo
este accedió a ceder la mitad de la autoría a Holiday a cambio de que
registrara la cancion. Y así fue, '<a href="http://www.lyricsfreak.com/b/billie+holiday/god+bless+the+child_20018000.html"><b>God bless the child</b>'</a> se grabó el 9 de mayo de 1941 y fue lanzada por Okeh, un sello subsidiario de Columbia Records. Ese mismo año alcanzó el número 25 en las listas de Estados Unidos. Cuando se emitió por las ondas supuso uno de los últimos éxitos radiofónicos de Billie Holiday.<br />
<br />
La temática entra en cuestiones económicas y combina recuerdos de la infancia con el desgarro vital marca de la casa. "La sinceridad descarnada y los matices aparentemente biográficos la distinguen de la típica canción pop o jazz", indica Ted Gioia. Dos años antes, con la sobrecogedora '<b>Strange Fruit</b>', que describe una imagen de cuerpos negros ahorcados de un árbol, Billie Holiday ya había mostrado la personalidad suficiente como para salirse de los meros asuntos amorosos.<br />
<br />
Aquí se puede escuchar la <a href="http://open.spotify.com/track/5L3nr43mqTbNAENvWRfsEH">versión original</a> de 1941 y esta es la<a href="http://open.spotify.com/track/4lTpbHFlbWUNE1J9AmwCN5"> versión posterior</a> grabada unos años antes de su muerte en 1959. El vídeo corresponde a una actuación televisiva de 1950 junto a<b> Count Basie</b>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/U-3O-X6UUpY" width="420"></iframe>
</div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
"La
paradoja de su juventud, y la de otros jóvenes negros crecidos en
Harlem, recibe expresión en su registro de 1941 <i>God bless the child</i>, en
el que el oyente encuentra tanto esperanza y promesa como la sensación
de hallarse ante barreras infranqueables", <b>Frank Tirro</b>, <i>Historia del Jazz Clásico</i>.</blockquote>
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
"La
canción debe su longevidad al dramatismo que encierra su interpretación
vocal. Pocos músicos de jazz recrearon esta canción mientras Holiday
aún vivía, probablemente porque les parecía un testimonio demasiado
personal: más que una canción, era una declaración de principios", <b>Ted Gioia,</b><i> El Canon del Jazz</i>. </div>
</blockquote>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-16504151071823888242013-09-30T04:16:00.000-07:002015-01-28T03:52:40.585-08:00Celos, peleas y una pianista de boogie woogie<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeBQtdRAe2p-Uc76PpsBe6enw_UDfkRRyvJlGX2NWhMd0_RpGDGOGLUBTtLwUqIiQtkfpuCDSqsE5MbC3L5rXsYymyCeX3IQFbhU6teZQZys72EPi8yDG7h2wV8U0ByKhw0c1zhP-to-8/s1600/Son+House+and+Charley+Patton.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeBQtdRAe2p-Uc76PpsBe6enw_UDfkRRyvJlGX2NWhMd0_RpGDGOGLUBTtLwUqIiQtkfpuCDSqsE5MbC3L5rXsYymyCeX3IQFbhU6teZQZys72EPi8yDG7h2wV8U0ByKhw0c1zhP-to-8/s320/Son+House+and+Charley+Patton.jpg" height="284" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fue en la estación del apeadero de Lula en un momento indeterminado entre 1929 y 1930. <b>Son House</b> acababa de salir de la prisión de Parchman. Nunca estuvieron claros los motivos que le llevaron allí, pero por fin volvía a ser libre. Por aquel entonces Lula apenas tenía quinientos habitantes, era una aldea de paso, cerca de la frontera con Arkansas. <b>Charley Patton</b>, que ya había realizado dos prolíficas sesiones para Paramount (registrando, entre otras, su famoso '<b>Pony Blues</b>'), se dejó caer por la cafetería de la estación. Allí vio una suerte de griot africano recitando versos envenenados y escupiendo insanas profecías por su boca. Por su puesto, se trataba de Son House, que de alguna manera había conseguido un trabajo en el café de la estación. Le gustó el sonido de House, esa forma agresiva de tocar la guitarra. Bueno... tocar... más bien golpear, castigar, pegar, arrollar. House parecía absorto en una especie de misión mesiánica y pulsaba las cuerdas como el sacerdote que está en pleno éxtasis de fervor. Sin duda a Patton le sorprendió.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A mediados de 1930, Arthur Liably, el cazatalentos de Paramount, regresó a la <b>plantación Dockery</b> para proponer a Charley Patton una nueva grabación. Pero esta vez le pidió que fuera acompañado de algún otro talento local que conociera. Patton no se lo pensó mucho. Se lo propuso a su inseparable compañero de aventuras, <b>Willie Brown</b>, y al hombre de la estación de Lula, Son House. También a una desconocida jovencita que tocaba el piano al estilo <i>boogie woogie</i> en los antros de la zona. Respondía al nombre de <b>Louise Johnson</b>. En el Delta no era muy habitual encontrar pianistas y menos femeninas y desde luego no fueron muchos los que dejaron huella de su música en grabaciones. Johnson sería una excepción.<br />
<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYik4cBBf3TcC6xPRi86CVWJDIdj7cel5T6TPmrUrfphP-230Yc8yB-3tzl2x8rF5XSFyfHKhQ9yfnuTeT55gjTO6uhZk3Z-xbnI3H_CW2hNu9WAZaV3nds5w2xCpRgppL43ZoCt58XD4/s1600/crumbguitar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYik4cBBf3TcC6xPRi86CVWJDIdj7cel5T6TPmrUrfphP-230Yc8yB-3tzl2x8rF5XSFyfHKhQ9yfnuTeT55gjTO6uhZk3Z-xbnI3H_CW2hNu9WAZaV3nds5w2xCpRgppL43ZoCt58XD4/s320/crumbguitar.jpg" height="227" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bluesman errante / Robert Crumb</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>El harén de Patton</b><br />
<br />
Todas las sesiones importantes de Paramount se llevaban a cabo en el estudio principal de la compañía situado en Grafton, Wisconsin. En otras ocasiones se montaban estudios itinerantes en diversas poblaciones del Sur, pero esta vez y, sobre todo, teniendo en cuenta que Patton se había convertido en la gallina de los huevos de oro, la discográfica decidió apostar sobre seguro. Aunque le salió el tiro por la culata...<br />
<br />
Se supone que Patton ya estaba prometido con la que sería su última esposa, Bertha Lee. De hecho vivían juntos. Las crónicas del Delta dicen que Patton contaba con una numerosa <i>trouppe </i>de hijos ilegítimos a los que hay que añadir los que tuvo con sus ocho esposas, de las que, por cierto, nunca se molestó en divorciarse de manera oficial. Patton no estaba por legalidades estúpidas pudiendo tener una botella de whisky cerca y la libertad de ser un hombre errante. Así que un mujeriego empedernido como él no podía desaprovechar la oportunidad de tirarle los tejos a la cándida pianista Johnson. Es más, parece que anteriormente ya habían tenido algún <i>encuentro</i>. Patton dice literalmente en su '<a href="http://www.youtube.com/watch?v=62JZX2Zdk5I"><b>Joe Kirby Blues</b></a>', grabado unos meses antes, que "la mujer que amo, Señor, vive en la ciudad de Robinsonville". Se cree que esa <i>amada </i>era Louise Johnson.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCJ_8QUfns-IExuNSy0yKP9xkjfRmgTSjB42vLrzXVU2SlN2_En7ZZ-KhatEDlC8QXNIDvph243ei7-BblgXp_m_qUuhZ1e3DQybDGeIEhkGGvLrRdVcKDWwl2mLLWk4KUyPdTFky3_yo/s1600/Son+House+Robert+Crumb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCJ_8QUfns-IExuNSy0yKP9xkjfRmgTSjB42vLrzXVU2SlN2_En7ZZ-KhatEDlC8QXNIDvph243ei7-BblgXp_m_qUuhZ1e3DQybDGeIEhkGGvLrRdVcKDWwl2mLLWk4KUyPdTFky3_yo/s320/Son+House+Robert+Crumb.jpg" height="320" width="229" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración Robert Crumb</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>"No la quería, ¡quédatela!"</b><br />
<br />
El caso es que durante el viaje en tren, Patton discutió con Johnson. Lo que empezó siendo un bronca mundana, fue subiendo de tono, hasta que Patton se levantó gritando y comenzó a abofetear a la indefensa pianista. Nada nuevo bajo el sol. La fama de Patton como tipo violento y <i>buscabroncas </i>venía de lejos. Sin embargo la situación se volvió tan tensa que tuvo que intervenir Son House para calmar los ánimos. El resto del trayecto Louise Johnson lo hizo el asiento de atrás junto a House, algo que no sentó nada bien a Patton. Años más tarde el propio House se vanagloriaría de haberle robado la chica a Patton. Otra variante de esta historia dice que fue directamente House el que invitó a un trago a la pianista, después de que esta discutiera con Patton...<br />
<br />
Ya en Grafton, la cosa lejos de solucionarse se complicó aún más. En la pensión donde Paramount hospedaba a los músicos se produjo otro desencuentro. Patton daba por hecho que su <i>affaire</i> pasaría la noche con él. Nada más lejos de la realidad. En la recepción Son House no cogió llave de ninguna habitación. Patton mosqueado le preguntó que a dónde pensaba que iba. Una voz desde el fondo replicó "no le hace falta, ya tengo yo la llave de los dos". Era Louise Johnson y en efecto el provocador House pasó la noche con ella en la minúscula habitación del motel.<br />
<br />
La cara de Patton debió ser un poema. "Yo que he descubierto a esa niñata, le he dado la oportunidad de grabar y encima se pira con mi mejor amigo". A la mañana siguiente en la sala de grabación House y Patton no se dirigieron la palabra. Patton incluso le empujó y después soltó a House en una aire altivo y de aparente indiferencia: "Mira tío, no la quería, así que, ¡quédatela tú!". Patton era demasiado orgulloso para admitir que le habían levantado a su chica.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br />
<br />
<b>El blues de toda la noche</b><br />
<br />
Con estos antecedentes, más propios de una crónica rosa que de las rudas historias del Delta (¿acaso son tan diferentes?), adquiere un nuevo y dramático sentido la conversación que mantienen Charley Patton, Son House y Willie Brown mientras Louise Johnson graba su tema '<b>All night long blues</b>'. Seguro que no es la única que se produjo en la época. Entre bluesmen, las historias de celos, broncas y despechos estaban a la orden del día. Sin embargo, el valor histórico de este asunto de faldas radica en que quedó registrado para la posteridad<br />
<br />
Según Ted Gioia, "Johnson no podía haber tocado o cantado con más intensidad emocional de la que exhibió aquel día en Grafton. Tal vez siempre actuara con ese ardor; carecemos de otras grabaciones con las que contrastar. Pero en esta memorable grabación es difícil no escuchar a Lousie Johnson cantando su blues personal, avivado por los acontecimientos que habían tenido lugar durante las veinticuatro horas previas". <b>Louise Johnson</b> se convirtió por tanto un pequeño mito en la música del Delta, no solo por ser la mujer capaz de romper la relación entre dos leyendas como Patton y House, sino -he aquí lo importante- porque es de las pocas pianistas de Mississippi que desarrolló un estilo de blues más propio del stride de Harlem o del ragtime de Saint Louis, un <b>boogie woogie</b> ágil, rítmico y profundamente emocional.<br />
<br />
En esa misma sesión, Charley Patton grabaría tan solo cuatro canciones, un número muy bajo comparado con sus grabaciones anteriores. Toda la anteción recayó en el <i>liante </i>House que debutaría en un estudio con algunas de las piezas más emblemáticas de su repertorio. Aunque no volvió a grabar hasta una década después, su reputación comenzó ese día en Grafton con obras maestras como '<b>Preachin' the blues</b>' o '<b>Dry Spell blues</b>'...<br />
<br />
Para finalizar, la transcripción de la conversación que se oye de fondo en la canción. No tiene desperdicio...<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>Patton </b>(hablado). <i>¡Hazlo mucho tiempo, hazlo por mí, cariño!</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Johnson</b>: <i>Me desperté esta mañana, la tristeza rodeaba mi cama.</i> </div>
<div style="text-align: center;">
<b>Willie Brown</b> (hablado): <i>¡Hazlo mucho tiempo, Louise! ¡Enloquécelos! ¡Enloquécelos!</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Johnson</b>: <i>Nunca he tenido un hombre bueno, uno que me tranquilice y me quite este dolor.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>House</b> (hablado): <i>Señor, tengamos una reunión aquí y ahora </i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Patton </b>(hablado): <i>¡Ah bah...!</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Johnson</b>: <i>Señor, voy a emborracharme y voy a caminar por las calles toda la noche.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Brown</b> (hablado): <i>Vamos, mala mujer.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>House </b>(hablado): <i>¡Hey, hey!</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Johnson</b>: <i>Bueno, me voy a emborrachar y voy a caminar por las calles toda la noche, porque el hombre que amo, juro que no me trata bien.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<b>Patton</b> (hablado): <i>Bueno, la ley te va a atrapar por escaparte.</i></div>
<br /></div>
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/biTIzuWX2wo" width="420"></iframe>
<br />
<br />
<b>Fuentes: </b><br />
<br />
- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blues: la música del
Delta del Mississippi,</i> Ted Gioia. <span lang="EN-US" style="mso-ansi-language: EN-US;">Ed. Turner Noema. 2010.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language: EN-GB;">- <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Robert Crumb Draws the blues</i>. Robert
Crumb. Last Gasp. 1993.</span></div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-15017067552922948562013-09-15T11:22:00.001-07:002013-09-15T11:24:09.981-07:00La llegada del jazz a Inglaterra<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
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<blockquote class="tr_bq">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";"><i>Quisiera compartir con los lectores del blog una investigación exhaustiva sobre la llegada del jazz a Europa, en concreto al Reino Unido, que he realizado estos últimos meses para la revista <b>Cuadernos de Jazz</b>. Bajo el asesoramiento de <b>Jorge García</b> y la tutela de <b>María Antonia</b>, directora de CdJ, he querido ofrecer una visión panorámica sobre el contexto histórico y musical del Reino Unido previo a la llegada del jazz. Asimismo he intentado relatar, aportando datos y anécdotas, la primera gira de una banda americana de jazz en Europa, la Original Dixieland Jazz Band. Este texto es muy especial para mí porque supone mi vuelta a Cuadernos de Jazz tras la muerte de su fundador <b>Raúl Mao</b>. Mi recuerdo a él y mi agradecimiento a Jorge y María Antonia por la paciencia y la dedicación al artículo.</i></span></div>
</blockquote>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">[[Texto publicado en <b>Cuadernos de Jazz</b> el 10 de septiembre de 2013.]]</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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</span></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La primera
gira de una banda de jazz en Europa: la Original Dixieland
Jazz Band en el Londres de 1919.</span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">Que el jazz naciera
y se gestara en Nueva Orleans es algo en lo que historiadores, investigadores y
musicólogos, después de mucho tiempo de estudios y análisis, más o menos han podido
concluir, aunque siempre habrá voces discordantes, como el autor afroamericano
Leroi Jones quien afirma en su ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blues
People: música negra en la
América blanca</i> que “Nueva Orleans no puede considerarse
como la cuna del jazz”. Sin embargo, la entrada del jazz en Europa, y concretamente
en Inglaterra, genera muchas más dudas y controversias en las que conviene
adentrarse con profundidad y no sin la debida cautela. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">¿Cómo fue
recibido el primer jazz por el público inglés? ¿Qué tipo de jazz escuchó? ¿Cómo
era la escena musical británica en esos años? ¿Entendió la crítica de la época
la nueva música llegada de América? Hay cierta unanimidad en situar el año 1919
como el del inicio del jazz en Europa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y
por tanto en el Reino Unido. Más adelante veremos los motivos. En general, ese
primer jazz era percibido entre los ingleses como una forma más de
entretenimiento, muy asociada al baile y con fuertes vínculos con los
espectáculos de variedades. Pocos fueron los que entendieron su dimensión
artística más allá de la mera diversión.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";"></span></div>
<a name='more'></a><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman";">La nueva invasión de América</span></b><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">Si lo valoramos
por las publicaciones en la prensa del momento, el jazz se veía con más recelo
y desaire que admiración. Las referencias a los discos de jazz que se lanzaban
en Estados Unidos hacían alusión a “la nueva invasión de América” según
publicaba la revista Encore en 1918. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">América es un país que, en apariencia, se
deleita con la invención de bandas extrañas. A América debemos la existencia
del baterista, generalmente un negro poderoso, que hace de la batería un
instrumento de fuerza y energía, no sin falta de atractivo</i>” se leía en la misma
revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Encore</i> ya en 1917. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Primero nos trajeron los cantos de los
esclavos, luego nos cautivaron con sus canciones de negros, ahora nos envían
este jazz chiflado. ¿Cuál será su próxima artimaña?</i>” publicaba la Revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Performer</i> en 1918. Un año más tarde, el periódico
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Town Topics</i> decía: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">es imposible negar que la música jazz es
impertinente y no tiene ningún respeto por las personas</i>”. Ese mismo año en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The Times </i>aparecía el siguiente texto: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El objeto de las bandas de jazz es,
aparentemente, producir cuanto más ruido, mejor […] el principal conspirador es
el batería […] parece que la misión del batería es golpear el mayor número de
objetos posibles en el menor espacio de tiempo</i>”. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">En estos
extractos, no exentos de desconocimiento y cierto prejuicio, se aprecian
algunas de las señas de identidad que definirían esa inicial percepción del
público inglés de la música jazz como algo <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">ruidoso</b>,
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">loco</b> y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">desconcertante</b> donde el instrumento que destacaba por encima del
resto era la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">batería</b>, responsable en
buena medida de las anteriores características. Esa fascinación por la batería
suponía el elemento central de las referencias al jazz. A menudo, además, los
baterías utilizaban ollas, latas, cacerolas, sartenes y todo objeto potencialmente
golpeable para reforzar esa sensación de “ruido loco”.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">El jazz era la
última moda que venía del otro lado del Atlántico, la “nueva locura de
América”, pero también “el último horror de los Estados Unidos” o “el delirium
tremens de la síncopa; ritmo sin melodía” mostraban las crónicas de la época.
“Es un intento de reproducir las sorprendentes síncopas de las junglas de
África”, escribía un crítico. “Es una pieza de música totalmente rodeada por
ruidos”, afirmaba el director musical del Teatro Coliseum de Londres. Críticos
y músicos no escatimaban palabras para referirse al jazz. Sin embargo algunos
autores defienden la llegada del jazz a Inglaterra, más que como una “moda
americana”, como un proceso complejo de evolución de la música de los
afroamericanos en el Reino Unido, donde es necesario detenerse en los
antecedentes históricos más inmediatos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman";">Los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">minstrel</i>
en la época victoriana</span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">Las caricaturas
de los negros norteamericanos fueron un entretenimiento muy popular en la época
victoriana. Durante el siglo XIX un número reseñable de intérpretes negros
actuaron en las Islas Británicas, bien dentro de compañías más grandes o bien
como artistas individuales integrados en espectáculos de variedades. Ya en la
literatura del siglo XVIII los negros eran sujeto de caricatura y mofa. El
público inglés estaba muy familiarizado con el estereotipo de esclavo feliz que
bailaba, cantaba y tocaba su instrumento allá en la lejana plantación.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">A este
estereotipo contribuyeron los denominados shows de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2011/06/los-juglares-del-medio-oeste.html">minstrel</a></i></b>.
Estos espectáculos teatrales y musicales, —ligados al circo, al vodevil, a los <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Medicine_show">medicine shows</a> y otras
formas de entretenimiento popular— ridiculizaban la figura del negro y
generalmente eran interpretados por blancos con la cara tiznada por un corcho
quemado para parecer negros. En Estados Unidos, a finales del siglo XIX y
principios del XX, gozaron de una gran aceptación de público. Ese éxito fue
similar en las Islas Británicas en una doble vertiente: por un lado,
proporcionaron diversión a la nueva sociedad urbana en expansión proveniente de
la industrialización; y por otro encajaron a la perfección con esa caricatura
de negro, aportando un toque de exotismo y humor, como una extensión de la
figura del bufón del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Music_hall">music
hall</a> británico.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnMpqkJOwqAm8-QG_msaB0BPME_Pw9cyIlD1XE6ONH8f_ccDBOqQyzivXIxL68ll733M-VVy40U-b_B2j2ErYJ0jUudLX_DuRyMRkiGt7Hc80pBVXliP2T8RP0BcQne_5zGK0qI9ORs8E/s1600/Albert-De-Courville.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnMpqkJOwqAm8-QG_msaB0BPME_Pw9cyIlD1XE6ONH8f_ccDBOqQyzivXIxL68ll733M-VVy40U-b_B2j2ErYJ0jUudLX_DuRyMRkiGt7Hc80pBVXliP2T8RP0BcQne_5zGK0qI9ORs8E/s320/Albert-De-Courville.jpg" width="230" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Albert De Courville</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="EN-GB" style="font-family: "Times New Roman"; mso-ansi-language: EN-GB;">Conexión
Broadway-West End y ragtime</span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">Al mismo tiempo
existía una estrecha conexión entre los espectáculos de Broadway en Nueva York
y los del West End londinense por los que muchos músicos y obras
norteamericanas, siguiendo los vínculos teatrales existentes, actuaron en
Inglaterra. En este punto es destacable la importancia del empresario teatral <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Albert De Courville</b>, responsable de
traer al Hipódromo de Londres a muchas de las compañías que triunfaban en
Estados Unidos. Por ejemplo, en 1898 se presentó en Londres la comedia musical <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The Belle of New York</i>, en 1912 la
revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hullo Ragtime</i> popularizó el
ragtime en el país. Gracias a este flujo, muchos combos de música, que se
podría consideran pre jazz, fueron escuchados por los oyentes ingleses. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">Curiosamente, el
piano, instrumento estrella del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">ragtime</b>
en Estados Unidos, resultaba difícil de compaginar con las danzas y bailes de
los actores. De ahí que se utilizara en mayor medida el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">banjo</b>, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que representaba
además el estereotipo del negro de la plantación. Ya en las canciones inglesas del
siglo XIX, solo se hablaba del banjo para describir la música de los negros.
Por ello, fue el banjo y no el piano, el instrumento que los espectadores
británicos asociaron con la música sincopada que provenía de Estados Unidos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">No obstante, las
primeras descripciones del ragtime entre el público inglés vienen más de la
imaginería visual y verbal de las letras de las canciones que de los materiales
propiamente musicales. Las letras de los ragtimes y de las piezas de jazz, publicados
en partitura en Londres, durante el período de 1900 a 1919 guardan muchos
elementos en común con el baile: hay descripciones de pasos de baile concretos,
insinuaciones sexuales e invitaciones a romances ilícitos en las danzas, se
sugiere que bailar el ragtime podía crear un “imprudente estado de desenfreno”.
Todo esto ayudó a que el jazz fuera percibido como parte de una larga tradición
de las formas de baile norteamericanas. Para un oyente inglés, no había
vínculos con la música de los afroamericanos que en realidad originaron el
jazz. Por lo que esa relación entre jazz e intérpretes negros resultaba
inexistente, era más bien una música hipnótica que invitaba al abandono y que
permitía escapar de la realidad, a bailar y en cierto modo a la liberación
sexual, sobre todo de las mujeres.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman";">Los creadores del jazz</span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">En enero de 1919
se anunciaba la primera grabación de jazz a cargo de una banda británica
llamada <a href="http://www.redhotjazz.com/pilcer.html">Murray Pilcer and his
Jazz Band</a>. Aunque fuera catalogada como jazz, ese histórico disco tenía más
bien poco de jazz. La ambigüedad era tal que un periódico días después lanzó
esta curiosa advertencia: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">productores,
managers y agentes hagan esto suyo y no escuchen la música de estos mentecatos</i>”.
Algunas canciones del momento incluían la palabra jazz, pero su afinidad con el
estilo no iba más allá del título. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">De hecho, no
será hasta unos meses más tarde cuando el público británico entré en contacto
por primera vez con el jazz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">verdadero </i>a
cargo de los autodenominados “creators of jazz”, esto es la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Original</b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> Dixieland</b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> Jazz Band</b>. La anécdota es bien conocida:
la casualidad quiso que esta agrupación de músicos blancos de Nueva Orleans,
que imitaban el sonido de los negros, grabara en 1917 el primer disco de jazz
del que se tiene conocimiento. El cornetista criollo Freddie Keppard tuvo la
oportunidad un año antes pero la rechazó por miedo a que copiaran su estilo. No
contentos con este hecho fortuito su líder, el cornetista Nick LaRocca, empezó
a decir que ellos eran los creadores del jazz y que los negros les habían
copiado. La Original Dixieland
Jazz Band no fueron en realidad, ni los primeros, ni los creadores pero la
historia les ha otorgado ese quizá sobredimensionado galardón.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman";">--> <i>Para continuar leyendo el texto pinchar aquí:</i> <b><a href="http://www.cuadernosdejazz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2803" target="_blank">Cuadernos de Jazz</a></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-27991178478235841242013-08-21T17:16:00.000-07:002014-01-13T05:26:09.926-08:00Inicios del jazz en España (II) : la 'Nueva Orleans' del Mediterráneo<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG5LpUkY6T2Fu8OduJi8pMu93GQxgxNjsTEp7BicxmPNchvlRLfz_XTCXE4xnjFcv91Vt3N0Zr3H4ThP1J3obD-4JnP5_d2w1QTpJd6sdVPMCZM05jH_uHYilavboYk_6Jd0TTk-q6TzY/s1600/Av+Reina+Mar%C3%ADa+Cristina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG5LpUkY6T2Fu8OduJi8pMu93GQxgxNjsTEp7BicxmPNchvlRLfz_XTCXE4xnjFcv91Vt3N0Zr3H4ThP1J3obD-4JnP5_d2w1QTpJd6sdVPMCZM05jH_uHYilavboYk_6Jd0TTk-q6TzY/s400/Av+Reina+Mar%C3%ADa+Cristina.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Av. Reina María Cristina. Colección Roisin / IEFC</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: center;">
[Texto publicado en <a href="http://www.jotdown.es/2013/09/la-nueva-orleans-del-mediterraneo/" target="_blank">JOT DOWN </a>en septiembre de 2013]</div>
<blockquote class="tr_bq">
"<i>Corría el champán a raudales. Los diamantes podían recogerse a espuertas. Se respiraba un raro ambiente impregnado de selectos y costosos perfumes. Toda la ciudad era una mujer hermosa, refinada, perversa, espiritual, elegantísima</i>", <b>Josep María de Sagarra</b>, novelista, <i>Vida Privada</i>. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Una cantante sale del cabaret con aire altivo, despechado. Acaba de hacer su último número, ligerita de ropa, como siempre. Ha roto con su chulo. No quiere seguir posando desnuda para esas postales de contrabando que se extienden como la pólvora por toda la ciudad. Baja por la calle, bulliciosa, llena de ruido y gentío. Se topa con un constante ir y venir de hombres trajeados, con sus majestuosos sombreros y sus zapatos refulgentes, también algunos obreros y marineros que van en busca de acción. Hay alguna mujer, aunque no es lo habitual, no son horas ya para señoritas decentes. Las luces de la avenida principal, con sus teatros y salas de fiesta, la ciegan. Anuncian los mejores espectáculos del mundo, las chicas más bellas, las orquestas más increíbles, los bailes más deslumbrantes. Ella no está para muchos ajetreos, ha bebido más de la cuenta y aún queda mucha noche. Un par de locales más abajo, su taberna favorita, donde va todas las noches a jugar y apostar. Allí pide otra botella de champán francés, del caro, que intercala con un cognac. Con un poco de suerte también podrá conseguir algo de cocaína recién llegada al puerto esa misma mañana. Los hombres la cotejan, se siente deseada, hasta el punto del endiosamiento. Todos los presentes saben su nombre, el artístico claro. Un par de copas más y cae bruscamente al suelo en un desmayo repentino. A nadie le sorprende. Hasta en eso tiene estilo. La mañana siguiente despertará en cualquier cama desconocida, abrazada por sábanas de seda y envuelta en los perfumes más embriagadores. No recordará nada, pero tampoco le importará. Ha hecho del vicio y la frivolidad su forma de vida. Nuestra cantante podría ser una diva negra del blues clásico, una Ma Rainey que contonea su trasero de oro entre las luces y carteles de los burdeles de Basin Street, en el distrito rojo de Nueva Orleans o los teatros negros del barrio sur de Chicago. Pero no, se trata de una tanguista de la avenida del Paralelo: estamos en la <b>Barcelona </b>de los <b>locos años 20</b>.<br />
<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitFIfBGGsSaTsRyteXbgr6ps0HadoHGcoCN1JDC6ZhjwEyw7i0PBx8Iuu7r0TPrVmXmpGdtxZPPf7XBsbt0wGYaQLDIeiDoSvwWoSd7R6Qvfv8ZUvKQCRyRwyiVL8235mLCf0JbeGYRnY/s1600/Puerto+de+Barcelona+a%C3%B1os+20.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitFIfBGGsSaTsRyteXbgr6ps0HadoHGcoCN1JDC6ZhjwEyw7i0PBx8Iuu7r0TPrVmXmpGdtxZPPf7XBsbt0wGYaQLDIeiDoSvwWoSd7R6Qvfv8ZUvKQCRyRwyiVL8235mLCf0JbeGYRnY/s320/Puerto+de+Barcelona+a%C3%B1os+20.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Puerto de Barcelona. Colección Roisin / IEFC</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<b>El negocio de la guerra</b><br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
"<i>La guerra és negoci i de la propaganda - francòfila o germanòfila - ne fem festa</i>" [La guerra es un negocio y de la propaganda - francófila o germanófila - hacemos una fiesta]. Editorial <i><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/L%27Esquella_de_la_Torratxa" target="_blank">L'Esquella de la Torratxa</a>, </i>1917. </blockquote>
<br />
La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial propició que Barcelona disfrutara de un boom económico sin precedentes. La potente industria textil catalana aumentó su producción debido a la fuerte demanda de uniformes para los ejércitos combatientes, especialmente el francés. Al mismo tiempo vagones de trenes repletos de repatriados de toda Europa llegaron a la Ciudad Condal huyendo de los horrores de la guerra. Dado el alto número de población foránea, comercios y negocios locales se dinamizaron, lo cual provocó ingentes beneficios a los empresarios con menos escrúpulos que supieron aprovechar la oportunidad. Fue el momento de la clase media-alta catalana. Aunque irremediablemente tuvo su incidencia en el tejido social donde emergió con fuerza la presencia de militantes anarquistas, haciendo de Barcelona uno de los centros europeos del <b>movimiento anarco-sindical</b>. A su vez, entre los refugiados, vinieron a la ciudad muchos contrabandistas, traficantes, prostitutas y aventureros de diversa consideración. Los placeres como la prostitución y la pornografía, unido a los vicios ilícitos del contrabando -el alcohol y la cocaína- empezaron a despuntar en una Barcelona, hasta la fecha, marcada por el conservadurismo y la decencia de la antigua nobleza catalana. <br />
<br />
"La Barcelona burguesa, de rasgos provincianos y costumbristas, de semblante moderado y poco propensa a los escándalos, había dado paso a una ciudad en plena ebullición y con todos los ingredientes propios de una urbe moderna, llena de vitalidad y en la que abundaban los contrastes y las extravagancias", apunta Jordi Pujol Baulenas en su libro <i>Jazz en Barcelona 1920-1965</i>. En este contexto de dinero fácil apareció un perfil ciudadano, frívolo y derrochador, el nuevo rico, que se gastaba los cuartos en infinitas juergas nocturnas, estimulantes de toda índole, apuestas y sexo. Esa <b>frivolidad</b> fue en cierto modo una <b>respuesta a la violencia </b>de la guerra y a las tensiones que se vivían en la calle, donde las revueltas, los atentados y los asesinatos estaban a la orden del día. "Barcelona fue la capital europea del arte frívolo", indica Robert Davidson en <i>Jazz Age Barcelona</i>. Tomó el revelo de Londres o París, desbordadas por los menesteres bélicos, y asumió su papel de ciudad alegre y despreocupada. Una fórmula que, salvando las distancias, se asemejaba a la efervescencia del Nueva Orleans que originó el jazz, aunque también al Chicago de Al Capone. '<a href="http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&sqi=2&ved=0CDgQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.lavanguardia.com%2Flibros%2F20100224%2F53901193306%2Fla-barcelona-de-los-anos-20-parecia-chicago.html&ei=rk0SUrC7MuyO7QbeioHQBA&usg=AFQjCNFox5lvsgMQ_snepW0vvjvT0IRmkw&sig2=BV4YbhLKw8d6rJBKmTvsCA&bvm=bv.50768961,d.d2k" target="_blank">La Barcelona de los años 20 se parecía a Chicago</a>', al de los mafiosos y proxenetas y al que <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2012/02/la-capital-mundial-del-jazz.html" target="_blank">vio crecer y evolucionar el jazz de Nueva Orleans</a>. Y esa expansión vertiginosa de las inmoralidades humanas tuvo su concentración geográfica en el área de Las Ramblas, para los más refinados y elegantes, y sobre todo en la avenida del Paralelo o Paral·lel, su denominación en catalán.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj72p20M059Iwpfd7KeliveLSCkPKnpqpo4cUdDpgBOGuJm67qi37uQ-EJyOPCxYSfcKYn1pGwhyphenhyphendQP0X6oRQa4ITKGB_qRwPMQoG0izd0ingvH4AkbqflgFIhIm2Cr1zibd6Ks5ewyaUM/s1600/1920-BATACLAN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj72p20M059Iwpfd7KeliveLSCkPKnpqpo4cUdDpgBOGuJm67qi37uQ-EJyOPCxYSfcKYn1pGwhyphenhyphendQP0X6oRQa4ITKGB_qRwPMQoG0izd0ingvH4AkbqflgFIhIm2Cr1zibd6Ks5ewyaUM/s320/1920-BATACLAN.jpg" width="305" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sala Ba Ta Clan. Avenida del Paralelo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>El Paral·lel: el 'Storyville' catalán</b><br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
"<i>El Paralelo carga su acento sobre el desgarro popular de sus caminantes. Así es y así ha sido siempre. Y así será hasta la hora de su muerte. Es la trayectoria humana de esta vía que sabe de la sal del mar y de los aires del monte. Oasis de diversión en el páramo melancólico de la ciudad</i>", <a href="http://ca.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngel_Z%C3%BA%C3%B1iga">Ángel Zúñiga</a>, periodista, <i>Barcelona y la noche</i>. </blockquote>
<br />
Los payeses del interior, los fabricantes de Terrasa y Sabadell, los terratenientes de Olot; los nuevos ricos y los buscadores de esencias fugaces, los noctámbulos emperdernidos o los mujeriegos insolentes... Todos se dejaban ver cuando se ponía el sol, en un desfile ritualístico e irreverente que se asemeja con la hedonista <a href="http://www.jotdown.es/2013/03/el-perfume-de-jazmin-de-las-prostitutas-de-nueva-orleans-y-el-origen-del-jazz/" target="_blank"><i>procesión de los Santos</i></a> hacia los prostíbulos de Nueva Orleans. Las noches barcelonesas de los años 20 parecían interminables y no tenían competidor en toda la geografía española, ni siquiera en la crapulosa ranciedad de Madrid. En esos agitados días, la ciudad experimentó un considerable crecimiento de locales dedicados a la diversión y la mayoría se concentraron en una misma zona: el Paral·lel. Desde un primer momento la influencia parisina quedó patente hasta en el
nombre de los locales: el Moulin Rouge, Ba-Ta-Clan, Folies Bergère,
Odeon o Paris Concert... La referencia sería el barrio de Montmartre, aunque en la práctica cada uno mantenía su peculiaridad:<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">“</span>Barcelona va al Paralelo como París va a Montmartre, encandilada por la libertad y la fantasía. Mientras los barrios de París y de Barcelona duermen, Montmartre y el Paralelo velan. En Montmartre se vivía, se sufría y se moría. En el Paralelo se estaba de paso”<span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">, </span>decía el cronista <b>Luis Cabañas Guevara</b> en <i>Biografía del Paralelo 1894-1934.</i><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><br /></span></div>
<br />
Un <i>de paso</i> que el propio Ángel Zúñiga lo describía así: "el Paralelo se funde y se confunde en el alcaloide popular. Se democratiza. Se queda con mucho gusto en mangas de camisa. Es popular y arrabalero por las cuatro esquinas. Tiene mucho de mitin obrero y campesino; de demagogia barata, espiritualizada por la atmósfera difusa de la noche que hace pardos a todos los gatos". El Paral·lel presumía además de ser "una avenida con personalidad única en la que, desde los primeros años de siglo, se habían ido instalando muchos de los más concurridos cafés-concert, teatros, tabernas, cafés, atracciones circenses y establecimientos dedicados al ocio de la población", explica Pujol Baulenas. No obstante, el rey de todos estos locales era el cabaret, donde aparte de jugar a las cartas o apostar, se podía "bailar y beber champán en la compañía de una supertanguista a cualquier hora del día o de la noche", añade José María García Martínez en su <i>Del fox-trot al jazz flamenco: el jazz en España 1919-1996</i>. <br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7kS-rwes6kZNLhiy8Z5_EDX25BJnNKnrlO63fpk_Z3p9GEoNQGI07Ec65tciea_Iz3MvrxeI_7CHVB7PYgYgTz28n46TxiJd5SwtMM3gjAPpC9H0p3CP0q2rQXsshV-XBYXROnMylmH8/s1600/Paral-lel_+1905.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7kS-rwes6kZNLhiy8Z5_EDX25BJnNKnrlO63fpk_Z3p9GEoNQGI07Ec65tciea_Iz3MvrxeI_7CHVB7PYgYgTz28n46TxiJd5SwtMM3gjAPpC9H0p3CP0q2rQXsshV-XBYXROnMylmH8/s320/Paral-lel_+1905.jpg" width="257" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Paral·lel hacia 1905 / Wikipedia</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>'Modistillas' y <i>camareras</i></b><br />
<blockquote class="tr_bq">
"<i>El cabaret triunfaba y con él la inmoralidad que es limpieza y es
civilización, daba a la ciudad aires de país europeo. El Banco de
Barcelona preparaba su crac de melodrama y las mujeres del cabaret
empezaron a ser mujeres de mundo</i>". <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Madrid" target="_blank">Francisco Madrid</a>, periodista, <i>Sangre en Atarazanas</i>.</blockquote>
<br />
Las mujeres que actuaban en los cabarets, por lo general extranjeras, eran conocidas popularmente como <i>tanguistas </i>y <i>modistillas</i>. Se caracterizaban por lucir medias de seda transparente y por <b>esnifar cocaína</b>. Ellas introdujeron la moda de las drogas entre la clientela. La cocaína fue la favorita de las altas esferas. Llegaba a la ciudad en los barcos procedentes de Génova y Marsella y su uso se vería como un símbolo de cosmopolitismo y modernidad. La morfina y el opio también gozaron del favor del público. "El uso de estupefacientes no estaba regulado y cualquiera podía tener acceso a ellos", señala Pujol Baulenas. Pero no sólo en los cabarets se vivía ese ambiente libertino.<br />
<br />
Los <b>cafés-concierto</b>, decorados al estilo francés, poblaban toda la ciudad. Por sus tabladillos desfilaban cupletistas y artistas de variedades. Muchos de ellos contaban con una mesa de juego para engordar los beneficios de los dueños. Una variante más bizarra y proletaria fueron los <b>cafés de camareras</b>, lugares donde soldados, trabajadores, estudiantes y bohemios varios bailaban con unas corpulentas camareras, no siempre tan glamurosas como las tanguistas de cabaret, que se dedicaban a masturbar al personal o directamente a practicar el sexo explícito. Los sótanos y los baños de estos cafés -muy parecidos a los <a href="http://www.old-new-orleans.com/NO_Storyville.html" target="_blank">cribs de Storyville</a>- fueron una desleal competencia para los prostíbulos convencionales y era frecuente ver en las calles peleas entre <i>camareras </i>y prostitutas por atraer clientes.<br />
<br />
"Después de convidar a la camarera que se os acerca tan pronto llegáis y os abraza y besa, levantaos para bailar. A medida de la música, y sin perder el compás, la camarera imprime a su cuerpo unos movimientos tan lúbricos, que los bailadores entran rápidamente en erección y eyaculan, porque acompañando el movimiento, ella os masturba" describía <b>Max Bembo</b>, poeta y narrador en <i>La mala vida en Barcelona</i>.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghQcuxgj_aDhSRhHgoMHiNOW_dLhY3uXJ4nD24vpLvqLwXeebmEGtXwZavFhm59b59-0ElXAQUWLqBCCisnE76me5-7guwuJSF1Sjy-9QKVuqXpM0bVobZfwlSLyNtQlEFK6r53pPdo6w/s1600/Bailarinas+de+cabaret.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghQcuxgj_aDhSRhHgoMHiNOW_dLhY3uXJ4nD24vpLvqLwXeebmEGtXwZavFhm59b59-0ElXAQUWLqBCCisnE76me5-7guwuJSF1Sjy-9QKVuqXpM0bVobZfwlSLyNtQlEFK6r53pPdo6w/s320/Bailarinas+de+cabaret.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bailarinas del cabaret 'La Buena Sombra' / Casas i Galobardes</td></tr>
</tbody></table>
<br />
En el lado contrario, también florecieron los <b>salones de music-hall</b>, de origen inglés, más selectos y refinados y con un mayor aforo que los cabarets. Ofrecían un espectáculo de variedades mas amplio ya que tenían cabida cupletistas, rumberas, acróbatas, bailarines, cómicos, ilusionistas y funámbulos. El music-hall más famoso de Barcelona fue el <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Ed%C3%A9n_Concert" target="_blank">Edén Concert</a> que nada tenía que envidiar a los mejores music-halls de París. Al acabar la Primera Guerra Mundial, la simpatía de los barceloneses por los vencedores aliados ocasionó que empezara a sentirse la influencia de América, entre otras cosas, en el baile y su música. Los tangos de los cabarets y music-halls y las orquestrinas de los salones del té comenzaron a compartir admiración con los ritmos del foxtrot y del cakewalk...<br />
<b><br /></b>
<b>La orquestrina del Ritz </b><br />
<br />
Es curioso como con toda la pléyade de lugares para la diversión, la música y la perdición, la primera toma de contacto de Barcelona con el jazz fuera en los salones de un hotel de lujo. Con la intención de acoger a los extranjeros adinerados que visitaban la ciudad buscando placer y juego, en octubre de 1919 se inauguró el lujoso Hotel Ritz. La banda encargada de amenizar las veladas, formada para la ocasión, fue la <b>Orquestrina Nic-Fusly</b>, la primera en incorporar una primitiva batería (gran bombo con caja, platillos y bocina en la parte superior) entre sus instrumentos, que sería tocada por uno de los dos pianistas de la formación. En realidad el formato de <b>orquestrina de tziganes </b>se componía de, aparte de los dos pianos, una sección de cuerdas de tres violines, violonchelo y contrabajo. La orquestrina Nic-Fusly añadió también un banjo e incluso un saxo tenor. El sonido era más bien un proto jazz que intentaba adaptar los ritmos sincopados de las jazz-bands norteamericanas para hacerlos sofisticados y equilibrados al público europeo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguIMFqiUiFStlQ40nb37K0nABacs7sEOl9MK0tcoMdDVdNy942nRxZUccqLEEePdA3PPfjdbAY-45Bh6ndllTuS1Vo-_PgreBshGKmRMtKcxpn2ABobctIpVmUR2bUk-d3VeE71tz8JRI/s1600/Te+de+la+gente+bien.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguIMFqiUiFStlQ40nb37K0nABacs7sEOl9MK0tcoMdDVdNy942nRxZUccqLEEePdA3PPfjdbAY-45Bh6ndllTuS1Vo-_PgreBshGKmRMtKcxpn2ABobctIpVmUR2bUk-d3VeE71tz8JRI/s400/Te+de+la+gente+bien.jpg" width="329" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El té de la gente bien en el Ritz / Opisso</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<b>Chófer...al Palace!</b><br />
<br />
El éxito de la Orquestrina Nic-Fusly originó que surgieran imitadores como la nueva <b>Orquestrina Verdura</b> del pianista Agustín Verdura, que amplió la sonoridad con la incorporación de una corneta y trombón, consiguiendo un resultado más cercano a las orquestas sincopadas norteamericanas. Paralelamente, con el inicio de los años 20, Barcelona experimentó el gran auge del music-hall, gracias, entre otros factores, a la figura de <b>Fernando Bayés</b>, un empresario teatral que convirtió el vetusto Teatro Principal de Las Ramblas en el moderno <b>Principal Palace</b>, el music-hall con más glamour de la ciudad. Era la época dorada del género, no sólo en la Ciudad Condal, sino también en los teatros de Londres y París.<br />
<br />
En febrero de 1920, Bayés estrenó en el flamante nuevo Palace la revista <i>Chófer...al Palace!</i>. La zona de platea se transformó en un animado <i>dancing -</i>forma impostada para decir "baile"-<i> </i>y se tiró la casa por la ventana trayendo a una jazz-band de París integrada exclusivamente por músicos negros, la primera orquesta de esas características que se escuchó en Barcelona. En ese mismo año, la <a href="http://www.radiomuseum.org/dsp_hersteller_detail.cfm?company_id=8550" target="_blank">Compañía del Gramófono Odeón</a>, con sede en la ciudad, editó a la <b>Original Dixieland Jazz Band</b>, los <i>creadores </i>del jazz. El público barcelonés escuchó por primera vez el jazz <i>verdadero </i>de Nueva Orleans. Los teatros del Paralelo, como el Apolo, anunciaban extravagantes dancings amenizados por orquestrinas de jazz. La jazz-band se percibía como un signo de modernidad, aunque, todo hay que decirlo, se tocaba "una música escasamente jazzística y cuando lo intentaban el resultado quedaba reducido a una fórmula mecánica sin inspiración alguna", reconoce Pujol Baulenas. En el bar <b>Edén</b> (también fue music-hall), un minúsculo habitáculo conocido como el 'bar de los negros', había una gramola que marcaba el paso, a ritmo de jazz, de las gentes que iban del Paral·lel a las Rambla. Allí los negros que vivían en Barcelona pinchaban los últimos éxitos venidos de América a los músicos y aficionados locales.<br />
<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilwXGTLCMpzts26vnE2ubYTSVewxjdLkiIHqb_BEsyk8PYCukSe-NiPCT4NSaNNCCY9_MhtPCb-ITJ-GzBH7Lk4es68vJNmBJY1XmPxl6lk2f-b4jA-PROYganoK0Thi3D4DkL8pK5Ubk/s1600/Demons+Jazz+-+Brangul%C3%AD+Fotografs.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilwXGTLCMpzts26vnE2ubYTSVewxjdLkiIHqb_BEsyk8PYCukSe-NiPCT4NSaNNCCY9_MhtPCb-ITJ-GzBH7Lk4es68vJNmBJY1XmPxl6lk2f-b4jA-PROYganoK0Thi3D4DkL8pK5Ubk/s320/Demons+Jazz+-+Brangul%C3%AD+Fotografs.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Demons Jazz de Lorenzo Torres Nin / Brangulí Fotografs</td></tr>
</tbody></table>
<b><br /></b>
<b>El 'Paul Whiteman' español</b><br />
<br />
Precisamente en las Ramblas, de seis de la tarde a cuatro de la mañana, la orquesta <b>Jazz-Band Demons</b> amenizaba con "selectos programas de baile" las veladas del Cabaret Catalán. Su director era Lorenzo Torres Nin, <b>maestro Demon, </b>un pianista pionero en escribir los primeros arreglos eminentemente jazzísticos, lo que le supuso el apodo de "Rey del Jazz-Band" en un primer momento y posteriormente, cuando desarrolló su estilo, como el "Paul Whiteman" español, siendo además uno de los primeros músicos del país en alcanzar prestigio internacional. Cuando debutó la famosa Josephine Baker en el Principal Palace, en marzo de 1930, toda una sensación en la Barcelona de la época, se hizo acompañar de la Demon Jazz dirigida por él.<br />
<br />
Otro de los personajes destacados en la implantación del jazz en Barcelona, "a golpe de sartén", fue el director de orquesta y contrabajista <b>Jaime Planas</b>, quien con su Orquestrina Tzigana interpretaba los bailes modernos con especial singularidad. Planas instaló todo un sistema de accesorios armónicos alrededor de la batería: bocinas, triángulos, timbres, sirenas, cajitas chinas...etc lo cual le hizo ganar popularidad gracias a su carisma y excentricidades.<br />
<br />
Dos momentos importantes para el desarrollo del jazz en Barcelona. Primero la inauguración de la emisora <b>Radio Barcelona EAJ-1</b> en 1924 donde participaron algunas de las primeras orquestas locales aunque el resultado, en un principio, fue considerado vulgar por la mayoría de la crítica de la época. Y en segundo lugar el estreno de la revista <i>Joy Joy</i> en 1926 en el Teatro Cómico del Paralelo donde se grabaron los primeros discos eléctricos de Barcelona. Otros acontecimientos destacados fueron la presentación de <a href="http://www.redhotjazz.com/woodingo.html" target="_blank"><b>Sam Wooding and His Chocolate Kiddies</b></a>, del 15 al 25 de enero de 1926 en el Teatro Olympia, la primera gran jazz-band que actuó en la ciudad, mostrando por fin la música de Duke Ellington y los bailes de los negros de Harlem...<br />
<br />
Porque no hay que olvidar que, al igual que ocurrió en el resto de Europa, en España y sobre todo en Barcelona, durante los locos años 20, triunfó el jazz sinfónico y melódico modelo Paul Whiteman, como se puede apreciar en las dos grabaciones seleccionadas y en la lista de reproducción. Tendrían que pasar todavía unos años (la creación del Hot Club de Barcelona) para que el jazz original, el de raíz afroamericana, calase de verdad tanto en la crítica como en el público. Y tendrían que pasar un tiempo aún mayor para que un niño prodigio, Vicenç Montoliu i Massana, desde la penumbra de su piano deslumbrara a medio mundo y llevara el nombre de Barcelona y Cataluña por todos los rincones del planeta convirtiéndose en nuestro músico de jazz más reconocido de todos los tiempos...<br />
<br /></div>
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/YHnc5x3GkLA" width="420"></iframe>
<br />
<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/HhqnDvC7ORY" width="420"></iframe>
<u><b><br /></b></u>
<u><b><br /></b></u>
<span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote>
<i>"Los Nidos de Arte cultivan caldos de bohemia artificial casi trasplantada de los coros de zarzuela del maestro Vives a estas covachuelas mal iluminadas, malolientes y mal miradas, con aire espeso de taberna y ambiente efímero de cabaret. El aire putrefacto puede partirse en dos mitades con una navaja barbera. Se podrían hacer tirabuzones con las volutas caprichosas de los humos. El vaho sofocante de la bebida barata y los perfumes de saldo permanecen alrededor del halo de las lámparas que las santifica", </i><b>Ángel Zúñiga,</b> <i>Barcelona y la noche</i>.</blockquote>
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjia_vuOvRpBoRiTEtVqtnJCtOz2gR74bHHC5GPsVGHVzhzjw00ARma5A_hN2i3U2L7PDTHvghkB2eNazS-B8A7KnVbcLLS9b9PpAxvxfLdln9jPOBJj-ZNde-O7FKRCQG-pO_FMfG9OGs/s1600/Demons+Jazz+2+-+Gabriel+Casas+i+Galobardes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjia_vuOvRpBoRiTEtVqtnJCtOz2gR74bHHC5GPsVGHVzhzjw00ARma5A_hN2i3U2L7PDTHvghkB2eNazS-B8A7KnVbcLLS9b9PpAxvxfLdln9jPOBJj-ZNde-O7FKRCQG-pO_FMfG9OGs/s320/Demons+Jazz+2+-+Gabriel+Casas+i+Galobardes.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cabaret y Orquesta Demon Jazz / Casas i Galobardes</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik7KzDwqvlDBK302grvutr4ooZsDYxpqLCDRPCNpKOeGgRgmyQhVSqk9jblTTNI8UzV49npye9hErTuee4VKChUeLLRkamUJHY8ILV7aZhChM4ou0V-SaBAettsgBr_2Zp1MQjOchcfAQ/s1600/1925-TEATRO+C%C3%93MICO++concurso+de+baile..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik7KzDwqvlDBK302grvutr4ooZsDYxpqLCDRPCNpKOeGgRgmyQhVSqk9jblTTNI8UzV49npye9hErTuee4VKChUeLLRkamUJHY8ILV7aZhChM4ou0V-SaBAettsgBr_2Zp1MQjOchcfAQ/s320/1925-TEATRO+C%C3%93MICO++concurso+de+baile..jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dancing en el Teatro Cómico del Paral·lel</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<u><b>Fotos extraídas de:</b></u><br />
<br />
- <a href="http://www.iefc.es/index_cast.php" target="_blank">Institut d'Estudis Fotogràfics de Catalunya.</a> Colección Roisin. Fondo <i>Catalunya, 1920-1930, la memoria recuperada</i>. <br />
- <a href="http://www20.gencat.cat/portal/site/msi-cultura/menuitem.0a92779e390371ba411cb318b0c0e1a0/?vgnextoid=f21a93e8a181a210VgnVCM1000008d0c1e0aRCRD&vgnextchannel=f21a93e8a181a210VgnVCM1000008d0c1e0aRCRD&vgnextfmt=default&newLang=es_ES" target="_blank">Arxiu Nacional de Catalunya</a><br />
- <a href="http://www.bnc.cat/digital/arca/index.php" target="_blank">Arxiu de Revistes Catalanes Antigues</a>.<br />
- <a href="http://mtvo-lasmentiras.blogspot.com.es/2013/07/barcelonamas-de-cien-anos-del-divertido.html" target="_blank">Barcelona, más de cien años del divertido Paralelo</a>. Blog.<br />
<br />
<u><b>Bibliografía:</b></u><br />
<br />
- <i>Jazz en Barcelona 1920-1965</i>. Jordi Pujol Baulenas. Almendra Music. 2005.<br />
- <i>Jazz Age Barcelona</i>. Robert Davidson.University of Toronto Press. 2009.<br />
- <i>Biografía del Paralelo 1894-1934</i>. Luis Cabañas Guevara. Memphis. 1945 <br />
- <i>Barcelona y la noche</i>. Ángel Zúñiga. Editor José Janés. 1949.<br />
- <i>Vida privada. </i>Josep María de Sagarra. Anagrama. 1994 (Ed. original 1932).<br />
- <i>Del fox-trot al jazz flamenco: el jazz en España 1919-1965</i>. José María García Martínez. Alianza Editorial 1996.<br />
<br />
<b><u>Recursos y acceso a documentación:</u></b><br />
<br />
- <a href="http://hemerotecadigital.bne.es/index.vm" target="_blank">Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España</a><br />
<br />
<u><b>Lista de Spotify</b></u>: <a href="http://open.spotify.com/album/2Uvh3eflX2HDpjLTMRkIrL" target="_blank">Històries del jazz a Catalunya, volumen 1. </a><br />
<br />
<iframe allowtransparency="true" frameborder="0" height="380" src="https://embed.spotify.com/?uri=spotify:album:2Uvh3eflX2HDpjLTMRkIrL" width="300"></iframe>
<br />
<div style="text-align: left;">
<br />
[[ <u><b>Nota:</b></u> con esta entrada, segunda parte de <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2013/07/inicios-del-jazz-en-espana-i-el-baile.html" target="_blank">'El baile de los negritos'</a> doy por finalizado, de momento, el recorrido por los inicios del jazz en España, aún siendo consciente de que hay muchas cosas que se han quedado en el tintero (por ej. el papel de la prensa y las revistas satíricas, la influencia del jazz en la literatura de la época...) y que merecerían ser comentadas. Con toda la documentación y bibliografía que he acumulado (bastante amplia) pretendo seguir realizando investigaciones posteriores, pero para el caso que nos ocupa he preferido respetar en cierto modo el formato del blog y no excederme demasiado con mucha información, fotos, enlaces, artículos y otros aspectos. Mi objetivo más bien ha sido dar una visión panorámica, contextualizar esa llegada, analizar los precedentes y enmarcarlo en la sociedad de la época eligiendo Barcelona como ciudad de referencia, aunque otras ciudades como Madrid, Valencia o San Sebastián también tuvieron su importancia. Puede que no haya sido todo lo exhaustivo que el tema requiere, pero como digo, habrá más posts dedicados al asunto en un futuro. Muchas gracias, espero que hayáis disfrutado tanto leyendo como yo investigando.]]</div>
Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1341114297309719602.post-84871038632554130552013-07-21T04:39:00.000-07:002014-02-25T02:39:57.108-08:00Inicios del jazz en España (I): el baile de los negritos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcAJ327qBPVVIHtTTK6rpa59GzW7P2mfaKi1nc-PhWyp5QueuEW3V_sb1GLvme-jl5JcpJHwzMlkGpWv4AtRt7W6SxgupD-N-D5JTWznO7nuWftMLCe3Jlzcs9B4cJgyRPjxelINQDONU/s1600/The+Negroes+Cakewalk.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcAJ327qBPVVIHtTTK6rpa59GzW7P2mfaKi1nc-PhWyp5QueuEW3V_sb1GLvme-jl5JcpJHwzMlkGpWv4AtRt7W6SxgupD-N-D5JTWznO7nuWftMLCe3Jlzcs9B4cJgyRPjxelINQDONU/s320/The+Negroes+Cakewalk.jpg" height="320" width="250" /></a></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i><span class="st">¡<i>Madre</i>, <i>cómprame un negro</i>, cómprame un <i>negro en el bazar</i>! que baile el charlestón y que toque el jazz-band. </span></i><span class="st">Canción popularizada por</span><i><span class="st"> </span></i><b><span class="st">Reyes Castillo, La "Yankee</span></b><i><span class="st">".</span></i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Como ya apuntamos en su momento, según Jelly Roll Morton el jazz primigenio tenía un<a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2012/07/el-matiz-espanol-en-los-inicios-del.html" target="_blank"> matiz español</a> que lo diferenciaba del ragtime, pero eso no quiere decir que el jazz procediera de España. Al contrario de lo que ocurrió con el jazz en Estados Unidos -como es sabido, subió desde Nueva Orleans hasta Chicago en un viaje Sur-Norte al amparo de los <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2011/11/la-gran-migracion-musical.html" target="_blank">movimientos sociodemográficos</a>- la llegada del jazz a España se produjo desde las grandes capitales europeas, fundamentalmente París y Londres, es decir desde el Norte. De hecho, durante el primer tercio del siglo XX, los suntuosos casinos y hoteles de ciudades como <b>San Sebastián</b> y <b>Santander</b>, lugares de veraneo real y cortesano, se empaparon de las modas musicales que dominaban en Europa y fueron la puerta de entrada de muchos de los últimos bailes llegados de América, el jazz entre ellos.<br />
<br />
Asimismo también hay que tener en cuenta la conexión que, en aquella época, existía entre <b>Madrid y La Habana</b> (colonia hasta el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_hispano-estadounidense" target="_blank">desastre del 98</a>) y que reflejaba una influencia <i>negra </i>en las revistas y zarzuelas españolas del siglo XIX. En ese sentido, la zarzuela sirvió como género <i>esponja </i>que asimiló muchos de los materiales musicales del momento, incluidos los ritmos que venían del otro lado del Atlántico, como el tango o la habanera. Y por supuesto, es necesario considerar la intensa actividad portuaria (y nocturna) de <b>Barcelona </b>para analizar el camino hacia la popularidad en nuestro país de muchos de los espectáculos que causaban sensación en los teatros de <i>varietés </i>europeos y por extensión de las primeras bandas de jazz que actuaron en España.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXn6AZ82QJzfFbofwSQX_XKG3IvGBDdd7L6KgQCaDsDJYRaYjUMar9IaXgNkaP4czrjoT4ClYtIbtBBchEUoU_SMViXZprdqc5olPDIsgiiJT5kgxSjuglYQDK-ymXOg_0C4gT7YKjX0g/s1600/Orquestrina+Nic-Fusly.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXn6AZ82QJzfFbofwSQX_XKG3IvGBDdd7L6KgQCaDsDJYRaYjUMar9IaXgNkaP4czrjoT4ClYtIbtBBchEUoU_SMViXZprdqc5olPDIsgiiJT5kgxSjuglYQDK-ymXOg_0C4gT7YKjX0g/s320/Orquestrina+Nic-Fusly.jpg" height="320" width="232" /></a></div>
Por ello, aunque a veces esa <a href="http://www.editorialtaurus.com/es/libro/es-espana-diferente/" target="_blank">histórica sensación</a> de retraso cultural español indique lo contrario, la moda del jazz en España no fue muy diferente a la del jazz en Londres, en París o Berlín, en lo que se refiere a simultaneidad temporal. En concreto Madrid y Barcelona no tenían mucho que envidiar en ese aspecto a las propuestas afroamericanas de las citadas capitales. En abril de 1919 la <b>Original Dixieland Jazz Band</b>, los "creadores del jazz", iniciaron una gira de quince meses por Londres, la primera que una banda <i>real </i>de jazz hizo en territorio europeo. Pues bien, en octubre de ese mismo año se inauguraba el hotel Ritz de Barcelona con la <b>Orquestrina Nic-Fusly</b>, primera en incorporar una batería entre sus instrumentos, como grupo amenizador, haciendo una suerte de jazz primitivo, un tanto edulcorado. Su música buscaba suavizar las estridencias disonantes de las jazzbans afroamericanas y hacerlas agradables al oído. En su repertorio había referencias a bailes modernos como el foxtrot y aunque no fuera una agrupación propiamente jazzística sí que allanaría el terreno para propuestas posteriores.<br />
<br />
En esos primeros años del siglo XX, España no estuvo ajena a las modas de baile que, procedentes de Estados Unidos, triunfaban en las grandes capitales de Europa. Precisamente los shows de <a href="http://lamusicaesmiamante.blogspot.com.es/2011/06/los-juglares-del-medio-oeste.html" target="_blank">minstrel</a> gozaron de mucho éxito en el Londres victoriano y popularizaron en todo el continente los bailes de los afroamericanos (cakewalk) y su música (ragtime). Sin embargo España, pionera en el comercio de esclavos africanos junto con portugueses y holandeses en el Nuevo Mundo, ya contaba con su propia tradición de espectáculos teatrales donde los negros eran parodiados. Debido a esto, para entender el furor que originaron esos bailes negros en la península Ibérica, se hace indispensable dar algunas pinceladas de la relación del teatro español con el personaje del negro.<br />
<br />
<b>El negro como objeto de mofa</b><br />
<br />
"La imagen de los negros en la literatura española fue el resultado artístico de su condición de esclavos en la sociedad peninsular precisamente porque dicha imagen fue creada por escritores blancos", indica Baltasar Fra Molinero en <a href="http://www.casadellibro.com/libro-la-imagen-de-los-negros-en-el-teatro-del-siglo-de-oro/9788432308789/445922" target="_blank"><i>La imagen de los negros en el teatro del Siglo de Oro</i></a>. En el teatro, desde Lope de Vega, aparece la <b>visión infantilizadora del negro</b>, así como referencias a su habla y su falta de inteligencia, como un elemento indispensable de vis cómica. En lo que respecta al personaje femenino, se incorpora un matiz de atractivo sexual y exotismo. "La mulata es bella, de una belleza exótica, lo que la convierte en valor de cambio para mejorar su condición social ínfima", señala Fra Molinero en ese mismo libro.<br />
<br />
Esa imagen se ha mantenido durante siglos en España y conserva
características comunes con los espectáculos de minstrel norteamericanos
donde los blancos, pintados con la cara de negro, imitaban y
ridiculizaban las costumbres de los esclavos negros. En las <a href="http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=423" target="_blank">tonadillas escénicas</a> del siglo XVIII aparece la figura del negro con una función cómico-grotesca. Si seguimos la
conexión Madrid-La Habana, en la <a href="http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=15476&idseccion=76" target="_blank">comedia bufa</a> que triunfó en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX existía el personaje del <b>negro dicharachero y picarón</b>
que era interpretado por un blanco con la cara embetunada. En teatros y
circos de las ciudades españolas de las últimas décadas del siglo XIX y
principios del XX era habitual asistir a números de danzas excéntricas y
acrobáticas que tenían a hombres de raza negra, o actores con la
cara pintada, como protagonistas principales. Es más, el famoso trío de
payasos de la época <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Pompoff,_Thedy_y_Emig" target="_blank">Pompoff, Thedy y Emig</a>, representaba en este último, el personaje del <b>payaso ennegrecido</b> basándose en un negrito cubano. <br />
<br />
En el verano de 1871 se presentó en el parque madrileño de los <a href="http://urbancidades.wordpress.com/2011/01/19/los-campos-eliseos-de-madrid/" target="_blank">Campos Elíseos</a> (en la zona de las actuales calle Alcalá, Goya y Velázquez) una "<a href="http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001334451&page=4&search=%22bacanal+de+negros%22&lang=es" target="_blank"><b>bacanal de negros</b></a>" titulada <i>Un día de huelga en un ingenio de los Estados Unidos</i> donde se utilizaban instrumentos como el banjo, característico del primer jazz, y se servían del baile con zapateado a modo de percusión, elementos típicamente afroamericanos y que precederían a lo que unos años más tarde se conocería como "baile del pastel".<br />
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<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTxkuu_EE1xr_Ylt521MNla6_5EkoQuD7zuqsdpoZtt-SkMcXo5uEZPepNZo_s1p5T0ERXXGDAI0AArnb3kG0EH8uxaN8jYEVNrwkZtq8UtlBqD96XVJtpCDXwjf8HO7ntGNJRSG_CzV0/s1600/pompoffthedyemig.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTxkuu_EE1xr_Ylt521MNla6_5EkoQuD7zuqsdpoZtt-SkMcXo5uEZPepNZo_s1p5T0ERXXGDAI0AArnb3kG0EH8uxaN8jYEVNrwkZtq8UtlBqD96XVJtpCDXwjf8HO7ntGNJRSG_CzV0/s320/pompoffthedyemig.jpg" height="209" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Emig, a la derecha, el payaso negro</td></tr>
</tbody></table>
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<b>La locura del cakewalk</b><br />
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<blockquote class="tr_bq">
"<i>La pareja de cake-walk salta, voltea, pónese de frente a frente, de espalda á espalda, contemplándose, acercándose, separándose, según un ritmo extraño, quebrado é inharmónico, que arrebata, sacude y hace bailar aunque no se quiera</i>".</blockquote>
Bajo un epígrafe titulado "Cháchara parisiense" así describía el diario <a href="http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001243957&page=1&search=cake-walk&lang=es" target="_blank">El Globo</a> el 24 de diciembre de 1902 el "baile de última moda" llegado desde París, en lo que es la primera referencia en la prensa española al cake-walk (grafía utilizada en el artículo). Durante la esclavitud, en las plantaciones sureñas norteamericanas, nació un baile que intentaba burlarse de las formas y modales de los amos. Con el paso del tiempo, estas danzas negras gozaron del favor de los dueños blancos, tanto que anualmente se celebraba en la plantación una fiesta donde todos los bailarines podían exhibir sus dotes. La pareja ganadora se llevaba un pastel. Este es, a grandes rasgos, el origen del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Cakewalk_%28baile%29" target="_blank">cakewalk</a> que a finales del siglo XIX alcanzó una enorme popularidad en todo Estados Unidos. Los giros frenéticos del cakewalk sirvieron para muchos espectáculos de minstrel, aunque también obtuvo autonomía propia llegándose a celebrar festivales de cakewalk por todo el país.<br />
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A España, como hemos visto, llegó vía París, aunque ya hay noticias de <i>danzas acrobáticas americanas</i> en el<b> Teatro Circo Price</b> de Madrid en 1880 cargo de los hermanos Paolo y Panlo. En 1903 Joaquín Taboada publicaba la partitura de <a href="http://catalogo.bne.es/uhtbin/cgisirsi/4ecHhJp8vM/BNMADRID/311050101/9" target="_blank"><i>Cake walk de salón</i></a>, el más antiguo ejemplo de este género fechado en España. En 1905 el <b>Circo Alegría</b> de Barcelona anunciaba el <i>original cake-walk</i> con los bailarines Mister Johnson & Miss Bertha. En esos años se multiplicaron las parejas de baile profesionales y el cakewalk rivalizó en popularidad con géneros como el tango o la rumba, algo a lo que también ayudó el hecho de que fuera filmado en <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Cinemat%C3%B3grafo" target="_blank">cinematografo</a>. <i>Cakewalk</i>, a su vez, era el nombre de un perfume, de un papel de cigarrillos de liar, hasta las crónicas taurinas recogían la hazaña de un torero, Gallito, que puso las banderillas bailando un cakewalk. Las cupletistas y cantantes de café-concierto incorporaron el cakewalk a sus repertorios. Uno de los aspectos más importantes del cakewalk es que la música síncopada que acompañana los números de baile era el <b>ragtime</b>. En España, la opereta <a href="http://archivo.fundacionguerrero.com/detalle-musica_impresa.php?id_archivo=391" target="_blank">La reina de las praderas</a>, de Jacinto Guerrero, incluía en 1922 uno de los primeros ragtime patrios aunque en el archivo de Biblioteca Nacional puede que haya ejemplos más antiguos.<i> </i>Recientemente se ha descubierto "Hesperia" del pianista Manuel Burgués.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq5SUXaz9Ql_QfgacYJGULTLsfNqPJQYVJncjfv8c_t8o6T4Ju2VVnRQm9xMnptlJ9N5JKg1jQGZHP8hq43parbvlb2JxRFerzh4KsujMvChSUOvxeimm6lZRXqZ7Py_vaScRh269vyG0/s1600/Cakewalk+barna.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq5SUXaz9Ql_QfgacYJGULTLsfNqPJQYVJncjfv8c_t8o6T4Ju2VVnRQm9xMnptlJ9N5JKg1jQGZHP8hq43parbvlb2JxRFerzh4KsujMvChSUOvxeimm6lZRXqZ7Py_vaScRh269vyG0/s320/Cakewalk+barna.jpg" height="214" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Carnaval de Barcelona. Josephine Baker. Autor: Opisso</td></tr>
</tbody></table>
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<b>El foxtrot y el charlestón</b><br />
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Gracias a la orquesta de <b>Jim Reese Europe</b> y su<a href="http://www.loc.gov/item/ihas.100008982" target="_blank"> Ballin' in the jack</a>, otro baile aún más frenético que el cakewalk, el <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Foxtrot_%28baile%29" target="_blank"><b>foxtrot</b></a> (literalmente "paso del zorro"), se introdujo en Europa en 1913, después de haber triunfado en la escena neoyorquina de la mano de dos bailarines blancos Vernon e Irene Castle. Coincidió además en nuestro país con un periodo de estabilidad política (dictadura de Primo de Rivera) y prosperidad económica, entre 1914-1929, debido sobre todo a la neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial. Durante la contienda, San Sebastián aumentó su cosmopolitismo y por medio de la aristocracia de la ciudad entró el foxtrot en la península. </div>
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El baile de los "locos años 20" coexistió en España con un aumento considerable de la clase media, que vio en estas nuevas danzas una excusa perfecta para apuntarse al carro de la modernidad. Pero además del baile, el foxtrot triunfó por la música, antecedente inmediato del jazz. Muchos discos de jazz de la época incluían la palabra "foxtrot" después del título. Por estos lares, durante mucho tiempo <i>foxtrot </i>y <i>jazz </i>fueron sinónimos. Hasta la <i>Reina de la Copla</i>, <b><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Concha_Piquer" target="_blank">Concha Piquer</a></b>, después de su periplo de cinco años por los teatros de Broadway, se unió a la moda del foxtrot. Eso sí, sería la vedette <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Gloria_Guzm%C3%A1n" target="_blank"><b>Gloria Guzmán</b>,</a> quien consiguió el primer superventas en 1923 con el fox '<a href="http://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-450675841-partitura-fox-trot-yes-we-have-no-bananas-frank-silver-gohn-_JM" target="_blank">Yes, we have no bananas</a>'.</div>
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Al frenesí del foxtrot le siguió la fiebre del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Charlest%C3%B3n" target="_blank">charlestón</a>, una variante que puso de moda en Europa la sensual bailarina negra <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Josephine_Baker" target="_blank">Josephine Baker</a>, contoneándose desnuda en los cabarets de París, (unos años más tarde, en 1930, actuaría en el Principal Palace de Barcelona junto a la orquesta local Demon's Jazz). El charlestón era erotismo y negritud a partes iguales y despertó no pocas polémicas entre ciertos sectores sociales del momento. Aún así, a pesar de las críticas, muchas cantantes nacionales se adhirieron al insinuante baile. Una sevillana de Ohio, Reyes Castillo, apodada <b>La Yankee</b>, se cree que estuvo en París en 1926 junto con la Baker. Cuando regresó a España, ligerita de ropa actuó en la revista <i>El sobre verde</i>, incluido en la <a href="http://www.iberlibro.com/Espigas-Zarzuela-dos-actos-Ni%C3%B1as-Molinero/3543647328/bd" target="_blank"><i>Las niñas del molinero</i></a>. En 1928 en el Teatro Maravillas de Madrid se estrenaba el Charlestón Negro de la revista <i>Daddy-doll</i>, donde se presentaban ocho bailarinas <i>charlestoneando</i>. El foxtrot y el charlestón fueron el caldo de cultivo ideal para que se asentara el jazz en España, aunque serán las <b>orquestrinas de tziganes</b>, las primeras bandas patrias en materializarlo...</div>
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(Continuará)</div>
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<blockquote class="tr_bq">
Para concluir el famoso '<b>Madre, cómprame un negro</b>', en referencia a la fascinación que causaban los bailarines negros en nuestro país, de Mariano Bolaños y Alfonso Jofré, conocidos compositores de pasodobles, que junto con el pianista Villajos fueron pioneros en incorporar ritmos americanos a sus creaciones. Aquí presentamos la versión de <i>La Yankee</i>, de 1926. El otro corte es una breve pieza histórica de la Biblioteca del Congreso sobre el paso del cakewalk.</blockquote>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/dqqRJ2VekbQ" width="420"></iframe>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/OQVLuR7jj8Q" width="420"></iframe>
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<i>"El charlestón tiene que afectar irremediablemente a los riñones y debe atacar las articulaciones de codos y rodillas"</i><b>. <b>Revista Estampa</b>, junio de 1930.</b><u><b> </b></u></div>
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<u><b>Bibliografía y referencias: </b></u><br />
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- Foto principal y última extraídas de "<a href="http://www.bne.es/es/AreaPrensa/MaterialGrafico/Exposiciones/Jazz/index.html" target="_blank">El Ruido Alegre</a>", exposición sobre la historia del jazz en España de la Biblioteca Nacional. 2013.<br />
- <i>La imagen de los negros en teatro del Siglo de Oro</i>. Baltasar Fra Molinero. Siglo Veintiuno Editores. 1995. <br />
- <i>Del fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España 1919-1996</i>. José María García Martínez. Alianza Editorial. 1996.<br />
- <i>Jazz en Barcelona 1920-1965</i>, Jordi Pujol Baulenas. Almendra Music. 2005. <br />
-<i> <a href="http://www.bne.es/es/Micrositios/Exposiciones/Jazz/resources/img/estudio1.pdf" target="_blank">El trazo del jazz en España</a></i>. Jorge García, comisario <i>El Ruido Alegre</i>. BNE. 2013.<br />
<br />Manu Groovemanhttp://www.blogger.com/profile/16197584224713059244noreply@blogger.com24