Griot junto a dos mujeres, Guinea |
En uno de los episodios más controvertidos de nuestra reciente historia, la esclavitud negra supuso la explotación y el sometimiento de unos seres humanos hacia otros. Cantidades ingentes de hombres, mujeres y niños fueron llevados contra su voluntad desde el continente africano a los Estados Unidos. Se les privó de su hogar natural, de su entorno, de sus costumbres y se les forzó a trabajar de sol a sol en las extensas plantaciones de algodón y maíz. Hacía falta mano de obra barata y abudante para un país que estaba iniciando su expansión.
En 1619 llegaba un primer barco, de bandera holandesa, con esclavos africanos a las costas de Jamestown, en el estado de Virginia. Desde entonces y hasta bien entrado el siglo XIX el comercio con esclavos fue una constante. Durante los trayectos esos esclavos eran obligados a cantar y bailar, no por placer, sino para mantener su moral alta, ya que los índices de mortalidad del pasaje eran muy elevados. En el destino, sus nuevos amos blancos prohibieron cualquier tipo de manifestación artística por temor a las revueltas. Paradojicamente, nunca se les permitió transportar tambores u otros instrumentos musicales. Sólo pudieron llevar consigo su cultura.
En términos estrictamente musicales este hecho histórico tuvo una consecuencia positiva: el nacimiento del blues. Es tarea complicada dilucidar si el blues se inició exactamente en África o no. La cuestión plantea más preguntas que respuestas. La mayoría de los autores concluyen que no y lo encuadran como una música nueva -que incorpora elementos africanos y euroamericanos- propiamente afroamericana en el contexto de esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo hay rasgos evidentes que nos llevan a buscar las raíces del blues más allá del Océano Atlántico.
Existe una tendencia errónea en la tradición cultural blanca o del Primer Mundo por calificar despectivamente como exótico, salvaje o incluso inferior a aquello que nos resulta desconocido y despreciar lo que no responde a nuestro sistema de ideas. Sin duda, los esclavos negros fueron considerados extranjeros en América y su música era totalmente distinta a todo lo conocido hasta entonces. Frente a una tradición europea escrita (partituras, libros), en África, la cultura se transmitía de padres a hijos de forma oral. Este carácter oral está muy presente en el blues del Delta.
En el libro 'The Roots of Blues: An African Search', su autor, Samuel Charters emprende un viaje hacia los vestigios del blues, que le llevan al arco de media luna que forma el valle del río Níger, en el África Occidental. Allí descubre a los griots, narradores de cuentos y de poemas que se sirven de rudimentarios instrumentos de cuerda para adornar sus historias. En el África Oriental se les conoce como bardos. En ambos casos, son los encargados de preservar el conocimiento de generación en generación de sus respectivas comunidades. Para algunos, los griots son el antecendente inmediato del músico de blues. Aunque esto es un tanto impreciso, ya que los primeros bluesmen recogían ese sentimiento cotidiano de lamento del pueblo afroamericano para transformarlo en canción, pero desde una perspectiva mucho más introspectiva.
Es sin embargo en la escala musical donde se advierte una influencia directa entre África y el blues. En la música de Europa, hasta la fecha, se conocía y utilizaba la escala diatónica, esto es, la escala de 7 notas clásica: do, re, mi, fa, sol, la, si. Por el contrario, en África la escala más común era la pentatónica de 5 notas. El cantante africano tiende a desafinar o bemolizar ciertas notas, no por incapacidad, sino simplemente porque su oído está educado en una música no diatónica. La adaptación de una escala a otra dio lugar a la conocida como escala de blues, donde uno de los rasgos principales son la blue notes, deslizamientos en ciertas notas -tercera menor y quinta bemol- o alteraciones en el fraseo, tan característicos en el blues.
"Lo que en África es una cuestión de sentir y hacer, en Occidente se convirtió en algo que pensar y contar". Ted Gioia. Blues, la música del Delta del Mississippi.
Es sin embargo en la escala musical donde se advierte una influencia directa entre África y el blues. En la música de Europa, hasta la fecha, se conocía y utilizaba la escala diatónica, esto es, la escala de 7 notas clásica: do, re, mi, fa, sol, la, si. Por el contrario, en África la escala más común era la pentatónica de 5 notas. El cantante africano tiende a desafinar o bemolizar ciertas notas, no por incapacidad, sino simplemente porque su oído está educado en una música no diatónica. La adaptación de una escala a otra dio lugar a la conocida como escala de blues, donde uno de los rasgos principales son la blue notes, deslizamientos en ciertas notas -tercera menor y quinta bemol- o alteraciones en el fraseo, tan característicos en el blues.
Pero, en el plano social, no hay que olvidar que la música fue un importante vínculo de unión entre el esclavo africano y su nuevo (y forzado) hogar, un catalizador de esperanzas, una forma de expresión integradora, como apunta LeRoi Jones en su libro 'Blues People: música negra en la América Blanca'. Este vínculo se ejemplifica perfectamente con las work songs o canciones de trabajo. Nuevamente para aproximarnos a ellas se hace necesario recurrir a la confrontación Europa-África. Mientras que en la historia de Occidente, la música siempre ha tenido una finalidad meramente artística, en África la música servía para acompañar todo tipo de actividades cotidianas como la caza, la pesca, el cortejo o el consejo.
Las canciones que se cantaban en los campos de cultivo norteamericanos incorporan elementos africanos como la llamada-respuesta, que luego pasaría al blues. Pero tuvieron que buscar referentes culturales propios. Una búsqueda que nos lleva directamente a la transición que va de las worksongs al blues. Además, en África Occidental un agricultor pescaba, cazaba, tejía, sin embargo el esclavo afroamericano sólo cultivaba maíz. Por ello, las canciones de trabajo, a pesar de estar repletas de africanismos, son propias de la segunda generación de esclavos, aquellos que ya habían nacido en el Nuevo Mundo. Importante también es resaltar la función de marcar el ritmo para sincronizar el movimiento físico de la tarea realizada con la propia canción. Elemento rítmico africano que haría del blues y sobre todo el jazz toda una seña de identidad.
El viaje por las raíces africanas es largo y estimulante, puede servirnos como punto de partida pero como bien reconoce el propio Charters, el blues como estilo musical representa algo totalmente nuevo. A continuación dos ejemplos de worksongs, uno recogido en una prisión de Texas y otro grabado a unos pescadores en Ghana. Ambos pertenecen al film Afro-American Work Songs in a Texas Prison. Las equivalencias son evidentes...
El viaje por las raíces africanas es largo y estimulante, puede servirnos como punto de partida pero como bien reconoce el propio Charters, el blues como estilo musical representa algo totalmente nuevo. A continuación dos ejemplos de worksongs, uno recogido en una prisión de Texas y otro grabado a unos pescadores en Ghana. Ambos pertenecen al film Afro-American Work Songs in a Texas Prison. Las equivalencias son evidentes...
"Lo que en África es una cuestión de sentir y hacer, en Occidente se convirtió en algo que pensar y contar". Ted Gioia. Blues, la música del Delta del Mississippi.