martes, 28 de febrero de 2012

Excavando en la arqueología del blues

Trabajadores negros del sur de Estados Unidos

Corría el mes de mayo del año 1901, Charles Peabody, un arqueólogo de la Universidad de Harvard, llegó al condado de Coahoma, al norte del estado de Mississippi para realizar unas excavaciones que le había encargado el Peabody Museum. Allí se hizo con un grupo de jornaleros negros que iba oscilando entre los nueve y los quince, dependiendo de la tarea. Las primeras semanas se dedicaron a realizar cortes en dos túmulos abandonados por los choctaw, el pueblo indio que habitaba esas tierras mucho antes de que los terratenientes blancos se apoderaran de ellas.

Uno de los túmulos se ubicaba en la plantación Dorr en el municipio de Clarksdale, el otro, a unos 25 kilométros dirección sur, en la plantación Edwards, término de Oliver, sobre el río Sunflower. El calor apretaba. Las jornadas eran duras y se prolongaban desde primera hora del día hasta el ocaso. El terreno denso y pantanoso de Mississippi dificultaba la tarea. El peso de la tierra húmeda aplastaba los huesos. Según el propio Peabody, extraer un esqueleto, aún ayudándose de una paleta, era algo bastante complicado. Estaban enterrados en un lodo que los lugareños llamaban gumbo o buckshot.

Sin embargo, sólo en la plantación Edwards consiguieron desenterrar 158 esqueletos y 68 vasijas. Asimismo, también recuperaron abalorios de turquesa, herramientas talladas en piedras, conchas marinas, huesos de animales, campanas de latón, pipas de arcilla y puntas de flecha y lanza. Sin duda, la tierra escondía un gran tesoro que formaría parte ahora del Peabody Museum. Pero, a medida que los trabajos avanzaban, Peabody perdió interés por los hallazgos arqueológicos para centrarse en otro tipo de tesoros...

lunes, 13 de febrero de 2012

La capital mundial del jazz



Cuando uno pasea por Michigan Avenue una fría tarde de invierno siente el gélido viento procedente del Lago Michigan golpear su rostro. A duras penas consigue avanzar unos pasos. Aunque el cielo amenaza nieve, mira hacia arriba y posiblemente aprecie los rascacielos mas impresionantes jamás construidos en el mundo. Las mejores vistas de la ciudad desde el Hancock Center; la torre más alta de Estados Unidos, Sears Tower; las 'torres gemelas' Marina Towers, el edificio del Chicago Tribune... Todos lucen majestuosos. Continua un poco más para cruzar al otro lado del río Chicago. El Loop, también distrito financiero, aguarda entre neones. Cabarets, salones de baile, salas de fiestas y, como no, teatros. Gira por Lake Street hasta el cruce con State. Allí la silueta del iconográfico Chicago Theater, se envuelve bajo la densa tormenta de nieve en esa desapacible tarde de invierno. No muy lejos de ese lugar se encuentra, Maxwell Street, la calle del blues, donde los afroamericanos que llegaban del sur se ponían a tocar. A unas millas de distancia el 'barrio sur', uno de los mayores ghettos negros de Estados Unidos. Bienvenidos a Chicago...

Si a principios de siglo XX, Nueva Orleans era un hervidero musical en ebullición, durante los locos años 20, ese honor le corresponde a 'la ciudad del viento'. Allí se gestó la música más hot del planeta. Por tanto, descubrir Chicago es adentrarse en la propia historia del jazz (también del blues). Como insinúa Leroi Jones en 'Blues People' la ciudad era algo así como "la capital musical de Norteamérica". Había inmigrantes negros, blancos, cantantes de blues rural, estilistas clásicos, músicos de 'fiestas del alquiler', músicos de Nueva Orleans, músicos jóvenes negros y músicos jóvenes blancos. Y todos escuchaban y reaccionaban ante ese choque de culturas.

En la mitología del jazz suele situarse a Chicago como punto final de los recorridos fluviales que, río Mississippi arriba, partían de Nueva Orleans. La imagen no puede ser más poética: barcos de turistas con músicos de jazz amenizando la velada de fondo. Sólo hay un pequeño problema. El río Mississippi discurre bastante lejos de Chicago. Todos los negros que llegaron a la ciudad procedentes del sur lo hiceron por ferrocarril. Como ya dijimos en 'La Gran Migración Musical' casi toda la música de Nueva Orleans se grabó en Chicago. Pero además se da una doble paradoja porque muchos de los sonidos asociados al jazz de Chicago evolucionaron en Nueva York.