Mostrando entradas con la etiqueta Billie Holiday. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Billie Holiday. Mostrar todas las entradas

martes, 15 de octubre de 2013

Dios bendiga al niño



Los que lo tienen, lo conseguirán,
Los que no, lo perderán
Como dice la Biblia
Y aún se dice hoy
Mamá puede tenerlo
Papá puede tenerlo
Pero Dios bendice al niño que tiene el suyo propio

Los fuertes conseguirán más
Mientras que los débiles se desvanecerán
Los bolsillos vacíos nunca dan la talla
Mamá puede tenerlo
Papá puede tenerlo
Pero Dios bendice al niño que tiene el suyo propio

Dinero, tienes cientos de amigos
Amontonándose alrededor de tu puerta
Pero cuando no queda más y el despilfarro finaliza
Nunca jamás vuelven
Las relaciones de riqueza, 
Pan para hoy, hambre para mañana
Puedes servirte tú mismo, pero no cojas demasiado
Mamá puede tenerlo
Papá puede tenerlo
Pero Dios bendice al niño que tiene el suyo propio

Un increíble dolor en el centro de su vida. Resultaba imposible separar las tribulaciones personales y sus miserias de un destino tan amargo. Estaba predestinada a sufrir. Las angustias de una niña que tuvo que hacerse mayor muy pronto, tal vez demasiado: un padre ausente, una madre adolescente, violaciones, malos tratos, alcohol, tabaco y drogas la llevaron por el mal camino. Nunca supo enderezarse, quizá nunca quiso. O no la ayudaron lo suficiente. Deambuló de hombre en hombre, buscando una felicidad tan efímera como inalcanzable. Pequeña doliente, frágil mariposa de alas rotas, escarbó los bajos fondos. Y aún así quiso sentirse grande. Lo consiguió. Saboreó las mieles del éxito y encontró la forma ideal de defenderse: cantando.

Una noche de finales de 1940 el compositor Arthur Herzog Jr. se encontró con Billie Holiday que acababa de salir de cantar en el Cafe Society de Nueva York. Ni corto ni perezoso la abordó: "mira tengo esta idea y quiero que me des una de esas expresiones sureñas anticuadas que podamos convertir en canción". Holiday se quedó pensativa. No se le ocurrió nada en un primer momento, pero transcurridos unos segundos soltó una anécdota de su infancia cuando solía pedir dinero prestado a su madre. Y de repente pronunció una expresión "God bless the child". Herzog le preguntó por el significado de esa frase a lo que Billie respondió: "es lo que siempre se decía cuando tu madre tenía dinero, tu padre tenía dinero, tu hermana y tu prima tenían dinero, pero tú no tenías ni un centavo: que Dios bendiga al niño que tenga su propio dinero".

lunes, 11 de febrero de 2013

Tengo que conseguir a ese hombre


No necesito a nadie, no tengo amigos. Mi corazón está hecho añicos y nadie lo va a arreglar. Sueño con tus caricias, allá donde estés. Tengo que encontrarte... Soy como un horno que suplica calor. Así que por favor, no me trates mal.  Es injusto que te portes como un embustero conmigo. A veces, te imagino cálido como el dios del Infierno. Con un simple beso me derretiría en tus brazos. Aunque sé que me olvidarás, como a otras tantas. Me sacarás de tu lista. Nunca me echarás de menos. Por eso, te busco como si mi vida fuera en ello. Me falta algo. Me vuelves loca. Pero, si existes, tienes que ser de este mundo. Por eso tengo que encontrarte. Tengo que conseguir a ese hombre...
 
Una mirada, al igual que una canción, puede decir tanto... y a la vez resultar tan misteriosa. Puede resumir toda una vida. O puede descifrar todos los secretos que se han quedado escondidos tras ella. Puede inspirar ternura o puede provocar dolor...Ese dolor,  inherente al ser humano, forma parte de una de las pasiones más básicas y al mismo tiempo más antiguas. Al igual que el amor o la soledad, el dolor te invade irremediablemente, sin avisar, sin poder evitarlo. Llega para inundar tu alma de pesar, pero también para purificar las heridas, incluso cerrarlas. Nos hace vulnerables, pero también humanos. Nos hunde en la miseria, pero también nos dignifica. Dicen que cuando se toca fondo empieza la recuperación. Sin embargo existe un dolor que, tras pasar por el tamiz adecuado, puede convertirse en un sentimiento poético. Dolor transformado en música: eso es el blues...