Si damos por válida la historia oficial, el primer disco de jazz fue Dixie Jass Band One Step y Livery Stable Blues de la Original Dixieland Jazz Band, publicado por la Victor Talking Machine en mayo de 1917. La sesión de grabación tuvo lugar en Nueva York unos meses antes, el 26 febrero, y también se registaron otros temas como Tiger Rag, que se lanzaría más adelante. Parece ser que hubo una sesión previa con Columbia que nunca llegó a ver la luz porque la compañía no estaba del todo segura de que esa música alocada y poco convencional fuera del gusto del público. Como ya es sabido, fue un error de cálculo garrafal, ya que Livery Stable Blues se convirtió de inmediato en un enorme éxito comercial y expandió la semilla del jazz por todo el mundo.
Esa es, como decimos, la versión oficial, no implica que sea la verdadera. Ya hemos visto en más de una ocasión la facilidad con la que el jazz es capaz de inventar y crear mitos, a veces basados en recuerdos borrosos, otras en hechos poco probados. Los nebulosos años de inicio del jazz, donde los registros de todo tipo escasean, son proclives a construir leyendas, más aún si tenemos en cuenta que el término "jazz" como tal, apenas se utilizaba y solía confundirse con ragtime o música hot. Por tanto, aunque es verificable que la Victor Talking Machine editó en 1917 el famoso disco de la Original Dixieland Jazz Band, no sabemos realmente si fue el primero. ¿Por qué iban a ser unos chicos blancos de Nueva Orleans los que grabaran en Nueva York el primer disco de jazz de la historia? ¿Si el jazz empezó a gestarse con el cambio de siglo XX, por qué hubo que esperar casi veinte años para escuchar un disco de jazz? ¿Cómo discriminar las grabaciones de jazz del resto de registros de música negra de la época? Muchos quisieron apuntarse el tanto de ser "el primero". La tarea no es fácil...
Quisiera compartir con los lectores del blog una investigación exhaustiva sobre la llegada del jazz a Europa, en concreto al Reino Unido, que he realizado estos últimos meses para la revista Cuadernos de Jazz. Bajo el asesoramiento de Jorge García y la tutela de María Antonia, directora de CdJ, he querido ofrecer una visión panorámica sobre el contexto histórico y musical del Reino Unido previo a la llegada del jazz. Asimismo he intentado relatar, aportando datos y anécdotas, la primera gira de una banda americana de jazz en Europa, la Original Dixieland Jazz Band. Este texto es muy especial para mí porque supone mi vuelta a Cuadernos de Jazz tras la muerte de su fundador Raúl Mao. Mi recuerdo a él y mi agradecimiento a Jorge y María Antonia por la paciencia y la dedicación al artículo.
[[Texto publicado en Cuadernos de Jazz el 10 de septiembre de 2013.]]
La primera
gira de una banda de jazz en Europa: la Original Dixieland
Jazz Band en el Londres de 1919.
Que el jazz naciera
y se gestara en Nueva Orleans es algo en lo que historiadores, investigadores y
musicólogos, después de mucho tiempo de estudios y análisis, más o menos han podido
concluir, aunque siempre habrá voces discordantes, como el autor afroamericano
Leroi Jones quien afirma en su ensayo Blues
People: música negra en la
América blanca que “Nueva Orleans no puede considerarse
como la cuna del jazz”. Sin embargo, la entrada del jazz en Europa, y concretamente
en Inglaterra, genera muchas más dudas y controversias en las que conviene
adentrarse con profundidad y no sin la debida cautela.
¿Cómo fue
recibido el primer jazz por el público inglés? ¿Qué tipo de jazz escuchó? ¿Cómo
era la escena musical británica en esos años? ¿Entendió la crítica de la época
la nueva música llegada de América? Hay cierta unanimidad en situar el año 1919
como el del inicio del jazz en Europay
por tanto en el Reino Unido. Más adelante veremos los motivos. En general, ese
primer jazz era percibido entre los ingleses como una forma más de
entretenimiento, muy asociada al baile y con fuertes vínculos con los
espectáculos de variedades. Pocos fueron los que entendieron su dimensión
artística más allá de la mera diversión.
El jazz es una celebración, un rito, una alegoría. Nació en las postrimerías del nuevo siglo (el s.XX) en una ciudad portuaria y bulliciosa como Nueva Orleans, de la unión de diversos estilos e influencias previas. De África, América y Europa. Esa mezcla tan característica (y compleja), consustancial al estilo, fruto de un paulatino y silencioso proceso de evolución, desencadenó en lo que actualmente conocemos como jazz. Sin embargo el término propiamente dicho no tiene un origen tan claro como la música.
En los años 20, por ejemplo, la palabra se identificaba fundamentalmente solo con músicos blancos. Paul Whiteman era denominado como 'King of Jazz'. Aunque el fanfarrón más famoso de su historia, Jelly Roll Morton, aseguraba que él ya utilizaba el término 'jazz' desde 1902. Pero a oídos del público norteamericano pioneros como él, como Louis Armstrong o Joe 'King' Oliver practicaban música hot, no jazz. Inmediatamene, por tanto, surgen cientos de preguntas sobre la difusa procedencia del término...¿Cuándo empezó a usarse la palabra 'jazz'?, ¿de dónde procede? ¿quién lo hizo por primera vez? ¿en qué contexto?
A las múltiples teorías que intentan dar respuesta a estos interrogantes hay que unir las fuentes poco fidedignas, relatos cuasi mitológicos e historias del folclore popular, con poca base lingüística. Aún así, existe toda una literatura de investigación que pretende arrojar luz al misterioso origen de la palabra jazz. Las propuestas son tan variadas como pintorescas. Desde las diversas connotaciones sexuales del término, a las referencias a personajes de leyenda, reminiscencias africanas, derivaciones del dialecto criollo patois o del slang de los bajos fondos hasta incluso orígenes divinos.
Más allá de blancos o negros, de ricos o pobres, de hombres o mujeres, del campo o la ciudad, de estados norteños abolicionistas o estados sureños esclavistas... desde su nacimiento, el jazz aunó todas las pretensiones, anhelos y esperanzas de la sociedad norteamericana de la época. Sin duda, es la música que define los Estados Unidos de América: su idiosincrasia, su personalidad, su propia historia donde la tradición europea, latina y africana se funden. Como se puede apreciar en la magnífica introducción del mega documental 'Jazz' dirigido por Ken Burns (recomendable en su totalidad, aunque estos primeros minutos son realmente de ensueño), el jazz aglutina a todos los norteamericanos y saca lo mejor de ellos. No hay fronteras, ni barreras; no hay segregación, ni separación de clases. Cuando un grupo de músicos -da igual su procedencia o el color de su piel- se reunen para tocar, todos hablan el mismo idioma: el idioma universal de la música jazz.
Ya dijimos en anteriores entradas, que el jazz tiene su origen en los burdeles del distrito francés de Nueva Orleans. Y fue allí donde los primeros músicos negros empezaron a interpretarlo. Aunque a diferencia del blues, el componente racial afroamericano en el lenguaje del jazz se diluye entre la mezcolanza de influencias de toda índole. Sin embargo, siempre se ha dicho que el jazz es un estilo negro. Una música que por herencia, instinto o genética sólo es 'auténtica' si es interpretada por músicos de color. Existen multitud de controversias relacionadas con el tema, complejo y polémico desde luego. La mayoría tiene que ver con cuestiones más sociales o históricas que meramente musicales, aunque de todo hay.
En el libro 'White Musicians and their contribution to Jazz' se hace una revisión crítica, documentada y exhaustiva, sobre las aportaciones de los músicos blancos al desarrollo del jazz. Y se observa que esos músicos blancos no solo copiaron y se aprovecharon de las formas musicales negras, sino que también existe un alto componente de innovación, creación y riesgo en sus interpretaciones. Pioneros como el trompetista Bix Beiderbrecke, el trombonista y director de orquesta Jack Teagarden o el saxofonista Frank Tumbauer se erigen como influencias decisivas en muchos músicos de jazz, tanto blancos como negros, y son continuamente reivindicados como auténticos impulsores del incipiente estilo. En la era del swing serán Benny Goodman o Glenn Miller los que brillen por encima de sus contemporáneos.
Aún así, nadie duda de que el factor negro resultó determinante en la primera música jazz, tanto en su sonoridad como en su carácter. Ya hemos hablado aquí de Buddy Bolden o Jelly Roll Morton. No podemos olvidar a gente como Sidney Bechet, Joe 'King' Oliver o Louis Armstrong, figuras claves en el nacimiento y la evolución de la música jazz. Curiosamente, uno menos conocido, el cornetista criollo Freddie Keppard, pudo escribir su nombre en los anales de la historia y ser recordado para siempre como el primer músico en inmortalizar el jazz. En diciembre de 1915 la Victor Talking Machine Company se ofreció para grabarle a él y a su banda la Original Creole Orchesta. Era la gran ocasión de registrar la música que comenzaba a adueñarse de América. Pero sus dudas y, sobre todo, el miedo a que sus competidores copiaran su particular estilo de tocar, hicieron que Keppard rechazara finalmente la oportunidad. Por tanto, los honores pasaron a sus coétanos The Original Dixieland Jazz Band, paradójicamente una banda de músicos blancos procedentes de Nueva Orleans, encabezados por el cornetista de origen italo-americano Nick La Rocca, quien siempre afirmó que el jazz era una invención de blancos que los negros copiaron.
El 26 de febrero de 1917 en los estudios que la discográfica Victor tenía en Nueva York se grababa el primer disco de jazz de la historia que contenía 'Livery Stable blues' y 'Dixieland jazz step'. Su lanzamiento fue todo un éxito de ventas, más de 250.000 copias, y supuso un enorme aumento en la popularidad de la banda, que llegó incluso a realizar giras por Europa. La principal crítica que suele hacerse a la Original Dixieland Jazz Band es que copiaron los patrones de la música afroamericana para autoproclamarse a sí mismos como los 'creadores del jazz', con fines más oportunistas que artísticos. Para otros, no interpretaban verdadero jazz, sino que era una especie de ragtime evolucionado.
Añadido a esto, existen ciertas dudas sobre si esa fue realmente la primera, algunas fuentes la sitúan en 1916 en la grabación That funny Jas Band from Dixieland donde se cita por primera vez la palabra jazz. Sea cual fuere, la historia ha reservado a la Original Dixieland Jazz Band tan reputado honor y desde luego después de escuchar esta primitiva grabación de 'Livery Stable blues' (con imitaciones de sonidos de animales incluidos por parte de los instrumentos de viento), no cabe la menor de duda de que, por lo menos, supieron captar la vitalidad, la energía y la expresividad de la primera música jazz.
"Muchos compositores han atribuído el ritmo que introdujimos como algo proveniente de las junglas africanas y asociándolo a la raza negra; mi argumento es que los negros aprendieron a tocar este ritmo y esta música de los blancos, el negro no tocó ningún tipo de música semejante a la de los blancos en ningún momento", Nick La Rocca.