jueves, 13 de diciembre de 2012

El blues del final del Oeste


"Deben ser los tres minutos de música más perfectos que he oído en mi vida"

¿Qué hace que un estilo sea ese estilo y no otro? ¿Cuáles son los elementos definitorios? ¿Cómo se forman y evolucionan? ¿Cómo distinguirlos? ¿Quién lo establece? En definitiva, ¿qué hace que el jazz sea jazz?. No es fácil la respuesta, ya que las fronteras entre estilos, a menudo, son livianas. No hay una línea divisoria -ni estilística, ni temporal- que dilucide con claridad el jazz, el ragtime, el blues o los espirituales, por ejemplo. Aunque cada uno de ellos tiene su propia personalidad, la historia pone de manifiesto que no siempre resulta tan evidente separarlos en la práctica. Y eso que la teoría -en principio- no admite dudas. Luego están las mezclas de estilos; otro cantar... De hecho, el jazz surge de esa mezcla. Pero si hay un rasgo característico, ineludible, definitivo y universal que distingue al jazz de otros estilos ese es la improvisación. Tanto en su vertiente colectiva, asociada al estilo de Nueva Orleans, como en los desarrollos solistas posteriores.

¿Quiere esto decir que hasta el jazz nadie improvisaba?. En absoluto. Si recurrimos al diccionario musical, la improvisación se define como la interpretación y composición de la música de forma simultánea.  Por tanto, es de suponer que ya existía improvisación mucho tiempo antes, como por ejemplo las polifonías de los monjes medievales o cierta melodías de los cantantes barrocos que no estaban en la partirura. Hasta los grandes nombres de la música clásica como Mozart, HändelBeethoven o Bach improvisaban. Pero no hay manera de documentar esas improvisaciones, porque no están recogidas en ninguna partitura. No ha llegado hasta nosotros. Sin embargo con el jazz es diferente. Surge en un momento histórico donde la tecnología nos permite apreciar esas improvisaciones. Quedan registradas en las grabaciones.

En un primer momento, de manera muy rudimentaria en los cilindros, luego en los discos de pizarra y más adelante en los vinilos. El jazz -al igual que ocurre con el blues- es una forma de expresión espóntanea, natural y por consiguiente improvisada. Y en el proceso de que la improvisación adquiera entidad propia hasta el punto de convertirse en enseña del lenguaje del jazz, hay una figura que destaca por el encima del resto; un músico que consigue convertir el jazz en una forma de arte no conocida hasta entonces. Ni Buddy Bolden, ni Jelly Roll Morton, ni Joe 'King' Oliver lo lograron previamente. La persona que elevó el jazz a las cotas más altas de la expresión musical fue Louis Armstrong, quien demostró por primera vez -como bien apunta el crítico Gary Giddins- que una improvisación puede ser tan "coherente, imaginativa, satisfactoria emocionalmente y durarera como una pieza de música escrita".

Sin embargo, antes de aproximarse a la figura de Louis Armstrong como icono cultural hay que resolver algunos conflitcos.  Según Ted Gioia, para comprender su papel "como innovador en el jazz y no como un simple hombre-espectáculo es necesario mirar más allá de los aspectos superficiales de su fama y profundizar en su obra". Esa obra no es precisamente la que hizo bajo el protectorado de King Oliver y su Creole Jazz Band, donde era uno más de la banda, aunque ya apuntaba maneras como músico de increíbles cualidades. El camino se inició ahí tal vez, pero evolucionó en Nueva York, en la orquesta de Fletcher Henderson y culminó con las historicas grabaciones de los Hot Five y los Hot Seven, realizadas cuando regresó a Chicago en la segunda mitad de la década de los años 20. Pero vayamos por partes...

En la orquesta de Fletcher Henderson

En entradas anteriores comentamos cómo Armstrong había llegado a Chicago en 1922, tras la llamada de su maestro de Nueva Orleans, King Oliver, para incorporarse como segundo trompeta a la Creole Jazz Band. Allí tocó en todo tipo de locales, generalmente cabarets y teatros de la zona sur, ante un público negro.  Destacaba como intérprete en los escasos solos que tocaba, pero no dejaba de ser un miembro más del grupo, atado a la sonoridad de la orquesta y encorsetado por la estricta y limitada visión arreglística de Oliver donde el conjunto era lo importante. Sin embargo durante el verano de 1924 recibió otra llamada, esta vez de Nueva York, de la prestigiosa orquesta de Fletcher Henderson. En un principio la rechazó porque no quería dejar tirado a su mentor Oliver, pero alentado por las ambiciones de Lil Hardin -su esposa entonces y pianista de la banda-  para que tuviera una carrera de mayor proyección, finalmente aceptó.

Y allí apareció Armstrong, en el Happy Rhone Club de Harlem para un primer ensayo, con su habitual aspecto de campesino, sintiéndose como el muchacho nuevo al que todo el mundo miraba. El arreglista Don Redman lo definió así: "era enorme, gordo, usaba unos zapatos grandes y un calzoncillo largo que le llegaba hasta las medias". A pesar de su creciente popularidad, Armstrong entró tímido, con humilde inseguridad: "Qué tal, señor Fletcher, soy el trompetista al que mandó llamar". El director simplemente respondió con un seco "tu parte está ahí arriba", señalando a la partitura. Los miembros de la banda de Fletcher leían mejor que Armstrong y eran grandes músicos -eso pensaban ellos-, mucho más que un chico provinciano que venía de Chicago donde lo único que hacían era "juntar aire y soplar", palabras utilizadas por el propio Louis años más tarde para referirse al desdén que los músicos de Nueva York tenían hacia los de Chicago. Por si fuera poco, su nuevo jefe, le impuso un recorte salarial para trabajar en la orquesta.

Por tanto, la entrada de Armstrong en Nueva York no puede calificarse de triunfal; ni siquiera consiguió impresionar a los miembros de la banda de Henderson. La confianza y el respeto se lo fue ganando de la única manera que sabía hacer: tocando. Ejercía su liderazgo por medio del ejemplo. En el tema 'Shanghai shuffle' interpreta un solo de ocho compases donde da toda una lección de ingenio rítmico, mediante la simple repetición de una nota, variando su duración, colocación e intensidad. Los intérpretes de metal fueron los primeros en darse cuenta de esta fuerza expresiva, aunque progresivamente su fama fue aumentando entre toda la comunidad musical. No tardó en convertirse en el músico más admirado al que todos querían imitar. Pero él nunca acabó de estar del todo cómodo.

Los hombres de Henderson eran indisciplinados y altivos. Muchos de ellos bebían con frecuencia y subían al escenario borrachos. Ganaban mucho para la época y todo lo gastaban en ropas extravangantes  y coches. Para un chico de provincias como Armstrong, muy serio respecto a su música, eran demasiado esnobistas y presuntuosos. A eso hay que unir que, en realidad, Fletcher no apostaba del todo por él. Aunque empezó a cantar dentro de la orquesta, Henderson jamás consideró seriamente sus aptitudes vocales. En el verano de 1925 ya se sentía fuera de lugar, no duraría mucho allí. En todo caso el balance de su primera incursión en Nueva York es positivo, ya que sirvió para perfilar su personalidad como solista improvisador. En palabras del musicólogo Gunter Schuller en la orquesta de Henderson, Louis Armstrong desarrolló "su identidad musical para eliminar aquello que era de calidad secundaria o imitativa y para refinar los ingredientes personales de un estilo cada vez más maduro".

El 'swing' de los Hot Five

El 9 de noviembre de 1925 Louis Armstrong abandonó Nueva York y regresó a Chicago junto a su mujer Lil Hardin, que estaba dirigiendo una banda en el Dreamland Cafe. Para el jazz fue un movimiento decisivo. "Louis Armstrong vuelve y honrará a la Dreamland Orchestra con su presencia" titulaba el Chicago Defender. Había ganas por verle de nuevo en su ciudad de adopción. Allí era alguien. Además, Chicago aún seguía siendo la capital del jazz. Sin embargo la historia no se escribiría en las salas de fiestas para negros del barrio sur sino en un estudio ambulante. El 12 de noviembre de 1925, solo una semana después de su llegada, Louis reclutó a viejos conocidos de Nueva Orleans, ex miembros de la banda de Oliver para una grabación histórica con él al frente. La primera vez que lo hacía como líder. A partir de ese momento, el jazz ya no sería el mismo.



Johnny St Cyr al banjo, Kid Ory al trombón, Armstrong en la trompeta, Johnny Dodds al clarinete y la propia Lil Hardin al piano. Los cinco entraron en un estudio de la compañía Okeh bajo el nombre de Louis Armstrong and his Hot Five. Entre 1925 y 1928 registraron un total de 65 discos -a veces como Hot Five otras veces como los Hot Seven- que constituyen algo totalmente nuevo y rompedor en el lenguaje del jazz. Para Ted Gioia encumbraron a Armstrong como "el instrumentista de jazz más importante de su generación y quizá de todos los tiempos". No hay nada comparable, ninguna otra serie de grabaciones ha sido tan apreciada y admirada como la que resultó de estas célebres sesiones. El biógrafo James Lincoln Collier va más allá y las describe como "la colección de discos de música improvisada más importante del siglo XX". A pesar de que generaciones enteras de músicos las han estudiado minuciosamente, Armstrong cobró 50 dólares por cara y jamás vio un centavo por los derechos de autor.

Pero, ¿dónde está la genialidad y relevancia de estos discos? Gary Giddins lo condensa claramente en tres puntos. "En primer lugar demuestra que el jazz será una música de solista, no de grupo; segundo: tiene su base en el blues; y tercero y más siginificativo: es la mayor innovación en la música de América y la más asombrosa ya que creó lo que llamamos swing, el tiempo moderno". Gunther Schuller, por su parte, analiza cuatro elementos característicos desde una óptica más musical. "Armstrong despliega una elección superior de las notas y el contorno resultante de sus líneas melódicas; muestra una incomparable calidad básica sonido; se recrea en un maravilloso sentido del swing y, como contribución más individual, inventa un repertorio de vibratos y mordentes con los que adorna los sonidos individuales". Ted Gioia añade un matiz interesante: "no es que los anteriores músicos no supieran tocar solos sino que carecían de los recursos técnicos y la profundidad creativa necesaria para hacer del solo el elemento central y más poderoso de la música jazz".

Curiosamente los Hot Five jamás tocaron como tal fuera del estudio, aunque sus integrantes ya habían actuado juntos en el Dreamland y otros salones de baile. Era una formación hecha para las sesiones del sello Okeh. Sesiones que se llevaron a cabo de la manera más informal que uno pudiera imaginar, alejadas de toda liturgia. Se reunían en el estudio a primera hora de la mañana, ensayaban las canciones un par de veces como máximo y luego las grababan. Se registraban hasta cuatro discos por sesión. Es decir en un sólo día se podían generar tres clásicos imperecederos. Después del estudio los músicos iban a sus respectivos trabajos en los cabarets y salones. Al ser de Nueva Orleans, en cierto modo, en las primeras grabaciones aún quedaban resquicios de los contrapuntos típicos del jazz colectivo en las líneas de vientos , pero la gran diferencia es que la trompeta, esta vez, domina la melodía principal en todo momento. Eso sí, a medida que graban, se van alejando del sonido Nueva Orleans hacia una música más avanzada. Eso tiene que ver, al mismo tiempo, con la creciente confianza en sí mismo de Armstrong y su progreso técnico.

El 'scat singing' y el piano estilo trompeta

Estas sesiones son también relevantes porque muestran a Armstrong cantando. Su voz ronca y poco ortodoxa será otra de sus señas de identidad, que con el paso del tiempo incluso llegaría a eclipsar la labor como trompetista. Cuenta la leyenda que durante la grabación de 'Heebie Jeebies' a Armstrong se le cayó la partitura al suelo, el técnico de sala le miró amenazadoramente para que siguiera, las horas de estudio salían muy caras. Así que Louis se vio obligado a improvisar sobre la marcha unas melodías con la voz similares a un instrumento dando origen al scat singing. Esta novedosa técnica influyó en el éxito de ventas del disco, aumentó la popularidad de Armstrong y sirvió como modelo para cientos de cantantes de jazz que vinieron después.

Luego llegarían otros éxitos como 'Potato Head Blues', 'Alligator Crawl', 'Cornet Chop Suey' o ' Big Butter and Egg Man'. Esta última interpretada por la cantante popular May Alix cuenta con uno de los mejores solos de Armstrong, aunque en general en todas hay excelentes solos instrumentales y pasajes de scat singing. Durante el período que duraron las sesiones de los Hot Five, Armstrong siguió tocando como músico de acompañamiento. En uno de estos conciertos conoció a un pianista llamado Earl Hines, un innovador que había adoptado un estilo llamado piano trompeta, muy vinculado a las líneas melódicas de Armstrong. Básicamente consistía en prolongar complejas melodías con la derecha mientras tocaba un ritmo suelto con la izquierda. En 1928, los Hot Five originales habían abandonado el grupo. Armstrong los había reemplazado, incorporando también al percusionista Zutty Singleton, e invitó a Earl Hines a grabar. Sería el momento culmen de toda su producción discográfica.


West End Blues

La introducción de trompeta, en una cadencia libre, dura tan solo doce segundos. Sintetiza el estilo íntegro de Armstrong y su contribución al lenguaje jazzístico. Posiblemente sean los doce segundos más imitados de la historia del jazz. Luego entra la banda, primero un solo de trombón, luego el clarinete al que responde la voz de Armstrong a modo de canon. A continuación Earl Hines despliega su asombroso estilo de piano trompeta. El coda final se lo reparten entre Armtrong y Hines. El tono cálido, el ataque, la confianza, el control del instrumento nos muestran a un artista que se encuentra en el momento determinante de su carrera. Constituye uno de los mejores ejemplos de la capacidad de Armstrong para manejar el tiempo. Nada se toca del mismo modo dos veces.

'West End Blues' era un tema de Joe 'King' Oliver, que de hecho había grabado tan solo dos semanas antes que esta antológica sesión. En manos de Oliver era un blues más, sin ningún interés. Sin embargo, Louis Armstrong alcanzó cotas máximas de expresión situándose como el más destacado genio solista de la historia. Luego vinieron muchos más, pero él fue el primero, el que lo creó todo. 'West end blues' es además un reflejo del momento exacto en el que se encontraba Estados Unidos justo antes de la Gran Depresión. Lincoln Collier manifiesta que con este tema Armstrong demuestra que el jazz es "algo más que una música para beber y bailar; supone una forma artística por explorar". Gary Giddins va directo al corazón: "la música que creó Armstrong en 1928 nos emociona hoy en día". En 1929 Louis se trasladaría definitivamente a Nueva York a comenzar una nueva etapa: su música llegaría, por fin, al público blanco, pero abandonaría para siempre Chicago y con ello los Hot Five, los Hot Seven, a King Oliver, se separaría de Lil Hardin. El blues del final de Oeste...






"Cuando salió por primera vez, Louis y yo lo escuchamos como una hora y media o dos y después nos abrazmos. No teníamos ni idea de que fuera a ir tan bien". Earl Hines

"Durante toda la historia los trompetistas hemos tocado fanfarrias, la llamada de la trompeta... Esto es otro concepto: utiliza dos tiempos distintos y los mismos arpegios, todas las notas cromáticas y el sonido del blues. Es como si todo estuviera ahí". Wynton Marsalis.

"Escuché 'West End Blues', esa cascada de notas saliendo de una trompeta. Nadie lo había hecho antes. Me obsesioné con la idea de que eso era lo que tenía que hacer, algo propio, algo que no tuviera que ver con nada de antes. No por las notas sino por hacer lo que eres, quién eres". Artie Shaw, clarinetista.

"A Fletcher yo no le gustaba como a Joe Oliver. Aunque tenía en su banda un talento de un millón de dólares, nunca se le ocurrió siquiera dejarme cantar". Louis Armstrong.

Entradas previas relacionadas


Referencias:

-  Apartado'Tiempos modernos'. Capítulo 3 "Nuestro lenguaje" de 'Jazz: la historia'. Ken Burns.DVD.
-  Las citas de autores y críticos dentro del texto se pueden ampliar en la sección de 'Bibliografía recomendada' del blog.

15 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada porque clarifica bastante lo que es el jazz y da respuesta tácita a esa pregunta clave de ¿qué hace que el jazz sea jazz?.

    Ese montón de elementos que intervienen no se pueden reducir a que se trata de "una música improvisada" como nos dicen algunos diccionarios cojos.
    Al explicar tan claramente los hallazgos y aportes de Satchmo, podemos entender, incluso, el desarrollo de esas bases en manos de Parker; Miles Davis; Tristano; Coltrane; Ornette Coleman o Cecyl Taylor....

    Excelente Manu....
    Un abrazo jazzero para unas Felices fiestas y un gran año 2013

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    1. Muchísimas gracias amigo Kuto! Siempre me he planteado esa pregunta y llevaba tiempo queriendo arrojar algo de luz al asunto. Me alegra haber aportado mi granito de arena... Cuanto más escucho a Armstrong más me emociona.

      Otro abrazo enorme!!

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  2. Debo decir GRACIAS!, no sólo por tu excelente trabajo, se nota la pasión en cada frase, si no por contagiar esa pasión, estoy aprendiendo a apreciar el Jazz como nunca antes habría imaginado gracias a tu blog, de siempre me ha gustado el jazz, el swing, el blues... pero era incapaz de apreciar y entender ciertos matices, culturales, históricos, musicales, raciales... más allá de las historias y los personajes, que me encantan, me quedo con la sensación de avanzar en un terreno nuevo y excitante (a pesar de lo añejo). Voy a volver a leerlo, que me han quedado cosas en las que quiero indagar.... Un saludo!

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    1. Jo, muchas gracias Sebas, describes justo los objetivos que me propongo con el blog... Dar una visión apasionada pero rigurosa de la historia. Muchas gracias por este aliento! Así da gusto. Un abrazo

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  3. Genial Manu!! Gran entrada sobre el origen del Jazz y la increible figura de Louis Armstrong.
    Como bien dices al principio la clave es la improvisación. Y para mi, en ningún otro género musical se consigue el diálogo, la comunicación entre músicos como en el Jazz. Gracias a ello se fomenta aún más la improvisación. Es como si un grupo de personas quedaran para conversar. Se pone un tema sobre la mesa, y de ahí se deja que surja algo.
    Eso es el Jazz.
    Un saludo!!!
    ps: Soy Sergio, de Letsgetiton !

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    1. Hola Sergio! Muchas gracias, muy bueno el símil de la conversación!! Un fuerte abrazo.

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  4. La figura de Louis Armstrong es fascinante, tanto sus inicios en New Orleans (que ya relataste con pasión) como su evolución a caballo entre Chicago y New York. Me ha encantando imaginar la escena del humilde trompetista presentándose ante Fletcher y su banda. Excelentemente descrita :-)
    ¡Gran entrada, Grooveman!

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    1. Muchísimas gracias!! Es una de las entradas de la que más orgulloso estoy. Me ha costado! Cuanto más escucho a Louis Armstrong más admiración siento por su figura...

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  5. Creo que ya comenté por aquí alguna vez mi fascinación por Armstrong y mi sensación de injusticia por la caricatura que de él ha quedado en la memoria popular. Tal fascinación puede deberse a la influencia de mi madre, cuyo sueño siempre fue aprender a tocar la trompeta, con lo que en mi casa sonaba, permítaseme la expresión, "jazz trompetero" de vez en cuando. Por cierto, que menos mal que mi madre no llegó a cumplir su sueño, porque cada vez que me la imagino tocando la trompeta muero de risa. En definitiva, que todo lo que sea devolver el talento de Louis Armstrong a su lugar es recibido con gusto por mi parte, así que en ese sentido, gracias por tu trabajo.

    Por otro lado, yo soy muy fan de Earl "Fatha" Hines y no tenía ni idea de que habían coincidido en tiempo y espacio, simplemente me deleitaba escuchando su piano... así que blogs como el tuyo hacen que poco a poco vaya enterrando mi incultura musical.

    Lo dicho, un abrazo!

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    1. Muchas gracias, Beronikes! Me alegra haberte traído imágenes de tu infancia. El aprendizaje es mutuo!! Un fuerte abrazo para ti y toda la "prole" ;)

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  6. Armstrong creó la imagen que tenemos del solista de jazz. Antes de él sólo existían grupos y orquestas. También ayudó a dar forma al jazz tal como lo conocemos. Lamento también, como dice Beronikes esa caricatura en que se ha convertido su recuerdo.

    Como siempre, exhaustivo y enciclopédico, sr. Grooveman. Un placer venir por aquí.

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    1. Muchísimas gracias, Félix! El placer es mío al verte por aquí, me alegro que te haya gustado!! Un fuerte abrazo!!

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  7. MAnu una nueva muestra de tu sabiduria, que es un deleite leer.
    Llegando al final del año te deseo una feliz Navidad y lo mejor para el año proximo

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  8. En los años setenta comencé (Y sigo) escuchando Rock; Buscando los orígenes descubrí a Janis Joplin y el Blues; Leí que Janis era admiradora de Bessie Smith y la escuché... y casi me caigo al suelo; De ahí pasé a Billie Holiday (Una Diosa) y de ahí pasé a oír a su amigo Lester Young... y a otro y a otro y a otro...
    Digo esto para dejar claro que soy un aficionado, no un experto en la materia.
    Hace tiempo vi el documental de Ken Burns sobre el Jazz y me encantó. Ahora acabo de descubrir tus textos... y el efecto ha sido igual o mayor.
    De fábula. Una maravilla.
    Estoy leyendo las entradas antiguas... y esperando las novedades como si fueran el maná.
    Un saludo.

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