Mostrando entradas con la etiqueta Revista Nevermind. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Revista Nevermind. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de abril de 2015

El alma negra de Chicago


Venga, nena, vuelve. Vuelve conmigo. No me digas que no quieres ir. Ven. Ven conmigo. Vuelve de California y vayámonos a Chicago.

Puede que Robert Johnson no pisara Chicago en su vida, o puede que sí. ¿Quién sabe? Giran tantos mitos en torno a su leyenda que cualquier opción parece posible. Lo que está claro es que su famoso Sweet Home Chicago  más que una oda urbana, es una suplica a una mujer, a la que trata de convencer para que se vaya con él a la Tierra Prometida. Ese dulce hogar del que habla la canción estaba, cómo no, en Chicago.

Y es que en los años 20 del pasado siglo, cuando se compuso el tema, Chicago era lo más parecido al paraíso, un lugar de peregrinaje, final de trayecto, gran nudo ferroviario y de comunicaciones. Allí todo estaba por hacer: oportunidades laborales, esperanzas infinitas, empezar de cero. Los incipientes rascacielos de su imponente arquitectura simbolizaban los anhelos de miles de personas. Los negros que huyeron del sur de Estados Unidos en busca de una vida mejor vieron en Chicago esa especie de Tierra Prometida. Lo único que el sueño pronto se convertiría en pesadilla. La ciudad les recibió confinándoles a enormes guetos de infraviviendas donde se hacinaban como sardinas y apenas gozaban de unas condiciones básicas de salubridad. Desigualdad, pobreza, explotación o racismo son tan solo algunos de los daños colaterales de ese gran sueño americano.

Disturbios raciales en Chicago, años 30
La población negra creció exponencialmente. En los treinta primeros años del siglo XX, casi 2 millones de afroamericanos se desplazaron del sur al norte en un fenómeno conocido como Gran Migración. Tennessee, Arkansas, Alabama y especialmente Misisipi fueron los estados de origen. Las ciudades del norte demandaban mano de obra abundante y barata. En los años 40 había un 8% de afroamericanos en Chicago; en los 60 la cifra ascendió a un 23%. El South Side o Barrio Sur se convirtió en el vecindario negro más grande del país (título que aún ostenta).

martes, 31 de marzo de 2015

Nueva Orleans, la cocina del jazz



¿Sabes lo que significa echar de menos Nueva Orleans, añorarla día y noche?

Hay algo en la mitología del jazz que nos conecta directamente con lugares idílicos y remotos. Un territorio oculto en nuestro inconsciente, imaginario y profundamente evocador que nos transporta y nos mece, nos arropa entre sutilezas de melodías y caricias en forma de acorde. Ese eterno retorno de sensaciones tiene un claro punto de partida: Nueva Orleans, la “tierra de los sueños” de la que habla el famoso estándar Basin Street Blues . La mera posibilidad de viajar hasta allí para conocerlo nos fascina y al mismo tiempo nos sublima. Luego la realidad es otra cosa…

La historia del jazz se muestra profusa en alusiones casi míticas a la ciudad sureña americana. Las canciones y los recuerdos de los músicos no se quedan atrás. “Brillaban luces de todos los colores, la música que se oía en la calle provenía de todas partes", recordaba el pianista Jelly Roll Morton. “Solía dormirme con el sonido mecánico del piano ragtime y cuando me despertaba aún seguía sonando”, confesaba el compositor Spencer Williams, creador, entre otras muchas, del mencionado Basin Street Blues. “Durante el Mardi Gras, tío, nos lo pasábamos en grande: había bandas día y noche tocando por las calles”, explicaba el trombonista pionero Kid Ory. “Storyville [el barrio de prostitución] tenía todo tipo de personajes, gente de todo el mundo venía para ver lo que se cocía aquí, había diversión para todos”, evocaba un siempre sonriente Louis Armstrong.