Freddie Keppard rechazó entrar en la historia |
La historia siempre la escriben los ganadores. De eso no hay duda. Y la música no es una excepción. En el jazz, en concreto, los músicos que trascendieron no lucharon en ninguna guerra. Aunque sí libraron otro tipo de batallas. Y las ganaron. La fundamental: inmortalizar su música en un registro sonoro. Los que han llegado hasta nuestros días lo han hecho por méritos propios, pero también por un factor en cierto modo casual. Ahí están sus avances, su técnica, su sonido, los testimonios, los archivos... pero si no hubieran grabado posiblemente no les hubiéramos conocido. No es cuestión de hacer un planteamiento crítico revisionista sobre la historia del jazz. Los historiadores nos ofrecen variadas y fidedignas fuentes para construir un discurso coherente y sólido que pone a cada uno en su lugar.
Pero, ¿qué pasa con el componente suerte, el factor racial o los condicionantes sociales? Los músicos negros tuvieron más dificil acceder a los estudios de grabación que los blancos. Bueno, en realidad, cualquier aspecto de la vida era más complicado para un negro que para un blanco. Por tanto, ¿qué papel juega el destino, la fatalidad, el enigma o el oportunismo en todo esto? Hubo algunos que no quisieron formar parte de la historia, otros que, sin quererlo, lo hicieron. No son pocos los que lo consiguieron tras mucho esfuerzo. Hay quien incluso después de muerto, sigue reclamando su lugar. La historia, a veces, es caprichosa, y sobre todo si hablamos de jazz...
Según el crítico Joachim E. Berendt, la trompeta es el "rey de los instrumentos del jazz" no sólo por la cantidad de excelentes trompetistas, sino también porque en casi todos los conjuntos el músico que la toca es el que ejerce a su vez de líder. Louis Armstrong, Dizzy Gillespie, Miles Davis, Chet Baker podrían ser algunos ejemplos característicos; de diferentes épocas y estilos. Pero vayamos más atrás. En Nueva Orleans la corneta - antecedente de la trompeta en la familia de los metales de bronce- era uno de los instrumentos más populares en desfiles callejeros, picnis o celebraciones fúnebres. Su timbre brillante y su sonido potente no podían rivalizar en volumen con el resto de metales.
Además como ya apuntamos en su momento, tras la Guerra de Secesión, muchos instrumentos de viento de las bandas militares quedaron sin dueño y fueron a parar a músicos negros a un precio asequible. Los criollos, siguiendo la tradición francesa, se decantaron fundamentalmente por el clarinete y el piano. Pero fue la corneta el instrumento que definió la transición del ragtime al jazz. Tal vez porque era mucho más fácil de transportar que el piano.
No es casualidad, a su vez, que el considerado primer músico de jazz, Buddy Bolden, fuera cornetista. Bolden se erige como piedra angular de una generación de cornetistas de Nueva Orleans que, a través de un proceso complejo e indescifrable, evolucionaron de los sonidos primitivos de bandas, marchas, ragtimes y minstrels al jazz, siendo Louis Armstrong el colofón final. Gracias a una serie de recursos estilísticos e innovaciones, estos cornetistas pioneros conformaron un lenguaje musical propio, aún incipiente y titubeante, pero que, con el paso del tiempo, se convirtió en uno de los estilos más destacados del siglo XX. Unos han entrado en los libros de historia, otros lamentablemente, se han quedado por el camino, silenciados y olvidados. Por ello, nuestra intención, no es más que rendir a estos últimos un modesto homenaje.
La banda de Buddy Petit (centro) en 1920 |
¿Quién fue el rey?
"¿Fue King Oliver el mejor cornetista del primer jazz de Nueva Orleans?", se pregunta Ted Gioia en su Historia del jazz. No era el más imaginativo melódicamente ni el más diestro en lo que a técnica se refiere. Pero no existen evidencias concluyentes; cuánto más se adentra uno en la cuestión, mas incógnitas y contradicciones encuentra. "Todo el mundo ha oído hablar de Oliver o Armstrong, pero pocos conocen a Mutt Carey, que podía estar a la altura de Oliver". Sin embargo el propio Mutt consideraba a Freddie Keppard como el 'rey de Nueva Orleans', porque encandilaba a toda la ciudad con su sonido. Para Jelly Roll Morton, Keppard era el mejor trompetista, aunque hablaba de Manuel Perez, como el más destacado entre los cornetistas criollos. Entre los músicos de la época, por el contrario, Bunk Johnson se había ganado una buena reputación, como heredero de Bolden. Otros intérpretes de esa generación, sin embargo, situaban a Buddy Petit como el más visionario e influyente. Si nos referimos a popularidad Oscar 'Papa' Celestin, cornetista y director de la Original Tuxedo Orchestra, no tenía rival por su cautivadora personalidad escénica. La lista podría no acabar nunca, por lo que vamos a intentar poner un poco de orden en esta maraña de nombres.
La Santisima Trinidad de cornetistas relevantes de Nueva Orleans -como ya hemos citado en numerosas ocasiones- son Buddy Bolden, King Oliver y Louis Armstrong. Los dos primeros autoproclamdos con el título de 'Rey', el tercero, Rey del Jazz, con mayúsculas y sin matices, más allá de títulos nobiliarios. Exceptuando Bolden -la mitología del jazz habla de un famoso cilindro que jamás fue hallado-, Oliver y su discípulo Armstrong dejaron numerosas grabaciones en vida. En el caso de King Oliver, se torna complejo adivinar si los discos que grabó en la década de los 20 con su Creole Jazz Band, reflejan fielmente el sonido de Nueva Orleans. Es de suponer que tocaba igual en 1916 que en 1923 cuando empezó a grabar en Chicago. Pero hay matices que pueden marcar la diferencia. Lo que parece incuestionable es que resulta la aproximación más cercana que tenemos al verdadero sonido del primer jazz. Con Armstrong no existe lugar a dudas. Él fue el creador, como apuntamos en 'el blues del final del Oeste'. Pero todo innovador tiene sus influencias. Damos por hecho que la principal fuente de inspiración fue King Oliver, pero el biográfo James Lincoln Collier destaca tres figuras que pudieron ser decisivas.
La Santísima Trinidad no oficial
Freddie Keppard |
Keppard recogió el testigo de Bolden y en cierto modo lo superó. Según Jelly Roll Morton era el músico más profesional de todos los que había en la ciudad. Su potente sonido de corneta podía oírse en bandas como la Olympia. Fue uno de los primeros en abandonar Nueva Orleans, alrededor de 1911. En ese período viajó por todo el país en shows de vaudeville y espectáculos minstrel. A mediados de los años 20, ya en Chicago formó parte de la mencionada Original Creole Orchestra, otra agrupación deudora del sonido Nueva Orleans. Allí empezó a aparecer en grabaciones pero su estilo ya estaba muy deteriorado por los efectos del alcohol. De hecho murió en Chicago, en 1933 totalmente alcoholizado. Nunca sabremos qué hubiera dado de sí su carrera si hubiera aceptado ser protagonista de esa histórica sesión.
Bunk Johnson |
En 1914 abandonó definitivamente la ciudad que le vio nacer. Su carrera musical no destacó especialmente. En 1937 los autores del libro Jazzmen, Frederich Ramsey y Charles Edwards, le redescubrieron en Lusiana, donde se dedicaba a recolectar azúcar. Fue en ese momento cuando la figura de Bunk Johnson adquiere notoriedad exagerada, como testigo directo de los inicios del jazz. Pero parece que sus reconstrucciones históricas tenían más de imaginación que de veracidad. Su fama de mentiroso no le impidió realizar algunas grabaciones en Nueva York, donde hizo todo lo posible por recuperar el estilo de sus comienzos. Tal vez la corneta de Johnson sea lo más parecido al modo de ejecución de Bolden. En la reconstrucción del jazz tradicional jugó un papel protagonista aunque tuvo algunos desvaríos como afirmar que fue el maestro de Louis Armstrong, cosa que el propio Armstrong se afanó por desmentir.
Buddy Petit |
La retaguardia
Manuel Perez |
Papa Celestin |
Mutt Carey |
Para concluir -aunque nos hemos dejado muchos otros en el tintero- es de justicia hacer una mención especial a la Sam Morgan Jazz Band porque rara vez se les cita en los libros de jazz. En 1927 el trompetista Sam Morgan al frente de su banda de nueve componentes realizó una serie de grabaciones donde despliegan un exquisito swing a la manera de la vieja época. Es una música sencilla pero alegre y serena. La peculiaridad radica en que se grabó en Nueva Orleans, por músicos oriundos que no habían emigrado, por lo que hoy por hoy, es de los pocos ejemplos, por no decir el único, del auténtico estilo de Nueva Orleans. El historiador Samuel Charters reconoce que son "las únicas grabaciones de un conjunto de Nueva Orleans de primera línea tocando en un momento bueno de su carrera".
"Nothin' doin', boys. We won't put our stuff on record for everybody to steal", Freddie Keppard.
[No hay nada que hacer, muchachos, no vamos a grabar nuestro material en un disco para que todo el mundo nos lo robe]
"King Bolden and myself were the first men that began playing jazz in the city of dear old New Orleans", Bunk Johnson
[El rey Bolden y yo fuimos los primeros que empezamos a tocar jazz en nuestra vieja y querida Nueva Orleans]
Bibliografía:
- El jazz. De Nueva Orleans a los años ochenta. Joachim Berendt. Fondo de Cultura Económica. 1962.
- El jazz, sus raíces y su desarrollo. Gunther Schuller. Victor Lerú. 1973.
- Jazzmen. Frederich Ramsey Jr., Charles Edward Smith. Harcourt, Brace and Company. 1939.
- Louis Armstrong: an American Genius. James Lincoln Collier. Javier Vergara Editor. 1983.
- Historia del jazz clásico. Frank Tirro. Ma Non Troppo. 1993.
- Historia del Jazz. Ted Gioia. Turner. Fondo de Cultura Económica. 1997.
Referencias:
- Biografías de los músicos nombrados en Red Hot Jazz Archive.
Entré acá y encontré un excelente artículo sobre el Cruce de Caminos. Este último post me encantó.
ResponderEliminarPersonalmente el jazz de Nueva Orleans es un jazz muy diferente al de Chicago y tiene su estilo único.
Hoy aprendí muchas cosas. Voy a seguir visitándote.
Hola Pedro Alejandro, bienvenido!!! Muchas gracias por pasarte por aquí. Espero que lo disfrutes. Un abrazo
EliminarVoy Camino al trabajo, y me encuentro con tu pagina. Siempre es grato leerte y aprender.
ResponderEliminarBuen dia Manu!!
Muchas gracias por tu comentario, Anónimo. Un saludo
EliminarMuy interesante descubrir todas estas figuras históricas del jazz que quedaron eclipsadas por los grandes astros... Es de agradecer que alguien les rescate, aunque sea para ilustrar a una profana en la materia, que hasta hace nada solo pensaba en la corneta como instrumento castrense.
ResponderEliminarGracias, Grooveman :)
Muchas gracias, Isa. No te creas, en aquellos años tenía su relación con lo "castrense", así que no ibas tan desencamina... ;)
EliminarCulturilla general que tiene una ;-)
EliminarLO reconozco, aqui estoy perdido ya, pero tus artículos me ayudan mucho, y me hacen entender muchas cosas. Cuantos talentos perdidos por falta de oportunidades, cuanta música por descubrir...
ResponderEliminarEn cuanto a cornetistas, reconozco que no me parecía un instrumento muy glamuroso, pero hace años alguien me hablo de un tal Nick LaRocca, me introdujo en todo un mundo, de ahí pasé a Bix Beiderbecke...pero poco a poco me dejé llevar por el clarinete, la trompeta....hasta que descubrí el jazz guitar, en especial al famoso gitano de la mano tullida y mágica...
Un saludo, y esperando más!
Muchas gracias, Sebas! Este artículo era un pequeño homenaje a esos que no grabaron nunca. Me alegra descubrirte cosas. Lo de Django es harina de otro costal, como suele decirse... ;) Habrá que dedicarle el tiempo que merece...
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