Como ya hemos comentado en más de una ocasión, el blues nació en las plantaciones de algodón del sur de los Estados Unidos; en el estado de Mississippi concretamente, el más pobre y rural del país. Siempre como algo personal, íntimo, espontáneo y necesario; un canto a la desesperación y al desarraigo, a la soledad y a la tristeza. Nunca fue una experiencia colectiva, que tuviera intención de trascender más allá del propio ámbito del bluesmen que lo interpretaba. Tenía un carácter más funcional que artístico. Además, siguiendo la tradición del Delta, la música blues estaba casi exclusivamente asociada a los hombres, apenas había mujeres que lo interpretaran.
Pues bien, en una nueva paradoja histórica, todo esto cambió de la noche a la mañana como por arte de magia. El 14 de febrero de 1920 la distinguida y refinada cantante de origen ucraniano Sophie Tucker sintió una indisposición que le impidió acudir a la sesión de grabación que había reservado para ella un productor de la compañía Okeh Records en un estudio de Nueva York. El alquiler del estudio salía caro y la compañía no estaba dispuesta a desperdiciarlo por una enfermedad de la cantante. Por allí se encontraba el director de orquesta y compositor Perry Bradford, que casualmente contaba entre sus filas con una cantante afroamericana acostumbrada a interpretar vodeviles. La decisión fue rápida: se grabarían algunos temas de Bradford -'That Thing Called Love' y 'You Can't Keep A Good Man Down'- para aprovechar la sesión.
Todos quedaron tan contentos que el 10 de agosto de ese año, esa misma cantante volvió a entrar en el estudio para grabar otros dos temas. Lo que ni los protagonistas ni la propia compañía sabían es que estaban escribiendo para siempre su nombre en la historia. 'Crazy blues', composición también de Bradford, convirtió a su intérprete, la desconocida Mamie Smith, en la primera cantante negra de la historia en grabar un disco de blues. En solo un mes vendió 75.000 copias. Consiguió asimismo ser el disco más vendido del año. El éxito comercial fue tal que las compañías de discos empezaron a utilizar a cantantes afroamericanos para sus grabaciones. Según Gérard Herzhaft en su 'Gran Enciclopedia del Blues' el blues había de ser una música negra, femenina, cercana al vodevil y recreada en los cabarets de Harlem. Las discográficas se dieron cuenta de que existía un mercado virgen por explotar. Habían nacido los discos de raza.
Después de unos momentos iniciales de titubeo en los que se llamaron 'negro series', 'música de color' o incluso 'música negroide' finalmente se adopta el término de 'race record'. En 1922 el periódico afroamericano Chicago Defender publica un anuncio de un disco en el que se utiliza la denominación "race series of records". Por aquel entonces la industria discográfica se situaba en el norte, fundamentalmente Chicago y Nueva York, y los race records servían para diferenciar a la música sureña negra en contraposición a la sureña blanca o hilbilly (paleto).
Con los race records nació el negro como consumidor, toda una revolución económico-social que supuso un filón muy lucrativo para la industria discográfica. Además modificó el paisaje sociológico de los grandes centros urbanos y las nuevas ciudades negras como Harlem en Nueva York o el barrio sur de Chicago. Después de la jornada laboral, se formaban largas colas de negros frente a las tiendas de discos con la intención de adquirir las últimas novedades blues.
En el aspecto musical, los race records tuvieron una influencia decisiva en la difusión del blues. Ciertos estilos pasaron a convertirse en modelos para los jóvenes aspirantes a cantantes. Hasta entonces, la forma de cantar blues estaba determinada por las tradiciones locales, fundamentalmente la tradición rural del Delta. Pero da la casualidad de que los primeros cantantes en grabar discos de blues fueron urbanos, por razones obvias: los estudios se ubicaban allí.
Además, enseguida empezaron también a surgir las primeras estrellas, conocidas en todo el ámbito nacional. En una entrevista de la época, Mamie Smith reconocía que su público cada vez la quería ver más elegante y no podía defraudarle. Dedicó parte de sus ingresos a pagar el lujoso vestuario que llevaban en sus actuaciones y a vivir como una diva del blues. Estos símbolos de éxito y refinamiento hacen cuestionar a algunos estudiosos puristas del género sobre la autenticidad de los blues comerciales vinculados a la gran ciudad, tan distintos a la variedad rural. No en vano las canciones mostraban sobre todo la habilidad de los compositores profesionales que eran quienes escribián la mayor parte del material, sin tener en cuenta las raíces más bluseras.
Los largos pasajes improvisados del primer blues tuvieron que ceñirse a las limitaciones temporales que la propia naturaleza de la grabación exigía. Se estandarizó la estructura clásica de doce compases, se eliminaron los pulsos sueltos y las armonías difusas de los cantantes rurales sin formación y se introdujeron arreglos orquestales. Atrás quedaba la única instrumentación de una guitarra. Los intérpretes de este tipo de blues eran sobre todo vocalistas y se hacían acompañar de los mejores instrumentistas, siendo habitual que músicos de jazz colaboraran en estas grabaciones.
Pero hay un aspecto definitivo que tiene que ver más con lo psicológico que con lo musical. Como apunta Ted Gioia en Blues: la música del Delta del Mississippi, aún en los momentos más melancólicos el blues de los race records conserva un tono de confianza y descaro. Se cantaba en voz muy alta para que se escuchara bien hasta en la última fila, era una arte puramente interpretativo. En diferencia al predominio masculino del Delta, son las mujeres quienes toman las riendas en los blues de los race records. Mamie Smith inició el camino que luego continuarían excelentes voces como Ma Rainey y Bessie Smith.
Cuando los productores discográficos se dieron cuenta de que la mayoría del público comprador de discos de blues -así como los mejores músicos- se encontraban en los estados sureños empezaron las expediciones itinerantes con estudios de grabación portátiles para buscar a futuros artistas. Se les convocaba en la emisora de radio local, en las tiendas de muebles o en la propia plantación. Blind Lemon Jefferson, Robert Johnson o Charley Patton fueron descubiertos así, pero eso ya es otra historia...
Dos versiones del clásico 'Crazy Blues', la original de 1920 y una adaptación de 1935 renombrada como 'Harlem Blues' donde se ve a Mamie Smith cantar con el estilo vaudevilesco y refinado del que hemos hablado.
"Una compañía discográfica ganó más de 4 millones de dólares con el blues. Ahora todas las compañías han puesto una chica de color a grabar. El blues va a perdurar", revista Metronome tras el éxito de Crazy Blues.
Hola Manu,
ResponderEliminarUna vez más una entrada preciosa, la historia siempre nos tiene reservados pasajes fascinantes que es muy grato descubrir. Me ha decepcionado un poco el tema porque el nacimiento de la vida discográfica del Blues merecería algo con más fuste y talento. Mamie canta bien pero no lleva el Blues en las venas y se nota demasiado, sobre su segunda versión no opinaré, por aquello que me enseñó mi abuelo: "cuando no tengas algo bueno que decir de alguien, el silencio será lo más apropiado".
Un saludo maestro
Espero que aún me hables después de mi halago del "rockero" Clapton ;)
jajaja, muchas gracias Ferrán por el comentario!
ResponderEliminarEs verdad que el primer disco de blues, al igual que la primera grabación de jazz no hacen justicia en cierto modo a la grandeza del género. Pero así es la historia de paradójica y caprichosa.
Un abrazo enorme. Un honor tenerte por aquí...
Excelente entrada, Grooveman.
ResponderEliminarResulta inquietante descubrir como la acción de las mujeres ha cambiado a menudo el curso de la historia -la de la música también- ;-)
Interesantísimo el surgimiento de los 'discos de raza', me parece fascinante como todo está relacionado... como evoluciona la música al albur de los acontecimientos sociales y viceversa.
Es completamente cierto qiue a Mamie no se le nota el blues bajo la piel, pero he de reconocer que me ha encantado el mestizaje con el vodevil... Una que es así de impura :-P
Preciosa la entrada y la historia de la musica contada así , Manu. ¡Te felicito!
ResponderEliminarLeyéndote, me he recordado de la pelota de tenis en la peli "Mach Point" de Woody Allen. La suerte se alio esta vez con Mamie Smith, y también con la casa de discos... y luego con toda la cadena hasta llegar a nosotros... Los documentos son una pasada que existan!!!!
Saludos
No se podía contar mejor la historia de las primeros "race records" que no hay que confundir con el comienzo de la música negra o del mismísimo blues. Creo que en este terreno es fundamental la figura de W.C. Handy que tampoco procedía del Delta pero que fue el primero que recogió, creó y difundió el género.
ResponderEliminarNo me parece para nada negativo que el blues grabado naciera del vaudeville urbano cercano al espíritu del Tin Pan Alley. Gracias al éxito de aquellas mujeres el blues rural tuvo una plasmación discográfica. Eran formidables cantantes y nadie hoy en día discute el contenido blusero de la música de Mamie Smith, Ma Rainey y por supuesto de Bessie Smith. A fuerza de ser puristas más impuro es el blues eléctrico de Chicago convertido en el blues rockero británico de los 60.
Acabo de descubrir tu blog, y me encanta como (y lo bien) que manejas la informacion, las anecdotas. Creo que tengo mucho atrasado que leer, pero me pongo rápido al dia. Me encanta el Jazz y el blues. en mi "pequeño" blog he escrito algo sobre alguna figuras de importancia, aunque me decanto más por los sonidos de los años 50 y 60, Soul, DooWop, Rithm&Blues, o pop inglés, no descarto ningún estilo. de nuevo enhorabuena y te sigo desde ya mismo. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros comentarios. Es un subidón ver esta 'amante' cada vez más solicitada ;)
ResponderEliminarIsa, la verdad es que cuanto más buceo en la historia de la música más historias fascinantes descubro. Las seguiré compartiendo...
Kuto, totalmente de acuerdo con la comparación con Match Point. La historia a veces es tan caprichosa... La versión de 1935 es una delicia, sí. Bendito Youtube!!
Dr. Krapp, sigue dando prestigio a este humilde blog cada vez que aparece por aquí. ;-) A mí también me gusta el blues 'vodevilesco' de las primeras cantantes, pero reconozco que donde estén las plantaciones del Delta... Por cierto el amigo Handy -como no podía ser menos- tuvo su entrada en el blog, el hombre que iba para rey de las marchas y se convirtió en 'padre del blues'...
Sebas, muchas gracias por tu comentario. Bienvenido por aquí y por supuesto pasaré yo por el tuyo para aprender un poco de Doo Woop! ;)
Saludos a todos!